1 Creencias básicas Lo que creen los cristianos acerca de la Biblia ¿Qué creen los cristianos? Si bien la respuesta a la pregunta podría variar dependiendo de la afiliación religiosa de la persona que contesta, la Biblia revela algunas doctrinas fundamentales que todos los que profesan el cristianismo tienen que aceptar. El presente estudio analiza algunas de estas doctrinas fundamentales. Es casi imposible exagerar la importancia de lo que uno cree. Las creencias son influyentes; se ha dicho que nada es tan poderoso como la idea a la que le ha llegado su momento. 1 El poder que tienen las creencias para moldear nuestros destinos (e influenciar la historia) es evidente en la disposición de los extremistas a matar a otros en nombre de su fe. Sus creencias pervertidas dictan cómo viven y cómo mueren. La forma como vive y lo que hace una persona están mayormente determinados por lo que cree. El que cree que el hombre no es más que un animal, probablemente se comportará diferente a quienes creen que el hombre fue hecho a semejanza de Dios. La persona que cree que el mundo es el resultado de la casualidad, y no creado por Dios, vive diferente al que cree en la creación. Creer en Dios, en la Biblia, en Jesucristo o en el cielo y el infierno afecta las actitudes y el actuar diario. Las creencias cristianas definen un estilo de vida, una manera de vivir con el fin de complacer a Dios cada día y gozar de una vida abundante. El propósito de estas series es presentar brevemente lo que la Biblia enseña sobre cada tema, esto con el fin de ayudarnos a entender más plenamente algunas de las creencias cristianas básicas. Por lo tanto, la primera creencia a considerar es la siguiente: Los cristianos creen que la Biblia es la Palabra de Dios. La fe en la Biblia no es más importante que la fe en Dios o en Cristo. Sin embargo, esta fe es fundamental para todos los temas incluidos en esta serie. En vista de que cada una de las siguientes lecciones pondrán énfasis en lo que enseña la Biblia, se tiene que establecer desde el comienzo el hecho de que la Biblia es la Palabra de Dios. El por qué los cristianos creen lo que enseña la Biblia no es el tema presente de nuestro estudio, así como tampoco se pondrá énfasis en lecciones posteriores en el por qué es necesario creer en Dios o en Cristo. En lugar de preocuparnos con el «por qué», nos interesa el «qué» —qué nos tiene que decir la Biblia sobre sí misma. Algunos creen que la Biblia es tan solo un documento humano. Para ellos es un gran libro, sin embargo, no más inspirado por Dios que las grandes obras de William Shakespeare. Las personas que tienen esta percepción de la Biblia podrían estudiarla ardientemente, al igual que los que estudian diligentemente los dramas de Shakespeare. Puede que en ella encuentren lineamientos para el vivir, tal como encuentran reglas para el vivir en los escritos de los grandes filósofos. Sin embargo, no la ven como algo que provee una guía divina. Otros creen que la Biblia es parcialmente inspirada. Puede que crean que lo que ven como las verdades más importantes enseñadas en la Biblia fue revelado por Dios, sin embargo, creen que gran parte del resto del contenido de la Biblia tuvo su origen en el hombre. Desde su punto de vista, lo que dice la Biblia ha de 1 Este es un parafraseo popular de una declaración hecha por Victor Hugo. Una traducción más literal dice: «La invasión de ejércitos puede resistirse; la invasión de las ideas no es posible resistir» (Victor Hugo; The History of a Crime: The Testimony of an Eye-Witness (La historia de un crimen: El testimonio de un testigo presencial), trad. T. H. Joyce y Arthur Lockyer [London: Sampson Low, Marston, Searle, & Rivington, 1878], 4:243). 1 aceptarse como verdad únicamente si la información puede verificarse con otras fuentes o si armoniza con el sentido común y la sabiduría humana. La creencia tradicional (conservadora o evangélica)2 es que la Biblia es inspirada totalmente por Dios —esto es, inspirada de manera verbal (es decir, las palabras mismas son inspiradas) y sin errores.3 ¡Los cristianos tienen que tener un punto de vista bíblico de las Escrituras! ¿Por qué? ¡Porque la Biblia refleja que la iglesia primitiva, los apóstoles y nuestro Señor Jesucristo aceptaron las Escrituras como la Palabra de Dios! Como cristianos que somos, somos seguidores de Jesucristo. ¡Como seguidores de Jesús, tenemos que tener las mismas creencias acerca de las Escrituras que Él tuvo! Esa creencia fue perpetuada por los apóstoles enviados por Jesús cuando dio la Gran Comisión, y por la iglesia que resultó de la predicación y enseñanzas de ellos. Los miembros de la iglesia del Señor hoy, por lo tanto, tienen que tener el mismo punto de vista acerca de las Escrituras que tuvo la iglesia del siglo primero. ¿Cuál fue ese punto de vista? Las escrituras son inspiradas por Dios Literalmente, cientos de veces en el Antiguo Testamento, los profetas dijeron: «Así ha dicho Jehová». En Amos 1 y 2, por ejemplo, Amos dijo: «Así ha dicho Jehová» (o su equivalente) alrededor de nueve veces en treinta y un versículos. De la misma manera, el Nuevo Testamento enseña que las Escrituras son inspiradas por Dios. Pablo le escribió a Timoteo así: … desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2ª Timoteo 3.15–17). De acuerdo a este pasaje, «Toda la Escritura» es… 2 Los «conservadores» o «evangélicos» son protestantes (no católicos) que tienen una opinión elevada de las Escrituras; creen que la Biblia es verbalmente inspirada. Con ellos contrastan los protestantes liberales y tradicionales que no aceptan la inspiración verbal de la Biblia. 3 De acuerdo con este punto de vista, los escritos de los libros de la Biblia —los manuscritos tal como fueron originalmente escritos— fueron divinamente inspirados y sin errores. Por cuatrocientos años, esas copias originales de los libros divinamente inspirados fueron hechas a mano por hombres no inspirados. Durante este proceso, algunos errores se «colaron» en el texto, sin embargo, ninguno de ellos afecta ninguna doctrina de la Biblia. 2 1. inspirada por Dios. Es decir, es por el «soplo de Dios» —Dios dio el mensaje a hombres y estos lo escribieron para nosotros. 2. útil para toda necesidad espiritual. 3. completa, pues permite que el hombre de Dios sea «perfecto» (o completo) y «preparado para toda buena obra» (énfasis nuestro). 4. necesaria para salvación («pueden hacer sabio para la salvación»). Si bien la palabra «Escrituras» en este pasaje indudablemente incluye el Antiguo Testamento, los escritos neotestamentarios también se aceptaron como Escrituras. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición (2ª Pedro 3.15, 16). Pedro dijo que algunos estaban torciendo los escritos de Pablo como lo hacían con «las otras Escrituras» (énfasis nuestro). ¡Pedro consideró como Escrituras los escritos de Pablo! Por lo tanto, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento están incluidos en el término «Escrituras». En 2ª Pedro 1.20, 21, leemos: … entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Los versículos anteriores revelan el origen de la profecía: Los que escribieron las Escrituras no dieron su propia interpretación de los eventos —esto es, no estaban simplemente dando sus opiniones acerca de lo que deseaba Dios— por lo tanto, sus escritos no fueron producto de la «voluntad humana». En lugar de ello, escribieron lo que el Espíritu Santo les inspiró decir. Juan registró la siguiente declaración hecha por Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada) ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? (Juan 10.34–36). Jesús mismo estaba refiriéndose a las Escrituras en este contexto como a la «palabra de Dios», y agregó que «la Escritura no puede ser quebrantada». La Palabra de Dios es final y absoluta; no puede alterársele. ¡Jesús creyó en la inspiración y autoridad de las Escrituras! Algunos que están de acuerdo con el mensaje de los pasajes anteriores insisten en que las palabras individuales del texto no son inspiradas; niegan que la Biblia sea «verbalmente inspirada». Sin embargo, Gálatas 3.16 indica lo contrario. Pablo escribió: «Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo». En este versículo, Pablo estaba presentando un argumento basado en el deletreo de una palabra del texto antiguotestamentario. Obviamente creía que las palabras individuales de una Escritura son inspiradas. Hay más evidencias en Hebreos 1.1, 2, donde dice: «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo». ¡«Dios, habiendo hablado…»! El Dios todopoderoso que hizo el universo reveló Su voluntad al hombre, ¡Su criatura! El autor agregó que Dios, en el pasado, habló «por los profetas». Por lo tanto, lo que el Antiguo Testamento contiene es la palabra que Dios habló por medio de Sus profetas. Luego, dijo que Dios hoy, en la era de la iglesia, habla por medio de Su Hijo, Jesucristo. Lo que Jesús dijo y lo que inspiró a Sus apóstoles y evangelistas a decir y escribir, debería también considerarse como inspirado por Dios. ¿Deberían considerarse los escritos de los apóstoles del Nuevo Testamento como divinamente inspirados? Pablo escribió lo siguiente: Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes (1ª Tesalonicenses 2.13). Si lo que Pablo dijo había de considerarse como «palabra de Dios», entonces, lo escrito por él debe aceptarse como «palabra de Dios». De la misma manera, los demás escritos del Nuevo Testamento fueron reconocidos como parte de la «palabra de Dios». Todos los pasajes anteriores refuerzan el punto de vista tradicional en cuanto a que la Biblia constituye, en efecto, la Palabra inspirada de Dios. Los verdaderos seguidores de Cristo aceptarán con gusto esta doctrina básica; tendrán un punto de vista bíblico de las Escrituras. Algo más que la Biblia enseña acerca de las Escrituras es que, si bien toda la Biblia es inspirada por Dios, la sección con mandamientos que hoy aplican directamente a nosotros es el Nuevo Testamento. La antigua ley —el Antiguo Testamento— ha sido quitada de en medio; dejó de aplicar a nosotros de forma directa. Pablo dijo que la Ley fue «nuestro ayo, para llevarnos a Cristo» y luego agregó: «Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo» (Gálatas 3.24, 25). El pueblo de Dios ya no está bajo obligación de vivir por la Ley (vea también Colosenses 2.14; Efesios 2.15; Hebreos 8.6–13; 10.9). Sin embargo, decir que los cristianos ya no se rigen por el Antiguo Testamento no quiere decir que no tenga valor para nosotros. Si bien sus leyes no nos gobiernan, el estudio del Antiguo Testamento sigue siendo beneficioso (2ª Timoteo 3.16, 17; vea especialmente Romanos 15.4; 1ª Corintios 10.11). La Biblia es santa, preciada y poderosa Los que creen que la Biblia es la palabra de Dios también aceptan las siguientes verdades: La Biblia es santa; es, como muchas veces se le titula, la «Santa Biblia». Es el libro de Dios; y puesto que es santo, es indestructible (Mateo 24.35; 1ª Pedro 1.23–25). Además, en vista de que es la Palabra de Dios, ha de respetarse y reverenciar. Las personas no tienen derecho a alterar sus enseñanzas para su conveniencia (Gálatas 1.8, 9; Apocalipsis 22.18, 19; 2ª Juan 9). La Biblia es preciada. Puesto que la Biblia es la Palabra de Dios, debemos amarla (Salmos 119.113). Para nosotros tiene que ser lo que fue para el salmista, quien dijo que los preceptos de Dios eran «Deseables […] más que el oro» y «dulces más que miel» (Salmos 19.10). La Biblia es poderosa. Es «viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos» (Hebreos 4.12). Tiene poder: • para hacer crecer el reino cuando es enseñada (Lucas 8.11). • para salvar a las personas que la obedecen (1ª Pedro 1.22–25; Santiago 1.21). • para fortalecer a los cristianos, permitiéndoles a los hijos de Dios recibir la herencia prometida (Hechos 20.32). • para ayudar a los seguidores de Cristo a vencer las tentaciones (Mateo 4.4, 7, 10). • para servir como la herramienta del cristiano 3 en la batalla contra las fuerzas del mal (Efesios 6.17). • para convertir a los incrédulos (Marcos 16.15, 16; Mateo 28.18–20; Romanos 1.16). Conclusión Es imprescindible que los cristianos crean que la Biblia es inspirada por Dios. Sin embargo, no nos beneficia creer esa verdad sin que actuemos conforme a la misma. Santiago escribió: «Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores […] el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace» (Santiago 1.22, 25; vea 2.20). Si realmente creemos que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios, ¿qué haremos? En primer lugar, nos esforzaremos por asegurarnos de enseñar únicamente la Palabra de Dios y rechazaremos toda enseñanza que no provenga de Su Palabra. En segundo lugar, tomaremos la decisión de hacer la voluntad de Dios tal como se revela en la Biblia. La Biblia contiene los mandamientos de Dios. Estos mandamientos no son únicamente sugeren- cias, tampoco podemos escoger los mandamientos de Dios que queramos obedecer. ¡Dios siempre les ha requerido a las personas que cumplan con todos Sus requerimientos! Por lo tanto, tenemos que leer la Biblia de manera sumisa, con una actitud similar a la de Samuel, que dijo: «Habla, Jehová, porque tu siervo oye» (1º Samuel 3.9; vea vers.º 10). Entonces, tenemos que determinar hacer lo que leemos en la Palabra de Dios. Una pequeña iglesia donde prediqué le dio a cada uno de los graduados de secundaria una Biblia como regalo de graduación. En cada Biblia dada a estos jóvenes había escrito algo parecido a lo siguiente: ¡Felicidades en su graduación de la secundaria! Para conmemorar la ocasión, le estamos entregando esta Biblia. Recíbala como la Palabra de Dios, léala con regularidad, estúdiela con diligencia, ámela fervientemente y obedézcala plenamente. Que guíe sus pasos el resto de su vida. La Biblia nos la dio Dios. ¡Debemos leerla, estudiarla, amarla y obedecerla! ¡Creer que la Biblia es la Palabra de Dios debería cambiar nuestras vidas! nota del autor Obviamente, con todo lo que la Biblia enseña, la presente serie no puede proveer un punto de vista completo de todo lo que ha de creer el cristiano. No es una teología sistemática ni un «catecismo». En lugar de ello, las lecciones ofrecen una visión general de las principales doctrinas bíblicas que los cristianos deben creer. Quise incluir tantas referencias a las Escrituras como fueran posibles —más unas cuantas recomendaciones para estudios adicionales— con el fin de que cualquiera que estudie este material pueda «dar razón» de lo que cree. Cuando escribía, y a la vez orando, tenía en mente a mis nietos. Estas son las verdades bíblicas básicas que quiero que ellos siempre recuerden y por las cuales vivan, para que sus vidas y adoración agraden a Dios. Coy Roper Autor: Coy Roper © 2013, LA VERDAD PARA HOY TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS 4