Aborígenes antillanos a la llegada de Colón

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INTRODUCCIÓN
Antes de la llegada de los españoles se sucedieron en la isla de Santo
Domingo varios grupos de pobladores del continente americano.
Generalmente provenían de la América del Sur e iban trasladándose
por medio de balsas o canoas a través de las pequeñas Antillas hasta
establecerse en las grandes Antillas.
Los aborígenes provenían de las cuencas de los ríos Orinoco en
Venezuela, Xingu y Tapajo, en la Guyana, como pudieron
posteriormente comprobar los españoles a colonizar esos lugares y
observar que las culturas eran similares.
La transmisión de herencias culturales, las mezclas de diversas
culturas, los largos periodos de residencia de los grupos indígenas
en las islas, así como la presencia de nuevos factores geográficos y
ecológicos hicieron que las culturas antillanas adquirieran
numerosos rasgos que la diferenciaban de las existentes en tierras
continentales.
Los motivos de las emigraciones se atribuyen a diversas razones,
entre ellas la económica, consistiendo en la demanda de nuevas
tierras para el cultivo de diversos productos. Otra razón pudiera ser
la búsqueda de territorios donde pudieran vivir en paz.
Los movimientos migratorios mas importantes que se produjeron
antes de la llegada de los españoles fueron los siguientes:
Los Siboneyes: Cuyo termino significa hombre que vive entre las
piedras o las rocas. Los Siboneyes vivían de la caza, la pesca y la
recolección por que sus hábitat solía ser las inmediaciones de las
costas, donde trabajaban también las piedras.
Los igneris: procedentes de Puerto Rico, pertenecientes a los
araucanos, sustituyeron en la isla de Haití a los Siboneyes, quienes
habían llegado de Cuba.
Los Caribes: Pertenecientes al tronco de los arauacos, habitaron mas
a las Antillas Menores y solo visitaban la isla en incursiones
belicosas.
Los sub-tainos o arauacos: provenientes de América del Sur
constituyeron una primera etapa del desarrollo histórico de esta isla.
Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española,
cuando Colón y sus acompañantes pisan tierra y entran en
comunicación con los aborígenes, tiene lugar un proceso más o
menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y
los otros.
Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron
desde el principio conflictivos, tanto que produjeron la progresiva,
pero implacable desaparición de los nativos. Ya hacia 1560 apenas
quedaban algunos grupos dispersos de indígenas, sin mayores
consecuencias para el futuro progreso de miscegenación que daría
nacimiento al hombre dominicano.
A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no
presenta en la actualidad el nuevo tipo étnico común a otras
latitudes del continente: el mestizo.
La temprana desaparición de los naturales de la Española fue
también causa que su cultura, que a la llegada de los conquistadores
atravesaba por una etapa neolítica, de cultivo intenso de la
agricultura y producción de cerámica y materiales líticos, no pasara
a integrarse por completo a la simbiosis operada más tarde con la
cultura de otros grupos foráneos.
De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos
corresponden sobre todo a los aspectos materiales de la misma. Hay
que advertir, por lo demás, que varios de esos aspectos perduraron
a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a
sus costumbres y hábitos de trabajo.
Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los
negros habían logrado ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y
la preparación del casabe, que era el alimento básico de aquellos. A
través de los esclavos africanos, los taínos legaron a nuestra cultura
el cultivo de roza, cuya quema y tala de árboles serían luego
continuadas por los plantadores azucareros.
En el siguiente material encontraremos una recopilación de la
cultura de nuestros ancestros: Los taínos, su forma de vida, sus
costumbres y el legado que nos dejaron.
EL ORIGEN.
Desde Siberia y a través de Alaska, grupos migratorios poblaron el
continente americano hace muchos años. Algunos quedaron en los
bosques como tribus aisladas, otros crearon ciudades espléndidas,
como México y Cuzco.
Aunque el Asia parece ser la madre común de todos los amerindios,
estas migraciones pobladoras las efectuaron gente con una cultura
estacionada en un remoto paleolítico. En América, crearon su propia
civilización, de grandes contrastes: México y Perú por un lado, con
su arquitectura y sus adelantos científicos, y por otro lado el resto de
América y principalmente el grosero primitivismo del habitante del
bosque profundo.
PROCEDENCIA.
Los tainos o aborígenes procedían, según teorías , de los siguientes
países:
*Venezuela
*Cuba
*La Española
*Puerto Rico
LOS TAINOS.
A la llegada de los españoles a la isla que Colón llamó La Española,
encontró aborígenes descendientes de los caribes, moradores de las
Antillas Menores (que realizaban incursiones a las Grandes Antillas)
y a los taínos, de origen arahuaco.
Estos grupos provenían de las cuencas de los ríos Orinoco en
Venezuela y Xingú y Tapajós en las Guayanas, a través de oeadas
migratorias a lo largo de más de doce siglos.
Inicialmente emigraron a las Antillas los Siboneyes (de pobre
cultura) y posteriormente grupos arahuacos que eliminaron los
remanentes de los siboneyes de La Española, Cuba, Jamaica y las
Bahamas, a excepción de dos núcleos localizados en el extremo
occidenttal de Cuba y en el extremo occidental del sur de Haití. Por
último el grupo de los Caribes, que se dice eran antropófagos. Se
consideran dos grupos migratorios arahuacos, siendo durante el
segundo período cuando se desarrolló la cultura denominada taína.
El ejemplar taíno, según la opinión de los cronistas, incluyendo al
Primer Almirante, a Oviedo y al Padre Las Casas, era más bien
hermoso. Eran lampiños casi todos, de modo que no eran barbados.
En cambio todos se distinguían por una deformación del cráneo,
que ellos mismos provocaban desde la niñez con instrumentos
destinados a alargar la cabeza.
No conocían el cobre, el bronce ni el hierro y no valoraban el oro, a
pesar de amarillar la arena de sus ríos.
LA SOCIEDAD TAINA.
Uno de los rasgos más notables de la sociedad taína era el alto grado
de solidaridad social entre sus miembros; difícilmente había reyertas
entre los miembros de los clanes agrupados en pueblos.
El patriarcado indicaba la autoridad principal de la familia, pero la
herencia y la sucesión correspondían a una organización matrilineal:
la herencia pasaba al hijo mayor, y si este faltaba, al hijo o hija
mayores de la hermana del muerto ( así a la muerte del cacique
Boechío, su hermana Anacaona tomó el poder).
El aborigen quisqueyano tenía como norma el respeto a sus
mayores, quienes daban sus consejos aún al mismo cacique.
La educación era al mismo tiempo una responsabilidad familiar y
social.
Los caciques podían tener varias mujeres (se dice que Boechío llegó
a tener 30). Los nitaínos también podían tener varias compañeras,
pero los naborias rara vez tenían más de una.
El incesto estaba rigurosamente prohibido.
El hombre generalmente andaba desnudo, al igual que la mujer
soltera. Las casadas por el contrario utilizaban unos mantos de
algodón para cubrir sus partes sexuales.
Varias familias vivían en una casa. Dice Las Casas: "... pueden vivir
diez y quince vecinos toda la vida sin que (...) tengan reyertas y
contenciones".
Aún las guerras entre las diferentes regiones eran raras: "..sino por
una de estas tres causas: sobre los términos e jurisdicción, o sobre las
pesquerías, o cuando de las otras islas venían indios caribes
flecheros a saltear..." El hurto era uno de los delitos más sancionados
y según Oviedo el castigo era el empalamiento.
ORGANIZACION SOCIAL.
La estructura social se componía de:
o
o
o
o
Nitaínos que eran los nobles, guerreros, y los artesanos.
Estimados por ser de mejor sangre que los demás, tenían a su
cargo a otros indios, venían a ser los lugartenientes de los
caciques.
Naborias eran los siervos y eran de la clase más baja.
Los Caciques (Jefes) eran posiciones heredadas y procedía de
la clase nitaíno.
Los Bohiques (curandero) eran de un linaje de bohique.
No es claro si los Nitaínos eran nacidos o se ganaban su clase
social. Los Nitaínos gobernaban sobre los naborias. Los Naborias
pescaban, cazaban, hacían el trabajó en los conucos, generalmente el
trabajo pesado.
Para finales del siglo XV, la isla de Haití (o según Pedro Mártir de
Anglería, Quisqueya) estaba dividida en cinco regiones o cacicazgos,
gobernados por un cacique.
El cacique ocupaba la cima de la pirámide social, era el jefe.
Parece ser que cada cacicazgo era dividido en regiones o provincias
llamadas nitahinatos y en estas gobernaban los nitaínos. Este,
disfrutaba de una posición jerárquica privilegiada, subordinada sólo
al cacique. "... tenían súbditos infinitos", decía Las Casas.
En el orden jerárquico seguía el behique o buitío. Ocupaba una
posición también privilegiada y entre sus funciones se señalan:
"organizar el culto, comunicar las tradiciones tribales y curar a los
enfermos" (Roberto Cassá). Estaban rodeados de una aureola de
misterio y poder sobrenatural que los hacía temibles y respetados.
Los métodos curativos eran mágico-animistas, pues concebían las
enfermedades como obra de los espíritus, pero además, eran
grandes herbolarios: "y tenían conocidos las propiedades de muchos
árboles e plantas e hiervas", según relata Oviedo.
Continuando la estructura social de los taínos, se encuentra la clase
trabajadora, los naborias, encargados de la caza, pesca, agricultura,
etc. Algunos autores separan la clase trabajadora de los naborias,
dándole a estos últimos categoría de sirvientes que provenían de
pobladores más.
LA CULTURA TAINA.
En el año 1492 Cristóbal Colón toca las costas de la isla y descubre
en sus habitantes una raza indígena desconocida llamada taínos que
en lengua arauaca quiere decir bueno o noble. Los taínos habitaban
esta isla desde el año 800 A.D.
Se organizaban en unidades tribales que se regían diariamente y
dedicados a una vida sedentaria simple y rica en tradiciones
religiosas y agricultoras, la expresión de su cultura en nuestra isla
era la más rica del área del Caribe.
Sin embargo, el descubrimiento y sus métodos de conquista
exterminaron esta raza en un período aproximado de 50 años, lo
cual limitó el impacto de dicha cultura indígena sobre la
dominicana.
El sistema de colonización tuvo que traer al Continente Americano,
personas más fuertes y resistentes a las duras faenas de trabajo.
Aunque los dibujos rupestres son de una marcada puericia,
como sus petroglifos, el taíno trabajó primorosamente la
piedra y la cerámica. En la cerámica pusieron arte e inquietud
espiritual, y a veces de complicadas formas de decoración.
Tenían excelentes trabajos en piedra y concha, y también
trabajaron la madera.
Existen evidencias de que los taínos también practicaron
actividades de cestería y fabricación de vasijas, cucharas y
vasos utilizando el fruto del higüero que ellos sembraban con
estos propósitos.
A.-Lengua:
Del lenguaje de los indios, conocemos sólo las palabras que
nos quedan: nombres de personas, lugares, y de algunos
productos del agro, de la caza y de la pesca, consignadas por
los cronistas.
Los indios no tenían lenguaje escrito, se dice que hablaban el
lucayo, aunque Pedro Henríquez Ureña toma a Loven y otros
para decir que hablaban el taíno.
Fray Ramón Pané decía que se hablaban dos lenguas en la isla, Las
Casas dice que eran tres.
Una de ellas era la más extendida "... la otra lengua fue la universal
de toda la tierra - dice Las Casas - y ésta era más elegante y más
copiosa en vocablos y más dulce el sonido." Esto corrobora la
afirmación de Colón: "... tienen un habla la más dulce del mundo y
mansa, y siempre con risa
B.-Viviendas:
La vivienda del indio era el bohío o buhío. Para algunos, la
vivienda del cacique era denominada Caney, pero otros
autores no consideran diferencia.
El tipo más corriente era de planta circular que poseía techo
cónico y estaba sostenido por postes dispuestos alrededor de
un poste central, donde se hacía descansar el techo, fabricado
al igual que las paredes, de yerbas, yaguas y bejuco (usaban
hojas secas de cana o yagua de palma real).
"Otras casas o buhíos hacen asimismo los indios, y con los
mismos materiales; pero son de otra facción, y mejores en la
vista, hechas de dos aguas, y de más aposento, e para hombres
más principales e caciques..." "Y en las principales hacen unos
portales que sirven de zaguán o recibimiento." (Oviedo)
C.- Deportes:
Los taínos practicaron una serie de juegos que tenían un doble
carácter, ceremonial y diversión como son: carreras, concursos
de fuerza, pesca como deporte, etc., siendo los más
importantes el simulacro de guerrero (juegos gladatorios) y el
de pelota. Este lo jugaban en una plaza que centraba la aldea,
llamada batey. La pelota se fabricaba con fibras vegetales a las
que se daba una flexibilidad especial. consistía el juego en
mantener en movimiento la pelota a base de los rebotes de esta
con ciertas partes del cuerpo (hombro, codo, cabeza, rodilla).
Se pierde cuando por cualquier razón la pelota cesa en su
movimiento.
D.- Casabe o cazabí:
La industria del casabe o cazabe era quizá la más desarrollada.
Para ello usaban la yuca amarga, fuertemente tóxica. La
deshidrataban, rallándola en una piedra erizada llamada
guayo, colocándola en una manga cónica de hojas de palma
tejidas llamada cibucán y utilizándo grandes piedras para
estirarlo y que se exprima la yuca rallada. El residuo que
quedaba era cocido en el burén, quedando una torta, aún hoy
apreciada.
El líquido resultante o hien, al fermentar perdía su poder
tóxico y resultaba en una especie de vinagre con el que
sazonaban sus carnes.
E.- Bailes y cantos (Areytos).El baile y las canciones eran acontecimientos sociales entre los
indios antillanos. Acompañaban sus cantares con orquestas
monocordes. Dice José Gabriel García:
"... con tambores que hacían de un madero delgado y hueco
forrándolo en uno de sus extremos con un cuero bien estirado;
con panderos que formaban con conchas de animales; con
harpas que hacían valiéndose de unas varas flexibles que
introducían dándole la forma de medio arco, en un güiro o
calabazo vacío y que encorvaban con finas sogas de cabuya, y
con pífanos o flautas hechos de pedazo de caña brava; con
maracas y grandes caracoles, de los cuales sacaban notas
monótonas y desapacibles."
Las canciones entonadas, así como las danzas, se llamaban
areytos. Desgraciadamente nada ha quedado de esta música ni
de sus versos.
Había varias clases de areytos: el areyto simbólico,
perteneciente a la liturgia sagrada, el areyto guerrero, con el
cual celebraban las victorias bélicas y el areyto social, para
honrar a personajes célebres. También los areytos servían para
transmitir las creencias de generación en generación y eran
cantados siempre de la misma manera para no corromperlos.
Los areytos eran dirigidos por una persona principal que recitaba
historias danzando en cierto contrapaso. Esas historias eran
repetidas en voz más alta por un coro danzante compuesto por
hombres, unas veces, o por mujeres, otras, o por grupos mixtos en
muchos casos.
RELIGION Y MITOS.
Adoraban el fuego, el sol y la luna. Tenían un dios supremo, Loquo
que vivía en el cielo o Turey. Rendían culto a cemíes de piedra (dios
menor), que ellos mismos tallaban. Creían que los muertos van a un
lugar llamado Coayban, cuyo señor era Maquetaurie.
De acuerdo con relatos recogidos por el fraile Ramón Pané, los mitos
de los indios se relacionan con el origen del Sol y la Luna, salidos de
una cueva llamada Jovovava; con la transformación de seres
asexuados en mujeres, utilizando el pájaro iriri que agujereaba los
árboles; y con la fantástica creación del mar al romperse una
calabaza desparramándose el agua que contenía en proporciones
tales que con ella cubrió la tierra.
Los mitos y otras creencias eran transmitidos de generación en
generación por aquellos ancianos más respetados de las familias, los
clanes y las tribus.
ARTE RUPESTRE Y ARTESANIA
El gran desarrollo alcanzado en las actividades artísticas y
artesanales fue uno de los rasgos más característicos de esta
sociedad.
La confección de una extraordinaria cerámica para fines funerarios y
rituales y la fabricación de una enorme cantidad de ídolos, amuletos
y otros artículos de lujos, confeccionados en piedra, madera, concha,
hueso y otros materiales no se han conservado tanto, como los de
algodón y otros (cuyo semi principal se encuentra en el Museo de
Turín, Italia).
Se han encontrado muestras del arte rupestre taíno en diferentes
localidades de la isla como en las cuevas de las Maravillas y del
Pomier; también, al dar la vuelta al Lago Enriquillo se pueden ver
las famosas Caritas.
Otras cuevas conocidas por sus pictografías se encuentran en el
Parque del Este y en los Haitises.
Las piezas de alfarería taína halladas en nuestra isla son de superior
calidad a las de otras islas, al igual que los artefactos líticos y en
madera que conformaron toda una parafernalia para la realización
de rituales mágicos religiosos taínos.
Los dos productos de cestería más importantes que quedan como
herencia de esta cultura precolombina son la hamaca y el macuto.
El arte de los indios taínos como el de todos los pueblos aborígenes
refleja su particular concepción del mundo. Los taínos creían en
espíritus superiores que controlaban, a veces caprichosamente, la
naturaleza humana y el mundo. A estos espíritus el hombre debía
halagar, apaciguar o neutralizar por medio de ritos y ceremonias
sagradas.
El arte taíno, encarnación de dichas creencias, se expresaba, con
relativo o absoluto dominio técnico en agradables formas
convencionales, elaboradas con los más diversos materiales. De
algunos de sus ejemplares, ejecutados con materia perecedera, sólo
nos resta la descripción que de ellos nos dejaron los cronistas de
Indias.
Pocos objetos de valor artístico se salvaron de la destrucción
sistemática, llevada a cabo por los misioneros y colonizadores, de
todo lo que para ellos, tenía significación mágico-religiosa, es decir
los ídolos y otros objetos de uso ceremonial. De la destrucción, que
obedecía a las ideas religiosas de la época, sólo se salvaron aquellas
que se enviaron, como objetos exóticos, a príncipes europeos
renacentistas quienes los conservaron en sus gabinetes de
curiosidades, y aquellos que, a tiempo, lograron esconder los indios
en cuevas y otros lugares inaccesibles para los conquistadores, y que
serían, siglos más tarde, re-descubiertos por arqueólogos y
campesinos.
Lo que hoy podemos denominar arte taíno no es otra cosa que la
expresión simbólica y estética de su sociedad, de sus necesidades, y
sobre todo, de sus creencias y prácticas mágico-religiosas. Es dentro
de esta realidad que podemos apreciar e interpretar sus diversas
expresiones.
LA AGRICULTURA
Los Taínos nos dejaron una gran herencia social, podemos citar, por
ejemplo: varias plantas domesticadas como la yautía, el tabaco, el
ñame, el maní, el maíz, el mapuey y ni decir la yuca y la elaboración
del cazabe, cuyo proceso se mantiene casi intacto hasta nuestros
días. Son herencia taína sobreviviente a la conquista.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN UTILIZADOS POR LOS
TAINOS.
Los taínos tenían formas muy peculiar para comunicarse una de
ella era el uso de canoas, para transportarse de un lugar a otro.
ENCUENTRO CULTURAL ENTRE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Y TAINA.
Los Tainos se organizaban en unidades tribales que se regían
diariamente y dedicados a una vida sedentaria simple y rica en
tradiciones religiosas y agricultoras, la expresión de su cultura en la
isla era la más rica del área del Caribe. Sin embargo, el
descubrimiento y sus métodos de conquista exterminaron esta raza
en un período aproximado de 50 años, lo cual limitó el impacto de
dicha cultura indígena sobre la dominicana.
El sistema de colonización tuvo que traer al Continente Americano,
personas más fuertes y resistentes a las duras faenas de trabajo.
Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española,
cuando Colón y sus acompañantes pisan tierra y entran en
comunicación con los aborígenes, tiene lugar un proceso más o
menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y
los otros.
Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron
desde el principio conflictivos, tanto que produjeron la progresiva,
pero implacable desaparición de los nativos. Ya hacia 1560 apenas
quedaban algunos grupos dispersos de indígenas, sin mayores
consecuencias para el futuro progreso de miscegenación que daría
nacimiento al hombre dominicano.
A diferencia de otros países de América, Santo
Domingo no presenta en la actualidad el nuevo tipo
étnico común a otras latitudes del continente: el
mestizo.
La temprana desaparición de los naturales de la Española fue
también causa que su cultura, que a la llegada de los conquistadores
atravesaba por una etapa neolítica, de cultivo intenso de la
agricultura y producción de cerámica y materiales líticos, no pasara
a integrarse por completo a la simbiosis operada más tarde con la
cultura de otros grupos foráneos.
De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos
corresponden sobre todo a los aspectos materiales de la misma. Hay
que advertir, por lo demás, que varios de esos aspectos perduraron
a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a
sus costumbres y hábitos de trabajo.
Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los
negros habían logrado ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y
la preparación del casabe, que era el alimento básico de aquellos. A
través de los esclavos africanos, los taínos legaron a nuestra cultura
el cultivo de roza, cuya quema y tala de árboles serían luego
continuadas por los plantadores azucareros.
Otros elementos importantes de la cultura material taina que
subsistieron y aparecen hoy incorporados a la vida y actividad
cotidianas del dominicano son:
Instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol (usado como
trompeta para dar avisos) y la cuchara de higüero; técnicas como el
sistema de pesca denominado barbasco o "encandilamiento", el
ahumado para la conservación de las carnes, la cestería
(especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya y la petaca
de yagua), el encendido de hornos de carbón, la utilización de la piel
de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales, etc.; productos
agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el lerén,
el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana.
El mundo espiritual del taíno apenas dejó huellas en la cultura
criolla, y las pocas muestras de ese mundo se hallan fuertemente
sincretizadas con las creencias y ritos cristiano-africanos. Podemos
citar, al respecto, la sacralización de ciertos caciques taínos, elevados
a la categoría de luases o divinidades del panteón voduísta; las
supersticiones relativas a las hachas indígenas, popularmente
conocidas como "piedras de rayo" y el mito de la ciguapa, entidad
femenina que camina con los pies al revés.
La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que
buscarla, sin duda, en el lenguaje. Numerosos vocablos forman
parte del habla criolla.
ALGUNOS ELEMENTOS DEJADOS POR LOS TAINOS A
NUESTRA CULTURA.
Elementos importantes de la cultura taina que subsistieron y
aparecen hoy incorporados a la vida y actividad cotidianas del
dominicano son:
a) instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol –usado como
trompeta para dar avisos– y la cuchara de higüero;
b) técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o
"encandilamiento", el ahumado para la conservación de las carnes,
la cestería –especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya
y la petaca de yagua–, el encendido de hornos de carbón, la
utilización de la piel de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales,
etc.;
productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el
maíz, el lerén, el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta
dominicana.
El mundo espiritual del taíno apenas dejó huellas en la cultura
criolla, y las pocas muestras de ese mundo se hallan fuertemente
sincretizadas con las creencias y ritos cristiano-africanos. Podemos
citar, al respecto, la sacralización de ciertos caciques taínos, elevados
a la categoría de luases o divinidades del panteón voduista; las
supersticiones relativas a las hachas indígenas, popularmente
conocidas como "piedras de rayo" y el mito de la ciguapa, entidad
femenina que camina con los pies al revés.
La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que
buscarla, sin duda, en el lenguaje. Numerosos vocablos forman
parte del habla criolla (Emiliano Tejera, 1935; Emilio Tejera, 1977).
CONCLUSION
Desgraciadamente, la rápida desintegración de la sociedad aborigen,
la naturaleza perecedera -máxime en un clima tropical como el
nuestro- de muchos de los materiales utilizados por los tainos para
expresarse artísticamente, así como la falta de interés de los
colonizadores para conservar las manifestaciones de la cultura
aborigen, han sido causas de que hasta nosotros sólo haya llegado
una pequeña fracción de los objetos representativos del arte taino.
Esta apretada síntesis de las principales expresiones escultóricas,
del arte y de la forma de vida de los taínos, sólo nos permite tener
una visión limitada del arte de los antiguos pobladores de nuestras
islas. Futuras investigaciones arqueológicas continuarán
enriqueciendo con sus hallazgos las colecciones antillanas que hoy
atesoran esta herencia.
Sin duda alguna, que los taínos nos dejaron un legado muy
apreciado: su cultura, su baile, sus alimentos; los cuales se
encuentran hoy presentes en nuestra sociedad y en nuestros
museos. Esperemos que sean transmitidos de generación en
generación y que sean conocidos por otras culturas.
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