ATRÉVETE A PENSAR Tractatus logico - humoristicus para universitarios Pedro Mendoza Título: Atrévete a pensar, 2ª Edición Autor: © Pedro Mendoza I.S.B.N.: 84-8454-322-6 Depósito legal: A-81-2004 Primera edición: Septiembre 2002 Edita: Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 61 33 C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante) www.ecu.fm Printed in Spain Imprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87 C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante) www.gamma.fm gamma@gamma.fm Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. ÍNDICE Prólogo a la 1ª edición......................................... 5 Prólogo a la 2ª edición......................................... 9 1. Quién soy, de dónde vengo, a dónde voy ... 11 2. En qué país estoy........................................... 15 Los retretes públicos....................................... 17 La suciedad ambiental y el botellón. ............... 18 La contaminación acústica. ............................ 19 El tráfico. ......................................................... 20 Los incendios forestales. ................................ 22 Los deportes. .................................................. 23 3. ¿Cómo podría este país dejar de ser mediocre?...................................................... 27 Ejemplos cotidianos de chapuza. ................... 33 4. La educación preuniversitaria......................... 37 5. Ya estoy en la universidad .............................. 57 ¿En qué me matriculo?................................... 60 El odiado papeleo ........................................... 67 6. Alumnos y profesores .................................. 73 Los alumnos.................................................... 73 Los profesores ................................................ 76 7. Relaciones sociales: Las clases y los ligues.............................................................. 87 Las clases ....................................................... 87 Los ligues........................................................ 93 8. Las elecciones ............................................ 101 9. Trabajos, apuntes y bibliografía................ 113 Trabajos ........................................................ 113 Apuntes......................................................... 121 Bibliografía .................................................... 125 10. Los exámenes y los suspensos ................ 131 Los exámenes .............................................. 131 Los suspensos .............................................. 139 11. El título: ¿y ahora, qué? ............................. 147 Las oposiciones ............................................ 157 Localización temática...................................... 163 PRÓLOGO A LA 1ª EDICIÓN El filósofo vienés Ludwig Wittgenstein (18891951) publicó en 1922 un libro muy pequeño de filosofía, prologado por Bertrand Russell (18721970). Se publicó en bilingüe, inglés y alemán. Ese libro, cuya versión alemana había salido un año antes en forma de artículo, se hizo paradigmático en el siglo XX, por su simplicidad y su profundidad. Su título era Tractatus logico-philosophicus. Entre 1920 y 1926, Wittgenstein trabajó como maestro de Primaria en tres pueblecitos de Austria. Como agradecimiento simbólico a Wittgenstein en el 80 aniversario de su libro más famoso, aquí va esta aportación educativa, dirigida a universitarios y universitarias de hoy. Después de estos serios preliminares, pasaré a rememorar el estilo de aquel Tractatus, añadiendo yo en éste un aspecto humorístico concomitante, no por ello menos trascendente. Posiblemente sólo entienda este libro quien haya pensado alguna vez por sí mismo. No es, pues, un manual de instrucciones. Quizá podría resumirse así: lo que tiene solución debe arreglarse ya; y de lo que no tiene remedio, mejor es reírse. Lo subtitulo Tractatus logicohumoristicus no porque trate temas triviales, sino 5 Prólogo a la 1ª edición porque está hecho con humor. Y en latín, porque es más solemne (no en inglés, que lo habla todo el mundo). En qué medida coincida mi iniciativa con la de otros autores, me trae al fresco. En realidad, no aspiro a descubrir la pólvora, razón por la cual apenas aduzco fuentes. Me es casi indiferente si lo pensado por mí ha sido ya pensado por otros. Debo a Wittgenstein el envoltorio de este trabajo. Y a un profesor español, Miguel Fernández Pérez, una lucecita que se me encendió leyendo su libro Así enseña nuestra universidad, publicado en 1989. También tomo de un idealista crítico, un tal Kant (1724-1804), el título atrévete a pensar (sapere aude), lema de su Ilustración: corría el año 1784, ¡qué tiempos aquellos!... Debo a otros millones de personas, bichos, cosas y circunstancias, los datos que obran en mi ADN y en mi sistema nervioso, pero nos ahorramos la lista. También, y como es costumbre, quiero dar las gracias a mi compañera y esposa (legal): que no me ha pasado a máquina ningún trabajo ni le desvelan estos temas, gracias a dios. Con lo cual, tengo la seguridad de que, al llegar a casa, cambio de ambiente. La utilidad de los pensamientos aquí comunicados me parece definitivamente provisional, como muchos contratos laborales del siglo XXI. Soy, pues, de la opinión de no haber solucionado nada. Y si no me equivoco, el valor de este trabajo está 6 Atrévete a pensar en sugerir lo mucho que se hace para mejorar tan poco. El autor desea a sus lectores y lectoras que se pongan cómodos. Este no es un libro para decir “lo he leído”. Lean despacio, como beben las gallinas, decía Tierno Galván. Ah, y desabróchense el cinturón si es que aprieta ... Thank you! El autor, año 2002 7 PRÓLOGO A LA 2ª EDICIÓN El 12 de febrero de 2004 se han cumplido 200 años de la muerte de Kant (1724-1804), de quien tomo el título de esta obra, Atrévete a pensar. Mal haría yo en no dedicarle esta segunda edición. Y lo hago con gusto. Por lo demás, no sólo amigos o familiares, sino gente seria que no me conocía de nada, me han animado a seguir extendiendo este trabajo: "Debería ir como anexo en el sobre de matrícula", me han comunicado universitarios de variada procedencia, jóvenes y adultos. En fin, me alegra que pueda ser útil. No sólo para el millón y medio de universitarios que estudian en las 50 universidades públicas de España y otras 21 privadas, sino para un perfil de profesores expertos, evaluadores de calidad en los numerosos aspectos que conlleva una educación solvente. Todo sea por un país y un mundo menos absurdo del que heredamos el día que nacimos. El autor, año 2004 9 1. QUIÉN SOY, DE DÓNDE VENGO, A DÓNDE VOY 1.1 El mundo es todo lo que pasa por mis neuronas. 1.2 Entre las cosas que pasan por mis neuronas, está mi convicción íntima de que el mundo existe fuera de mí, con independencia de que yo exista o no. O sea, que “no somos nadie”. 1.3 Es probable, para mí, que existan otros mundos u otras formas de captar el único mundo en diferentes dimensiones a las convencionales. Pero no me consta. Así que hablaré desde mi mundo. En este sentido, todo lo que digo es subjetivo. Entre los cientos de billones de uniones sinápticas en mi cerebro, sólo haré conscientes unas pocas relaciones, que son de las que me parece que quiero hablar. 1.4 Si es verdad que estamos en una esquina de una galaxia con unos 100.000 años-luz de diámetro y que existen, por ahora, otros cientos de miles de millones de galaxias así (con sus correspondientes agujeros), la 11 1. Quién soy, de donde vengo, a dónde voy relatividad de mi aldea mental es algo a poner en primer plano: no se tomen ustedes muy a pecho lo que yo diga. Estamos saliendo del cascarón, ni siquiera hemos llegado al planeta de al lado. Claro, que, a lo mejor, ni hace falta: “Se ha expandido el ámbito de la estupidez humana” –dijo Bertrand Russell el 21 de julio-1969, seis meses antes de morir, mientras andábamos por la luna... 1.5 Y si también fuera cierto que esto funciona desde hace casi 15.000 millones de años, la cosa tiene gracia. Como para ponerme yo ahora original en reciclar la realidad. Por más que hago memoria y a pesar de Platón, yo no estaba allí ni recuerdo reminiscencias de haber vivido en ninguna otra parte. Así que me referiré sobre todo a los 15.000 millones de años que quedan por delante. 1.6 No haré largas derivaciones lógicas. Primero, porque el truco de las conclusiones está siempre en las premisas. Segundo, porque no trato de convencer de nada, sino de comunicar intuiciones no siempre irracionales. Tercero, porque estamos en la época de la imagen y no quiero ponerme plomo, que el tiempo es oro. 12 Atrévete a pensar 1.7 Presento sugerencias a modo de flash, en frases cortas y cerradas. Este estilo, en mi intención, no tiene nada que ver con tonos dogmáticos, sino con el tiempo, el espacio y el sentido común. Por otra parte, el 99% de lo que leemos ya está escrito en algún sitio. Para la localización de estas intuiciones, evito círculos concéntricos como 1.1.1. y 1.1.2 (marean que es una barbaridad). 1.8 Todas y cada una de las afirmaciones de este libro, y de todos los libros, son parciales o discutibles, porque yo soy limitado y concreto. Cualquier lenguaje de la especie humana es como un cuello de botella: más estrecho que la realidad simbolizada. Por otra parte, una misma proposición o expresión tiene siempre múltiples resonancias y coherencias, dependen del intérprete, del recipiente, del juego de espejos intermedios. 1.9 El punto focal de este trabajo es la universidad española vista desde un alumno, aunque habrá otros centros de interés convergentes. Siento la pasión de saber y de llegar a la raíz de las cosas, pero no me defino como intelectual ni tengo interés en serlo. No me gusta la palabra ni 13 1. Quién soy, de donde vengo, a dónde voy me atraen la mayoría de los intelectuales. Quizá porque bastantes de ellos se divierten demasiado en crucigramas virtuales. Las energías que gastan en enlatar y etiquetar lo que ellos llaman realidad son inmensamente mayores que las empleadas en mejorarla. Para este tipo de intelectuales, que no son pocos, la realidad es un pretexto para su propio juego: rara vez se manchan con ella. La gente que nunca se define, esperando el sol que más calienta, simplemente me inspira desprecio, y son peligros públicos. 14 2. EN QUÉ PAÍS ESTOY 2.1 Aunque todas las Comunidades Autónomas son “países” (y otros más si se quiere), yo usaré la palabra país para referirme al conjunto de ciudadanos de este Estado, también llamados “españoles”. Aunque todos tenemos alguna vez la pesadilla de aparecer diferentes (eso a veces vende más), yo me fijaré en algunas constantes que me parecen comunes a la mayoría de nosotros, los españoles. La constante común que quiero poner en primer plano, no por masoquismo sino para entender mejor en qué universidad estamos, es una sola: éste es un país mediocre. Estoy hablando de la resultante, de la media. Naturalmente que hay españoles competentes y hasta superdotados. Pero éstos no son representativos de la mayoría ni de la media, son una exigua minoría. 2.2 En el caso de que la hipótesis anterior fuera falsa, yo me habría equivocado, y nada más. En el caso de que fuera verdadera, nos explicaríamos no sólo alguna cosa rara, sino series de cosas raras o poco “lógicas”. Ya ha salido la palabri15 2. En qué país estoy ca... Por profilaxis, no aplique usted la lógica al funcionamiento de este país, se evitará sobresaltos. 2.3 16 Mediocridad, dice el diccionario, es “estado de una cosa entre lo bueno y lo malo, entre lo grande y lo pequeño”. Y en otra acepción, “persona de mediana inteligencia”. Nos puede servir esta descripción. Sólo nos quedaría decidir qué países serían los “grandes” y cuáles los “pequeños”, para situamos nosotros en medio. Me arriesgo a este tipo de simplificación. De lo contrario, este libro sería otra cosa o no existiría. Tampoco me sirve de consuelo reconocer que hay muchos países “peores”. Yo quiero que el país donde he nacido y trabajado sea mejor de lo que es, no por localismo o nacionalismo baratos, sino porque siento esa necesidad como algo lógico. El atentado del 11-M de 2004 en Madrid, la enérgica reacción de los ciudadanos en la calle y en las urnas, junto a la solidaridad de todos los pueblos de España actuando como una piña ("todos somos madrileños"), nos ha venido a confirmar una vez más que los españoles somos un pueblo superior en situaciones de emergencia. Pero este libro quiere estimular esa creatividad de los españoles Atrévete a pensar todos los días del año: ¿Cómo es posible que un pueblo tan creativo y solidario en situaciones extremas sea globalmente mediocre en su devenir ordinario? 2.4 España está entre Francia y Marruecos. La geografía, como se ve, es trascendente a sí misma. Teniendo en cuenta los últimos 500 años de historia, ¿con qué países europeos sería lógico compararnos? Pues, en muchos aspectos, a mí me parece claro: con Francia, Inglaterra y Alemania. Con Italia, menos, pues sólo lleva un siglo como Estado unificado. Sin echar mano de enciclopedias o encuestas, parece evidente que hoy Alemania, Francia, Reino Unido (y también Italia), con todas sus lacras y errores, van por delante de España en poder adquisitivo, niveles de vida, investigación, organización, cultura y deportes. No sólo en valores absolutos (tienen más habitantes), sino relativos. Dejemos las correlaciones alambicadas y mencionemos ejemplos perceptibles por todo el mundo. 2.5 Los retretes públicos. Por muchas presencias y presidencias europeas que nos encomienden, no acabamos aquí de ser europeos. Yo no pido aire 17 2. En qué país estoy acondicionado ni olor a colonia. Ni ramos de flores en urinarios de caballeros, como en Holanda. Ni siquiera una elemental percha por si llevas algo. Sólo suplico con el debido respeto: a) que cierre la puerta, b) que no haya “aguas” por el suelo, c) que haya papel, y d) que funcione el complejo cadena – agua – taza -escobilla. 2.6 No hablemos ya de la represión sexual, cultural y política, expresadas en puertas WC modelo muro-Berlín. En resumen, yo, que no soy escrupuloso, preferiría pagar algo y que no me pase nada. Además, se crearían miles de puestos de trabajo. 2.7 La suciedad ambiental y el botellón. Directamente proporcional a la importancia demográfica de la ciudad. Papeleras rotas o quemadas. Millones de papeles, latas, vidrios y desperdicios por los suelos. El español medio es todavía deficiente en bien común. El bien común es un concepto nuclear, no sólo para proyectar ilusiones conjuntas, sino para que exista una sociedad. Pero este concepto está mayoritariamente ausente de los hábitos económicos, educativos, familiares e institucionales. ¿Acaso no había escrito ya el geógrafo griego Estrabón (+25 dC) que “los 18 Atrévete a pensar íberos eran incapaces de aunar energías en pro del bien común”? -lan GIBSON (1993): España. Barcelona: Ediciones B, página 18. 2.8 La contaminación acústica. Ruido por todas partes. Mucho ruido y pocas nueces. Al parecer, somos medalla de plata mundial en ruido urbano, detrás de Japón (aunque sólo en eso nos debemos parecer a Japón). La verdad es que somos selectivos, aprendemos lo mejor de cada uno. Y si vas a un parque, a lo mejor oyes el carrusel. Iluso, y tú venías al “retiro”... Recuerdo aquí la multa de 200 libras (unas 40.000 pesetas de “entonces”) que, en teoría, te podían echar en Londres, hace ya décadas, por llevar en parques públicos un transistor encendido. Aquí no hemos llegado ni a la teoría. 2.9 El desorden ambiental expresa nuestro desorden mental. “Guarda el orden y el orden te guardará”, decía hace 1.500 años un norteafricano que sabía mucho. Eso de que el orden “quita libertad” es un truco que aquí no vale. Si es realmente orden (lo justo), aumenta la libertad colectiva. La intuición original anarquista (autogestión solidaria) es la suprema expresión del or19 2. En qué país estoy den: máxima armonía entre individuo y bien común, máxima libertad y justicia posibles. El problema está en cómo hacerlo funcionar, del dicho al hecho va mucho trecho. En nombre del “orden público”, se han hecho muchas barbaridades. Y a veces, comparamos lo peor del “orden” con lo mejor de la “libertad”, o viceversa. Detrás de cada palabra clave, hay una carga histórica de manipulación. Así, unos odiarán la palabra orden; y otros, la palabra libertad (recordemos 1.8). 2.10 20 El tráfico. Es un caos relativamente reciente. Da la misma constante, pero con coches y motos. Tubos de escape estridentes, dobles filas... No he contado los ingenieros, asesores y prospectores que tenemos (que deben ser la tira), pero da igual. No hace falta ser ministro de ciencia y tecnología para sospechar que esto se veía venir. Se sabe los metros cuadrados de las calles, el número de vehículos que salen cada año, el número de plazas de parking... Pero da igual. En el glorioso verano de 1992, leí en un semanario: “En Francia, con un parque de 30 millones de vehículos, se registraron cinco millones de accidentes en el último año. Mientras, en Es- Atrévete a pensar paña, con 15 millones de coches, se produjeron 6 millones de accidentes” (TIEMPO, 8-junio-1992). Pero en el siglo XXI no hemos cambiado mucho. 2.11 En un país mediocre puede ocurrir de todo. Pero la culpa no es de los coches. Que yo sepa, todavía no son sujetos de responsabilidad penal. Tampoco es sólo de los conductores, como machaconamente nos sugieren “todos los directores de tráfico que en España han sido”. Baches añejos, líneas blancas ennegrecidas y cruces mal señalizados no son aquí precisamente ovnis. Una de las claves para medir la solvencia de un país es cómo indica los cruces: carreteras, caminos, calles, pasillos de hospitales, aeropuertos, administraciones públicas, aparcamientos, líneas del metro... ¡Cuánto tiempo, dinero y vidas humanas se pierden por un cruce mal indicado! Cuando hay que deducir, malo, es que faltan indicadores. Tampoco es raro ver semáforos o paneles tapados por árboles. Somos ecológicos a destiempo, pues en cuestiones de seguridad, es preferible que sobren tres indicadores a que falte uno. Pero a los ingenieros no les deben enseñar estas cosas en la universidad... 21 2. En qué país estoy 2.12 Todo ello es una amarga combinación de ineducación, no sólo vial, sino total. Chapuza colectiva con gobiernos representativos, insolvencia técnica y ética, paralelas. No hablamos ya de la contaminación, porque esto no es la cumbre de Greenpeace, pero el tráfico es uno de nuestros “episodios nacionales”. Como conductor, yo tengo hechos unos 450.000 km, que no son muchos, pero valen para hacerse una idea. No he tenido ningún accidente, pero sí muchos sustos. Todos los días cometo algún error (todos los errores son graves), pero sigo pensando que un buen coche o una buena moto pueden ser progreso. No obstante, si esto sigue así, vamos a terminar odiando el tráfico, la ciudad y a nosotros mismos. El desastre está en nosotros. Y no se arregla informatizando el caos, sino reduciendo el caos. La informatización sólo es un medio, no un fin. 2.13 Los incendios forestales. No sólo no plantamos árboles por millones, sino que además se queman. Y a veces, intencionadamente. Es realmente macabro y revela muchas incapacidades juntas: culturales, técnicas, jurídicas, económicas y políticas. El desierto y la sequía avanzan, sobre todo la sequía mental. 22 Atrévete a pensar 2.14 Los deportes. Existen buenas individualidades y hasta buenos equipos, cuyas medallas y copas muestran que algo va mejor que antes. Pero no echar las campanas al vuelo. Por ejemplo, la selección española de fútbol profesional nunca ha ganado una final de campeonato mundial (ojalá retire yo esta frase en la próxima edición). Y no se dirá que no hay apoyo popular e institucional. Aquí, si ha habido algo con apoyo, ha sido “fútbol y toros”. A pesar de todo, cuando se ponen los medios, hay resultados: Olimpíadas 92, Ciclismo, Tenis, Munich 2002, Natación, Golf... No somos una “raza inferior” (yo no creo en esas tonterías), sino que no nos tomamos en serio la EDUCACIÓN y el MÉTODO, que deberían convertirse en hábitos sociales, como ir al bar o jugar a la loto. Lo mediocre es hacer esfuerzos inauditos sólo por escaparate, cuando se mundovisa (motivación extema, hetero-nomía). Debemos dar el siguiente paso: hacer bien las cosas por principio, aunque no siempre nos vean (motivación interna, auto-nomía). O sea, por deporte. En toda la historia de los Juegos Olímpicos modernos hasta el año 2000 incluido (más de un siglo), España ha obtenido 75 medallas. O sea, 6 veces me23 2. En qué país estoy nos que Italia (462), 7 veces menos que Francia (559), 8 veces menos que Inglaterra (630), 13 veces menos que la URSS (1.010) y 28 veces menos que Estados Unidos (2.089) –Anuario EL MUNDO 2001, pág. 512. No hace falta añadir la síntesis de los premios Nobel (desde 1901): aquí todavía salimos peor... 2.15 No hablamos tampoco de otras nieves perpetuas para no trivializar demasiado: terrorismo, paro, inmigrantes, accidentes laborales, corrupciones, fraudes, drogas, maltratos, tercera edad, minusválidos... Cada uno, por sí solo, revela nuestra imprevisión e insolvencia. Nuestra justicia, nuestra sanidad, nuestra universidad, nuestro sistema educativo, nuestras instituciones y nuestra cabeza van por detrás de las necesidades. A veces, hasta el lenguaje mismo descubre nuestras categorías mentales, aquí al robo le llaman PICARESCA. “La sociedad es anterior al individuo” (Marx). 2.16 La injusticia es lo más antiestético. Todos los países tienen injusticias colectivas, problemas y cosas mal hechas. La diferencia está en que, en los evolucionados, es lo anormal o provisional, la reforma 24 Atrévete a pensar pendiente. Pero en los mediocres, es lo normal o definitivo, lo estatuido. En los países mediocres o colonizados, se da por hecho que las necesidades van por delante de la cabeza. Y en los evolucionados o protagonistas, se da por hecho que la cabeza debe ir por delante de las necesidades (demasiados sobresaltos vienen ya en la vida por sorpresa, como para dejar encima muchas cosas a la improvisación). Los evolucionados actúan por principios, justos o injustos pero coherentes. Los mediocres no actúan por principios, porque no los tienen. Simplemente copian las razones de los otros o se dejan llevar por la pereza mental de la inercia. 25 3. ¿CÓMO PODRÍA ESTE PAÍS DEJAR DE SER MEDIOCRE? 3.1 Las causas de la mediocridad española están ya analizadas. Hemos tenido siglos de aislamiento, guerras civiles, absolutismos, autoritarismos religiosos, culturales, lingüísticos, políticos... lntolerancias a la carta. Cada intolerancia es como un tipo de racismo, un fanatismo, un reduccionismo, una endogamia, una enfermedad. Caciquismos analfabetos, amiguismos y favoritismos impertinentes, persecución sistemática al animal racional. Anatema al insumiso, al que no es súbdito del dogma nacional, cultural o religioso. 3.2 Mucha gente, cuando oye la palabra EDUCACIÓN, piensa en los niños, como si los adultos estuviéramos ya todos “educados”. El gran problema colectivo es cómo educarnos mutuamente entre adultos. No es que seamos mediocres in aeternum, sólo somos culturalmente mediocres, provisionalmente mediocres. Pero podemos cambiar, podemos ser de otra manera. Depende, sobre todo, de nosotros mismos. 27 3. ¿ Cómo podría este país dejar de ser mediocre? 3.3 Ya puedes hacer el salto mortal con los niños o con los adolescentes: si los adultos están en otro mundo, esa educación es un fraude, un circo, no un colegio. Toda educación que ignore las coordenadas de la sociedad real, es un fraude. Por muchos mármoles, alfombras o tresillos que se instale en el vestíbulo de entrada. Por muchos laboratorios, bibliotecas o salas de informática, por muchas leyes de calidad que se introduzca, siempre nos quedará la praxis social efectiva como la guía imprescindible de referencia. Educar, entre otras cosas, es enseñar a convivir para la sociedad real. 3.4 Históricamente en España, hemos tenido un descuido programado de la ciencia y de la investigación. Inversión escasa o nula en la cualificación del ciudadano, no sólo del productor. A primera vista, España podría ser un país mucho más organizado, consistente y feliz. Tiene extensión, ricas tierras para la supervivencia agrícola y ganadera, variedad de ecosistemas. Tradición de mar para pescadores y playas para turistas. Climas y orografías distintas. Experiencia industrial y de servicios. Bien situada comercialmente. Buena alimentación y esperanza de vida alta. Baja densi- 28 Atrévete a pensar dad demográfica, nos sobra sitio para todos. Experiencia histórica, archivos, bibliotecas, bancos de datos, arte, baile, música, variedad de culturas, enfoques y síntesis: entre Europa, África y América. 3.5 Entonces, ¿qué es lo que falla aquí? Pues para mí está claro: organizarnos mejor, como individuos y como pueblos. Pero nadie da lo que no tiene. Y “¿cómo va a haber organización en la política española, si no hay ni siquiera en las conversaciones?” -se preguntaba Ortega y Gasset en 1921 (España invertebrada. Madrid 1963: Revista de Occidente, pág. 100). Es más una cuestión ética que técnica. ESCUCHAR es una de nuestras deficiencias, no sabemos ESCUCHAR, paso previo para el diálogo. No es sólo dejar hablar (“ya verás cuando me toque a mí”), sino ponerse en lugar del otro. Incluso hablamos de tres en tres, tenemos prisa en llevar la contraria. Este país aprende mal porque escucha mal. 3.6 Cuando escuchemos mejor, podremos convivir sin miedo recíproco y no será necesario matar para sobrevivir. El darvinismo se acaba pagando caro. Empieza a veces como un juego, como un estímulo, 29 3. ¿ Cómo podría este país dejar de ser mediocre? pero acaba en guerra. Entonces, ya es tarde. Los individualismos, los corporativismos y los nacionalismos a ultranza llevan al vacío social, a la tristeza. En realidad, se puede idealizar cualquier barbaridad, la imaginación es libre. Pero tal como va la movilidad cultural, todos necesitamos reconversiones periódicas, pactos implícitos, cambios de mente. Quienes tienen más poder, deben reconvertirse más veces. 3.7 En realidad, no existen países pobres de recursos materiales, sino humanos: son pobres en proyectos colectivos, en organización, en autonomía mental. Por otra parte, donde las mentes no trabajan en común, de nada sirven los recursos materiales colectivos, pues pronto acaban secuestrados por unos pocos. 3.8 Seguro que, a estas horas, ya hay lectores que se han rebelado: “Bueno, tío, pero ¿qué de malo tiene ser mediocre? Reivindico mi derecho a ser mediocre, a no pasar por ese aro de autoexigencia antipática”... Bien, nada que objetar, es una opción posible. Lo que añado es que, cuando hay mucha gente así, luego no se debe protestar por las consecuencias colectivas, 30 Atrévete a pensar entre ellas ésta: “Cada uno se jode cuando le toca.” Postulado metafísico altamente estimulante y propio de culturas “superiores”, claro. Para este viaje, Stephen, no hacían falta 15.000 millones de años... 3.9 La masa no existe, es la media de las posturas individuales. Cada ciudadano puede cambiar el promedio matemático de su sociedad, si corrige sus propios comportamientos. En los países más evolucionados, hay clara conciencia de que los ciudadanos somos contagiosos para lo bueno y para lo malo: no es costumbre descargar sobre otros sus propias responsabilidades. Aquí, por el contrario, siempre estamos llamando al guardia. Por eso, cuando no hay guardia, no pasa nada o pasa todo. 3.10 ¿Cómo podría este país dejar de ser mediocre? No por decreto. Tampoco en un cuatrienio, olvídense algunos políticos y publicistas varios. Yo me conformaría con que, dentro de unos 20 años, allá por la década del 2020, este país hubiera dejado de ser globalmente mediocre. Debemos objetivar el denominador común de la mediocridad. Si no se objetiva, nunca podrá atacarse. Habrá que nombrarlo de alguna 31 3. ¿ Cómo podría este país dejar de ser mediocre? manera. Podríamos llamarle CHAPUZA. Y habrá que encontrar a su “enemigo”, contradictorio e incompatible con la chapuza. Todas las palabras son ambiguas, simpáticas y antipáticas a la vez (ver 1.8 y 2.9). Pero, como de alguna manera habrá que nombrarlo, al enemigo de la chapuza le llamaremos LÓGICA. Por LÓGICA entenderemos “lo justo, el trabajo bien hecho”. Por CHAPUZA entenderemos “lo injusto, el trabajo mal hecho”. 3.11 32 En una primera fase, detectaremos, enumeraremos, registraremos o grabaremos situaciones de chapuza. En una segunda fase, haremos un ejercicio de sustitución: ¿cómo deberían reconvertirse las “situaciones de chapuza” para ser ascendidas al rango “situaciones de lógica”?. A mi parecer, en los próximos años, habría que invertir sobre todo en acciones de la primera fase: detectar y tipificar situaciones de chapuza. Publicar manuales con listas de chapuzas por distintos criterios de búsqueda: por temas, por Empresas, por Bancos, por Ministerios, por Comunidades, por Servicios, por Partidos Políticos, por Sindicatos, por Universidades, por Facultades, por Departamentos, por franjas horarias (“la chapuza de las 11”)... Que to- Atrévete a pensar do ciudadano de este país estuviera tan informado en detección de chapuzas como de los plazos fiscales para pagar a Hacienda. 3.12 Yo no creo en las definiciones cerradas, a no ser que se tomen como provisionales. Sí apuesto por las descripciones. Por eso, en las líneas siguientes, sugiero unos pocos denominadores comunes para situaciones de chapuza, unas pocas matrices o directorios, digamos. Cualquiera que se entretenga, encontrará muchos más. 3.13 Ejemplos cotidianos de chapuza. a) Ser servil con el superior y déspota con el inferior. b) Responsabilidades diluidas, sin nombres propios: La frase hecha -“Me dicen de la Dirección” -“La normativa vigente” -“La última circular” -“El Ministerio” -“El Gobierno” -“El Rectorado” La frase que no se esperan ¿Quién, cómo y cuándo? ¿Quién la firma? fecha, BOE... ¿Puedo tener fotocopia? ¿Qué Jefe de qué Servicio? ¿Qué ministro o director general? ¿Quién, cuándo, cómo, verbal o escrito? 33