Hipótesis del efecto de tercera persona: aplicación y aproximaciones teórico-metodológicas Marcelo Freire1 Resumen: Los estudios en teoría de la comunicación y, más específicamente, en los efectos de los media, presentan algunas áreas más contempladas por los investigadores brasileños, como el agenda setting, y otras relegadas, como la hipótesis del efecto de tercera persona. Eso se establece, en cierta medida, por la restricción existente a las perspectivas teóricas de los efectos fuertes, criticadas por muchos estudiosos. La hipótesis del efecto de tercera persona, además de esa inclusión entre los estudios criticados, es poco difundida hasta en las escuelas y en las carreras de comunicación. El presente articulo propone una observación y una discusión de las bases teóricas, de las metodologías empleadas por los estudios tradicionales y de las perspectivas y aproximaciones de esa hipótesis con las teorías de la comunicación. El autor cree que, aún que sea criticada, la hipótesis del efecto de tercera persona debe ser considerada como una estrategia metodológica complementaria e importante para la relativización de las observaciones realizadas a través de otros ejes teóricos en el campo de la comunicación. Palabras-Clave: Efectos de tercera persona, Efectos de los media, Teoría de la comunicación El objetivo de ese articulo es presentar algunas dificiones de la Hipótesis de los Efectos de Tercera Persona, sus principales aplicaciones y posibles cruzamientos con otras teorías de la comunicación. Es posible afirmar que el texto llamado The Third-Person Effect in Communication [El Efecto de Tercera Persona en la Comunicación] del sociólogo americano W. Phillips Davison ha inaugurado el termo en el año 1983. De acuerdo con Perloff (2002, p. 490) “el efecto de tercera persona es un concepto relativamente nuevo, como lo son las ciencias sociales”. En la tradición de las investigaciones en los efectos de los media, la hipótesis estaría inclusa entre las de los efectos fuertes. Pero ella es 1 Marcelo Freire cursa la maestría en Comunicación y Culturas Contemporáneas en la Universidade Federal da Bahia, en Brasil, es graduado en Periodismo por el Centro Universitário da Bahia. Es profesor de periodismo digital en el Centro Universitário da Bahia y editor de los sitios del Jornal da Manhã y del Bahia Meio-Dia (http://ibahia.globo.com/jornaldamanha) (http://ibahia.globo.com/bahiameiodia), en la Rede Bahia, en Salvador. se distingue de otras como la de la Aguja Hipodérmica o del Agenda Setting2 (COLLING, 2001) por no considerar el efecto en si, pero en los otros. Según la definición de Davison “la Hipótesis del Efecto de Tercera Persona es una hipótesis que afirma que las personas van a tender a superestimar la influencia que la comunicación masiva tiene en el comportamiento y en las posturas de los otros” (DAVISON, 1983, p. 03). El autor defiende que esa es una tendencia típica de la cultura occidental y no es exclusiva de la era pos-industrial, aconteciendo a lo largo de la historia. Él cita ejemplos en la Edad Media y en la Grecia Anticua. Entretanto, en el contexto de los medios de comunicación de masa es necesario considerar el aumento de esa mediación y, como consecuencia, la potencialización de ese efecto. Aún que la propensión a la tercera persona indubitablemente opere por toda la historia de la humanidad, las consecuencias son más intensas hoy que en la era de la sociedad pre-masiva. [...]La opinión publica ejerce un impacto significativo y afecta la masa y las decisiones de la elite, Consecuentemente, las percepciones de la opinión publica pueden tener directa o indirectamente, “olas” de efecto, particularmente cuando esas percepciones son ampliamente reportadas en los medios de comunicación de masa (Mutz, 1998). (Perloff, 2002; p. 491). El investigador destaca que los efectos de tercera persona pueden ser explicados como parte de la dualidad fundamental en el pensamiento occidental entre el yo y el otro. Él defiende que la hipótesis-clave del Efecto de Tercera Persona (TPE) es definida por la percepción de los efectos de los media como siendo totalmente diferentes en el yo y en el otro. Eso implica que individuos pueden y separan sus percepciones de los efectos de comunicación del de las otras personas. Esa separación permite afirmar que esta es una teoría sobre los efectos imaginados (DALMONTE, 2005). En ese mismo camino, Salwen (1998) destaca el facto de que ahora, en vez de los efectos, en verdad se habla de la percepción de cómo serian esos efectos. La cuestión Aun que hayan divergencias sobre la categorización del agenda setting como efectos fuertes o moderados, parte-se, aquí, de la idea de Colling (2001), que busca, en su artigo Agenda setting e framing: reafirmando os efeitos limitados, “mostrar que no es unánime la tesis de que el agendamento contesta el paradigma de los efectos limitados, como hace creer Traquina” (COLLING, 2001, p. 01) 2 principal que adviene de esa afirmación es como cambiar un efecto imaginado en algo que se puede estudiar. La proposición de Perloff (1999) permite sanar esta duda. Para él, el efecto de tercera persona es la diferencia entre la percepción del efecto de las mensajes en el otro y en el yo. En muchos casos, separando la percepción en la tercera persona (que estima la influencia en los otros) y e en la primeira persona (percepción de la influencia en si mismo). El autor utiliza el modelo de TPE de Salwen & Driscoll, que, segundo él, fue muy utilizado en la década de 1990. Este modelo es compuesto por cuatro etapas: Variables Externas (educación, cultura, edad, actitud pre-existente, envolvimiento y auto-estima), Procesos de Mediación (proceso de valoración individual, atribuiciones, esquema mediático, proyecciones de grupo), Contenido de TPE (disparidades yo-otro, percepciones de tercera persona y percepciones de primera persona); y Consecuencias (Espiral del Silencio, Percepciones de la opinión publica y la actuación de los medios de comunicación de masa persuasiva). Fuente: Perloff (1999) El propio Perloff cita que una gran cantidad de investigaciones en psicología social ha mostrado convincentemente que las personas son motivadas a preservar su auto-estima al ponto de tener una mirada positiva irreal en relación a si propios, comparativamente a los otros. Weinstein (1980) denomina eso optimismo irreal. Alicke et al (1995) refieren-se a esta tendencia de mirar a si mismo como efecto mejor-que-el-promedio. Tsfati e Cohen (2003), en el mismo sentido, afirman, “nuestra auto-imagen es fuertemente afectada por lo modo que creemos que los otros vean y piensen sobre nosotros (Mead, 1936) y sobre los grupos a que pertenecemos (Tajfel & Turner, 1986)”. Dalmonte (2004) explica la relación de los efectos de tercera persona y la cuestión de la relación con la auto-estima de esa manera, Para aclarar esa relación entre el deseable y el no deseable acreca de los efectos, Eveland e McLeod (1999, p.318) van trabajar con la ‘percpción invertida de tercera persona’, según la cual los efectos percibidos de los mensajes pro-social el los otros van ser percibidos como ‘menores’ que los efectos en el ‘yo’. “Para la perspectiva de autoestima de la parcialidad motivacional, argumentase que vamos aparecer mejor (para nosotros y para los otros) se notamos un mayor impacto en nosotros que en los otros de mensajes pro-social, y atribuimos grande impacto en los otros de mensajes anti-sociales”. Pero, al efectuar la verificación empírica, está comprobado que no hay una percepción invertida de tercera persona, tampoco hay atención a los mensajes pro-sociales. (DALMONTE, 2004). Esa idea puede ser contemplada con la citación de algunas investigaciones observadas por Perloff (1999) donde esta comprobado que mensajes indeseables generaron un mayor efecto de tercera persona que mensajes deseables. Ese tema fue tópico en cuatro estudios (Duck & Mullin, 1995; Gunther & Hwa; 1996; Gunther & Mundy, 1993; Hoorens & Ruiter, 1996), pero no lo ha sido en Brosius y Engel (1996) o Innes y Zeitz (1988). Hoorens y Ruiter (1996) y Gunther y Hwa (1996) investigaron el efecto de primera persona en mensajes deseables. Dos otras investigaciones también descubrieron efectos de primera persona, indicando que los encuestados notaban que eran más influenciados que los otros por mensajes coherentes (Cohen & Davis, 1991; Price, Tewksbury, 2004). En un artigo posterior del autor, él afirma que muchos estudios en esa área son hechos a través de datos recogidos en encuestas para estimar los efectos en cuestiones de investigación descritas que ejercen efectos sobre los otros y sobre si mismos (PERLOFF, 2002, p. 492). Según él, “una mirada cuidadosa sobre los estudios de tercera persona revela que algunos encuestados son mas propensos a la percepción de tercera persona que los otros”. Aplicaciones Los estudios sobre la hipótesis del efecto de tercera persona utilizan, en su mayor parte, la televisión como objeto. Distintas investigaciones, en variadas áreas de conocimiento, demuestran que la TV está entre los medios de comunicación que ejercen mayor influencia sobre el público. Eso llevo a los investigadores de tercera persona a la verificación de que las hipótesis fundamentales de la línea se aplicaban también a ese medio. Peiser y Peter (2001) buscaron verificar la concepción social del comportamiento del público de la TV, buscando la comprensión de los efectos y influencias de los media, con base en las base proposiciones de Hoffner para identificar las características y diferencias individuales en los efectos de tercera persona. Para la realización del estudio fueron consultados 200 adultos del sudoeste de Alemania. Los encuestador rellenaron un cuestionario sobre las orientaciones y comportamiento de telespectadores, con foco en su propia percepción y en la de los otros. La muestra fue compuesta utilizando tres niveles de combinación de edad y tres niveles distintos de educación. Las variables de tercera persona utilizadas fueron: 1) asistir a la tele para no estar solo; 2) por hábito; 3) para olvidar de otros problemas; 4) para el entretenimiento; 5) seleccionar programas intencionalmente; 6) para se informar sobre el que se pasa. Los autores constataron, después de hecha la investigación, que os entrevistados consideraron que los otros miraban más TV en busca de compañía, por hábito, como un escape o, en último lugar, como entretenimiento. Creían que la realidad del otro envolvía elementos como estos, indeseables. Ya con relación a si propio, contestaron que buscaban informaciones específicas o noticias, o sea, elementos deseables. De manera general, según Peter y Peiser (2001) los factores de posición son más fuertes para antever percepciones de si que para la percepción del otro. De este modo, en la mayor parte de los casos, los autores descubrieron, cómo esperado, que los deseos personales tienen un efecto negativo sobre la tendencia a la percepción de tercera persona y eso funciona para las acciones socialmente deseables de la misma manera cómo para las socialmente indeseables. Los estudios de efectos de tercera persona en televisión presentan, también, una investigación considerada clásica y que debe ser referenciada, por indicar aproximaciones metodológicas importantes. Trata-se de la investigación conducida por Hoffner et al en 2001 y que estudia la percepción de la influencia en la violencia presentada en la televisión. Es importante resaltar, que la hipótesis de tercera persona es una base teórico-metodológica muy utilizada para estudiar la percepción da influencia de la violencia retratada en los medios de comunicación de manera general. Los autores presentan parte de las discusiones centrales de los estudos de efectos de tercera persona desde Davison (1983). Uno de los diferenciales de esa investigación es considerar que múltiplos elementos contribuyen para la percepción del efecto de tercera persona y también que dispositivos internos y externos afectan la comprensión y la acción de ese efecto. Fueron contactadas 253 residencias de una pequeña comunidad del centro-oeste americano. Es interesante considerar que es una comunidad conservadora, el que afecta la comprensión de los datos obtenidos. De las 253 personas eran 47 hombres y 53 mujeres que asisten, en promedio, 2,6 horas de TV todos los días e de ellos, 85,8% tienen acceso a la TV por cabo o satélite. Los autores buscaban levantar dos grupos de información junto a los encuestados: a) datos demográficos y b) evaluación de la percepción de los efectos de la media a través de las variables de efectos externo (percepción del efecto en si y en los otros; tipo de efecto, o sea, la percepción del mundo como maldoso y la aceptación de la agresión) y del efecto interno (si la percepción dice respecto a la comunidad local o a los EUA y el sexo). El estudio comprueba algunas de las hipótesis propuestas, como la que dice que el efecto de tercera persona esta favorablemente relacionado a la percepción positiva de si en relación a los otros. Otra constatación importante dice que el efecto de tercera persona es mayor en los encuestados a los que le gusta la TV violenta e que él está positivamente relacionado a la creencia de que características individuales pueden moderar los efectos. Los estudios sobre la percepción del efecto de tercera persona, es importante decir, no presentan la misma estructura. Objetivos, hipótesis y orientaciones metodológicas cambian en variación con la propuesta de cada autor. Tewksbury et al (2004) proponen un análisis un poco distinto, muy en función de su temática. Los autores aplican el concepto general de efecto de tercera persona a un contexto específico – en el que las personas pueden estar conscientes de los mensajes midiáticos sobre un determinado tema y estar preocupados con los efectos de esos mensajes en las personas a su alrededor. De esa manera, proponen para verificación la afirmación de que las personas hicieron algo de forma no proporcional en relación al contenido periodístico sobre la posibilidad de tragedias iban a esperar que los otros lo hicieran de la misma forma. La ansiedad sobre la llegada del nuevo año podría dirigir la percepción del nivel de la preparación de los otros. La hipótesis central del estudio es que cuanto más ansiosa sean las personas menos ellas podrían considerar la posibilidad de que exagere. Los datos fueron obtenidos a través de la estrategia metodológica más comun en ese campo de investigación – a partir de una encuesta hecha por el teléfono hecha con cerca de 700 adultos americanos de la área de grande Seattle. Los encuestados contestaron sobre las medidas de protección para la llegada del año 2000. Entre las medidas estaban: el saque de dinero del banco y compra extra de comida, agua y gasolina; sobre la percepción del impacto de de las noticias en ellos y el los otros de su región; y sobre la percepción del impacto de la llegada del año 2000, para contestar sobre el grado de ansiedad que sentían y que los otros sentían. Los resultados muestran que los efectos de percepción distorsionada tenían un impacto en todos los acontecimientos que ocurrieron después relativos a las actitudes o comportamientos. Aproximaciones Desde su artigo inicial, los efectos de tercera persona pueden ser claramente asociados a otras hipótesis de efectos de los medios de comunicación. Las dos relaciones más directas son con la espiral del silencio y con las teorías de opinión pública. Sobre la primera, Davison (1983) definió El Efecto de Tercera Persona está más cerca de la Espiral del Silencio, que, según la reciente Teoría de la Formación de la Opinión Pública, lleva aquellos que se posicionan en un lado de una cuestion a expresar sus opiniones con mayor volumen y más confianza, mientras aquellos que se posicionan en el otro lado tienen la propensión a calarse. (Noelle-Neumann, 1980). Dalmonte destaca que “la Hipótesis de Efecto de Tercer Persona es revestida de otro sentido, visto que pode tener impacto en el orden social, por intermedio de la Opinión Pública”. Según él, esa cuestión es tratada por Gunther e Storey (2003), en un articulo que cuestiona el papel de la influencia presumida. Así, el Efecto de Tercera Persona puede tanto mover la opinión publica como pode también mantener su alcance y sus discusiones en el ámbito personal. Los efectos de tercera persona pueden ser relacionados con otros abordajes que traten de la relación individual con los efectos de los medios de comunicación, como: Framing cuando trata de los frames individuales, Agenda Setting en la relación de la Agenda Pública, que está directamente conectada a la idea de la Opinión Pública; o a cualquier estudio de recepción empírica que trate directamente con la dualidad entre el yo y el otro y sus efectos, como se ha visto a lo largo de ese articulo. Referencias COLLING, Leandro. Agenda-setting e framing: reafirmando os efeitos limitados. Revista Famecos. Porto Alegre, num 14, abril 2001. DALMONTE, Edson Fernando. Dos efeitos fortes à percepção do efeito de terceira pessoa: uma verificação empírica. Trabalho apresentado no XXVIII Congresso Brasileiro de Ciências da Comunicação – Uerj – 5 a 9 de setembro de 2005. DAVISON, W. Phillips. The third-person effect in communication. Public Opinion Quarterly, vol. 47, 1983: p. 1-15. HOFFNER, C. et al. 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