Objetivo calidad de vida y conservación del medio ambiente El interés por la calidad de vida (en particular como objetivo de política económica) es relativamente nuevo, y surge tímidamente a partir de medidos de los sesenta, evolucionando no obstante rápidamente su tratamiento (lo que no implica en su concreción). Hacia el final del siglo XX, la OMS estimaba que las ¾ partes (75%) de las aproximadamente 50 millones de muertes anuales en el mundo se debían a enfermedades relacionadas con el medio ambiente y la calidad de vida!!! El “crecimiento manía” había (¿ha?) disminuido la relevancia comparativa de los aspectos cualitativos de los bienes y servicios consumidos, de la educación, la salud, la calidad laboral y el medio ambiente… Entre los aspectos más destacables del objetivo calidad de vida, esta el tema de la conservación del medio ambiente, seguramente a raíz de su irreversibilidad!!! Este objetivo se vincula al desarrollo (más que al crecimiento) sostenible (no cargar con peso del desarrollo actual a las generaciones futuras). ¿Qué es la calidad de vida? Cuestiones conocidas previamente por la teoría económica y en particular por el Estado de Bienestar: salud, educación, empleo. Cuestiones relativamente novedosas: la calidad del trabajo, y de los bienes que consumimos en general. Nuevas cuestiones: medio ambiente y ocio-recreación. Si qué es, resulta difícil de definir, más lo es su medición. Las estadísticas tienden a ser muy limitadas en estos sentidos, al igual que la valoración social y económica de ciertos aspectos vinculados al bienestar (invisibilidad económica, y social?). Solo como ejemplo: el indicador de calidad de vida más conocido, implementado, sencillo y también el más limitado (que no obstante no dice nada de medio ambiente) es el IDH. Luego, aparte de los Indicadores socioeconómicos como el IDH, existen intentos de medición en dos sentidos: a) Funciones de Utilidad y de las necesidades humanas (cuyo principal inconveniente es el pasaje -agregación- de las utilidades individuales a una función de bienestar social, y b) métodos basadas en mejoras a la Contabilidad Nacional. Finalmente, existen esfuerzos de valoración económica del medio ambiente, vía análisis de costo-beneficio (de carácter monetario) como propuestas de estudio multicriterios (no monetarios). Entre los primeros pueden citarse: a) modelo del coste de desplazamiento, b) precios hedónicos y c) valoración contingente. Apuntes finales respecto a la calidad de vida y el medio ambiente como objetivos de política La política de calidad de vida pretende hacer frente al problema de los costos del crecimiento (externalidades, impacto sobre el medio ambiente físico, calidad de bienes y servicios…). Desde una visión global, se trata de satisfacer las necesidades vinculadas con las capacidades funcionales básicas de las personas: vida completa, con buena salud, adecuada integración social, vinculación con la naturaleza y disfrutar de conocimientos y de actividades recreativas… La política económica plantea nuevos instrumentos (a los tradicionales como los servicios públicos de educación, salud, etc.) incentivo-disuasorios (subvenciones e impuestos), así como la utilización de controles directos -sobre todo en casos de emergencia-, y el establecimiento de mercados de derechos de contaminación (o del perjuicio de que se trate). Sin embargo (y esto es una discusión actual entre los países desarrollados y los subdesarrollados) la conservación radical del medio ambiente conlleva nuevos límites al crecimiento sostenido y al empleo, y por tanto, también a la calidad de vida… Así, se plantea que se debería recurrir a utilizar principios de: – responsabilidad (contaminador-pagador), – de prevención-reparación (recurriendo a tecnologías limpias) – y de solidaridad, sin incurrir en sistemas radicales que contribuyan al empeoramiento de la calidad de vida siempre que ello sea posible y tolerable ambientalmente… Objetivo redistribución de la renta Eficiencia y equidad Hemos dicho que la utilización óptima de los recursos escasos implica dos cuestiones: Una la resolvimos mediante la “eficiencia” en el sentido de Pareto del mercado Pero, dado que existe una solución eficiente correspondiente a cada estado de “distribución del bienestar”, queda una cuestión pendiente: ¿qué estado debería ser escogido como equitativo o justo? Ello implica en general medidas donde hay ganadores y perdedores, por tanto Pareto nos dice muy poco en este sentido. ¿Cómo definir cuál distribución es buena o justa? Pareto no aporta: dado que su análisis se concentra en la asignación eficiente de recursos productivos sin atender a la distribución del ingreso entre las personas. Determinantes de la distribución del ingreso En economías de mercado: venta de los servicios de los factores productivos, a través de los precios de mercado, que dependen de: – – – Tecnología disponible Oferta de factores Preferencias En equilibrio: Prod Mg = Precio del factor La distribución depende de: la dotación de Trabajo (capacidad y voluntad) y de Capital (herencia y ahorro). La educación condiciona a ambos. En mercados imperfectos: depende de factores Institucionales en lugar de depender de la PMg, como: estructura de salarios (convenios salariales la alteran), condición social, sexo, raza,etc. Distribución del ingreso y mercado: la cuestión política La distribución del ingreso librada al mercado ha generado creciente desigualdad: la renta del capital y la renta del trabajo se distribuyen distinto. Las medidas de política económica generan redistribución aunque su objetivo no sea ese. Por ej: una política antiinflacionaria provoca contracción de demanda. Su objetivo no es la redistribución, sino la estabilidad de precios, pero afecta a la distribución (para contraer la demanda el Estado disminuye el gasto público, brindando menos servicios públicos por ejemplo). El análisis económico estándar no nos aporta nada en relación a cuál estado de distribución es justo. Pero, al menos brevemente, es necesario incorporar criterios de justicia distributiva a las consideraciones de eficiencia Objetivo redistribución de la renta Los economistas han discutido, y lo siguen haciendo, respecto a si debe o no ser un objetivo de política como el crecimiento y la estabilidad de precios, o si en verdad depende de cuestiones éticas fuera del alcance de la ciencia economía. No obstante, la propia existencia del debate y conflicto entre eficiencia y equidad pone el tema en el tapete. Asimismo, más recientemente se ha venido señalando que dicha ciencia se ha alejado demasiado de cuestiones éticas claves, las que aparecen por todos lados al tratar temas como los principios de libertad, justicia y progreso… Cada uno de esos términos tiene distintas acepciones filosóficas, económicas, etc… Respecto a la libertad, la misma como libre albedrío, libertad en ley moral, libertad de las necesidades, libertad de elección… Respecto a la justicia y criterios de distribución: distribuir a todos en partes iguales, distribución según las necesidades, distribución segundos merecimientos o distribución según el trabajo realizado… Interesan aquí sobre todo, los principios actuales de aproximación a la justicia, que se basan fundamentalmente en la equidad categórica (vinculada con el acceso a niveles básicos de subsistencia o no pobreza de los individuos más desfavorecidos, es decir, fundamentalmente con la pobreza) y equidad vertical (vinculada básicamente a la desigualdad del ingreso en una sociedad). Libertad y justicia Doctrina utilitarista-objetivista: maximizar la utilidad social total, resultado de la suma de las utilidades individuales. Teorías basadas en el consenso y la argumentación (particularmente Rawls y su perspectiva desde el velo de la ignorancia). La teoría de la ciudadanía y el principio de compensación. El status y el derecho a ser miembros plenos de la sociedad como bases del análisis. Perspectivas de análisis, causas y medición del objetivo redistribución de la renta Se la puede analizar desde 4 perspectivas: personal, funcional, espacial y sectorial. Pero la primera es clave!!! Respecto a las causas de la desigualdad, nuevamente son múltiples las teorías (teoría estocástica, cualidades personales, ciclo vital, procesos de elección, tanto individual como colectiva), siendo no obstante, los principales determinantes la herencia (no solo material), la inversión realizada en acumulación de factores (capital físico o humano, experiencia, etc.), las diferencias en retribución al trabajo y otros factores sociales. Respecto a su medición, destaca el indicador de distribución denominado Coeficiente de Gini (vinculado a la distribución de la renta o equidad vertical), al tiempo que existen distintos indicadores de pobreza (más vinculados con al idea de equidad categórica). Respecto a la políticas posibles y visión general sobre las mismas… Los instrumentos son variados: – fiscales (de gasto e ingresos, existiendo discusión respecto a cual es más efectivo y que afecta en menor mediada la eficiencia), – algún sistema de renta mínima (como por ejemplo el impuesto negativo sobre la renta), – políticas de rentas y precios (salarios mínimos, control de ciertos precios básicos, etc.), y – políticas de redistribución de activos (el ejemplo típico es la reforma agraria). Hoy en día un gran número de autores acepta la predistribución como objetivo, sobre todo para evitar la exclusión, al tiempo que todos los gobiernos, con distintos énfasis, incluyen algún tipo de medida como las señaladas y a este objetivo en general en sus plataformas o programas… No obstante, la cuestión básica de si el diseño de una buena sociedad puede determinarse mediante la “razón” o si los valores pueden ser elegidos socialmente, sigue sin resolverse al grado de avance actual de la civilización…