Mecanismos de la inmunidad innata

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CAPÍTULO
Patrones moleculares asociados a microorganismos patógenos
Ampliación web 6-2
Moléculas de reconocimiento del patrón
solubles
Estructura de las colectinas y las ficolinas
Pentraxinas
Las pentraxinas son una familia de moléculas con un pliegue proteínico característico, incluidas la proteína C reactiva (CRP), el amiloide
sérico P (SAP) y la pentraxina 3 (PTX3). En los seres humanos, la
CRP es la principal proteína de fase aguda producida por los hepatocitos en respuesta a la IL-6. Es una proteína pentamérica que se
une a la fosforilcolina presente en, por ejemplo, los neumococos, y
promueve su fagocitosis por la unión al C1q y la activación de la vía
clásica del complemento (v. fig. 4-4).
El SAP también se une a las bacterias y tiene una larga historia
evolutiva (hay un homólogo en los cangrejos en herradura). Es una
proteína importante de fase aguda en los ratones, aunque parece
menos importante en los seres humanos.
La PTX3 la inducen en los leucocitos las citocinas inflamatorias,
y en el endotelio vascular, la IL-1. Se une a los glúcidos de bacterias y hongos y de algunos virus. Se producen otros miembros de la
familia de las pentraxinas en diferentes tejidos, y parecen ejercer
funciones importantes en el reconocimiento y eliminación de las
células apoptósicas.
Así como en la activación de la vía clásica del complemento, la
PTX3, la CRP y el SAP también pueden actuar como opsoninas al
unirse a receptores para el Fc.
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Las colectinas y las ficolinas opsonizan
los microorganismos patógenos e inhiben
su carácter invasor
Las colectinas son una familia de PRM que se unen a los glúcidos.
Cada miembro del grupo tiene subunidades formadas por una cola
colagenosa con una triple hélice y una cabeza lectina (fig. e6-3).
Varias subunidades pueden ligarse a la molécula completa y toda
la estructura de estas moléculas es similar a la de C1q (v. fig. 4-5).
Aunque el C1q no es una lectina, probablemente evolucionó a partir
de este grupo como receptor para el Fc en el momento en que
aparecieron los anticuerpos. Además de la unión al Fc, el C1q reconoce las pentraxinas y algunos componentes bacterianos. Hay varios
receptores celulares para el C1q, de modo que pueden promover
directamente la fagocitosis. De hecho, dado que gran parte del
C1q del suero no forma complejos con el C1r ni el C1s, su acción
directa puede ser tan importante como su función en la vía clásica
del complemento.
La lectina ligadora de manosa (MBL), que activa la vía de la
lectina del complemento (v. fig. 4-4), es una proteína de fase aguda,
Fig. e6-3 Las colectinas y las ficolinas son oligómeros de moléculas
de triple hélice con dominios de lectina de tipo C. Reconocen diversos
PAMP microbianos.
producida por el hígado, con una estructura variable entre diferentes
individuos, lo que influye en su predisposición a varias enfermedades
infecciosas y autoinmunitarias.
Las proteínas surfactantes (SP-A y SP-D) las produce, sobre
todo, el epitelio pulmonar, donde actúan como opsoninas, pero,
sin infección, pueden regular las acciones inflamatorias de los
macrófagos. Todas estas colectinas pueden unirse al receptor
fagocítico para el C1q (C1qRp) a través de sus colas colagenosas.
Además, al unirse a la superficie de las bacterias o virus, las colectinas pueden inhibir su capacidad para invadir los tejidos. Por
ejemplo, la SP-A se une a la molécula de hemaglutinina glucosilada
en la superficie del virus de la gripe y reduce su capacidad de
infectar las células.
Las ficolinas tienen una estructura similar a las colectinas. Tienen
una cola colagenosa, pero reconocen los microbios con los dominios
similares al fibrinógeno del C terminal. Se han identificado tres
miembros en los seres humanos, dos de los cuales están presentes en
el suero. Como algunas colectinas y ficolinas promueven la activación
de la vía alternativa del complemento, su actividad opsonizadora
puede estar mediada, finalmente, por la interacción del C3b con los
receptores para el complemento.
e6-3
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