EL ENFOQUE TEÓRICO NORMATIVO Y EL ESTUDIO DE LA CIUDADANÍA Adriana Otálora Buitrago Junio 30 de 2009 El estudio de la ciudadanía ha sido junto con el estudio del poder parte de los intereses fundamentales de la ciencia política contemporánea; estudio que ha sido abordado desde distintos enfoques investigativos, tales como el feminismo, el institucionalismo, y el que nos ocupa acá, el teórico-normativo. Se privilegia el enfoque teórico normativo sobre los otros mencionados, dada la intencionalidad de este enfoque de develar los principios morales que subyacen a la configuración y ejercicio de la ciudadanía en las sociedades contemporáneas, en particular en la colombiana, lo que constituye parte de la intencionalidad de quien escribe esta reflexión. El enfoque teórico-normativo, también denominado como enfoque filosófico1 por otros autores, es el más cercano a la filosofía política, ocupándose por tanto de las formas ideales de gobierno, organización política y sociedad. De tal manera versa sobre temas diversos tales como la ciudadanía, el poder, la participación, el reconocimiento, etc. todos en torno a la configuración de un mejor sistema de convivencia armónica en la sociedad si bien no de organización institucional de la misma. 1 Ver LOSADA, Rodrigo & CASAS, Andrés. Enfoques para el análisis político. Historia epistemología y perspectivas de la ciencia política. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Bogotá, 2008. Pág. 137-145. 1 Sin pretender establecer criterios morales universalistas que desconozcan las particularidades propias de cada individuo o grupo de individuos, parte de la intencionalidad en el estudio de la ciudadanía tiene que ver con el descubrir los puntos de encuentro entre los ciudadanos que propicien mejores parámetros de convivencia y que posibiliten además el ejercicio de una ciudadanía inclusiva, dinámica y más justa para la realidad de la sociedad contemporánea. De tal manera, la intencionalidad en el estudio de la ciudadanía que se plantea acá pretende más que la reivindicación de intereses particulares de grupo, la reformulación de los fundamentos de la ciudadanía de tal forma que resulte acorde con las múltiples demandas que la cuestionan, transforman y reivindican. La teoría política normativa tiene sus orígenes en los clásicos del pensamiento político en la Antigua Grecia precisamente en la búsqueda de la comprensión de las inclinaciones morales del ser humano y de las consecuencias de las acciones derivadas de tales fundamentos en la sociedad. El estudio de la política que iniciaran Aristóteles y Platón en la comprensión de las formas de gobierno más deseables para la sociedad, así como del reconocimiento de posturas no deseables desde un punto de vista moral, tal y como es el caso de la diferenciación entre Monarquía y Tiranía, Aristocracia y Oligarquía, o Democracia y Demagogia establecida por Aristóteles. Ahora bien, en la actualidad los enfoques que se privilegian desde este enfoque son el utilitarismo, el liberalismo y el comunitarismo. El primero, el utilitarismo, es heredado de los desarrollos teóricos que realizara Jeremy Bentham durante el S. XIX, buscando maximizar la felicidad o utilidad de la mayoría de las personas en la sociedad. Ahora bien, esta idea general de beneficiar a la mayor parte de la sociedad puede constituir en ocasiones el insumo mismo para la discriminación de algunas poblaciones, y por tanto para el deterioro de su felicidad. 2 “Los elitistas culturales y los pensadores religiosos temen que equiparar todos los deseos signifique una degradación de lo que de elevado tiene la vida, ya sea el arte con mayúsculas o las verdades teológicas establecidas que revelan las escrituras”2 de tal precepto y a partir del carácter meramente cuantitativo del utilitarismo tradicional, es que John Stuart Mill crítica a Bentham, estableciendo un espacio para la discusión de los derechos de todos los individuos al mezclar un utilitarismo cuantitativo con elementos cualitativos de juicio. De hecho, esta es la tendencia preferida por los tecnócratas, la cual sin embargo no corresponde a la intencionalidad del estudio sobre ciudadanía que se está planteando. El segundo enfoque, el del liberalismo deontológico, surge precisamente como oposición a la tendencia utilitarista, buscando el establecimiento de máximas universales como parte de la herencia kantiana, de tal manera que se permita el pluralismo político como parte del trasfondo que configura la organización de la sociedad, así, “contrastan la deontología (ética de los derechos y obligaciones) con la teleología (ética de los fines), con un resultado favorable a la primera, siendo Innmanuel Kant el principal punto de referencia de la ética deontológica. Kant era contrario a toda concepción de la política que sacrificara a los individuos a un propósito superior. Para él los individuos no eran medios sino fines y, por tanto inviolables. Los liberales kantianos creen que los individuos deben ser libres para decidir y perseguir sus propios fines, sin que se les impongan los de otros 3”. Para estos pensadores, los límites de la acción humana deben ser impuestos desde los derechos, no desde la ignorancia de la pluralidad. 2 GLASER, Daryl. “La Teoría Normativa” En: ´MARSH, David & STOKER, Gerry. Teoría y métodos de la ciencia política. Capítulo 1. Alianza Universidad Textos. España, 1995. Pág. 36. 3 GLASER, Daryl. “La Teoría Normativa” En: ´MARSH, David & STOKER, Gerry. Teoría y métodos de la ciencia política. Capítulo 1. Alianza Universidad Textos. España, 1995. Pág. 37. 3 En cuanto al comunitarismo, acoge los avances en términos de pluralismo que hubiera establecido el liberalismo, pero avanzando más allá de esto, trasciende la tendencia liberal de establecimeinto de unas máximas universales que resaltan el individualismo ignorando las tendencias de asociación comunitarias que le otorgan un espacio de particularidad al individuo y a las comunidades que puedan convivir en una sociedad. “Los comunitaristas creen que el yo individualizado del liberalismo es sólo dominante allí donde los vínculos comunitarios se han corroído y los individuos se encuentran alienados y a la deriva, aunque, incluso en esta situación, la vida en común o la tradición so puntos de referencia necesarios para la disidencia individual”4. De tal manera, el objetivo de los comunitaristas, más que el de la defensa misma de la libertad está en el alcanzar una democracia consensuada, en la que se manifiesten las distintas individualidades y de la que todos los individuos se sientan parte. Es una tendencia propicia para la búsqueda de reconocimiento (Charles Taylor) y de reivindicaciones de poblaciones invisibles o excluidas, con lo que tampoco hace parte del eje central que se pretende abordar en la investigación. Como parte del desarrollo teórico que se pretende construir en este trabajo, se privilegia el enfoque del liberalismo político, siendo precisamente la búsqueda de la comprensión de los principios de igualdad, libertad y de justicia como pilares de la ciudadanía y de sus fundamentos morales parte esencial del abordaje teórico que en la temática se ha privilegiado. Tal comprensión requiere de recurrir a una aproximación empírica a los referentes subjetivos de los principios anteriormente mencionados, con lo que se da una aproximación a las subjetividades políticas, aunque sin alcanzar el reconocimiento particularista de las mismas establecido por los comunitaristas. 4 GLASER, Daryl. “La Teoría Normativa” En: ´MARSH, David & STOKER, Gerry. Teoría y métodos de la ciencia política. Capítulo 1. Alianza Universidad Textos. España, 1995. Pág. 38-39. 4 En el siguiente esquema se encuentra una descripción de los principales aspectos del liberalismo político (visto desde el trabajo de John Rawls fundamentalmente), que se pretende abordar en la investigación. Destacan en tal consideración las instituciones, sin embargo, lo que se pretende en la investigación que se está planteando es la comprensión misma de las instituciones, no el planteamiento de estrategias para que exista un nivel óptimo en el funcionamiento de las mismas, lo que constituye parte fundamental del institucionalismo, por esa razón, no se ha considerado tal enfoque como 5 fundamental en este caso, ya que si bien reconoce la existencia de instituciones tanto formales como informales, suele centrarse en su funcionamiento, más que en la comprensión de las mismas o en la inclusión de instituciones emergentes en la lógica dialógica de las democracias contemporáneas. Ahora bien, una de las críticas más comunes al enfoque teórico normativo tiene que ver con su poca aplicabilidad a contextos empíricos reales, la cual pretende subsanarse a través de la contrastación de la teoría con uno o algunos casos reales en los que el ejercicio de la ciudadanía resulta en una fractura de la ciudadanía, como sería el caso del secuestro (haciendo referencia a los familiares de los secuestrados, más que a los secuestrados mismos), o de distintas comunidades que en contextos de violencia ven imposibilitado el ejercicio de su ciudadanía (como los levantamientos campesinos e indígenas en contra de la violencia). Sin adoptar un enfoque en el sentido de la teoría del discurso, si resulta en este caso conveniente retomar de éste su interés por el papel que juegan las prácticas sociales en la vida política, esto a través de la comprensión de los discursos (como sistemas de significado) presentes en las manifestaciones y relatos de las vivencias de tales poblaciones respecto a su propia ciudadanía. Lo anterior se posibilita a través del uso del análisis del discurso como herramienta metodológica, más que de una aproximación completa al enfoque epistemológico, dado que los que se pretende nuevamente, es la comprensión de la forma de ciudadanía que existe en el contexto colombiano, así como el planteamiento de elementos generales de análisis desde sus principios, siendo el enfoque teórico normativo complementado por el discurso y no a la inversa. El enfoque teórico-normativo permite una aproximación a la ciudadanía desde los fundamentos de la misma, en cuanto a como se puede apreciar en el siguiente cuadro, las concepciones de justicia, y los fundamentos políticos de la ciudadanía, no como educación cívica, ni como parte del desarrollo 6 moral, que es la tendencia más particularista del liberalismo político, incluso tendiendo al comunitarismo, sino como la identificación de los elementos que podrían conducir a una reformulación del contrato social a partir de una re-conocimiento de la ciudadanía que se ejerce en Colombia. 7