Explotación de las personas adultas mayores - Poder

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Tipo de contenido de interés: Voto de mayoría
Rama del Derecho: DERECHO DE FAMILIA
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Subtemas (Restrictores)
Adulto mayor
Análisis sobre el delito de explotación de personas adultas
mayores
Nulidad de cancelación hipotecaria realizada en estado especial
de vulnerabilidad
Explotación de personas
adultas mayores
Aplicación del principio de protección
Nulidad de cancelación hipotecaria realizada en estado especial
de vulnerabilidad
Voto de mayoría
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“IV.En el sexto motivo de casación por la forma, alegan los recurrentes falta de fundamentación,
en particular, por no resolverse la aplicación del artículo 13 del Código Civil en relación
con el numeral 61 de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor . Consideran que la
disposición del numeral 13 del Código Civil, necesariamente se debió de aplicar en relación
con el artículo 61 recién citado, en el tanto este último estipula la nulidad de lo actuado
cuando se trata de traspaso de bienes, mientras que en la especie lo que aconteció fue una
cancelación hipotecaria. Solicitan se acoja el recurso por la forma y se proceda conforme e a
derecho. El reclamo no puede prosperar. La sentencia, como resultado dialéctico del
contradictorio, debe ser interpretada integralmente, su análisis debe considerar múltiples
factores, ya sean de tipo jurídico, contextual, casuístico, histórico, entre otros, pues solo
mediante un análisis de este tipo podrá interpretarse adecuadamente una decisión
jurisdiccional plasmada en un fallo. Al analizar de esta manera la sentencia recurrida, en
particular respecto al punto controvertido en este motivo de casación, nota esta Sala que la
omisión argumentativa que señalan los recurrentes no existe. El alegato de los recurrentes,
se centra en que las consecuencias dadas por el a quo, no derivan del numeral 61 de la Ley
Integral para la Persona Adulta Mayor, por motivo de que dicha norma se refiere al
"traspaso de bienes", lo cual en su criterio no se presenta en la especie, por lo que se debió
aplicar el numeral 13 del Código Civil, por consiguiente, no aplicar dicha disposición para
este caso. El criterio de los recurrentes no es compartido por esta Sala, en su lugar considera
que el análisis y decisión otorgados por el a quo, necesariamente encuentran fundamento
legal y constitucional. En el nivel de las normas legales, primeramente debe considerarse
que la condición de especialidad de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, encontró
imprescindible y abierta aplicación en los supuestos fácticos de este asunto, asimismo, ha de
indicarse que los jueces, como garantes de procesos desarrollados en estricto respeto de las
garantías de las partes, tienen la obligación de resolver todo asunto cuya competencia les ha
sido delegada por el ordenamiento jurídico, situación que deriva del numeral 41 con s
titucional , en el tanto todas las personas tienen el derecho de acceder a la Administración
de Justicia para que se diriman sus conflictos. En la especie e , debe recordarse que el
propósito de la ley especial aplicada, es la protección de las personas adultas mayores,
situación que deriva no solamente de su lectura o de su proceso de formación legislativa,
sino que encuentra pleno soporte en los artículos 33 y 51 de nuestra Constitución Política,
así, la interpretación realizada por el a quo cumple el propósito de la ley misma. Al
respecto, en la sentencia recurrida se estimó que: " A las personas mayores se les debe
garantizar los derechos económicos, sociales, culturales, los cuales están consagrados en
normas de derecho internacional como el Pacto de San José o la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre”. Las personas adultas mayores también encuentran protección en nuestra
Constitución Política ... Para efectos de ejecutar las acciones de atención integral a la
persona adulta mayor, es que se creó esta ley y, reconociéndose como persona adulta
mayor, a toda persona de sesenta y cinco años o más. Dentro de los objetivos de esta ley se
encuentra el garantizar a las personas adultas mayores, igualdad de oportunidades y vida
digna en todos los ámbitos, concediéndole como uno de sus derechos, la protección
jurídica, con el fin de mejorar su calidad de vida ", (1498 vto. – 1499 fte.), ello aunado a
que en el fallo cuestionado sí se analizó sustancialmente el aspecto controvertido, al referir
que: "... no se trataba de una liberación y cancelación de hipoteca pura y simple y aún el
más adiestrado hombre de negocios sin preparación académica específica en ese sentido,
hubiera requerido de tiempo suficiente para analizarla y comprender los alcances de la
misma; con mucha razón opera la sorpresa en don T. que no sólo no es abogado, sino que
además contaba con setenta y cinco años en ese momento y sufría de depresiones agudas. "
(f. 1485 fte.). Es criterio de esta Sala, que el vicio impugnado en este motivo de casación,
no está presente en la sentencia dictada por el a quo, tomando como base para ello los
argumentos recién expuestos. En virtud de lo anterior, se declara sin lugar este motivo de
casación.
V.En el primer motivo de casación por el fondo, alegan los recurrentes la inconstitucionalidad
del artículo 61 de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, ya que se establece una
noción de incapacidad en forma general para todas las personas mayores de 65 años. La
noción de desigualdad, se da en virtud de que dicha norma crea una noción de incapacidad,
esto en relación con las personas mayores de sesenta y cinco años de manera general.
Consideran que cualquier estado de incapacidad, debe ser particular relacionado con una
persona determinada, dadas sus condiciones de salud física o mental. El reclamo es
improcedente. La disconformidad planteada por el recurrente, atiende a la legalidad de la
aplicación del tipo penal a la luz de los preceptos constitucionales. Corresponde a esta Sala,
ejercer control de legalidad en torno a la aplicación de una norma, sea en este caso el
numeral 61 de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor. El análisis de su
constitucionalidad, corresponde a la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la
cual; en el voto 2008-005412 de las 17:34 del 09 de abril de 2008, estudió la
constitucionalidad de dicha norma, disponiendo que: " Por un lado, no es cierto que la
norma impugnada parta de la presunci ó n de que toda persona adulta mayor sea incapaz,
pues con ello est á confundiendo el concepto de “capacidad jur í dica ” con el de “estado
especial de vulnerabilidad” contenido en la norma. Podr í a ocurrir que una persona
adulta mayor sea plenamente capaz, pero que se encuentre en un momento espec í fico o
frente a un acto jur í dico concreto en un estado de vulnerabilidad, que es lo que pretende
proteger la norma. Y esa es precisamente la labor del juez penal, que debe determinar en
cada caso concreto si existi ó una situaci ó n de poder o un estado especial de
vulnerabilidad de la persona adulta mayor que la llevara a disponer de sus bienes,
derechos o recursos econ ó micos en forma perjudicial. Por ello, no es que en todos los
casos se presuma la incapacidad de la persona adulta mayor ni tampoco su estado especial
de vulnerabilidad, pues ser á el juez a la luz de las pruebas que consten en el expediente el
que lo determine en cada caso concreto. Lo anterior, no significa que el art í culo
impugnado constituya un tipo penal abierto, pues n ó tese que en la norma se describe
claramente la titularidad de la acci ó n, la sanci ó n a imponer y la conducta reprochable,
que es aprovecharse de una posici ó n de poder o de un estado especial de vulnerabilidad
de una persona adulta mayor para inducirla a disponer de sus bienes, derechos o recursos,
de manera que le ocasione efectos perjudiciales o a sus descendientes. La simple utilizaci ó
n de conceptos jur í dicos indeterminados en la norma impugnada, no la hace
inconstitucional, sino que por el contrario, le otorga un margen de acci ó n razonable al
juez penal, para que analice el caso concreto a la luz de las pruebas aportadas al
expediente. Tampoco puede considerarse que dicha diferenciaci ó n resulte violatoria del
principio de igualdad, pues como se indic ó anteriormente, s ó lo puede hablarse de
discriminaci ó n cuando se trate dos situaciones jur í dicas id é nticas en forma diferente, o
cuando la diferenciaci ó n est é desprovista de una justificaci ó n objetiva y razonable. En
este caso, no puede considerarse que los mayores de sesenta y cinco a ñ os (seg ú n el art í
culo 2 de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor) se encuentren en la misma posici
ó n jur í dica que las dem á s personas, pues la propia Constituci ó n otorga una protecci ó
n especial al anciano en su art í culo 51, sin que deba ser esta Sala la que defina si la edad
fijada es suficiente o no para considerar a una persona en dicha categor í a. Es claro que
determinar si los sesenta y cinco a ñ os de edad es un par á metro adecuado para medir la
ancianidad de una persona, no es materia constitucional, sino un asunto de pol í tica
legislativa que escapa del á mbito de tutela de esta Sala. Lo que interesa, es que en el caso
concreto la norma impugnada responde a pará metros objetivos y a un inter é s p ú blico
superior, como es la protecci ó n de las personas adultas mayores que se encuentran en
estados especiales de vulnerabilidad y que son v í ctimas de otras personas que se
aprovechan de tal situaci ó n. Ello, tambi é n encuentra respaldo en los compromisos
internacionales asumidos por Costa Rica en materia de Derechos Humanos ."
En el voto recién señalado, la Sala Constitucional confirmó la constitucionalidad de la
norma cuestionada, por lo que corresponde analizar a esta Sala si la aplicación que otorgó al
a quo respetó los criterios de legalidad dispuestos al respecto. En el fallo impugnado, son
múltiples las argumentaciones realizadas en cuanto a la aplicación del numeral 61 de la Ley
Integral para la Persona Adulta Mayor, cada una de ellas partió de la premisa del análisis
sistémico de la prueba evacuada e incorporada en el debate, siendo que para los efectos
importa especialmente la testimonial y pericial, concluyendo así el Tribunal que el ofendido
sí se encontraba en un estado especial de vulnerabilidad, esto por su estado depresivo, que:
"no era incapacitante para lo cotidiano pero sí cuando se requería más elaboración
mental", máxime que "...para septiembre de dos mil uno su capacidad estaba disminuida a
pesar de la ausencia de ideas delirantes ". Estima esta Sala que el análisis total realizado
por el Tribunal, cumple con los requerimientos necesarios del derecho sustantivo, en virtud
de lo cual, lo procedente es declarar este motivo sin lugar.
VI.En el cuarto motivo de casación por el fondo, se alega errónea aplicación de los extremos
del numeral 61 de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, en el tanto no se debió
ordenar la "nulidad de la cancelación hipotecaria", pues no es uno de los supuestos
comprendidos dentro de dicha norma, misma que aplica para casos en que haya existido un
traspaso de bienes, no cancelaciones hipotecarias. La disconformidad no puede proceder.
El reclamo planteado en este motivo de casación, guarda estrecha relación con lo alegado en
el sexto motivo por la forma, en el tanto, pretende que no se acaten las consecuencias
legales dispuestas en el numeral 61 de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor.
Solamente cabe reiterar que la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, encontró
imprescindible y abierta aplicación en los supuestos fácticos de este asunto , en particular su
numeral 61, siendo que la nulidad de cancelación hipotecaria, necesariamente debía de
realizarse, de lo contrario se vaciaría de contenido lógico y práctico la citada disposición
legal. En virtud de lo anterior, lo correspondiente es declarar este motivo de casación sin
lugar.
VII.En el quinto motivo de casación por el fondo, alegan los recurrentes errónea aplicación de
los extremos del numeral 61 de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, que al haber
restituido las cosas al estado anterior del delito y hacerse extensiva a diversos actos
notariales, en los cuales no participó ningún adulto mayor, se incurrió en un error de fondo
en la sentencia impugnada. Consideran que las cosas que se pueden restituir son las que
fueron objeto del delito, lo cual no aplica en la especie, en que nos encontramos ante un
negocio jurídico, para lo cual debió de aplicar las disposiciones relativas a la nulidad y a la
teoría de las nulidades previstas en el Código Civil. Consideran que los actos realizados por
el ofendido, en su calidad de presidente de una sociedad; con respecto a terceros, no pueden
ser inválidos, aun cuando se decrete la nulidad del derecho del otorgante. Solicitan que se
declare con lugar el motivo de casación y, resolviendo por el fondo, se revoquen las
nulidades de los actos notariales decretados en la sentencia recurrida. El reclamo debe ser
declarado sin lugar. Lo establecido en el artículo 61 de la Ley Integral para la Persona
Adulta Mayor, al establecer la restitución de las cosas, contiene el interés del legislador de
hacer que la norma sea efectiva, es decir, que en la aplicación, sus consecuencias tengan
repercusiones en la realidad de las partes. En el caso bajo estudio, estima esta Sala que no
lleva razón la parte recurrente, en el tanto no existe una errada aplicación de la norma que se
cuestiona. Nótese que lo dispuesto por el Tribunal, es el iter lógico para que, precisamente,
la cosas vuelvan a su estado anterior, sea esto, que el ofendido recupere plenamente sus
derechos sobre la propiedad controvertida. De tal manera, si el Tribunal hubiera resuelto de
manera distinta, necesariamente habría inaplicado la disposición legal recién citada y el
legítimo derecho sobre la finca matrícula de folio real 225332-000 hipotecada a favor de la
Sociedad Anónima La Enfinge, no hubiera podido hacerse efectivo. En virtud de lo anterior,
se declara sin lugar el presente motivo de casación.”
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