DEFINICIONES Tema 3 DIVERSIDAD HÍDRICA Y BIODIVERSIDAD Hidrografía. Área de conocimiento dentro de la Geografía que estudia las aguas marinas y continentales, forma parte de la Geografía Física. Cuenca hidrográfica. Territorio regado por un río principal y sus afluentes, está delimitada por las vertientes que conforman su divisoria. La cuenca es simétrica si la estructura y el número de afluentes son parecidos en ambas vertientes. La cuenca más extensa en España es la del Duero. Caudal. El caudal absoluto es la cantidad de agua total medida en metros cúbicos evacuada por un río a lo largo de un período de tiempo, que suele ser de un segundo (m3/seg.). El caudal relativo es la relación entre el caudal medio anual y los Km2 de cuenca (l/seg/km2). La caudalosidad suele ser mayor en la desembocadura del río, siempre que no se produzcan filtraciones o que la evaporación haya disminuido su caudal. El caudal varía también según la estación del año, los ríos del Levante mediterráneo son los que mayor variación tienen de caudal; el río más caudaloso de España es el Duero que evacua 620 metros cúbicos por segundo. Régimen fluvial. Es la fluctuación estacional del caudal de un río, expresa por ello la fluencia del río a lo largo del año. Los factores que determinan el régimen fluvial son el clima, la topografía, la litología, la vegetación y, por supuesto, la acción del hombre. Los diferentes tipos de régimen pluvial que existen en España son: nival, nivo-pluvial, pluvio-nival y pluvial. Cono de deyección. Aparece en el curso fluvial., especialmente en los torrentes cuando la pendiente disminuye y las aguas pierden fuerza por lo que no pueden ya transportar los materiales de arrastre; los materiales más pesados se depositan en un cono de deyección en el que los aluviones se disponen por tamaños: los más gruesos arriba, y los más finos en la base; esto hace que aquí el torrente se divida en varios brazos. Torrente. Es un curso de agua impetuoso y violento vinculado a lluvias de carácter torrencial. El torrente consta de tres partes: la cuenca de recepción en la que la erosión es muy fuerte, el canal de desagüe y el cono de deyección. Los torrentes son más comunes en las islas Canarias donde la escasez de lluvias provoca la aparición de barrancos que sirven de cauce al agua de la lluvia formándose así los torrentes. Endorreísmo. Es una de las tres modalidades de avenamiento o escurrimiento de las aguas (exorreísmo, endorreísmo y arreísmo). Consiste en la total ausencia de avenamiento oceánico, es decir, las aguas que escurren no alcanzan el océano. Las regiones endorreicas pueden poseer uno o varios ríos pero no alcanzan el nivel de base marino, sino que desaguan en un lago temporal o permanente; es, por tanto, un avenamiento interior, apoyado en cuencas cerradas. Las causas pueden ser climáticas (la aridez) o morfotopográficas (existencia de cubetas o relieves deprimidos). El lago Carucedo en León es un ejemplo de endorreísmo, fue cerrado por la acumulación de escombros procedentes de Las Médulas. Exorreísmo. Es una modalidad de avenamiento que presentan las regiones cuyas cuencas fluviales vierten sus aguas en el océano. Es propio de las regiones más o menos lluviosas que presentan un relieve formado por vertientes jerarquizadas en función de redes hidrográficas. Avenida fluvial. La avenida o crecida es el rápido aumento del nivel de agua que desciende por un curso fluvial. Aunque el término "crecida" significa el momento de máximo caudal, normalmente se considera como crecida cuando produce efectos catastróficos. Se producen por la variación en la pluviosidad, la mayor parte de las crecidas que han tenido efectos negativos se han visto asociadas al fenómeno de gota fría. Aluviones: depósitos dejados por las corrientes de agua (cantos rodados, arenas, etc.). Estas sedimentan los materiales que transportan cuando no tienen fuerza suficiente para arrastrarlos. Estiaje. Se denomina así a la disminución de los caudales de los cursos fluviales durante las épocas secas debido a la escasez de precipitaciones. También se denomina así al nivel medio más bajo o caudal mínimo de un río u otra corriente al que se da el valor cero y constituye el punto de partida para medir la altura de las aguas. Casi todos los ríos mediterráneos sufren un fuerte estiaje en verano por ello algunos de estos ríos son auténticas ramblas que tienen totalmente secos los cauces durante gran parte del año, a veces durante varios años hasta que una fuerte precipitación aporta algo de caudal. Rambla. Cauce, generalmente seco, por donde teóricamente discurre una corriente fluvial. Las ramblas ("torrent" en la comunidad valenciana) aparecen en los ríos que tienen un régimen torrencial ya que la mayor parte del año no tienen caudal. En algunos casos la ausencia de caudal puede llegar a varios años. Los ríos almerienses son, en su mayoría, ramblas, como sucede también en gran parte de la vertiente mediterránea donde se pueden destacar las ramblas de Cervera y Benipila. Meandro. Los meandros son sinuosidades en el curso medio-bajo del río. Si los meandros están encajados, el río aluviona en la orilla convexa y excava en la cóncava. En las bajas llanuras los meandros se desarrollan en los aluviones y si se produce una crecida del río éste lo puede cortar dejando una especie de lago residual con forma de semicírculo (el brazo abandonado). En España se pueden observar ejemplos de meandros en el Ebro, aguas abajo de Zaragoza. Terrazas aluviales. Son el resultado de las variaciones climáticas de la Era Cuaternaria. Bajo el clima seco, la vegetación se empobrecía, las vertientes se embarrancaban y los ríos llevaban una sobrecarga de aluviones que les impedía excavar su lecho. Durante el clima húmedo los ríos llevaban menos aluviones y sobreexcavaban el cauce dando lugar a la formación de terrazas escalonadas. Humedal: extensión de terreno cubierta por aguas poco profundas, en muchos casos de manera intermitente, pues durante el período de sequía estival baja su nivel e incluso pueden llegar a desaparecer. Los principales tipos de humedales son las lagunas, marismas, deltas, albuferas y turberas. Tienen un gran interés biológico por poseer muchas especies adaptadas a vivir en un medio de transición entre el agua y la tierra y sobre todo porque sirven como lugar de parada para las aves acuáticas en sus migraciones anuales entre Europa y África. Humedales destacados de España son las Tablas de Daimiel, el delta del Ebro, las marismas del Guadalquivir y las albuferas de Valencia y del mar Menor. Lago. Los lagos son capas de agua más o menos profundas y extensas situadas en el interior de los continentes. En las regiones de alta montaña como el Pirineo existen numerosos lagos de pequeñas dimensiones (su diámetro es sólo de unas decenas de metros), son los ibones o lagos de origen glaciar. Lago volcánico: lago endógeno masa de agua acumulada en los cráteres de antiguos volcanes, como los del Campo de Calatrava. Lago cárstico: lago exógeno, masa de agua acumulada en una cubeta creada por disolución del yeso o de la caliza por el agua (Lagunas de Ruidera). Lago glaciar: lago exógeno, masa de agua acumulada en cubetas excavadas por el hielo en el circo de un glaciar (lagos de circo) o en el valle (lagos de valle). Este tipo de lagos son numerosos en los Pirineos. También pueden formarse lagos glaciares a partir de las obstrucciones causadas por las morrenas en el valle glaciar (lagos de morrena, como los de Sanabria). Escorrentía: agua que circula por una cuenca hidrográfica. Puede tener lugar sobre la superficie terrestre (escorrentía superficial) o por debajo de esta (escorrentía subterránea) y puede ser ramificada o concentrada en un lecho. Marismas. Terreno pantanoso, de agua salada, situado en las proximidades de la costa, casi siempre próximo a las desembocaduras de ríos. Un ejemplo en España serían las marismas del Guadalquivir. Delta. Forma de relieve fluvial, generalmente de forma triangular, generada por la acumulación de sedimentos en la desembocadura de un río que se rellena de materiales hasta formar la penetración de tierra en el mar. El delta surge cuando un río aporta más sedimentos de los que el mar puede absorber y redistribuir. En el delta, el río se abre en brazos entre los cuales quedan superficies pantanosas que acaban por convertirse en islas al aumentar los aluviones. En España, el más destacado por su amplitud es el delta del Ebro. Albufera. Ensenadas marinas formadas por una barra arenosa. Son frecuentes en el litoral mediterráneo donde la disponibilidad de arenas facilita la formación de las barreras que cierran la depresión, destacan las de Valencia y el Mar Menor. Estuario. Forma de relieve litoral en la desembocadura de un río, se produce cuando la parte inferior del valle fluvial es invadida por el mar, de modo que cuando hay marea ascendente ésta rechaza las aguas fluviales hacia el interior, cuando la marea baja tanto las aguas marinas como las aguas fluviales son evacuadas. El término estuario se utiliza sólo para designar este fenómeno en los grandes ríos, en el caso de España los valles sumergidos son mucho más pequeños y se les denomina rías como las que aparecen en el litoral gallego. Edafogénesis: origen y evolución del suelo. El suelo resulta de la alteración del roquedo terrestre por el clima y por los seres vivos. Primero, los fenómenos atmosféricos disgregan la roca; luego se instalan sobre ella plantas colonizadoras, organismos y microorganismos que aportan materia orgánica y permiten la implantación de comunidades biológicas más complejas. Con el paso del tiempo el suelo desarrolla sus horizontes hasta que su perfil alcanza el pleno equilibrio con el medio. Por tanto, los factores edafogenéticos son la roca madre, el clima, la topografía, la actuación de los seres vivos y el tiempo. Caducifolio: plantas, normalmente árboles y arbustos, que pierden sus hojas durante una parte del año, por ejemplo el haya y el roble. Acción antrópica: efecto que produce la actividad humana en los territorios, por ejemplo, roturando campos para la agricultura, talando árboles, haciendo carreteras o construyendo ciudades. Bosque de ribera: formación vegetal arbórea dispuesta a lo largo de los ríos, sobre un suelo impregnado de humedad, que condiciona las especies que pueden vivir allí. Estas se disponen en franjas paralelas al río, desde las que están en contacto permanente o semipermanente con el agua hacia el exterior. En España, los más frecuentes son los alisos, sauces, chopos y álamos. Estepa: formación vegetal constituida por hierbas bajas, entremezcladas con arbustos espinosos, bajos y discontinuos, que dejan al descubierto suelos pobres. Es característica de la zona semiárida del sureste peninsular y del valle del Ebro, donde la sequía impide el crecimiento de los árboles, y de las zonas donde la garriga ha sido degradada por la acción humana. Entre sus especies destacan el palmito, el tomillo, el espartal y el espárrago. Laurisilva: bosque característico de Canarias, propio del piso termocanario, situado entre los 800 y los 1 200 metros. Se adapta a las nieblas causadas por el alisio a estas alturas, al mayor refrescamiento y a la menor insolación. Es un bosque denso, compuesto por más de veinte especies, entre las que destaca el laurel. Cliseries de vegetación: tipo de gráfico que se utiliza para representar el escalonamiento de las distintas especies vegetales en una montaña. Vegetación xerófila: conjunto de formaciones vegetales que viven en medios áridos, plantas adaptadas a la vida en un medio seco y, por tanto, resistir prolongadas épocas de sequía. Desarrollan diversas adaptaciones a la aridez como raíces muy extendidas o profundas; tallos carnosos; hojas con escasos poros, pilosidades o protección de ceras; espinas, etc. En España, esta vegetación se encuentra en la zona de clima mediterráneo, especialmente en el sureste peninsular (palmito, tomillo, espartal y espárrago); en el centro del valle del Ebro, y en las zonas bajas de Canarias (cardón, tabaiba). Plantas esclerófilas: tipo de vegetación que posee hojas duras. El término esclerófilo proviene de los vocablos griegos sclero (duro) y phyllon. Las plantas esclerófilas se hallan en todo el mundo, pero son típicas de Australia. También se encuentran en los bosques mediterráneos que cubren la Cuenca del Mediterráneo Landa: formación vegetal típica del clima oceánico, constituida por una densa vegetación de matorral, cuya altura puede ser baja o alcanzar los cuatro metros. Sus especies más abundantes son el brezo, el tojo y la retama. La landa aparece como degradación del bosque caducifolio o como vegetación supraforestal entre los 1 600 y 2 000 metros de altitud. Suele usarse para cama de animales y luego como abono. Maquis: o maquia. Formación vegetal densa, de suelos silíceos, formada por especies perennes adaptadas a las altas temperaturas, como las que se dan en el verano del clima mediterráneo. En general suele ser el resultado de la degradación de bosques de robles o encinas Garriga: formación vegetal menos densa que la maquia, resultado de la degradación de la encina y el roble en suelos calizos. Está formada por especies resistentes a las altas temperaturas y largos periodos de estiaje. Vegetación climax: cuando la vegetación de una zona, resulta exclusivamente de la incidencia de factores naturales, es decir es propia y característica. Endémico: cuando una especie animal o vegetal sólo se desarrolla en un lugar. Suelen ser seres residuales que en otros tiempos tuvieron una mayor expansión geográfica o que, por vivir en una isla, no tienen posibilidad de expansión. Ej: La vegetación canaria es endémica (drago) Horizonte del suelo: capa de suelo más o menos espesa y sensiblemente paralela a la superficie, individualizada por sus características físicas, químicas y biológicas. En profundidad se encuentran los horizontes D y C. El horizonte D está constituido por la roca madre consolidada (sin alterar) y el horizonte C por la roca madre meteorizada (alterada y disgregada). En superficie se encuentra el horizonte A, que tiene una capa A0 formada por la hojarasca; una capa A1, de color oscuro, formada por materia orgánica en descomposición, y una capa A2, más clara, que es una zona de lixiviación en la que se produce una pérdida de sustancias que son arrastradas por el agua de precipitación a las capas inferiores. Entre ambos, se sitúa el horizonte B, de color más intenso, que es una capa de alteración y de acumulación de sustancias lixiviadas procedentes de las capas superiores y de partículas procedentes del horizonte C. El conjunto de horizontes de un suelo constituye su perfil y es la base para la clasificación de los suelos. Suelos zonales: suelos cuyo origen está ligado principalmente al clima. Se llaman también suelos clímax Podzol: que se caracteriza por una alta lixiviación, es decir, lavado del suelo por abundante agua, lo que propicia que gran cantidad de sustancias superficiales migren a niveles inferiores Rendzina: suelo intrazonal, que debe sus características principalmente a factores no climáticos, como la roca madre originaria. Aparece sobre caliza, tanto en zonas llanas como de montaña, posee escaso humus y está poco evolucionado debido a la fuerte acción erosiva. Es poco aprovechable para el cultivo, aunque permite leñosos como la vid y el olivo. Vertisuelo: suelo oscuro (tierras negras) propio de áreas de clima mediterráneo, formado por arcillas expansivas, que se contraen cuando se secan y se hinchan cuando se humedecen. Durante el verano, al contraerse, se abren grietas, que se rellenan con materiales de la superficie. En la época húmeda, cuando la arcilla se hincha, los materiales que rellenan las grietas actúan como cuñas y provocan tensiones internas que ocasionan el volteo o removido de suelo. Debido a ello, estos suelos se renuevan constantemente y son los más fértiles de España usados para todo tipo de cultivos, salvo los arborescentes. Son característicos del valle del Guadalquivir, de la tierra de Barros (Badajoz) y de la cuenca de Pamplona/Iruñea. Lixiviación: proceso de lavado y arrastre por el agua de lluvia de las materias solubles de los horizontes superficiales del suelo hasta horizontes más profundos. Su intensidad depende del volumen de las precipitaciones. Si estas son demasiado intensas pueden conducir a un empobrecimiento del suelo. Suelo gris o serosem: suelo propio de las áreas mediterráneas de clima estepario, como el valle medio del Ebro o el sureste peninsular, donde la aridez hace que los suelos dependan en gran parte de la roca madre y sean, por tanto “geológicos”. Es de color gris claro, está casi siempre seco y es rico en caliza y muy pobre en humus, pues la vegetación que soporta es escasa y abierta y deja grandes espacios sin cubrir. Su aprovechamiento en secano es prácticamente nulo. En regadío es bastante fértil, aunque se saliniza fácilmente, debido a la acusada evaporación de las zonas en que se encuentra. Tierra parda caliza: tipo de suelo, de color pardo, propio del clima oceánico sobre rocas calizas. Da excelentes rendimientos en cultivos como judías, y maíz o en prados permanentes Tierra parda húmeda: tipo de suelo predominante en la zona de clima oceánico sobre roquedo silíceo. Es bastante evolucionado, rico en materia orgánica y ácido, debido al sustrato rocoso silíceo y a que las lluvias constantes lavan las capas superficiales y arrastran las bases hacia los estratos inferiores. Con topografía favorable es una excelente tierra de cultivo si se contrarresta la acidez con cal y permite el crecimiento de árboles como el roble y el castaño. Cuando la pendiente aumenta puede dedicarse a pastizales. Terra rossa: suelo propio de las áreas de clima mediterráneo, de color rojizo, que tiene el horizonte arcilloso reposando directamente sobre la roca madre, lo cual produce frecuentes afloraciones rocosas que dificultan la mecanización. Sobre él dominan los matorrales o bosques adehesados y cultivos marginales como el almendro o el olivo.