En política se actúa de acuerdo a como se vive Josep Miró i Ardèvol De Ségolène Royal me llamó la atención su énfasis con la democracia consultiva y la voluntad de crear unos órganos ciudadanos para fiscalizar a los diputados. No sé hasta qué punto es viable una fórmula de control de unos mandatarios, que, una vez elegidos, no han de responder a ningún mandato imperativo –al menos teóricamente- y responden solamente ante su conciencia y los electores (en el sistema español táchese conciencia y electores, y substitúyase por aparato de partido). En todo caso era una aportación nueva al escenario político y valía la pena seguirla. Valía la pena hasta el momento en que uno sabe que la señora Roya, que es presidenta de la Región de Poitou-Charentes, un cargo no demasiado distinto al del presidente de una Diputación, ha ejercido su cargo desde París y acudiendo una mañana a la semana al territorio que teóricamente representa. El TGV une la capital de Francia con Poitiers en una hora y media, lo que tarda en recorrer los 340 km que separa ambas poblaciones. No resulta coherente pretender mejorar la democracia a escala de estado francés y ejercitarla a tanta distancia a una escala mucho más humana como es la de la región por la que has estado elegida presidente. No es razonable confiar en las propuestas políticas que no vengan abaladas por un mínimo, y subrayo mínimo, de testimonio personal, porque en realidad y es bien sabido, y se acaba actuando de acuerdo como se vive, más que como se dice. Por eso resulta interesante el ejercicio que ha hecho el sector de prensa italiana favorable al gobierno de Prodi de poner de relieve que los dirigentes de la oposición, Fini, Berlusconi, son personas que han acumulado avatares matrimoniales, separaciones y divorcios, e hijos con distintas mujeres, mientras que los dirigentes del gobierno, empezando por Prodi, los ex dirigentes comunistas D’Alema y Fassino, líderes de los Demócrats de la Izquierda, lógicamente el dirigente del partido de inspiración cristiana, “La Margarita”, Francesco Ruteli, y el mismo Fausto Bertinotti, de Refundación Comunista, presenten unas credenciales matrimoniales impecables con uniones estables de larga duración. Todo esto viene a cuento del debate sobre la ley italiana denominada Sobre Uniones de Convivencia que, con propiedad, ni siquiera puede denominarse de parejas de hecho porque sólo regula los derechos individuales. El centro derecha que defiende el matrimonio tiene algunos líderes que no lo avalan en su trayectoria personal. Este es el mensaje que nos envía la información. Y es que el currículum también debería servir para la vida política, y es lógico que incorpore informaciones que no pertenecen sólo al ámbito de lo privado como el hecho de estar casado, aparejado o tener hijos. De todas formas un interrogante planea sobre este último punto: ¿Qué juicios se harían si este examen matrimonial del centro izquierda al centro se produjese a la inversa? Por ejemplo: si nos preguntásemos en el actual gobierno español, ¿que personas están casadas y cuales no, cuales viven como pareja de hecho, cuantos hijos tienen? Incluso en nuestro caso, un dato básico, que debería ser público al menos entre los gobernantes, si alguien es heterosexual u homosexual. Es absurdo que en un Estado que tiene una legislación única en el mundo en cuanto al matrimonio y adopción por parte de los homosexuales, continúe siendo tabú que los políticos que nos gobiernan declaren abiertamente su tendencia, mientras que en otros países donde la legislación ha rechazado de pleno esa posibilidad matrimonial, como Francia o Alemania, tenga alcaldes de sus respectivas capitales que lo manifiesten sin ningún tipo de complejo. Un gobierno como el español que se ha especializado en legislar materias más propias al Derecho Consuetudinario y poco concordes con por la coyuntura legislativa, relacionadas con el matrimonio, la descendencia, la filiación, la patria potestad, la tutela, la maternidad y la paternidad, la naturaleza y origen de la vida, y un largo etc, y que mantiene las ayudas a la familia por debajo de Grecia y Portugal en términos de porcentaje sobre el PIB, y legisla vetando la conciliación cuando hay conflicto en la pareja, hace absolutamente necesario que nos informen con transparencia sobre la vida, sobre su carácter homo o heterosexual, su condición civil y su descendencia. En definitiva, con Zerolo, reclamo que nuestros gobernantes salgan del armario, para constatar si las leyes hechas responden sobre todo al estilo de vida que quienes nos gobiernan.