Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección Publicaciones (S-0004/10) Buenos Aires, 1º de marzo de 2010. Nota Nº 22 /10 Señor Presidente del Honorable Senado de la Nación D. Julio César Cobos S________/__________D Se solicita dar por reproducido el proyecto de ley de mi autoría oportunamente presentado bajo el registro S-530/08 relativo a la jurisdicción de las provincias sobre el mar territorial adyacente a sus costas. El citado proyecto fue publicado en el Diario de Asuntos Entrados Nº 25 y caducó el pasado 28 de febrero de 2010. Con atenta consideración. Marcelo A. H. Guinle.PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,... Artículo 1º: Las Provincias ejercerán jurisdicción sobre el mar territorial adyacente a sus costas, hasta una distancia de doce (12) millas marinas a partir de las líneas establecidas en el artículo 1º de la ley 23.968, debiendo considerarse al mismo como territorio provincial. Artículo 2º: La jurisdicción atribuida a las provincias por el artículo 1º de la presente ley, se ejercerá sin perjuicio de la que corresponde al Estado nacional de conformidad con las previsiones contenidos en la Constitución Nacional y la legislación vigente. Artículo 3º: Derógase el Decreto-ley 18.502. Artículo 4º: Comuníquese al Poder Ejecutivo. Marcelo A. H. Guinle. FUNDAMENTOS Señor Presidente: Atento lo establecido en el artículo 106° del Reglamento de la Cámara de Senadores de la Nación, y lo normado en la ley 13.640 y sus modificatorias, el proyecto de ley S-883/06, que fuera presentado por el suscripto en abril del año 2006, ha perdido estado parlamentario. La citada iniciativa legislativa, perseguía la derogación del Decreto Ley 18.502, por un lado y, por el otro, atribuir la jurisdicción a las provincias con litoral marítimo del mar territorial –adyacente a sus costas- hasta la distancia de doce millas marinas., Sin perjuicio que por la complejidad de la materia y los intereses en disputa hasta el presente no fue sancionado dicho proyecto, represento este proyecto que tiende a fijar los límites interprovinciales y a atribuir a los estados provinciales ribereños el dominio y jurisdicción de todo el mar territorial. Luego de analizar la legislación regulatoria del mar argentino y la escasa jurisprudencia sobre la materia, he advertido la existencia de una grave discordancia en lo que respecta al Decreto-Ley 18.502 que atribuye la jurisdicción sobre el mar territorial adyacente a sus costas a las provincias hasta una distancia de tres (3) millas marinas medidas desde la línea de las más bajas mareas, salvo en los casos de los golfos San Matías, Nuevo y San Jorge, en que se tomarán desde la línea que une los cabos que forman su boca. Esta norma, cuya vigencia ha sido confirmada recientemente por la Corte Suprema, en sí misma colisiona gravemente con la legislación posterior específica y la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. El tema inclusive tiene especial actualidad en orden a lo tratado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en la causa “Total Austral S.A. c/Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur s/acción declarativa”, en la que se hubo dictado sentencia a fines del año 2003, y contra la posición de la citada provincia, consideró que sigue plenamente vigente el decreto ley 18.502. Teniendo en cuenta que la Constitución Nacional determina que corresponde al Congreso “Arreglar definitivamente los límites del territorio de la Nación, fijar los de las provincias…” (Art. 75 inciso 15), y en virtud que como afirmamos el decreto-ley 18.502 resulta discordante y contradictorio con el resto de la legislación vigente en la materia, es que impulso una solución definitiva acorde con los antecedentes históricos de nuestro país. A efectos de evidenciar lo expuesto en el párrafo precedente, corresponde analizar lo siguiente: a) La primer norma que fijó la extensión del mar territorial, fue el Código Civil en su Art. 2340 inciso 1º que determinaba que son “bienes públicos del Estado general o de los Estados particulares: 1) los mares adyacentes al territorio de la República, hasta la distancia de 1 legua marina, medida desde la línea de la más baja marea”. b) Con la reforma del Código Civil producida por la ley 17.711 se modificó el artículo 2340 y la nueva redacción expresa que “Quedan comprendidos entre los bienes públicos: 1) los mares territoriales hasta la distancia que determine la legislación especial, independientemente del poder jurisdiccional sobre la zona contigua”. c) También en el gobierno de facto de 1966 se dictó el Decreto Ley 17.094 que en su artículo 1º prescribe que “La soberanía de la Nación argentina se extiende al mar adyacente a su territorio hasta una distancia de 200 millas marinas, medidas desde la línea de las más bajas mareas, salvo en los casos de los golfos San Matías, Nuevo y San Jorge, en que se medirán desde la línea que une los cabos que forman su boca”. Esta norma quedó implícitamente derogada por legislación posterior, sin perjuicio de lo cual entiendo que la misma no tiene ninguna incidencia práctica más allá de constituirse en una declaración unilateral de la República Argentina, máxime que en la época de su sanción tal soberanía no era aceptada por la comunidad internacional, por lo que en la práctica las leyes 23.968 y 24.543 le han quitado virtualidad operativa. d) El decreto- ley 18.502 siguiendo los lineamientos de la reforma del Código Civil de 1967 habla de mar territorial y determina la jurisdicción provincial sobre dicho mar hasta una distancia de 3 millas marinas, medidas de igual forma que las previstas en el decreto ley 17.094. e) En 1991 se sancionó la ley 23.968, que siguiendo los lineamientos de la Tercera Conferencia Internacional sobre Derecho del Mar, fijó las líneas de base de la República Argentina a partir de las cuales se miden los espacios marítimos, estableció que el mar territorial argentino se extiende hasta una distancia de doce (12) millas marinas a partir de las líneas de base (Art. 3º); estableció que la zona contigua argentina se extiende, más allá del límite exterior del mar territorial, hasta una distancia de veinticuatro (24) millas marinas medidas a partir de las líneas de base (Art. 4º); estableció la zona económica exclusiva argentina que se extiende más allá del límite exterior del mar territorial, hasta una distancia de doscientas (200) millas marinas a partir de las líneas de base, disponiendo que la nación ejerce derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no vivos, de las aguas suprayacentes al lecho del mar (Art. 5º); establece también que la plataforma continental sobre la cual se ejerce soberanía comprende el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continente, o bien hasta una distancia de doscientas (200) millas marinas medidas a partir de las líneas de base (Art. 6º). f) La ley 24.543 aprobó la Convención de las Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar y un acuerdo relativo a la aplicación de la parte XI de la misma. Esta norma no sólo no entra en conflicto con la ley 23.968 sino que la complementa, pues ratifica que la soberanía del Estado ribereño se extiende más allá de su territorio y de sus aguas interiores y, en el caso del Estado archipiélago, de sus aguas archipielágicas, a la franja de mar adyacente designada con el nombre de mar territorial, y se extiende al espacio aéreo sobre el mar territorial, así como al lecho y al subsuelo de ese mar, y fija la anchura del mar territorial en un límite que no exceda las 12 millas marinas. g) La ley 24.815 creó la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental, para la elaboración de una propuesta definitiva para el establecimiento del límite exterior de la Plataforma Continente, de conformidad con lo establecido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Art. 6º de la ley 23.968. Conforme las referencias legislativas mencionadas, no cabe duda que la Nación dejó de lado la tesis antigua de las tres (3) millas marinas a las que expresamente se refiere el decreto- ley 18.502, ya que el mar territorial indubitadamente es de doce (12) millas marinas a tenor de lo establecido en las leyes 23.968 y 24.543, por lo que al no haberse derogado el decreto-ley 18.502, aparecería el mar territorial dividido en dos porciones, una hasta las tres (3) millas de jurisdicción provincial y otra, desde las tres (3) millas y hasta las doce (12) millas de jurisdicción nacional relativa ello en orden a la atribución de jurisdicción en materia pesquera y de hidrocarburos a las provincias litoraleñas. Desde ya anticipo que a mi criterio el artículo 1º del decreto-ley 18.502 quedó implícitamente derogado con la sanción de la ley 23.968, pues como sostiene Bidart Campos “una vez que el Congreso nacional ha delimitado la extensión del mar territorial no puede, a los efectos internos, subdividir ese espacio en dos (uno para la jurisdicción provincial y otro para la nacional), porque la jurisdicción federal sólo existe a los fines de ejercer competencias del Gobierno Federal (comercio, defensa,etc).” Lo expuesto en el párrafo precedente se ve reforzado con lo dispuesto por el Congreso de la Nación en las leyes 24.145, 24.992 y 26.197.. En este sentido verificamos que la ley 24.145 en su artículo 1º expresamente dispone que “Transfiérese el dominio público de los yacimientos de hidrocarburos del Estado nacional a las provincias en cuyos territorios se encuentren, incluyendo los situados en el mar adyacente a sus costas hasta una distancia de 12 millas marinas medidas desde las líneas de base reconocidas por la legislación vigente.”, zanjando la vieja polémica sobre la constitucionalidad de las leyes que atribuyeron el dominio de los yacimientos a la Nación. Por su parte la ley Federal de Pesca 24.922 que estableció en su artículo 3º que “Son del dominio de las provincias con litoral marítimo y ejercerán esta jurisdicción para los fines de su exploración, explotación, conservación y administración, a través del marco federal que se establece en la presente ley, los recursos vivos que poblaren las aguas interiores y mar territorial argentino adyacente a sus costas, hasta las doce (12) millas marinas medidas desde las líneas de base que sean reconocidas por la legislación nacional pertinente”. A su vez, la ley 26.197 fijó en su artículo 1º que “...Pertenecen al Estado Nacional los yacimientos de hidrocarburos que se hallaren a partir de las doce (12) millas marinas medidas desde las líneas de base establecidas por la Ley Nº23.968, hasta el límite exterior de la plataforma continental. Pertenecen a los Estados Provinciales los yacimientos de hidrocarburos que se encuentren en sus territorios, incluyendo los situados en el mar adyacente a sus costas hasta una distancia de doce (12) millas marítimas medidas desde las líneas de base establecidas por la Ley Nº23.968...” Por otra parte, no cabe duda que es facultad del Congreso Nacional fijar los límites de la Nación, y obviamente delimitar el mar territorial, y también no cabe duda que es facultad del Congreso Nacional dictar el Código Civil y siguiendo la concepción civilista legislar sobre el dominio de las cosas, delimitando cuales bienes son públicos y cuales privados. Vale decir que cumplido tanto la delimitación del mar territorial y establecida la legislación sobre el dominio público del mismo, corresponde verificar si las Provincias han transferido a la Nación dicho dominio, y del plexo normativo de la Constitución Nacional no se observa ninguna disposición en tal sentido, sino que por el contrario advertimos que dicho dominio se encuentra en la zona de reserva de las provincias. El antecedente del decreto- ley 18.502 bien pudo ser el texto del Artículo 2340 inciso 1º del Código Civil de Vélez Sarfield, y lo allí preceptuado en orden a determinar que pertenecían al dominio público de las provincias “los mares adyacentes al territorio de la República, hasta la distancia de una legua marina”, era la consecuencia del reconocimiento internacional del mar territorial de los diferentes Estados, pero los cambios habidos en la legislación nacional y en el derecho internacional, determinan que resulte arbitrario y sin fundamento alguno el reconocimiento del dominio y la jurisdicción provincial sobre el mar territorial en forma parcial, vale decir en una anchura de 3 millas marinas. A mi criterio, la ampliación del mar territorial consecuencia de los nuevos principios que informan el derecho internacional, no implica que el Estado Nacional hubiera acrecido ese territorio para sí en detrimento de las Provincias con litoral marítimo, sino que por el contrario esta nueva realidad jurídica determina el necesario reconocimiento del dominio público de las provincias con litoral marítimo a la nueva delimitación del mar territorial, pues va de suyo que si las provincias siempre tuvieron el dominio sobre el mar territorial, delimitado en un principio en 3 millas marinas, la nueva delimitación de mayor extensión de dicho mar territorial, implica necesariamente reconocer que lo incrementado también le pertenece a las provincias por diversas razones, tales como: a) la aplicación de los principios generales del derecho, en especial los relacionados con la accesión, principios estos contenidos en el Código Civil; b) el hecho de que las provincias no han delegado más derechos que los que se expresan en la Constitución y conforme a ello, han conservado los derechos ya existentes y los que potencialmente pudieran acrecer en relación a los mismos. Por último, y ahora analizando el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación la causa “Total Austral c/Tierra del Fuego”, vemos que la necesidad de derogar el decreto ley 18.502, se patentiza conforme a lo siguiente: Del dictamen del Procurador General de la Corte, este sostuvo que “… que no existe apoyo suficiente para sostener que la ley 23.968 alteró el reparto de la jurisdicción marítima entre Nación y provincias, siendo claro que regula una materia ajena, cual es la fijación de las líneas de base de la República y la extensión de las diferentes áreas marítimas a partir de ellas.” Por su parte la Corte Suprema de Justicia dijo en relación con la alegación efectuada por la Provincia de Tierra del Fuego, que la “…ley 18.502 ha sido superada por la implícita derogación de esa norma que atribuye a la suscripción por parte de la República Argentina de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar el 5/10/1984. A partir de ese momento el Estado Nacional, que, según afirma, actuó no sólo por sí sino a nombre de todas las provincias, adoptó y fijó un mar territorial de 12 millas, extensión que sería aplicable en el caso de aquéllas. Dice que esos nuevos límites provinciales quedaron confirmados por leyes sucesivas como la 23.968 y la aprobación por la ley 24.145 de la citada Convención. En ese sentido cabe señalar que la ley 23.968 no importó alteración alguna en el reparto de competencias establecido en la ley 18.502 y que no se desprende de ella ninguna modificación sobre la jurisdicción reconocida a las provincias en ese texto legal. Se trata de una ley que tiene por objeto fijar, frente a la comunidad internacional y en el ejercicio del derecho de soberanía, las líneas de base de la República Argentina. Su naturaleza, por lo tanto, no guarda relación con las cuestiones vinculadas a la jurisdicción provincial sobre el mar territorial, que constituyen un aspecto de derecho interno.” En la inteligencia que no podemos seguir teniendo esta dualidad de un mar territorial dividido en dos dominios y jurisdicciones, que a su vez se alteran conforme legislación específica en materia de hidrocarburos y recursos vivos del mar, es que considero necesario derogar el decreto ley 18.502 y establecer con claridad el dominio y jurisdicción provincial sobre todo el mar territorial con la sola limitación de las materias que la Constitución Nacional le asigna al Estado nacional en materia de defensa y navegación interprovincial e internacional, materias éstas que expresamente las provincias han delegado al Estado Nacional. Es por las razones expuestas, que solicito a mis pares el acompañamiento al presente proyecto de ley con su voto afirmativo. Marcelo A. H. Guinle