Impreso por Irene Gea Jiménez. Propiedad de Unidad Editorial. Prohibida su reproducción. Lunes 25 octubre 2010 Expansión 31 Fiscalia El empleado que comunica su dimisión sí puede arrepentirse El trabajador que anuncia su voluntad de abandonar la empresa puede rectificar durante el período de los 15 días de preaviso, restableciéndose la situación anterior a dicho anuncio, según el TSJ de Madrid. MaríaA.Caro.Madrid Una trabajadora que anuncia formalmente su voluntad de causarbajaenlaempresa,con efectividad a partir del transcurso de quince días, puede retractarse antes de finalizar el plazo de preaviso que dio, restableciendo la situación anterior existente. Así lo apuntaunarecientesentencia del Tribunal Superior de JusticiadeMadrid. La Sala argumenta que si hay Jurisprudencia que avala que es perfectamente posible que el empresario se retracte de su decisión unilateral de despedir, siempre que lo haga dentro del período de preaviso, “carecería de cualquier justificación objetiva y razonable que éste último no pudiese hacer otro tanto en caso de que hubiera sido él quien avisó de la extinción del contrato con base en su deseo de dimitir o, lo que es lo mismo, decausarbajavoluntaria”. El contrato pervive durante el preaviso y se puede rectificar. Vigencia del contrato Sobre la rectificación por partedelempresariodesuvoluntad de extinguir la relación contractual, la Jurisprudenciaesclara:“Comoelcontrato permanece vivo mientras el despido no se hace efectivo, momento en el que se extingue y su rehabilitación requiere la voluntad de las dos partes y no de una sola, cabe concluir que la retractación empresarial producida antes de que llegue ese momento es válida y produce como efecto el de que el contrato no llegue aextinguirse”. En este sentido, ya hay pronunciamientos que insisten en que “el preaviso es simplemente el anuncio previo de que próximamente se va a rescindir el contrato, pero se trata sólo de una advertencia de que se hace por exigencia de la ley para prevenir al otro de algo que se realizará”. Así, el contrato no se extingue ese día, sino aquél en el que se decide el cese y se liquida, conforme a lo dispuesto en el EstatutodelosTrabajadores. En el supuesto que ahora se analiza, es la trabajadora la que se retractó de haber manifestado su voluntad de extinguir el contrato. Según los hechos, la empleada expresó su deseo de causar baja en 15 Equilibrio de fuerzas para rectificar La empresa hizo caso omiso de la revocación de la baja voluntaria y se produjo un despido Tanto el empresario como la trabajadora pueden dar marcha atrás a la decisión de romper el vínculo contractual que les une durante el período de preaviso, normalmente de 15 días. Con respecto a la posibilidad de que el empresario cambie de opinión y restablezca la situación anterior al anuncio del despido, el Tribunal Supremo ya reconoció recientemente esta opción ver EXPANSIÓN del 1 de febrero-.Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid reconoce también el derecho del trabajador a rectificar, una vez haya comunicado a la empresa su voluntad de abandonar la organización, siempre y cuando esta rectificación y manifestación del deseo de seguir manteniendo el vínculo laboral se produzca dentro del plazo de los 15 días de preaviso. días; mientras, el contrato de trabajo seguía vigente, aunque en suspenso por una situación de incapacidad temporal por “problemas de ansiedad causados por problemas laborales”, situación de IT que comenzó el día siguiente de dar el preaviso. Antes de terminar dicho plazo de preaviso se retractó de su decisión y así lo puso en co- nocimiento del empleador. No obstante, la empresa demandada formalizó la baja en la Seguridad Social, sin contestar a la misiva que la trabajadoraleremitióatravésdesu abogado. La sentencia que primero estudió el caso entendió que laeficaciadeladecisiónnoestaba en manos de la trabajadora, pues tratándose de un acto voluntario generador de derechos y obligaciones para ambas partes, surtió sus efectos desde el momento en que fue comunicada. Por tanto y, según la sentencia del juzgado, “la revocación de la baja voluntaria notificada a la empresa sólo era eficaz en la medida en que la empresa hubiera aceptado”. Sin embargo, el TSJ ha entendido que la actuación del empresario, en este supuesto, “constituye un verdadero despido, si quiera tácito”. El Supremo, en sentencia de febrero de 2010, ya vino a reconocer la posibilidad de que el empresario diera marchaatrásduranteelpreavisoa la voluntad de despedir. Ahora, el TSJ de Madrid contempla esta posibilidad de rectificación también para el empleado. A través de estas dos sentencias se refuerza la doctrina de que el contrato se extinguejustoalfinal,cuandoya ha terminado definitivamente el trabajador de prestar sus servicios en la empresa. En el momento en que el empresario anuncia la intención de despedir o el trabajador comunica su voluntad de dimitir el contrato sigue estando plenamente vigente y, por tanto, existe la posibilidad de dar marcha atrás, restableciéndose la situación anterior a producirse tal comunicado. (TSJM, 23/07/2010, Rº 1.921/2010). Expansion.com Consulte la sentencia sobre el preaviso del empleado en www.expansion.com LA OPINIÓN DEL EXPERTO FERMÍN GUARDIOLA Socio de Baker & McKenzie Un pasito adelante y otro hacia atrás Hasta la fecha, el Tribunal Supremo ha venido entendiendo que si un empleado comunica a la empresa su voluntad inequívoca de dimitir, ésta es irrevocable, independientemente que sea cumpliendo o no el plazo de preaviso establecido. Los tribunales menores se han llenado de disputas sobre cuál debe ser la consideración, y qué se debe entender por voluntad inequívoca, encontrándose circunstancias variopintas en cada caso. Esta sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid se desmarca del de- bate e introduce una valoración de especial interés, manifestando que durante el periodo de preaviso el empleado puede retractarse de la dimisión inequívoca, porque el contrato de trabajo no se extingue hasta el último día de trabajo. El tribunal regional madrileño fundamenta esta decisión en el hecho de que el empresario se puede retractar durante el preaviso otorgado en un despido individual por causas objetivas y, por tanto, debe equilibrarse y equipararse analógicamente a los casos de preaviso por dimi- sión. Es importante recordar que el periodo de preaviso en casos de dimisión tiene, como finalidad principal, otorgar a las empresas un periodo de reacción para sustituir a la persona que se marcha por baja voluntaria. De esta forma, se pretende minimizar el efecto de la salida de un trabajador o trabajadora y que no afecte a la organización del trabajo. Si durante el periodo de preaviso un trabajador puede cambiar de opinión y “echarse para atrás”, puede provocar situaciones en las que habiéndose ya seleccionado, fir- mado una oferta de trabajo, e inclusocontratadoaunanueva persona que le sustituya, todo se vaya al traste porque ya no haya a quien sustituir. Adicionalmente, si este sustituto ha firmado una oferta de trabajo, abandonando un puesto en su anterior empresa confiado en incorporarse a la nueva, legalmente podría reclamar daños y perjuicios a ésta, si finalmente no es contratado porque el empleado se retracta el último día de su decisión de causar baja voluntaria. Esto provocaría un conflicto de situaciones donde las empresas podrían salir siempre perjudicadas. El caso de esta sentencia incluye un matiz especial, vinculado a una supuesta situación de presión a la hora de comunicar su baja voluntaria, y eso sí que podría desvirtuar la decisión inequívoca de abandonar la empresa, porque ya no sería inequívoca. Entendemos que el Tribunal Supremo podrá aclarar la situación, si le dan la oportunidad, y dilucidar si realmente cabe considerar válida la retractación de la dimisión, o mantiene la tesis del “carta en la mesa, presa”. LABORAL Existe relación laboral aunque el actor no ceda sus derechos de autor M.A.C.Madrid Elhechodequelosactoresde doblaje no cedan sus derechos de autor a la empresa no es obstáculo para la existencia de una relación laboral. Así lo manifiesta en una reciente sentencia del Supremo, que insiste en que se dan igualmentetodaslasnotasdel trabajoporcuentaajena. Según recuerda la Sala, el carácter de trabajo por cuenta ajena implica que los frutos del trabajo se transfieren, desde un principio, al empresario, quien asume la obtención de pagar un salario con independencia de que haya beneficios. “No cabe negar la ajenidad en una relación laboral por el hecho de que los empleados mantengan los derechos de autor y no los cedan a la empresa”, establece. En el supuesto en cuestión, el Alto Tribunal estudia si concurren las características propias del trabajo por cuenta ajena en el caso de unos actoresdedoblaje.Segúnlasentencia, sí concurren por varias razones. Primero, los actores de doblaje no aportan infraestructura alguna, siendo la empresa que les contrata la suministradora de todos los medios técnicos y humanos. Segundo, es intrínseca a la propia prestación de serviciosdelartistaelsometimiento del mismo a un director de doblaje. Además y, entre otros argumentos que da la Sala, la ajenidad se desprende también del sistema y cuantía delacontraprestacióneconómica. Propiedad intelectual Según la normativa aplicable, en el marco de un contrato de trabajo, a falta de pacto escrito, se presume que los derechos de explotación son cedidos en exclusiva al empresario, con el alcance necesario para el ejercicio de la actividad. Por su parte, la jurisprudencia apunta que “la cesión notieneporquéabarcarlatotalidad de los derechos de propiedad intelectual” y que “es característica general del derecho de propiedad intelectual la pluralidad y complejidad de facultades de carácter personal y patrimonial que atribuye al autor”. Es más, “determinadas facultades que componen el derecho de autor son inalienables o no susceptibles de cesión a terceros”, como es el caso de las que integran el derecho moral, dentro de las que se cuenta la de exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra. (TS, 16/07/2010,Rº3391/2009).