trastorno de la conducta alimentaria no especificado

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trastorno de la conducta
alimentaria no especificado
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Se incluyen en esta categoría, aquellos trastornos de la conducta alimentaria,
que NO cumplen los criterios, para ninguno de los trastornos específicos. El
trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE), es aquel en
el cual encontramos que la persona que lo padece, presenta un trastorno de
la conducta alimentaria, pero sin embargo, no cumple todos y cada uno de
los criterios necesarios, para ser diagnosticado de un trastorno típico de la
conducta alimentaria (AN o BN).
Padecer un trastorno de la conducta alimentaria no especificado, puede
significar un sin número de cosas. Puede significar que la persona sufre de
Anorexia pero aun tiene su período mes tras mes, puede significar que la
persona está aun, en un rango de peso aceptable, pero igualmente sufre
de Anorexia, puede significar que la persona desarrolla comportamientos
tanto anoréxicos como bulímicos. El elemento común existente en todo tipo
de desórdenes alimenticios, es la presencia inherente y constante de baja
autoestima.
Sin embargo, es indudable que los criterios rígidos, tales como la pérdida de
un peso específico, o la amenorrea, pueden dejar fuera de diagnóstico a un
número importante de pacientes que aún no cumpliendo los criterios diagnósticos completos, ya son o están, en camino de convertirse en auténticas
personas enfermas.
Veamos a continuación los criterios operativos de los trastornos de la conducta alimentaria no especificados o atípicos:
TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (AN) NO ESPECIFICADO
(DSM-IV):
• En mujeres que cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia
nerviosa, pero las menstruaciones son regulares.
• Se cumplen todos los criterios para la anorexia nerviosa, pero a pesar de
existir una pérdida de peso, éste está dentro de los límites normales.
No aceptarse como se es, tomar el cuerpo como algo que se puede moldear
a voluntad, pensar en los alimentos únicamente en función a la relación con
la ganancia de peso, creer que estos tienen cualidades o defectos diferentes a las científicamente reconocidas, tener una excesiva sumisión a estereotipos de la moda y una notable credibilidad a los medios de comunicación, con sus mensajes relacionados con la belleza, el peso y la figura, son
pensamientos y actitudes peligrosas, que deben ser motivo de alarma y de
un precoz control de la situación, para evitar la aparición de la enfermedad,
en toda su sintomatología.
Esta descripción debería alarmarnos, ya que el número de personas, especialmente del sexo femenino, que tiene estos pensamientos y preocupaciones es muy alto, y la anorexia nerviosa, se nutre precisamente de esta
población de riesgo.
La bulimia nerviosa descrita por Russell, es aquel cuadro caracterizado por
episodios de sobreingesta, a los que siguen vómitos o uso de diuréticos o
laxantes, con la finalidad de anular las consecuencias del atracón, en pacientes que rechazan la posibilidad de ser o llegar a estar, en sobrepeso.
La bulimia nerviosa se caracteriza esencialmente, por la pérdida de control
sobre la conducta alimentaria, de la que se derivan los episodios de ingesta
voraz, consumo de una gran cantidad de comida en un corto período de
tiempo, a los que siguen las conductas compensatorias para evitar el aumento de peso: el ayuno, el vómito autoinducido, el abuso de los laxantes,
uso de diuréticos y ejercicio físico exagerado. Estas pacientes al igual que
las pacientes que sufren de anorexia nerviosa, presentan una importante
preocupación por la figura y el peso, siendo éste el síntoma nuclear común,
de ambas entidades.
La vinculación de la bulimia con la depresión, con los problemas de personalidad, los trastornos de la conducta y la pérdida de control de los impulsos, son aspectos clínicos, no desdeñables de esta patología.
Fue Russell en 1979, el que describió las características esenciales de la
bulimia: episodios bulímicos, vómitos autoinducidos, abuso de laxantes y/o
diuréticos y preocupación por la figura y el peso.
Sin embargo, hay una serie de cuestiones que no quedan suficientemente
definidas, desde el punto de vista de la clasificación o el diagnóstico; se trata
de las conductas alimentarias donde se alternan períodos de dieta muy restrictiva, con sintomatología claramente anoréxica, con otros períodos donde
la clínica es claramente bulímica. El nexo común de los episodios, es el rechazo a ganar peso, la preocupación por la figura, la alimentación peculiar y
la distorsión del esquema corporal. Al evolucionar el trastorno y cronificarse,
los rasgos de personalidad y la conducta de estas pacientes, las asemeja
cada vez más a las personas que padecen bulimia. Hay que plantearse si
los trastornos de la alimentación son un “continuum” entre la anorexia y la
bulimia, en vez de dos enfermedades claramente diferenciadas.
Los criterios diagnósticos según el DSM-IV serían:
TRASTORNO CONDUCTA ALIMENTARIA (Bulimia Nerviosa) NO ESPECIFICADO (DSM-IV):
• Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la bulimia nerviosa, con
excepción de que las conductas de atracón y purga, aparecen menos de
dos veces por semana o durante menos de tres meses.
• Empleo regular de conductas compensatorias inapropiadas, después de
ingerir pequeñas cantidades de comida, por parte de un individuo con
peso normal.
• Masticar y expulsar, pero no tragar, importantes cantidades de comida.
• Trastorno compulsivo: atracones recurrentes sin conductas compensatorias.
• Fobia a la gran mayoría de alimentos, y/o conductas de vómito que, según refiere el paciente, justifique el bajo peso y la escasa ingesta alimentaria, pero sin que exista un miedo intenso, a aumentar de peso.
RESUMIENDO: LOS CRITERIOS DIAGNOSTICOS, PARA IDENTIFICAR UN
TCANE, SERÍAN LOS SIGUIENTES:
• Mujeres que cumplen todos los criterios para la Anorexia Nerviosa, pero
con menstruación regular.
• Se cumplen todos los criterios para la Anorexia Nerviosa, pero con peso
dentro de los límites de la normalidad (típico de pacientes obesos).
• Se cumplen todos los criterios para la Bulimia Nerviosa, pero con una
frecuencia de atracones y/o conductas compensatorias, menor a 2 veces
por semana o durante menos de 3 meses.
• Empleo regular de conductas compensatorias, después de ingerir pequeñas cantidades de comida.
• Masticar y escupir, sin tragar, cantidades importantes de comida.
• Trastorno por ingesta compulsiva (binge eating), atracones, recurrente
en ausencia de conductas compensatorias.
• Fobia a la gran mayoría de alimentos y/o conductas de vómito que, según
refiere el paciente, justifique el bajo peso y la escasa ingesta alimentaria,
pero sin que exista un miedo intenso a aumentar de peso.
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