Revista electrónica ddeser no. 36 Especial Agenda Social Mujeres Violencia Un “No” Rotundo (El Universal, 19 de Noviembre de 2005) Diariamente más de 10 millones de mexicanas son víctimas de algún tipo de violencia. Dos de cada 10 la han padecido, muchas veces a través de su pareja. Las cifras amenazan con crecer. ¿Por qué? Texto: Elvira Hernández Carballido. Silvia Elena fue reportada desaparecida al día siguiente que sus familiares notaron su ausencia. Al salir de su casa llevaba un pantalón azul de mezclilla, blusa morada y tenis blancos. Dos meses después del 1 de septiembre, al final de una brecha que se inicia en el kilómetro 25 de la carretera Panamericana, a escasos minutos de distancia de la escuela donde estudiaba Silvia Elena, fue encontrado el cuerpo de una mujer en avanzado estado de descomposición. Había sido violada, el seno derecho le fue cercenado y su victimario le arrancó a mordidas el seno izquierdo. El cadáver fue hallado tras unos arbustos, boca abajo, con las piernas separadas, el brazo derecho extendido y el izquierdo recogido bajo el pecho. El cuerpo fue identificado. Se trataba de Silvia Elena Rivera. Este es un testimonio extraído del libro Las muertas de Juárez, de Víctor Ronquillo. Esta historia es sólo una de las miles que suceden cotidianamente en nuestro país. Violencia es su nombre ¿Qué es la violencia? ¿Acaso sólo la muerte puede sensibilizarnos de la violencia que sufren las mujeres? Es un producto esencialmente humano. Modalidad cultural conformada por conductas destinadas a obtener el control y la dominación sobre otras personas. Forma de ejercicio de poder que afecta negativamente la libertad y la dignidad de otro. La violencia puede ser definida de muchas maneras. Para la investigadora Sarah García Silberman, puede reproducirse conforme las nuevas generaciones aprenden de las anteriores, así como las víctimas de sus agresores y porque se permite que perduren las condiciones sociales que la favorecen. A su juicio, "no hay un factor que por sí solo explique este problema polifacético, de hondas raíces biológicas, psicológicas, sociales, culturales, económicas y políticas". Sin duda, la violencia emerge de la sociedad, no de las hormonas; se transmite en las relaciones económicas, sociales y políticas, mediante las instituciones, las normas, las concepciones éticas. Es el resultado de la dominación, el medio extremo para someter al otro. Perversión de la naturaleza humana y una negación de todo lo que significa vida y crecimiento. ¿Sobre quién se ejerce? Casi siempre, sobre los que se consideran débiles, inermes, objetos, indefensos e insignificantes, rara vez personas. Por desgracia, en la sociedad patriarcal muchos de esos seres humanos son las mujeres. 1 Revista electrónica ddeser no. 36 Horizonte Patriarcal La violencia hacia las mujeres, afirma la antropóloga y feminista Marcela Lagarde, es una constante en la sociedad y en la cultura patriarcal. Y lo es a pesar de ser normada como mala e indebida. Los hombres tienen derecho y permiso de ejercer la violencia contra las mujeres, por el simple hecho de ser varones. Ellas deben padecerla con obediencia y resignación, porque esa actitud es calificada como femenina. Peor aún, la violencia sobre las mujeres ocurre sin que medie relación social previa que no sea la pertenencia genérica. En efecto, debe advertirse, cualquier causa o factor que puede ser explicación del surgimiento de la violencia y que contiene un elemento constante: la educación diferencial genérica. Estudiosos del tema mencionan que una mujer puede ser víctima de comportamientos agresivos de un hombre que quiere atemorizar, castigar, humillar, ofender y someter porque lo cree su derecho, porque cree que su rol debe ser así, porque posee la convicción personal que de esa manera confirma su identidad masculina, su papel de hombre, porque así fue educado y así fue construido socialmente su comportamiento. Un hombre violento es descrito como un ser que ejerce una conducta abusiva crónica tanto en el aspecto emocional, físico, sexual y social en relación con una mujer. La violencia que ejerce sobre ella puede manifestarse en cualquier lugar, pero el hombre con este tipo de conductas se cuida de no tener testigos. En tanto, una mujer maltratada posee sentimientos que su misma condición puede fortalecer: impotencia, vergüenza, culpa, malestar y hasta enloquecimiento. Pero sobre todo, resignación y miedo. Las razones que influyen para que una mujer soporte esa situación son: porque lo creen necesario, por no afectar a sus hijos e hijas, porque nunca se les ocurrió que eso no era normal, por amor, por dinero o porque creen que nadie puede protegerlas, ni las leyes ni el Estado, incluso, ni ellas mismas. Este tipo de situaciones caracterizan a la llamada violencia de género; mecanismo político cuyo fin es mantener a las mujeres en desventaja y desigualdad en el mundo y en las relaciones con los hombres. Permite excluir a las mujeres del acceso a bienes, recursos y oportunidades; contribuye a desvalorizar y denigrar a las mujeres y reproduce el dominio patriarcal, afirma contundente Marcela Lagarde: Se trata de un atentado a los derechos humanos de las mujeres y es uno de los más graves problemas sociales que se viven en este siglo. El periodista Ricardo Rocha, ha difundido en su programa de radio, Detrás de la noticia, que las formas más comunes de violencia que sufren las mujeres en el hogar son: abuso físico, que va de empujones y bofetadas, a torturas, heridas con navajas o cuchillos y lesiones corporales que pueden llegar a la muerte; abuso emocional, que incluye conductas para ridiculizarla, rebajarla, despreciarla, criticar cruelmente a su familia o personas que ella quiere e ignorarla en público o en 2 Revista electrónica ddeser no. 36 privado; abuso sexual, ocurre cuando se les obliga a realizar conductas sexuales no deseadas en tiempo y forma, o se le trata como simple objeto sexual. La violencia afectiva y corporal contra las mujeres abarca gritos, maltratos, golpes, humillación, ultraje, rapto, secuestro, violación, tortura y muerte. El Feminicidio La muerte. Sí, la muerte, agresión suprema en contra de las mujeres. El acto de violencia social radical de discriminación y eliminación sistemática hacia un grupo de personas, las mujeres, que comparten condiciones socioculturales semejantes, ha sido denominado como feminicidio, prueba palpable que advierte el genocidio contra ellas. Este fenómeno social que debe avergonzarnos a todos, ocurre cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres. La cultura de una violencia genérica hace posible realizar abusos contra ellas, ya sea por parte de conocidos o desconocidos que conducen a la muerte cruel a alguna de sus víctimas. El común denominador en este tipo de acciones es la infinita crueldad, un profundo odio, donde son consideradas objetos usables, prescindibles, dignas del maltrato y muy fácilmente desechables. Lagarde asegura que el feminicidio se conforma por el ambiente ideológico y social del machismo y misoginia de violencia normalizada contra las mujeres y por ausencias legales y de políticas de gobierno lo que genera condiciones de convivencia insegura para las mujeres, pone en riesgo la vida y favorece el conjunto de crímenes. El feminicidio seguirá latente mientras su cómplice sea la impunidad, basada en el silencio total, la desatención, la absurda idea de que hay otros problemas mucho más urgentes por resolver en el país. Y siempre pienso en la violencia como un acontecer lejos de casa. Pero no es así. No es propia del varón O del guerrero No del violador No del asesino O del mendigo Tiene los rostros de los habitantes de esta tierra Las formas de revolución sangrienta De brazos caídos 3 Revista electrónica ddeser no. 36 De silencios e indiferencia No, no es verdad Que sea un acontecer lejos de casa Es un acontecer en el fluir de la sangre Y en el palpitar del corazón De cada hombre Es ahí donde se encuentra su morada ¿Por qué entonces, pienso la violencia como un acontecer lejos de casa? Poema Rostros, de Luisa Ramírez. Maestra en Desarrollo Humano. 84 % DE LAS MUJERES EN MÉXICO CONSIDERA QUE LA VIOLENCIA ES ALGO NATURAL, UN ASUNTO PRIVADO QUE SÓLO COMPETE A LA PAREJA. TRES ACTOS DE VIOLENCIA SE PRODUCEN CADA MINUTO EN EL PAÍS CONTRA LAS MUJERES. UNA GOLPIZA OCURRE CADA 18 SEGUNDOS. 25 % DE LAS PAREJAS SUFREN VIOLENCIA COMO UN ASUNTO FRECUENTE. 20 DE CADA 100 ASESINATOS OCURREN DENTRO DEL ÁMBITO FAMILIAR, 10 DE ELLOS SON DE MARIDOS QUE HAN ASESINADO A SUS ESPOSAS. 25 % DE LAS MUJERES QUE DECIDEN QUITARSE LA VIDA LO NACEN PARA ESCAPAR DE LA VIOLENCIA. FUENTE: CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer A. C) MUJERES EN MÉXICO: 36.7 % HA SUFRIDO ALGÚN TIPO DE VIOLENCIA DE LAS CUALES 90 % SUFRE VIOLENCIA PSICOLÓGICA 44.7 % ES VÍCTIMA DE VIOLENCIA FÍSICA 32.1 % ENFRENTA VIOLENCIA SEXUAL 8 % PADECIÓ ESTA AGRESIÓN DURANTE SU INFANCIA 8 % ÚNICAMENTE PERCIBE QUE SUFRE ESTE DAÑO FUENTE Encuesta Nacional entre usuarios de Servicios de Salud, México, 2003. Lucha Contra La Violencia Una de las organizaciones más importantes en México que ha luchado a favor de la población femenina maltratada es la Asociación Contra la Violencia hacia las Mujeres COVAC, que luchó durante dos décadas por condiciones más dignas para el género femenino. AI final de su ciclo, esta organización se despidió con una propuesta esperanzadora, entre la que destacan los siguientes aspectos. La construcción de la ciudadanía representa la más eficiente estrategia para romper el círculo de la violencia. Este problema es un asunto de incumbencia 4 Revista electrónica ddeser no. 36 pública y de amplias repercusiones sociales, por lo tanto, tiene que ver principalmente con la manera en que proyectamos nuestra visión sobre la sociedad democrática del futuro y cómo diseñamos los espacios que habitamos: la casa, la calle, el trabajo, la ciudad, nuestra nación. El combate a la violencia de género tiene que ver con un enfoque de políticas públicas integrales más que con enunciarla como un problema en sí mismo. El carácter multifactorial de este problema y el recurrente planteamiento de la dependencia económica de las mujeres respecto de su agresor, obligaría a establecer propuestas y programas de gobierno vinculados al sector laboral. La violencia de género tiene como trasfondo el aprendizaje de un modelo pedagógico ampliamente difundido en donde la solución de los conflictos no pasa por la negociación de las diferencias. Nuestros modelos autoritarios aprendidos no dialogan con el diferente (el niño, la mujer, las personas de la tercera edad), los conflictos se resuelven a través de la imposición. Se requiere una nueva pedagogía en donde la diferencia no sea sinónimo de desigualdad. La violencia hacia las mujeres no podrá ser abatida o erradicada sin la transformación de los hombres, bajo un modelo de derecho que sancione los actos violentos y que aliente la transformación continua. Feminicidios. Desde la perspectiva de la comunicóloga Utopía Zea, cuando se habla de feminicidio, el término contiene las siguientes cargas. Es la ofensa más severa que se puede dirigir contra un congénere del sexo femenino. El feminicidio es el despojo del bien humano por excelencia. La expresión más radical de la violencia de género. El acto humano por sí mismo irreparable y capaz de producir la mayor indignación y dolor. El atentado más grave a uno de los derechos fundamentales de la sociedad, la vida. Es un delito con altas implicaciones simbólicas de daño específico hacia las mujeres. Los porqués de la impunidad 55.7 % de mujeres no denuncian el maltrato porque lo consideran innecesario. 11.4 % por no afectar a los hijos e hijas. 6.4 % porque nose le ocurrió. 5 Revista electrónica ddeser no. 36 2.1 % por amor. 1.8 % por dinero. 1.6 % porque las leyes no son efectivas. 19.7 % otros. FUENTE: Organización de las Naciones Unidas. Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Encabezan el DF y Edomex la lista negra de violencia contra mujeres Ovaciones Por la Redacción Aunque la violencia ataca a las mujeres, independientemente de su posición económica, instrucción académica y actividad laboral, hay entidades donde se registran mayores índices de muertes violentas. En esta "lista negra", el Distrito Federal y el Estado de México se mantienen a la cabeza. Según datos proporcionados por el INEGI, de acuerdo con las estadísticas más recientes -de 2003- el 53 por ciento de un total de 10 mil 949 fallecimientos de mujeres por causas violentas ocurrieron en ocho entidades federativas; el Distrito Federal y el Estado de México absorbieron poco más del 19 por ciento del total, les siguen Jalisco con 8 por ciento, Veracruz con 6 por ciento, Puebla con 6 por ciento, Guanajuato 5 por ciento, Chihuahua 5 por ciento y Michoacán con 4 por ciento. Por lo que se refiere a los homicidios, el Estado de México concentró 24 por ciento de ellos en el año de referencia, mientras que 12 de cada 100 suicidios tienen lugar en el Distrito Federal. Las tasas más altas de homicidios y suicidios (juntos) las registran el estado de Quintana Roo con 7 muertes por cada 100 mil mujeres y Chihuahua con 6 homicidios y suicidios por cada 100 mil mujeres, así como Oaxaca, Colima, México, Guerrero y el Distrito Federal con poco más de 5 muertes por violencia (homicidios y suicidios) por cada 100 mil mujeres en cada una. La difusión de estas trágicas cifras permite sensibilizar a la opinión pública respecto del problema de la violencia contra la mujer, cuya prevalencia limita las opciones de las mujeres y las niñas en el hogar, en la escuela, en el trabajo y en general en su vida cotidiana. La violencia contra las mujeres no respeta fronteras geográficas, culturales o económicas ni edades. Tiene lugar en el trabajo y en las calles, pero su principal manifestación es dentro del ámbito familiar. 6 Revista electrónica ddeser no. 36 Esta es diferente de la naturaleza y modalidades de la violencia contra los hombres, quienes tienden a ser víctimas más de un extraño o de un conocido ocasional, mientras que las mujeres son víctimas de un familiar o de la pareja en la mayoría de las ocasiones. La violencia que se ejerce en el ámbito doméstico es un abuso que refuerza las jerarquías de género y edad, por lo que también las mujeres pueden agredir y ser violentas. Los actos de violencia (física, emocional, económica y sexual) cometidos por el compañero o esposo, que las mujeres pueden sufrir en varias o en todas sus manifestaciones, lesionan en todos los casos su identidad, autoestima y autodeterminación como seres humanos. Jóvenes, trabajadoras y con hijos, las principales víctimas La Encuesta Nacional de Violencia contra las Mujeres, aplicada a la población femenina de 15 años y más, usuaria de los servicios de salud de centros de primero y segundo nivel del IMSS, ISSSTE y SSA durante los meses de enero a marzo de 2003, mostró que poco más de 2 de cada 10 usuarias de estos servicios de salud sufrieron algún tipo de violencia infligida por su pareja durante el año previo al levantamiento de la encuesta, y que 4 de cada l0 padecieron algún tipo de agresión a lo largo de su vida por diversas personas cercanas a ellas. En ese mismo año, la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), que se aplicó en hogares a mujeres de 15 años y más, casadas o unidas y con pareja residente en el hogar, reportó que 47 de cada 100 mujeres de 15 años y más que conviven con su pareja en el hogar sufren violencia emocional, económica, física o sexual por parte de su compañero o esposo; 9 de cada 100 padecen violencia física, 8 de cada 100 viven violencia sexual, mientras que 38 y 29 de cada 100 mujeres experimentan violencia emocional o económica, respectivamente. El maltrato que ejerce el esposo o compañero en contra de la mujer lo padecen más las mujeres jóvenes, las que trabajan, las que tienen hijos, que cuentan con educación básica, que viven en zonas urbanas y que mantienen una relación de tipo consensual con su pareja, con independencia del tipo de violencia. Ejemplo de lo anterior es que 56 de cada 100 mujeres de 15 a 19 años de edad sufren algún tipo de violencia de su esposo o compañero. Asimismo, 1 de cada 2 mujeres que trabaja padece agresiones de su pareja. De igual forma, de cada 100 mujeres con educación básica, 52 son objeto de maltrato por su compañero o esposo y 47 de cada 100 con al menos un hijo viven actos de violencia con su pareja. 7 Revista electrónica ddeser no. 36 Cinco de cada 10 mujeres en unión libre son maltratadas por su pareja y 1 de cada 2 mujeres casadas sólo por lo civil o la iglesia sufren situaciones de violencia con su pareja. En cuanto al tamaño de localidad, 5 de cada 10 mujeres urbanas que conviven y residen con su pareja en el hogar sufren violencia con su compañero o esposo. La violencia conyugal, una vez manifiesta, se presenta en más de una modalidad. De acuerdo con datos de la INEGI, 55 de cada 100 mujeres víctimas de rudeza por parte de su pareja viven más de un tipo de violencia, emocional, económica, física o sexual. De ellas, 33 de cada 100 sufren dos tipos, 16 de cada 100 padecen tres tipos y 6 de cada 100 sufren los cuatro tipos de violencia, esto es, violencia emocional, económica, física y sexual. Muertes Violentas femeninas por entidad federativa (más altos). Entidad Federativa Total de muertes Accidentes Homicidios y suicidios Estados Unidos Mexicanos 10,949 8,492 2,035 Chihuahua 524 418 100 Distrito Federal 1,067 761 227 Guanajuato 526 458 56 Jalisco 847 703 112 Estado de México 1,065 690 368 Michoacán 520 377 95 Puebla 597 485 97 Veracruz 635 443 94 Porcentaje de mujeres con al menos un incidente de violencia por: Edad 15 a 19 años 40 a 44 años Tipo de localidad Urbana Rural Condición de hijos Sin hijos Con al menos un hijo Estado Conyugal Casada solo por lo civil Casada sólo por lo religioso Cualquier tipo Física Sexual 55.8 48.7 13.3 8.8 7.2 10.5 48.1 41.0 9.3 9.5 7.5 9.0 41.3 46.9 4.7 9.6 2.5 8.2 50.2 52.4 11.8 9.3 9.3 11.0 Las cifras de la violencia El Sol de México 8 Revista electrónica ddeser no. 36 Sufren violencia 46.6% de las mujeres mexicanas Violencia emocional: 38.4% Violencia económica: 29.3% Violencia física: 9.3%. Violencia sexual: 7.8%. Violencia emocional y económica: 26.3% Violencia emocional, económica y sexual: 6.3% Combinación de violencia emocional económica y física: 8.8% Los cuatro tipos de violencia: 5.7% Quién ejerce la violencia y hacia quiénes: 96 de cada 100 mujeres, receptoras de violencia; 4 son Hombres 91 de cada 100 hombres, generadores de violencia; 9 son mujeres Factores que propician la violencia: Edad 55.8%, violencia contra mujeres de 15 a 19 años 32.2%, violencia contra aquéllas con más de 54 años Educación 38.0% de mujeres violentadas sin instrucción educativa 46.4%, con primaria completa 48.4%, con primaria completa y secundaria incompleta 52.2%, con secundaria completa 48.6%, con algún año en educación media superior 39.0%, con algún año de educación superior Ubicación 48.1 %, violencia contra mujeres en área urbana 41.1 % en localidades rurales Llamadas a lnmujeres por violencia 1 llamada cada 35 minutos 11,396 llamadas en 2004 12,226 llamadas de enero a octubre de 2005 Fuente: INEGI, Inmujeres y Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar Investigación: Miriam González 9