HISTORIAS DETRÁS DE LOS SALMOS Salmo 84

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HISTORIAS DETRÁS DE LOS SALMOS
Salmo 84
PROPOSITO: Enseñar a mis alumnos acerca del significado del Salmo 84.
PUNTO DE CONTACTO: El Salmo 84 tiene que ver con la casa de Dios. Los judíos cantaban el Salmo 84
mientras marchaban a la casa de Dios, esperando llegar y gozar de las bendiciones de Dios. Imagine a los judíos
mientras viajaban o mientras estaban en casa pensando en el templo y sus tesoros. Consecuentemente, deje que
la clase discuta por un momento lo que la casa de Dios significa para ellos. Deje que cada uno de los miembros
de la clase diga lo que la Primera Iglesia Bautista significa para ellos. Después, el maestro puede discutir otras
cosas que ellos hayan omitido. Hay muchas cosas que nuestra iglesia significa para nosotros que nosotros ni nos
damos cuenta.
INTRODUCCIÓN: Para esta lección usaremos básicamente el Salmo 84. Sin embargo, iremos a otras
Escrituras que tratan con la casa de Dios.
I.
LA CASA DE DIOS ERA UN LUGAR AMIGABLE. Salmo 84:1, “¡Cuán amables son tus
moradas, oh, Jehová de los ejércitos!” El Salmista está diciendo qué feliz, qué agradable es la casa de
Dios. Es maravilloso que tenemos una iglesia amistosa, una donde hay gozo, felicidad, alegría, una
donde el reírse no está fuera de orden, una donde los cantos tienen un “ritmo alegre.” Mientras los
judíos pensaban en la casa de Dios, se reían con delicia porque era un lugar amable.
II.
LA CASA DE DIOS ERA UN LUGAR ANHELADO. Salmo 84:2, “Anhela mi alma y aun
ardientemente desea los atrios de Jehová…” Los judíos, mientras estaban en la casa pensando en la
casa de Dios, anhelaban estar allí. Sus corazones desfallecían, o se abatían, o estarían pesados porque
ellos querían estar en la casa de Dios, pero aquí hay una cosa triste: ¡Los judíos iban ahí, solamente tres
veces al año! Nosotros tenemos el privilegio de venir a la casa de Dios 156 veces y más cada año. ¡Que
privilegiados somos! ¡Debemos de tomar ventaja de estos privilegios!
III.
LOS JUDÍOS ESTABAN CELOSOS DE LOS PAJÁROS QUE VIVÍAN EN LA CASA DE
DIOS. Lea el Salmo 84:3. Mientras el judío dejaba la casa de Dios tres veces al año, envidiaban a los
gorriones que hacían sus nidos en sus puertas. El judío se daba cuenta que tenía que salir y envidiaba a
los gorriones que se podían quedar.
Ellos también, envidiaban que los gorriones podían criar a sus pequeños en la casa de Dios. Mientras
el judío se iba, llevándose a sus hijos con ellos, ellos se iban deseando poder criar a sus hijos en la casa
de Dios, y envidiaban a los gorriones que tenían ese privilegio. (Maestros, enfatice aquí, la importancia
de las personas construyendo sus vidas y las de sus hijos alrededor de la iglesia. qué importante es que
los jóvenes asistan a las actividades de los jóvenes, y los niños a las actividades de los niños, y que
todos vayan al programa del coro, etc.)
IV.
EL JUDÍO PREFERIRÍA PASAR UN DÍA EN LA CASA DE DIOS QUE MIL EN
CUALQUIER OTRO LUGAR. El pasaba sólo unos días ahí, pero que feliz era cuando lograba pasar
tiempo en la casa de Dios. Era un tiempo tan feliz que estaba diciendo, “Yo preferiría pasar un día en
la casa de Dios que casi tres años en otro lugar.” De hecho, el versículo 10b dice, “Escogería antes
estar a la puerta de la casa de mi Dios que habitar en las moradas de maldad.” Lo que él está diciendo
aquí, es que preferiría tener un trabajo simple en la casa de Dios que ser alguien importante en algún
otro lugar.
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(Maestro, enfatice aquí, la importancia de hacer nuestros trabajos bien y hacerlos propiamente. Aún si
uno es portero, debería de ser el mejor portero que uno pueda ser.)
V.
PARA EL JUDÍO, ASISTIR A LA CASA DE DIOS NO ERA SÓLO PARA LA NIÑEZ, SINO
TAMBIÉN PARA LA EDAD ADULTA -- Y DE HECHO PARA TODOS LOS DÍAS DE SU
VIDA. En Salmo 27:4, cuando el Salmista dice, “Una cosa he demandado a Jehová,” él está diciendo.
“Una cosa grande yo he demandado a Jehová la cosa que me consume, mi gran deseo que yo esté en la
casa de Jehová todos los días de mi vida.” No solo deseaba el judío vivir en la casa de Dios todos los
días del año, sino que deseaba siempre estar ahí. ¡Es importante enseñar aquí que la escuela dominical,
la iglesia y la fidelidad a la casa de Dios no es solamente para los niños - es para todas las edades! Uno
nunca debe dejar atrás su necesidad de Dios y la casa de Dios.
VI.
EL JUDÍO CLAMABA POR VER LA CASA DE DIOS. Note el Salmo 42:1-4. ¡Oh, los largos
períodos que existían entre las visitas! El solo podía ir tres veces al año. El estaba tan hambriento y
sediento por la casa de Dios que se comparaba a un ciervo sediento de agua. Imagine a un ciervo
corriendo de su cazador, huyendo todo el día, jadeando y quedando tan sediento queriendo agua de un
arroyo. Esta es la manera que el judío se sentía. El extrañaba mucho la casa de Dios y llegaba a ir tan
remotamente que se comparaba con un ciervo sediento corriendo entre los bosques.
VII.
EL JUDÍO SE PREPARABA PARA ASISTIR A LA CASA DE DIOS. Lea el Salmo 100:4. Aquí
el judío se recuerda que antes de entrar a la casa de Dios debería de parar y darse cuenta qué afortunado
él era para después entrar con acción de gracias. Antes de que el judío entrara a la casa de Dios, él
trabajaba en su propia mente y se detenía a pensar cuanto tiempo había esperado para eso y qué feliz
debería de estar por ser tan privilegiado para hacerlo. Mientras él entraba, siempre pausaba para entrar
con acción de gracias. También entraba con alabanza. Todo esto era hecho antes de entrar. Sin duda, él
pensaba en los días en la casa cuando su alma estaba hambrienta y sedienta de la casa de Dios. Sin
duda él pensaría de los largos meses cuando, como el ciervo bramaba por las corrientes de agua, así él
bramaba por ir a la casa de Dios. Sin duda él recordaba todos esos largos meses cuando anhelaba estar
en el templo y ahora él está ahí. El se preparaba para entrar. ¡Qué trágico es que nosotros entremos
despreocupados a la casa de Dios! Nosotros lo hacemos como un hábito. Oh, nosotros debemos de
parar, como hacían los judíos antes de entrar y decir, “Alabado el Señor, estoy en la iglesia de nuevo.
Gracias a Dios, yo tengo una iglesia como ésta. ¡Alabado al Señor! Es un lugar dónde puedo ver
personas salvas y gozarme de las cosas de Dios.”
VIII. EL DIA MAS FELIZ EN LA VIDA DE UN JUDIO ERA EL DIA QUE SABÍA QUE IRIA A LA
CASA DE DIOS DE NUEVO. Vea el Salmo 122:1, 2. Cuando alguien vino y dijo, “Es tiempo de ir
de nuevo a la casa de Dios,” el judío diría, “Yo me alegré con los que me decían, a la casa de Jehová
iremos.”
IX.
EL JUDIO SABIA LO QUE LA CASA DE DIOS HACIA POR EL. Salmo 122:9, “Por amor a la
casa de Jehová buscaré tu bien.” El judío decía, “Yo deseo ayudarte cuando estés en aflicción. La
única razón por la cual lo hago es por la bendiciones que recibo en la casa de Dios.” El se dio cuenta
que era en la casa de Dios donde él encontraba fortaleza, comida, y nutrición espiritual para hacer el
bien y hacer lo correcto. Hagamos una pausa para ser agradecidos por la casa de Dios y la fortaleza que
obtenemos ahí. Solamente la eternidad revelará lo que la casa de Dios significa para nosotros. Si
nosotros debemos tener fortaleza para resistir la tentación y vivir para Dios, debemos ser fieles a la
casa de Dios.
X.
LOS JUDÍOS ENVIDIABAN A LOS SACERDOTES. Vea el Salmo 84:4. No solamente
envidiaban a los gorriones que vivían en los tejados sino también envidiaban a los sacerdotes que
vivían en Jerusalén cerca de la casa de Dios. Esto es como la persona que trabaja en el mundo diciendo,
“A mí me gustaría estar en la iglesia todo el tiempo. Yo envidio al Pastor y a los miembros del personal
que trabajan todo el tiempo en la casa de Dios.” El judío mientras dejaba la casa de Dios, decía, “Qué
afortunados son los sacerdotes.”
CONCLUSIÓN: Más de lo que nosotros nos damos cuenta, nuestras vidas han sido determinadas y moldeadas
por la casa de Dios. Para muchos de nosotros, todo lo que hemos aprendido de la Biblia ha sido en la casa de
Dios. Todas las personas que hemos ganado para Cristo, hemos sido enseñados a ganarlas en la casa de Dios.
Todo el crecimiento espiritual que hemos tenido ha sido por la casa de Dios. Todo lo bueno que hemos
aprendido a hacer, lo aprendimos en la casa de Dios. ¡Qué agradecidos debemos estar por la casa del Señor, y
qué fieles deberíamos de ser a la iglesia!
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------PREGUNTAS:
1. ¿Cómo el ciervo se compara con el judío y la casa de Dios?
2. ¿Qué criatura el judío envidiaba por estar en la casa de Dios todo el tiempo?
3. ¿Qué tipo de persona el judío envidiaba por estar en la casa de Dios?
4. ¿Cuántos años daría el judío por un día en la casa de Dios?
5. ¿Cuántas veces en un año iba el judío a la casa de Dios?
6. ¿Cuánto tiempo el judío sentía que debería ser fiel a la casa de Dios?
7. ¿Qué hacía antes de entrar? En otras palabras, ¿Cómo se preparaba?
8. ¿A qué daba crédito el judío por el hecho que él deseaba hacer el bien y buscar el bien para otros?
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