EL RETRASO MENTAL EN LAS AULAS Por Juana Mª Ariza Crespín 1.- INTRODUCCIÓN Como bien decía Miguel Ángel Santos Guerra, “Un dromedario no es un camello defectuoso”, sino que simplemente es diferente, con esta frase hacemos referencia a la diversidad. En las aulas, los alumnos/as son diferentes entre sí, cada uno tiene sus particularidades, sus intereses, su forma y ritmo de aprender. Además, en nuestras aulas, encontramos alumnado con dificultades de aprendizaje, con necesidades especificas de apoyo educativo asociadas tanto a sus capacidades personales como a sus condiciones sociales, pero estos alumnos/as no son “defectuosos”, sino que poseen unas características particulares y diversas a las que la educación y la orientación han de dar respuesta. Aunque siempre han existido diferencias individuales entre el alumnado, la forma de intervenir desde el sistema educativo ha sido diferente a lo largo de la historia. Fue a partir de la Ley de Integración social del Minusválido, cuando se hicieron los primeros intentos integradores de la diversidad del alumnado. Posteriormente, se abogó por los principios de diversidad y normalización, donde existiera una educación para todos que tuviese en cuenta las características y dificultades de cada alumno/a y pusiera los medios para que todos alcanzaran los objetivos de la Educación. Posteriormente, la actual Ley Orgánica de Educación y Ley de Educación de Andalucía han reconocido como factor de calidad la flexibilización del currículo en pos de atender a la diversidad en el sistema educativo. 2.- ¿EN QUÉ CONSISTE EL RETRASO MENTAL? El alumnado con discapacidad psíquica asociada al retraso mental son un grupo de escolares que necesita una respuesta educativa especializada con una adaptación del currículo en la que ocupa un papel destacado la mejora de la inteligencia. 1 Existen muchas definiciones de retraso mental, como por ejemplo, la de Luckason, para el cual, el retraso mental hace referencia a limitaciones en el funcionamiento del alumnado, que se caracteriza por un funcionamiento inferior a la media y que coexiste con dos o más limitaciones relacionadas con las habilidades de adaptación como por ejemplo la comunicación, el autocuidado, habilidades sociales, entre otras. Otras definiciones vienen dadas por la Asociación Americana de Retraso Mental (AAMD), el cual se refiere a un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, que se origina durante el período de desarrollo y se asocia a un déficit en el comportamiento adaptativo, o según el Censo de Necesidades Educativas Especiales de Andalucía, que distingue cuatro tipos de necesidades educativas, dentro de las cuales engloba el retraso mental en el tipo de Discapacidad. Pero desde el punto de vista pedagógico, el alumnado con discapacidad mental, sería aquel que tiene mayor o menor dificultad para seguir el proceso de aprendizaje ordinario y que por tanto tiene unas necesidades educativas especiales y necesita de apoyos y adaptaciones del currículo para seguir el proceso de enseñanza ordinario. Retraso mental, no equivale a infancia. La idea del deficiente como un eterno niño/a resulta peligrosa en determinados ámbitos como por ejemplo en su desarrollo afectivo y social, o el de su sexualidad, pues el adolescente y el adulto con retraso mental, tienen las mismas necesidades afectivas, la misma capacidad y el mismo deseo sexual que cualquier otro adolescente sin esta afección. El alumnado con retraso mental puede alcanzar una cierta madurez humana y social, dentro de sus limitaciones, y su educación no ha de atender únicamente a los conocimientos escolares, sino a todo su comportamiento, al desarrollo de sus afectos, de sus relaciones sociales, de su autonomía personal, entre otras. 3.- CRITERIOS PARA DIAGNOSTICAR EL RETRASO MENTAL Y ETIOLOGÍA DEL MISMO Basándonos en los criterios diagnósticos del DSM-IV-TR, que relaciona la gravedad del trastorno con la puntuación del C.I., estos son: Capacidad intelectual significativamente inferior al promedio. (C.I. entre 55 y 70). Déficit o alteraciones concurrentes de la actividad adaptativa actual en por lo menos dos de las áreas siguientes: comunicación, cuidado personal, vida doméstica, habilidades sociales/interpersonales, utilización de recursos comunitarios, autocontrol, habilidades académicas funcionales, trabajo, ocio, salud, y seguridad. El inicio es anterior a los 18 años. Como podemos observar, el C.I. no es el único criterio utilizado para identificar el retraso mental, sino que también se tiene en cuenta antes de llegar a un diagnóstico, consideraciones de tipo social, escolar, de aprendizaje y de desarrollo. 2 En cuanto a la etiología del retraso mental, podemos decir que las posibles causas de esta deficiencia son muy diversas, pero siguiendo a Bautista, podemos hacer la siguiente clasificación: Causas de tipo hereditario: Es cuando el origen de la deficiencia viene ya determinado por los genes y puede deberse a alteraciones en el metabolismo, dando lugar por ejemplo a la fenilcetonuria, o el síndrome de Lesh.Nylam; o también puede deberse a alteraciones en los cromosomas, como por ejemplo alteración en la trisomía 21 dando lugar al Síndrome de Down. Factores externos, estos se distribuyen en tres como son: - Causas prenatales (antes del nacimiento), como por ejemplo infecciones como la rubéola, intoxicaciones por alcohol, fármacos y malnutrición. - Causas perinatales (durante el momento del parto), como por ejemplo hipoxia, incompatibilidad Rh entre la madre y el recién nacido. - Causas postnatales (después del nacimiento), como por ejemplo infecciones como la meningitis, vacunaciones, entre otras. 4.- GRADOS DE AFECTACIÓN DEL RETRASO MENTAL La clasificación del retraso mental, basándonos en la severidad y relacionándola con el sistema educativo (que se basa en el potencial de aprendizaje tanto de las habilidades escolares como las de ajuste personal y social), que predominan actualmente, es la aportada por Grossman y que se apoya en el DSM-IVTR, es la siguiente: o Retraso Mental Leve. Donde el alumno/a se caracteriza por ser educable. En esta categoría, el alumno/a presenta un C.I. entre 50 y 70. Suelen ser alumnos/as que adquieren habilidades sociales y de comunicación, siendo capaces de adaptarse e integrarse en el mundo laboral. En la escuela suelen tener dificultades en el aprendizaje de las técnicas instrumentales (lectura, escritura y cálculo), y pueden llegar a alcanzar un nivel escolar de quinto o sexto de primaria, y en el ambiente familiar y social no suelen presentar problemas de adaptación. o Retraso Mental Moderado. Donde el alumno/a se caracteriza por ser entrenable. Presenta un C.I. entre 50 y 40. Estos alumnos/as pueden conseguir habilidades de comunicación y se pueden beneficiar de una formación laboral, realizando trabajos específicos de supervisión y guía. Difícilmente llegan a dominar las técnicas instrumentales y se adaptan bien a la vida en comunidad. o Retraso Mental Severo o grave. Donde el alumno/a es custodiable. Presentan un C.I. entre 40 y 20. Estos alumnos/as pueden aprender algún sistema de comunicación, su lenguaje oral es muy pobre. Necesitan constante cuidado y supervisión, su deterioro psicomotor es importante, y pueden aprender habilidades básicas de autocuidado y ser capaz de efectuar tareas muy sencillas. o Retraso Mental Profundo. Donde el alumno/a es custodiable. El C.I. que presentan está por debajo de 20. Estos alumnos/as tienen mínimas 3 posibilidades sensoriomotoras, al igual que sus capacidades de comunicación y cuidado personal. Requieren cuidados y supervisión constante. En los alumnos/as con retraso metal, al igual que en los demás alumnos/as, la conducta personal y social es variable y no se puede hablar de características que sean semejantes en todo el grupo, pues las diferencias son enormes entre unos y otros. 5.- PRINCIPIOS DE INTEGRACIÓN DE LOS ALUMNOS/AS CON RETRASO MENTAL EN LA ESCUELA Los principales principios de integración del alumnado con retraso mental son los siguientes: - Normalización. Este principio dice que los alumnos/as con retraso mental no deben utilizar ni recibir servicios excepcionales (más que en casos estrictamente necesarios e imprescindibles). Por lo tanto, ha de tenderse siempre a que estos alumnos/as se beneficien, hasta donde sea posible, del sistema ordinario de prestaciones generales de la comunidad educativa, integrándose en ella. - Sectorización. Este principio implica acercar y acomodar la prestación de servicios educativos al medio en el que el alumno/a con retraso mental desarrolla su vida, lo que supone ordenar estos servicios por sectores geográficos de población y necesidades. - Individualización. Este principio equivale al concepto de personalización de la enseñanza. Consiste en que cada alumno/a reciba la educación que necesite, acorde con sus dificultades en cada momento de su evolución, a lo largo de todo el proceso educativo. También pretenderemos en lo posible, la mayor flexibilización y personalización del proceso de enseñanza aprendizaje, pretendiendo con todo la mayor autoorientación y autodeterminación del alumnado. 6.- INTERVENCIÓN EDUCATIVA Y CRITERIOS PARA ADAPTAR EL CURRICULO A ESTOS ALUMNOS/AS Los alumnos/as con retraso mental, serán siempre que se pueda escolarizados en centros y en programas ordinarios, garantizando siempre el mayor grado de integración y de consecución de los objetivos. Sólo cuando las necesidades del alumno/a no puedan ser adecuadamente satisfechas en un centro ordinario, se propondrá su escolarización en un centro de Educación Especial. Las propuestas de escolarización del alumnado casi como las medidas de apoyo, de adaptación y de acceso al currículo, que contribuyan a mejorar la calidad de la atención educativa, estarán fundamentadas en la evaluación psicopedagógica y en el dictamen de escolarización. 4 La escolarización en los centros ordinarios se podrá organizar en las modalidades siguientes: En un grupo ordinario a tiempo completo. En un grupo ordinario con apoyos en períodos variables. En un aula de educación especial. Algunas de las medidas de actuación que se realizan con el alumnado con retraso mental pueden ser: Adaptaciones curriculares significativas. Son un conjunto de modificaciones realizadas en uno o varios componentes básicos del currículo y en los elementos de acceso al mismo para un alumno/a en concreto. Funciones de apoyo a la integración. Estas funciones son realizadas por el maestro/a de pedagogía terapéutica o de educación especial, y estos apoyos se adecuarán a las características del alumnado, como por ejemplo utilizando sistemas alternativos de comunicación. Recursos materiales. Como por ejemplo materiales didácticos, contar con las tecnologías de la información y la comunicación. Agrupamientos Flexibles. Buscando la heterogeneidad, organizando los espacios, tiempos, horarios de profesores/as, disminuyendo la ratio profesoralumno. Formación del profesorado. Promoviendo actividades dirigidas a la actualización de ayudas técnicas y los recursos tecnológicos, así como la formación en métodos y estrategias educativas. Algunas medidas que se deben de tener en cuenta desde los centros educativos con respecto a la presencia de alumnado con retraso mental en nuestras aulas son: Concretar el Proyecto Curricular de Centro ofreciendo respuesta a las necesidades educativas que presenta este alumnado. Colaboración de todo el profesorado en la prevención, atención temprana, de este alumnado para detectar dificultades de aprendizaje, y así, poder ajustar la respuesta educativa mediante medidas como por ejemplo la optatividad. Que la comunidad educativa sea asesorada fehacientemente sobre los niveles de concreción curricular. Informar al alumnado y a sus familias sobre la duración de la enseñanza básica para este alumnado, ya que este alumnado podrá permanecer como máximo hasta los veinte años de edad, con las adaptaciones de acceso al currículo que sean necesarias para alcanzar el mayor grado de desarrollo. 5 Informarles también de la posibilidad de cursar las enseñanzas postobligatorias, y poder cursar el bachillerato fraccionado, hacer un ciclo de formación profesional, hacer un programa de cualificación profesional inicial. Informarles sobre la transición a la vida adulta y laboral. Informar a las familias mediante la formación de escuelas de padres y madres, que es un espacio de discusión, reflexión e intercambio de experiencias, y de esta forma que obtengan información sobre temas de interés, como por ejemplo conocer asociaciones de padres y madres de niños/as con retraso mental, que resuelvan dudas sobre el tema, que sepan cómo afecta este a las familias,… Programas de intervención en habilidades y destrezas de autoayuda. Pretenden favorecer la autonomía personal y la integración social de los retrasados mentales y agrupan programas cuyos objetivos son incremento e implantación de hábitos de higiene, alimentación, y vestido. Y por otra, prevenir, decrecer o eliminar la probabilidad de sufrir accidentes como consecuencia del uso inadecuado de sustancias u objetos, o la carencia de destrezas en la solución de problemas cotidianos. Programas de Habilidades sociales. El objetivo último de todo programa de habilidades sociales, en sujetos con retraso mental, es lograr la mayor inserción social posible. Las técnicas o componentes básicos del entrenamiento en habilidades sociales son: instrucción verbal, role-playing o ensayo de conducta, modelado, instrucciones proporcionadas por el profesor/a, feedback, refuerzo social y generalización. Aumentar la Autoestima del alumnado con retraso mental. Una buena dosis de autoestima es uno de los recursos más valiosos de que puede disponer un niño/a o adolescente. Una persona con autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho más gratas, está más capacitado para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar productivamente y ser autosuficiente, posee una mayor conciencia del rumbo que sigue. Y lo que es más, si el niño/a o adolescente termina esta etapa de su vida con una autoestima fuerte y bien desarrollada podrá entrar en la vida adulta con buena parte de los cimientos necesarios para llevar una existencia productiva y satisfactoria. Una persona con autoestima: actuará independientemente, asumirá sus responsabilidades, afrontará nuevos retos con entusiasmo, estará orgulloso de sus logros, demostrará amplitud de emociones y sentimientos, tolerará bien la frustración, se sentirá capaz de influir en otros… Cuando aumenta la autoestima, la ansiedad disminuye y ello permite que el niño/a participe en las tareas de aprendizaje con mayor motivación. 7.- CONCLUSIÓN Es necesario comenzar con un proceso de valoración-evaluación de las Necesidades Especificas de Apoyo Educativo que presenta el alumnado para poder adaptar los objetivos, estrategias, metodologías, a cada uno de ellos, y es fundamental 6 el trabajo coordinado de los docentes y la colaboración de las familias como apunta Rus Arboledas, en la labor educativa. De esta forma, podemos favorecer la normalización del alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo, y que se fundamenta en cuatro pilares mencionados en el Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, y titulada “La educación encierra un tesoro” y que son: Aprender a conocer, las características del alumnado con retraso mental. Aprender a hacer, a adaptar el currículo y objetivos a este tipo de alumnado. Aprender a ser, a que la integración de este alumnado sea completa. Aprender a convivir con ellos y con los demás. 8.- BIBLIOGRAFÍA Bisquerra Alzina, R. y Álvarez González, M. (1996). Manual de Orientación y Tutoría. CISS Praxis. Madrid. Coll, Palacios y Marchesi. (1992). Desarrollo Psicológico y Educación. Editorial Alianza. DÍAZ-AGUADO, M.J. (Dir) (1992) Educación y desarrollo de la tolerancia. Cuatro volúmenes y un vídeo. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia. DIAZ-AGUADO,M.J. (Dir. (1996) Programas de educación para la tolerancia y prevención de la violencia en los jóvenes. Cuatro volúmenes y dos vídeos. Madrid: Instituto de la Juventud, Ministerio. DSM-IV-TR. Manual de Criterios Diagnósticos. (2002). Barcelona. Editorial MASSON. Fierro Alfredo. Los niños con retraso mental. Genovard Roselló. Cándido. Consejo y orientación psicológica. UNED. López Melero, M. (1999). Aprendiendo a conocer a las personas con síndrome de Down. Ediciones Aljibe. Archidona, Málaga. Muntaner, J.J. (2001). La persona con retraso mental bases para su inclusión social y educativa. Guía para padres y educadores. Ediciones Aljibe. Archidona, Málaga. Verdugo, M.A. (2001). Apoyos, autodeterminación y calidad de vida. Editorial Amarú. 7