BUENAS Bosquejo NUEVAS INTRODUCCIÓN A. TEMPLANZA EN LA TENTACIÓN La tentación a Jesús y como la combatió. Mateo 4:1-11 B. ORACIÓN QUE RECIBE RESPUETA La oración del Padrenuestro Mateo 6:9-15 La Templanza La Templanza se define como una cualidad humana que induce a usar o hacer las cosas con moderación. La templanza es una virtud que acompaña a la justicia y a la fortaleza, es sinónimo de temperancia. También se define como moderación, o contenerse (Una persona) y evitar los excesos en la comida. C. LA VIDA DEL DISCÍPULO Jesús nos invita a entrar en su reposo. Mateo 11:28-30 Estudio basado en la lección para el domingo, 8 de febrero de 2015, del Leccionario Pentecostal. La Templanza La virtud de la Templanza se puede apreciar con mayor luz en la persona de Jesús. Se puede observar en la práctica de la oración. La Templanza incluye el aspecto espiritual de humano. Considera importante el perdón hacia los demás. La virtud de la Templanza demanda atención hacia la necesidad de la reconciliación de las partes en conflicto. La virtud de la Templanza comprende el aspecto emocional de las personas que han conocido a Jesucristo. La virtud de la Templanza procura alcanza la vida abundante que ofrece Cristo. Este estudio nos ha de proporcionar el saber valorar la necesidad de descansar en el Señor, en medio de las tentaciones y pruebas que tenemos en nuestro andar con Cristo. Ministerio Evangelistico Palabra de Reconciliación, Inc. vazquezmillie@hotmail. com El descanso en Cristo nos trae salud, física, espiritual y emocional. PARTE 1: EN LA TENTACIÓN “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”. Mateo 4:1-11 Fruto del Espíritu La templanza o el dominio propio es una parte esencial del Fruto del Espíritu Santo. Allí la define como el tener dominio de las propias pasiones y deseos, incluso la fidelidad a los votos nupciales, también a la pureza. (1Co 7:9; 9:25; Tit 1:8; 2:5) Luego de Jesús ser bautizado en las aguas por Juan, el Espíritu Santo vino sobre él en forma de paloma, confirmando así el Padre que ese era su hijo amado. Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto donde pasó cuarenta días en ayuno. Viendo el enemigo que en su carne, ya Jesús se sentía cansado comenzó a lanzarle una serie de tentaciones, las cuales Jesús combatió y no se dejó vencer por el maligno. Jesús fue presionado por Satanás para que creyese que cometiendo un acto malo podía recibir un bien. El enemigo siempre ha empleado métodos muy astutos para hacer caer a la humanidad en tentación. (Ef 6:11). Ante la persona de Jesús debía actuar en forma diferente porque Jesús no tenía pecado ni podía pecar. El ser humano por lo general tiene el deseo interno de pecar, y está más suceptible a las tentaciones del diablo. Jesús fue tentado en tres ocasiones. La tentación consistía en demostrar la confianza en la protección del Padre. Jesús mantuvo sus templanza hasta lograr que que su principal enemigo se retirara de la batalla sin alcanzar sus malignos propósitos. Jesús derrotó al diablo usando las Escrituras, y nos deja el modelo para que los creyentes de todos los tiempos puedan vencer al maligno. DIOS ES TODOPODEROSO ¿Qué podemos aprender de la tentación de Jesús? 1. Satanás es el peor enemigo del creyente. El creyente debe estar consciente de que está librando una batalla espiritual con las fuerzas invisibles pero reales del mal (Ef 6:12). Esos poderes de las tinieblas son las fuerzas espirituales de maldad (Jn 12:31; 14:30; 16:11; 2Co 4:4; 1Jn 5:19), que, entre otras cosas, atacan a los creyentes de esta época (1P 5:8). Constituyen una gran multitud (Ap 12:4, 7) y están organizados en un imperio de maldad sumamente sistemático que tiene jerarquía y orden (Ef 2:2; Jn 14:30). 2. Sin el Espíritu Santo y el apropiado empleo de la Palabra de Dios, no puede el creyente vencer el pecado y la tentación. Los creyentes deben conocer a cabalidad la Palabra de Dios y tener cuidado de los que falsean las Escrituras a fin de cumplir los deseos de la pecaminosa naturaleza humana. El apóstol Pedro se refiere a los que distorsionan las Escrituras para su propia destrucción (2P 3:16). 3. El reino de Satanás es un imperio del mal altamente sistemático que tiene autoridad sobre el reino del aire, los ángeles caídos, la humanidad no regenerada, y el mundo. PARTE 11 4. Actualmente Satanás lucha contra Dios y su pueblo, procurando apartar a los creyentes de la lealtad a Cristo (2 Co 11:3), haciendo que caigan en pecado y acepten el presente sistema del mundo. El creyente debe orar constantemente por su liberación del poder de Satanás (Mt 6:13), estar alerta contra sus asechanzas y tentaciones (Ef 6:11) y resistirlo mediante la lucha espiritual mientras permanece firme en la fe (Ef 6:10-18; 1P 5:8-9). Oración que recibe respuesta: El Padrenuestro “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” Mateo 6:9-15 La oración no es una opción para los creyentes. Orar debe ser una experiencia apasionada con el alma desde el corazón. Las motivaciones y peticiones de la oración´n exhiben en gran manera el grado de templanza de los adoradores. La oración del creyente se dirige al Padre. Según nos enseña Jesús en Mt 6:6 todo hijo de Dios debe tener algún lugar para estar a solas con Dios. La oración en secreto tiene una importancia especial: 1. Por la mañana para encomendarle el día a Dios. 2. Por la noche para darle gracias por su misericordia. 3. En ocasiones en que el Espíritu Santo impulsa al creyente a orar. La oración modelo indica aspectos de interés que deben ser parte de la oración del creyente. El Padrenuestro comprende seis peticiones: tres tratan de la santidad y la voluntad de Dios. La introducción de la oración se dirige al nombre, al reino y a la voluntad del Padre. Tres tratan de las necesidades personales. El desarrollo de la oración incluye las necesidades físicas de los discípulos (creyentes) para que ellos puedan vivir y ser felices, y para que puedan apoyar con vigor las causas del reino. Se debe orar con respecto a los pecados con la disposición de perdonar las ofensas de los demás. Si no se perdona al ofensor arrepentido, Dios no lo perdonará a él y sus oraciones no tendrán ningún efecto. Ese es un principio importante por el cual Dios perdona (Mt 18:35; Mr 11:26; Lc 11:4). El deseo de perdonar debe incluirse en la vida de los creyentes para que también sean perdonados. De la acción del perdón y la reconciliación depende la paz interior de cada persona. PARTE 111 La vida del discípulo “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Mt 11:28 En los tiempos de Jesús las personas se hallaban oprimidos por la pesada carga de reglas y reglamentos puestos sobre sus hombros por los escribas y fariseos. Estas limitaban el acceso a la salvación por medio del requerimiento de una vida de estricta obediencia más allá de todas sus tradiciones. Eso los conducía a una incertidumbre que los llevaba a un terror que esclavizaba, una ansiedad que corroe, una desesperación sin un rayo de esperanza. La invitación generosa de Jesús es para los que están “trabajados y cargados” con los problemas de la vida y los pecados de su propia naturaleza humana. A todo el que acuda a Cristo, se convierte en su siervo y obedezca su dirección, Cristo lo librará de sus cargas insoportables y le dará descanso, paz y su Espíritu Santo como guía. Así podrá llevar las pruebas e inquietudes con la ayuda y la gracia de Dios (He 4:16). El llamado de Cristo se ofrece a quienes intentan lograr la salvación mediante sus propios esfuerzos. El consejo que Jesús ofrece beneficia al ser humano en forma integral, espíritu, alma y cuerpo, por lo que general un efecto curativo con todo el ser de la existencia humana. Puesto que Cristo se compadece de las debilidades de los creyentes (v.5), ellos pueden acercase confiadamente al trono celestial, sabiendo que el Padre Celestial recibe y anhela las oraciones y peticiones que eleven. (He 10:19-20). Concluimos 2Ti 1:7 Son grandes las batallas que tenemos continuamente los creyentes. Nuestra responsabilidad es mantenernos firmes en el Señor. No podemos ceder ante las tentaciones, ya que si así lo hacemos será perjudicial para nosotros. Jesús a través del Espíritu Santo, es nuestro ayudador, es nuestro defensor y no nos dejará solos. Pero depende de la actitud que nosotros tomemos en medio de las tentaciones y pruebas, así le dejaremos obrar a él. Debemos mantenernos fieles, esperando su socorro. Si claudicamos, tenemos la batalla perdida, pero si sufrimos con Cristo, reinaremos con el. La tentación proviene de los deseos o inclinaciones del corazón (Mt 15:19). Si no se les hace frente y se les suprime por medio del Espíritu Santo, los malos deseos, conducen al pecado y después a la muerte espiritual. Si en Jesús hubiesen existido esos malos deseos del corazón, se hubiese entregado a la tentación y el mundo carecería de un salvador. Al no haber esa concupiscencia en su corazón, el enemigo no pudo derrotarlo. La virtud de la Templanza comprende prevalecer en medio de la tentación, orar conforme a la voluntad de Dios, y vivir para el Dios que ha redimido el corazón del creyente. Bibliografía Leccionario Pentecostal 2015 Biblia de Estudio de Vida Plena Reina//Valera 1960 Desde Puerto Rico con amor