IMAGEN CORPORAL La Imagen corporal se ha definido de muy diversas maneras, entre ellas se encuentra la que la considera como una actitud hacia el propio cuerpo y de manera particular hacia la propia apariencia. La imagen del cuerpo puede concebirse como una configuración global, un conjunto de representaciones, percepción, sentimientos actitudes que el individuo elabora respecto a su cuerpo durante su existencia y a través de sus experiencias. Entre las experiencias adquiridas se encuentran la sensación del cuerpo que se tiene desde la niñez temprana y que se modifica continuamente a lo largo de la vida como consecuencia de cambios físicos y biológicos (por ejemplo los que se sufren en la pubertad), por la enfermedad el dolor, el placer y la atención. Así mismo, el cuerpo percibido tiene como referente normas de belleza y de rol por lo que la imagen corporal siempre es una representación evaluativa. La influencia que el contexto socioeconómico y el entorno cultural tienen en la construcción de la imagen corporal depende de la edad, el género y la clase social entre otras variables ambientales y socio demográficas. Se ha establecido que una Imagen Corporal negativa se relaciona con trastornos de la alimentación y otras dificultades psicosociales en tanto estar El nivel o grado insatisfecho con la imagen de satisfacción es una de las dos corporal constituye un factor de dimensiones de la imagen corporal inadaptación social. más estudiadas y mejor documentada como factor de riesgo para el desarrollo de lo trastornos de la alimentación. La otra dimensión igualmente estudiada es la distorsión de la imagen corporal. Las investigaciones muestran que no obstante que muchas mujeres están insatisfechas con sus Se ha encontrado que las cuerpos, las mujeres con mujeres con desordenes más Bulimia Nervosa (BN) severos tiene mayor evidencian mayor probabilidad de tener una insatisfacción que las imagen corporal negativa así mujeres sin BN. como de aceptar más fácilmente creencias socioculturales estereotipadas como las relacionadas con la valoración y deseabilidad de delgadez. Un ejemplo: mientras que en Estados Unidos Las variables de medición directa tales como: “que tan satisfecha (o) te encuentras con tu figura corporal...” Y “cómo dirías varios investigadores señalan que las respuestas de insatisfacción corporal son, prácticamente normativas (es lo esperado, lo socialmente aceptable), en México se encuentra que cuando se pregunta directamente “qué tan satisfecha…” los que te encuentras con porcentajes más altos corresponden a respecto a tu peso satisfecha y muy satisfecha, como si lo ideal...”producen culturalmente aceptado o esperado fuera no respuestas de deseabilidad quejarse de algo tan privado como es la forma sociocultural. del propia cuerpo. Se podría inferir de acuerdo con la teoría, que las niñas y adolescentes mexicanas que se encuentran satisfechas con su imagen corporal presentan menor probabilidad de desarrollar trastornos de la alimentación. Sin embargo, cuando a estas mismas chicas se les pregunta, en otras partes del cuestionario, por peso deseado (“qué peso te gustaría tener...”) o se les pide que elijan su figura ideal etc., nos encontramos que quieren pesar menos o, mucho menos; que su figura ideal es una muy delgada lo que permite inferir qué lejos de estar satisfechas o muy satisfechas tal y como respondieron realmente se encuentran insatisfechas. Uno de los FR que mayor influencia puede ejercer en el inicio de la conducta de dieta restrictiva, la que incrementa a su vez la probabilidad de un TCA, es la introyección del deseo de una figura ideal delgada. La propia imagen corporal actúa como un factor de adaptación social (influye en la autoestima) o puede llevar al aislamiento social y la preocupación que conlleva, puede limitar los intereses y desde luego conducir a conductas que de otra manera no se llevarían a cabo, por ejemplo, hacer dietas restringidas o ejercicio excesivo, o recurrir a cualquiera de las conductas compensatorias como son: uso de diuréticos, de laxantes, vómito auto inducido, etc. La imagen corporal como uno de los factores de riesgo que puede conducir al desarrollo de un trastorno alimentario es de carácter psicosocial.