PONENCIA INDIVIDUAL SUB-TEMA I ALCANCES JURISPRUDENCIALES DEL REQUISITO DEL PAGO PREVIO EN LAS RECLAMACIONES FORMULADAS EXTEMPORANEAMENTE JULIO A. FERNÁNDEZ CARTAGENA* El objeto del presente trabajo, como fluye de su título, es analizar detenidamente los criterios en los que se ha basado el Tribunal Fiscal para admitir a trámite reclamaciones formuladas vencido el plazo de 30 días útiles otorgado en el Código Tributario Principios Generales (en adelante “el Código”) para impugnar acotaciones definitivas o parciales o resoluciones de multa1 sin que se acredite el pago previo de la deuda impugnada. Como se sabe, el artículo 121, segundo párrafo, del Código establece que en las reclamaciones extemporáneas, “debe acompañarse al recurso el comprobante de pago de la totalidad de la deuda tributaria de que se reclama”. A su vez, el artículo 131 señala que será asimismo necesario el pago de la deuda contenida en la resolución que * resuelve el procedimiento en primera instancia, si se apela de la misma vencido el plazo de 15 días hábiles de su notificación certificada.2 Sin embargo, aún cuando la reclamación hubiera sido formulada extemporáneamente y sin acreditarse el pago previo, el Tribunal Fiscal ha admitido la procedencia de la tramitación del recurso, sustentando su criterio en razones de economía procesal, justicia y equidad. A través del análisis de estos importantes pronunciamientos jurisprudenciales, es posible extraer criterios de aplicación general que podrían ser incorporados a nuestra legislación positiva. Los materiales que se han utilizado en la elaboración de esta ponencia están Abogado; Miembro del Instituto Peruano de Derecho Tributario; Profesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Universidad de Lima. 53 constituidos básicamente por la jurisprudencia fiscal y la legislación positiva peruana. También se ha recurrido a la doctrina y legislación extranjeras. 1. INTRODUCCION La institución del pago previo tiene aplicación en el campo del Derecho Administrativo en general y, específicamente, en el campo tributario. Puede definirse como la prerrogativa de que goza la Administración Pública de exigir el pago del crédito en su favor contenido en una resolución emitida por ella misma, antes de admitir y tramitar cualquier recurso del administrado dirigido a cuestionar la legitimidad de su cobro. En el Derecho Tributario, la Administración exige el cumplimiento de la obligación de pago contenida en la resolución de acotación o que impone una sanción por una infracción tributaria, para iniciar la fase de la controversia tributaria. 2. EL REQUISITO DEL PAGO PREVIO EN EL PROCEDIMIENTO TRIBUTARIO La deuda tributaria contenida en una resolución de acotación, definitiva o parcial, de multa o que resuelve la reclamación en primera instancia, debe ser objeto del recurso de reclamación o apelación, en su caso, en los plazos establecidos en los artículos 121 y 131 del Código. 54 Estos plazos se entienden referidos a días hábiles (inciso a) de la Norma XV del Título Preliminar del Código) y admiten excepciones para su cómputo pues se consideran inhábiles los días en que, por disposiciones administrativas, por la costumbre o por circunstancias fortuitas o de fuerza mayor, las oficinas de la Administración no laboran en toda o parte de la jornada, únicamente cuando en esos días vence el término para la presentación del recurso (R.T.F. N° 19490 de 16 de abril de 1986). A los plazos ordinarios deberá añadirse el término de la distancia, “cuando en el lugar en que se notifica al contribuyente no exista oficinas de la Administración Tributaria, en cuyo caso deberá admitirse el que corresponda computar entre el lugar en que se realiza la notificación y el más próximo donde exista oficina de la mencionada Administración” (R.T.F. N° 8448 de 8 de junio de 1973). 2.1 Inicio del Cómputo La R.T.F. N° 8171 de 8 de marzo de 1973 señala, con excelente criterio, que el plazo recién comienza a correr a partir de la notificación de una acotación que cumpla con los requisitos del articulo 61 del Código. Es decir, las acotaciones de la Administración, como todo acto administrativo, deben ser motivadas y constar en los respectivos instrumentos o documentos. Por ello, no hacen mérito para el cómputo, las notificaciones de pago cursadas a la recurrente en el procedimiento coactivo de cobranza (R.T.F. N° 8171 y 8996 de 4 de julio de 1973). Tampoco la notificación de la acotación a la que no se acompaña la tasación fiscal que motiva el mayor giro del que se reclama (R.T.F. N° 12085 de 28 de setiembre de 1975). En el caso de esta última resolución, el Tribunal declaró que el defecto (normal, según el dictamen del vocal informante) no acarrea la nulidad de la resolución, por lo que su notificación interrumpe la prescripción. Tampoco corre el plazo en los casos de notificaciones defectuosas o cuando no se acredita por la Administración que ésta se hubiera producido, corriendo a cargo de la Administración demostrar que la notificación se efectuó y que se hizo cumpliendo los requisitos formales establecidos. A este fin, según reiterada jurisprudencia, lo decisivo es la constancia de la notificación y no la certificación del órgano notificador.3 Así, se ha declarado que debe admitirse a trámite la reclamación aparentemente extemporánea en los siguientes casos: - Si no se ha notificado con la liquidación definitiva por los impuestos sucesorios a uno de los herederos, aun cuando los otros hayan prestado su conformidad con anterioridad y sea éste quien inició el expediente (R.T.F. N° 3510 de 16 de mayo de 1968). - La notificación efectuada en domicilio distinto y a entidad diferente del contribuyente carece de eficacia (R.T.F. N° 5259 de 21 de abril de 1970 y 8171 de 8 de marzo de 1973). - Cuando no existe constancia del domicilio en que se realizó la notificación ni de la persona con la que se entendió la diligencia (R.T.F. N° 8912 de 29 de noviembre de 1973). - Cuando se notifica a la empresa a través de su representante y la Administración no acredita las facultades de representación de esta, las mismas que han sido negadas por la empresa (R.T.F. N° 13744 de 10 de enero de 1978). La notificación en el local del negocio (entiéndase domicilio fiscal) efectuada a uno de los guardianes es válida aún cuando éste, ignorante de lo que se trataba, la entregó al interesado posteriormente ante Notario Público (R.T.F. N° 7875 de 1° de diciembre de 1972). - Cuando se impugna la validez de la notificación, debiendo existir pronunciamiento expreso de la Administración sobre este punto, al resolver sobre la admisibilidad de la reclamación, pues de la validez de la notificación, depende que la reclamación sea o no extemporánea (R.T.F. N° 7700 de 25 de octubre de 1972, 13530 de 17 de noviembre de 1977 y 13764 de 17 de enero de 1978). En las Resoluciones N° 12085, 13530 y 13774 antes mencionadas, se 55 señala que la admisión a trámite de las reclamaciones, en estos supuestos, no implica la nulidad de las notificaciones pues esta admisión sólo tiene efectos procesales. Ello equivale a decir que interrumpe el término prescriptorio la notificación de una resolución no sustentada, la notificación defectuosamente practicada y la que no cuenta con constancia de haberse producido. En el caso de la R.T.F. N° 13530, la propia Administración reconoció que no se notificó al contribuyente por no encontrarse éste en su hospedaje, optándose entonces por notificar a su contador. Como este último tampoco pudo ser ubicado, se entregó la liquidación en sus oficinas, sin llegarse a recabar la firma de la secretaria que la recepcionó. En este punto se nota una evidente tendencia del Tribunal por mantener la validez de la acción de cobro, a pesar de que, en rigor, de aplicarse las reglas del Código, ésta se encontraría prescrita. 2.2 Ingreso del expediente De acuerdo a las Resoluciones del Tribunal Fiscal N° 5122 de 13 de febrero de 1970 y 10680 de 12 de agosto de 1975, la reclamación se tiene por presentada el día de su ingreso a las oficinas de la Administración Tributaria, aún cuando la entidad que recepciona el recurso no sea la encargada de su resolución. La demora en que incurre la propia Administración para ingresar el recurso a la repartición de Reclamaciones, no puede perjudicar 56 al contribuyente. Si perjudica a éste la demora en remitir el recurso que, por error, fue presentado en otro Ministerio. 2.3 La extemporaneidad debe ser declarada En los casos de presentación extemporánea de una reclamación, ésta debe ser declarada formalmente inadmisible, no siendo causal para no recepcionar físicamente el expediente ni para devolverlo, la presentación fuera del plazo. El proveído mediante el cual simplemente se deniega la admisión a trámite de la reclamación por haberse presentado extemporáneamente y se ordena la devolución del expediente al interesado sin que la Administración se pronuncie sobre lo alegado por el contribuyente en favor de la admisibilidad, no constituye resolución en primera instancia que exprese los fundamentos de hecho y de derecho que le sirven de base y, por lo tanto, viola al artículo 128 del Código Tributario, siendo en consecuencia nulo (R.T.F. N° 18971 de 15 de mayo de 1971). Este importante pronunciamiento fiscal establece que la Administración esta obligada a pronunciarse sobre el pedido del contribuyente para que se admita a trámite sin la exigencia del pago previo, la reclamación extemporáneamente presentada, debido a la existencia de circunstancias que evidencian que resulta improcedente la cobranza del tributo. Si la Administración declara la inadmisibilidad por el simple transcurso del tiempo sin pronunciarse sobre lo alegado por el contribuyente, su resolución será nula. Contra la resolución que declara inadmisible el reclamo por extemporáneo, no procede el recurso de queja sino la apelación, considerándose como materia del grado la extemporaneidad declarada. La resolución que declara la inadmisibilidad constituye una resolución formalmente emitida que no viola ninguna norma de procedimiento sino que, por el contrario, ha sido dictada en aplicación de expresos dispositivos legales (R.T.F. N° 19536 de 14 de mayo de 1986 y más recientemente R.T.F. N° 21123 de 10 de marzo de 1988). La exigencia procesal establecida por el Tribunal Fiscal se fundamenta en la necesidad de otorgar seguridad al procedimiento coactivo de cobranza de la deuda que se torna exigible por no haber sido reclamada o apelada en término. A fin de evitar dilaciones innecesarias por parte del contribuyente, se le otorga a éste un plazo improrrogable de 15 días útiles para impugnar la declaración de inadmisibilidad de la reclamación o apelación. Este criterio es acorde con el principio de celeridad que gobierna al proceso administrativo, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 34 del Reglamento de Normas Generales de Procedimientos Administrativos y no hace diferencia si, en lugar de apelar de la inadmisibilidad, se interpone el recurso de queja pues, en estos casos, en aplicación del artículo 106 del Reglamento antes citado, debe remitirse el expediente de la queja al órgano que denegó la admisión a trámite a fin de que, dándole al recurso el trámite de apelación de la inadmisibilidad, conceda la alzada si el recurso fue presentado en el plazo de 15 días de notificada la resolución que declara la inadmisibilidad (R.T.F. N° 19900 de 17 de noviembre de 1988). El criterio jurisprudencial varía cuando se produce la iniciación de la cobranza coactiva por existir deuda tributaria exigible. En estos casos, se admite el recurso de queja destinado a paralizar la acción de cobranza irregularmente iniciada por existir circunstancias que evidencian que la cobranza podría ser improcedente. La orientación jurisprudencial en cuanto a la admisión del recurso de queja en estas circunstancias, fue adoptada legislativamente con ocasión de la modificación introducida al Código por el Decreto Legislativo 300 publicado el 30 de julio de 1984. El segundo párrafo del artículo 101 del Código establece, ahora, que cuando medien circunstancias que evidencien que la cobranza podría ser improcedente, diferentes a las causales de suspensión contenidas en el primer párrafo del indicado artículo, la Administración Tributaria está facultada a disponer la suspensión de la cobranza por un tiempo prudencial, que en ningún caso 57 excederá de 90 días, debiendo admitir la reclamación y expedir la resolución que corresponda dentro del mismo plazo, bajo responsabilidad del órgano competente. El sentido de la modificación introducida era evitar la cobranza de acotaciones que manifiestamente resultaban improcedentes (por tratarse de acotaciones nulas, anulables o por existir acogimiento a amnistías, por ejemplo, entre otras situaciones que veremos más adelante), en aplicación del principio de economía procesal que indica que no es procedente que se exija el pago de un tributo que será devuelto al contribuyente al practicarse la liquidación en la forma legal que corresponde (R.T.F. N° 6070 de 25 de febrero de 1971) y como una manifestación concreta de la justicia tributaria (R.T.F. N° 15016 de 23 de marzo de 1979) que busca exigir el pago de lo verdaderamente adeudado, sin ocasionar perjuicios innecesarios al contribuyente. Para cautelar los derechos del contribuyente, la norma contenida en el segundo párrafo del artículo 101 del Código, es mandataria en cuanto a la admisión de la reclamación extemporánea, ordenando a la Administración “expedir la resolución que corresponda” dentro del plazo de 90 días, en aplicación rigurosa de la jurisprudencia fiscal que establecía la obligación de la Administración de pronunciarse sobre el pedido del contribuyente para que se admita a trámite la reclamación extemporánea (R.T.F. N° 18971 de 15 de mayo de 1971). 58 Si se establece legalmente la obligación de que la Administración se pronuncie en un plazo improrrogable de 90 días y, mientras tanto, se suspende la cobranza, evidentemente se logra el cometido de economía procesal y justicia tributaria que inspiró a la nueva norma. Estos objetivos sin embargo, aparecen bastante distorsionados por la jurisprudencia fiscal reciente que entiende a la suspensión de la cobranza y la admisión de la reclamación, en las circunstancias antes mencionadas, como una facultad discrecional de la Administración. La no aplicación de esta facultad por la Administración no constituye una infracción formal al procedimiento que pueda ser objeto del recurso de queja (R.T.F. N° 19932 de 25 de noviembre de 1986 y 22288 de 7 de abril de 1989). En la Resolución N° 20671 de 14 de diciembre de 1987, el Tribunal Fiscal señala que la facultad de la Administración para solicitar embargos preventivos, también es discrecional, por lo que “dada su naturaleza (el Tribunal) no puede pronunciarse sobre los embargos preventivos trabados, que son de cuenta y riesgo de quien los pide”. Contrariando esta característica de las facultades discrecionales que las haría irrecurribles ante el Tribunal, el vocal informante en la R.T.F. N° 19932, al fundamentar su opinión, concluye señalando que únicamente después de expedida la resolución que declara la no admisibilidad de la reclamación y si se interpusiera apelación contra ella, ésta “sería la oportunidad para que el Tribunal Fiscal se pronuncie si los aspectos planteados por la recurrente deben considerárseles evidencias que ameriten la admisibilidad a trámite de la reclamación”. Como señala el Dr. César Talledo: “Cabe preguntarse por qué, tratándose de una facultad discrecional de la Administración, resulta revisable por el Tribunal Fiscal en vía de apelación, la resolución que deniega la suspensión de la cobranza y declara inadmisible la reclamación. ¿No se trata más bien de circunstancias que de existir objetivamente, obligan a suspender la cobranza, debiendo ser merituadas a la brevedad por la Administración para evitar un daño al contribuyente? ¿No resulta más ajustado a la equidad y a la economía procesal, ordenar a la Dirección General de Contribuciones que expida pronunciamiento sobre la admisibilidad de la reclamación, con examen de las circunstancias, para ver si es improcedente la cobranza; y que se deje sin efecto el requerimiento de pago mientras no quede firme la resolución que deniega la admisión a trámite de la reclamación sin pago previo?”.4 Según la actual orientación del Tribunal Fiscal, la Administración no incurre en violación alguna de procedimientos si no comunica que debe adjuntarse el comprobante de pago para la admisión a trámite del recurso (R.T.F. N° 22675 de 4 de setiembre de 1989). La demora en la expedición de resoluciones de reclamación no es objeto del recurso de queja sino del de reiteración a que se refiere el artículo 118 del Código (R.T.F. N° 6618 de 19 de noviembre de 1971). En el caso resuelto por la R.T.F. N° 22675, la Administración Tributaria comunicó la no admisibilidad de la apelación del contribuyente vencido el plazo de seis meses que otorga el Código para apelar acreditando el pago de la deuda contenida en la resolución apelada. Lo destacable de la mencionada resolución es que el contribuyente en su apelación alegó que su recurso fue recepcionado por la Mesa de Trámite Documentario sin ninguna observación y que, durante los días anteriores y posteriores a la fecha de vencimiento del plazo para apelar hubo sucesivas e intercaladas paralizaciones laborales. Esta argumentación del contribuyente intentaba acreditar, aunque no muy convincentemente, la evidencia de la improcedencia del pago previo para admitir a trámite la apelación. El Tribunal si bien es cierto rechazó esta argumentación, dejó en claro que la Administración no estaba obligada a pronunciarse sobre lo alegado por el contribuyente, modificando de este modo la jurisprudencia fiscal hasta entonces vigente. Tampoco aplicó analógicamente lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 101 del 59 Código que ordena la expedición de resolución que se pronuncie sobre el pedido de admisibilidad o que resuelva el fondo del asunto, en el plazo de noventa días. Al parecer, este es precisamente el criterio de la Administración en virtud del cual entiende que la frase “resolución que corresponda” se refiere a la resolución que resuelve sobre el fondo de la reclamación (que está librada, por lo demás, al “arbitrio” de la Administración, por ser una facultad discrecional). En este sentido, la Administración no tendría la obligación de pronunciarse sobre el pedido de admisión a trámite del recurso extemporáneo en el plazo de 90 días, conforme fue el verdadero sentido de la modificación del Código. Si no existe pronunciamiento de la Administración Tributaria sobre la admisión a trámite, por no existir obligación para ello, de acuerdo a la jurisprudencia, es probable que el contribuyente deba enfrentar el procedimiento coactivo de cobranza por la deuda impugnada pues éste se inicia en el caso de deudas exigibles, considerándose como tales a las acotaciones no reclamadas en el plazo de ley y a las deudas contenidas en resoluciones no apeladas en el plazo de ley (incisos a) y b) del articulo 98 del Código). Puede producirse incluso la tasación y remate de los bienes del contribuyente en el procedimiento coactivo de cobranza y, mucho tiempo después, admitirse el recurso o simplemente, no 60 admitirlo por extemporáneo. En ambos casos, el pronunciamiento de la Administración, en la reclamación admitida, o en la resolución que resuelve la apelación contra la inadmisibilidad, siempre será extemporáneo y, por lo tanto, atentatorio contra el principio de economía procesal puesto que se puede ordenar el cobro de acotaciones que debieron ser examinadas previamente por la Administración, para verificar si contenían evidencias de improcedencia que ameritaban la suspensión temporal de su cobro y la apertura del procedimiento contencioso. A mi modo de ver, el problema se reduce a determinar el carácter de la potestad atribuida a la Administración mediante la norma contenida en el segundo párrafo del artículo 101, tantas veces citado. Para el Tribunal Fiscal, esta es una facultad discrecional. Para García de Enterria y Fernández5 la potestad discrecional se diferencia de la reglada en que, en la primera, se produce “la inclusión en el proceso aplicativo de la Ley de una estimación subjetiva de la propia Administración con la que se completa el cuadro legal que condiciona el ejercicio de la potestad o su contenido particular” (subrayado agregado). Sin embargo, debe diferenciarse la denominada “facultad discrecional” de los “conceptos jurídicos indeterminados” que son juicios de valor o de experiencia utilizados por la Ley para referirse a realidades que no admiten otro tipo de determinación más precisa. “La discrecionalidad es esencialmente una libertad de elección entre alternativas igualmente justas, o si se prefiere, entre indiferentes jurídicos, porque la decisión se fundamenta en criterios extrajurídicos (de oportunidad, económicos, etc.), no incluidos en la Ley y remitidos al juicio subjetivo de la Administración. Por el contrario, la aplicación de conceptos jurídicos indeterminados es un caso de aplicación de la Ley, puesto que se trata de subsumir en una categoría legal (configurada, no obstante su imprecisión de límites, con la intención de acotar un supuesto concreto) unas circunstancias reales determinadas; justamente por ello es un proceso reglado, que se agota en el proceso intelectivo de comprensión de una realidad en el sentido de que el concepto legal indeterminado ha pretendido, proceso en el que no interfiere ninguna decisión de voluntad del aplicador, como es lo propio de quien ejercita una potestad discrecional” (subrayado agregado).6 La facultad de suspender la cobranza coactiva y pronunciarse sobre la admisibilidad del recurso, en los casos de acotaciones manifiestamente improcedentes, no es una potestad discrecional. La norma, en su diseño legal, ha hecho referencia a “conceptos jurídicos indeterminados” pues no podía abarcar de otro modo en su texto a todos los supuestos jurisprudencialmente admitidos y a otros en los que también resulta aplicable la norma. Por ello, la decisión de la Administración es revisable por el Tribunal pues, la determinación del exacto contenido del concepto es una tarea de estimación jurídica y, por tanto, de aplicación de la Ley. Por otro lado es bueno señalar que los supuestos de discrecionalidad -frente a los que no nos encontramos en el caso del segundo párrafo del artículo 101 del Código- no implican exención de control en cuanto a su legalidad sino, más bien, “dificultad de control, considerado el tema desde la perspectiva procesal de la prueba, por tratarse de supuestos a que normalmente han de integrarse en una sola apreciación conjunta aspectos y valores diversos”.7 3. SITUACIONES EN LAS QUE NO ES EXIGIBLE EL PAGO PREVIO PARA LA ADMISION A TRAMITE DEL RECURSO Los supuestos en los que se ha pronunciado el Tribunal, pueden ser divididos básicamente en tres grandes rubros que tienen que ver: (i) con los medios extintivos de la obligación tributaria, (ii) la existencia en sentido amplio de causales de nulidad o anulabilidad del acto de acotación y (iii) la vinculación entre acotaciones. Se ha admitido a trámite el recurso aparentemente extemporáneo en los siguientes casos: 1. Cuando se opone a la acotación, 61 algún medio extintivo de la obligación tributaria. acotaciones impugnadas están canceladas en su totalidad. No es necesario acreditar el pago (R.T.F. 17940 de 30 de setiembre de 1983). 1.1 Situaciones relacionadas con el pago. - - - 62 La existencia de convenio de pago con el Banco de la Nación no puede dar lugar a la iniciación del procedimiento coactivo de cobranza mientras se este observando su cumplimiento. Sin embargo, el convenio no enerva lo dispuesto en el artículo 121 del Código Tributario, según el cual cuando se reclama vencido el término establecido en dicho artículo, la reclamación sólo podrá ser admitida cuando este acompañada con el comprobante de pago del tributo reclamado (R.T.F. N° 8341 de 07 de mayo de 1973). Tampoco basta pagar el impuesto calculado en la Declaración Jurada R.T.F. N° 10027 de 25 de noviembre de 1974). La impugnación de casi todos los reparos contenidos en la resolución impugnada no obliga al contribuyente a tener que realizar la liquidación y pago del impuesto que resulta de los reparos no impugnados R.T.F. N° 17365 de 6 de octubre de 1982). Se debe dar trámite a las reclamaciones interpuestas extemporáneamente, si es que en éstas el contribuyente plantea que las - Si esta acreditado en autos que se ha pagado la deuda tributaria contenida en los giros provisionales y estos se giraron simplemente porque el contribuyente incumplió con la obligación formal de presentar las copias de los comprobantes de pago en las oficinas de la Administración, procede que se emita pronunciamiento en primera instancia (R.T.F. 21007 de 27 de enero de 1988). - No se considera reclamación en trámite (a la que se ha acompañado el pago del tributo) el recurso presentado por la contribuyente a una entidad que no es la administradora del tributo. “No habiéndose apersonado la empresa a la entidad administradora para verificar el procedimiento seguido para la cobranza, mal puede alegar infracciones a dicho procedimiento” (R.T.F. 21008 de 27 de enero de 1988). En el caso de esta última resolución, la contribuyente interpuso el recurso de queja contra la iniciación ilegal de la cobranza coactiva. En el expediente corría la documentación que acreditaba el pago total de la deuda objeto de la cobranza. El Tribunal declaró improcedente la queja, dejando a salvo el derecho de la recurrente para presentar los recursos que le franquea la ley ante las entidades correspondientes. Más ajustado al principio de economía procesal, frecuentemente utilizado por la jurisprudencia fiscal, hubiera sido avocarse al conocimiento del asunto y ordenar directamente a los órganos administradores de los tributos la suspensión de la cobranza, sin esperar a ese fin que la contribuyente recurra ante ellos. Además, para la aplicación del artículo 135 del Código no es necesario que el contribuyente recurra previamente ante la entidad acotadora. 1.2. Insolvencia judicialmente comprobada - Si la empresa hubiera sido declarada en quiebra, como alega tanto el recurrente (como responsable solidario) como la empresa titular de la obligación, la Administración debió participar, “a través de la entidad recaudadora”, en el procedimiento judicial respectivo, haciendo prevalecer los privilegios del crédito tributario. Por aspectos meramente formales, la Administración no puede dejar de accionar en la forma indicada. Debe existir, necesariamente, pronunciamiento en primera instancia, sobre la extinción de la deuda tributaria por insolvencia que se alega (R.T.F. N° 20224 de 21 de abril de 1987). De acuerdo con el sentido de la R.T.F. N° 20224, la alegación del contribuyente o del responsable sobre la procedencia de la extinción por insolvencia, es suficiente para que se admita a trámite la reclamación extemporánea. El aparente fundamento de este criterio está dado por la necesidad de que intervenga el órgano administrador en el procedimiento de quiebra de la empresa para hacer valer los privilegios del crédito tributario. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que: i) el recurrente era el responsable solidario y no la empresa supuestamente declarada en quiebra, ii) al acreedor tributario sólo se le pueden oponer las excepciones personales o las comunes a todos los deudores solidarios, de acuerdo a lo dispuesto por las reglas de la solidaridad civil (artículos 1192 y 1204 del Código Civil) y iii) el hecho de que se exija el pago de la deuda tributaria al responsable solidario, para tramitar su reclamación, en nada perjudica la intervención del Fisco en el procedimiento de quiebra pues la insolvencia beneficia a la empresa, no puede servir como argumento de defensa para el responsable solidario. 63 1.3. Compensación - La obligación tributaria se encuentra plenamente satisfecha si el contribuyente ha solicitado la compensación con créditos liquidados y exigibles (determinados en diversas resoluciones de acotación) (R.T.F. 11289 de 25 de febrero de 1976 y 15600 de 14 de diciembre de 1979). - Existe pago indebido por Impuesto a la Renta tácitamente reconocido por la Administración, cuando está en la resolución de acotación del Impuesto al Patrimonio Empresarial del mismo ejercicio en el cual reconoce la pérdida (pero no la existencia de los pagos a cuenta indebidos), establece un mayor impuesto que da por cancelado aplicando los pagos a cuenta del Impuesto a la Renta previamente verificados, disponiendo la existencia de un saldo. Dicho saldo constituye un crédito liquidado y exigible, contra el cual el contribuyente puede solicitar la compensación, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 35 del Código (R.T.F. 19701 de 06 de agosto de 1986). citamente- por la Administración en cuanto a su existencia y a su monto. No es necesario el pronunciamiento previo de la Administración sobre la compensación solicitada, el cual es considerado meramente declarativo. Por lo tanto, debe considerarse superado el criterio que Informa a la R.T.F. 8548 de 18 de julio de 1973 que consideraba efectuada la compensación, una vez que se declaraba oficialmente por la Administración. Tampoco resulta válido lo contenido en la R.T.F. 8487 de 2 de julio de 1973 que exigía, para la suspensión de la cobranza, que la solicitud de compensación hubiera sido presentada dentro del plazo de reclamación. En la actualidad, el Tribunal Fiscal considera a la compensación como un medio extintivo de la obligación tributaria equivalente al pago, que opera, sin necesidad de declaración fiscal, por la existencia de un crédito liquidado y exigible. Esto convierte a la reclamación o apelación extemporánea en una acción de repetición por pago indebido. 1.4 Amnistías En materia de alegación de compensación, el criterio del Tribunal es uniforme en el sentido de que procede la admisión a trámite si existe crédito liquidado y exigible, es decir, reconocido -expresa o tá- 64 - No son nulas las liquidaciones efectuadas sin tener en cuenta el acogimiento a una amnistía por los mismos tributos, pues, no existe norma expresa que prohíba practicar liquidaciones durante la vigencia del acogimiento, atendiendo a que los contribuyentes pueden rectificar sus declaraciones y acogerse a la amnistía (R.T.F 8436 de 04 de junio y 8516 de 10 de julio de 1973). - Debe analizarse previamente los efectos de la amnistía a que se acogieron los contribuyentes y la validez de la nueva declaración jurada (presentada al amparo de ésta y con anterioridad a la notificación de las liquidaciones impugnadas), antes de exigirse el pago de los impuestos liquidados. (R.T.F. 5965 de 19 de enero de 1971 y 8436 de 04 de julio de 1973). - Es suficiente el pago efectuado al amparo de una amnistía para aceptar a trámite una reclamación extemporánea. Es en el curso del procedimiento de reclamación en que se apreciará si la reclamante ha desestimado justificadamente los reparos contenidos en las liquidaciones (R.T.F. 8516 de 10 de julio y 8627 de 15 de agosto de 1973). - La aceptación del acogimiento a una amnistía efectuada por la Administración, hace suponer que, parte o la totalidad de la deuda comprendida en una acotación que se refiere a los mismos tributos, ha sido satisfecha con ese acogimiento (R.T.F. 8732 de 26 de setiembre de 1973). Para la jurisprudencia fiscal, el acogimiento a una amnistía produce una especie de novación objetiva de la deuda. La Administración debe realizar un nuevo examen de los tributos y períodos objeto del acogimiento, teniendo a la vista la documentación y los pagos efectuados al amparo del beneficio. La R.T.F. 5965 señala que “La amnistía tributaria debe aplicarse automáticamente en caso que se hubieran cumplido con los requisitos exigidos”. Asimismo, “No es procedente que se prosiga la cobranza de sumas que aparentemente se encuentran pagadas” (R.T.F. N° 8732). La novación objetiva produce el efecto de considerar el simple acogimiento, en tanto ha sido aceptado por la Administración, como medio extintivo de las obligaciones amnistiadas. Por ello, no se exige el pago previo para tramitar el recurso: El acogimiento ocasiona que se considere el pago como realizado, entrándose entonces a fiscalizar el cumplimiento de los requisitos de acogimiento al beneficio y las obligaciones que derivan de éste. 1.5 Prescripción - De acuerdo a lo dispuesto en el 65 artículo 43 del Código, para admitir a trámite una solicitud de prescripción no es necesario que se acredite el pago previo del impuesto, cualquiera que sea el tiempo transcurrido entre la notificación de la acotación o de la resolución de la reclamación correspondiente, salvo el caso de que, en la reclamación original, se hubiera invocado la prescripción y, declarada infundada ésta, no se hubiera ejercitado el recurso impugnatorio respectivo dentro del término de ley, situación en la cual existiría resolución consentida denegatoria de la prescripción (R.T.F. N° 9214 de 16 de abril de 1974). - Si no está probado en los elementos que obran en el expediente que ha operado la prescripción invocada, es improcedente acceder a la suspensión de la cobranza (R.T.F. 8295 de 23 de abril de 1973, 9214 de 16 de abril, 9777 de 09 de setiembre y 9896 de 15 de octubre de 1974, 13764 de 17 de enero de 1978 y 17438 de 17 de noviembre de 1982) El fundamento que sustenta a estos fallos está claramente expresado en la R.T.F. 9214, “La sola deducción de la prescripción no constituye una impugnación de la procedencia del impuesto sino que, admitiendo tácitamente su legalidad, se niega 66 el pago sosteniendo que la Administración Tributaria ha perdido su derecho a la cobranza por haber transcurrido el término prescriptorio”. También se han invocado razones de economía procesal. En la R.T.F. 9381 de 28 de mayo de 1974 se fundamenta la admisión a trámite en que “De haberse producido la prescripción no procedería que se exigiera el pago del impuesto para admitir a trámite la reclamación aparentemente fundada, lo que daría lugar a la devolución de lo cobrado”. 2. Cuando los elementos que obran en el expediente acreditan la existencia de alguna causal de anulabilidad, nulidad o improcedencia legal del acto de acotación. De acuerdo a la R.T.F. 21123 de 10 de marzo de 1988, las nulidades planteadas en el procedimiento tributario deben ser resueltas por el órgano que dictó la resolución impugnada, en aplicación de lo dispuesto por el artículo 70 del Código. En el caso de que el Tribunal se encuentre conociendo del asunto, debe remitir lo actuado a primera instancia para que se enmiende el trámite seguido. Excepcionalmente, el Tribunal puede declarar la nulidad, de oficio o a petición de parte, cuando corren en el expediente todos los elementos necesarios para llegar a esa conclusión, en aplicación del principio de economía procesal. En caso de duda, prefiere remitir el expediente a primera instancia para que se efectúen nuevas verificaciones (R.T.F. 18971 de 15 de mayo de 1988). Para que el Tribunal se pronuncie sobre la nulidad, debe aparecer perfectamente probado, de lo actuado en el expediente, la existencia del vicio que hace nula o anulable la acotación. “Si al practicarse el examen de un expediente se encuentra alguna acotación que ha sido efectuada con prescindencia de disposiciones legales, procede que se declare la nulidad de esa resolución, aunque haya sido presentada fuera de término” (R.T.F. N° 7875 de 1° de diciembre de 1972). Si el asunto impugnado extemporáneamente, es de “puro derecho”, el Tribunal estará siempre más dispuesto a resolverlo (conociendo del fondo del asunto). El Tribunal entra a conocer un asunto que es de puro derecho, debido a que las circunstancias de hecho que rodean el caso, han sido admitidas expresa o tácitamente por el contribuyente y el Fisco. Ambas partes están de acuerdo sobre la situación de hecho. Es en la apreciación jurídica de la misma en donde se encuentra la controversia. (Ver: R.T.F. N° 17933 de 28 de setiembre de 1983, 18296 y 18321 de 3 y 12 de abril de 1984, respectivamente; 19129 de 26 de setiembre de 1985, 19335 de 3 de febrero de 1986 y 20631 de 31 de setiembre de 1987). Así, el Tribunal ha declarado nulas las resoluciones de acotación, en los casos siguientes: - Cuando se acota un impuesto inexistente, al aplicarse retroactivamente la norma que lo crea (R.T.F. 5988 de 26 de enero de 1971). - Cuando se deja de aplicar una norma exoneratoria referida a determinada actividad (R.T.F. 7875 de 1° de diciembre de 1972) o contribuyente (R.T.F. 17933 de 28 de setiembre de 1983). - Si de lo actuado fluye claramente que el recurrente no se dedica a la venta del producto gravado (con el impuesto acotado), es decir, que no tiene la condición de contribuyente que se le atribuye (R.T.F. 17984 de 26 de octubre de 1983). - Cuando la acción se sigue contra persona que no es la obligada al pago, por no haberse dado el supuesto previsto legalmente para la configuración de la responsa 67 bilidad solidaria que se le imputa al recurrente (R.T.F. 18296 de 03 de abril y 18321 de 12 de abril de 1984, 19129 de 26 de setiembre de 1985 y 19335 de 03 de febrero de 1986). Sin embargo, a pesar de que el Tribunal compruebe la existencia de una causal de nulidad o anulabilidad y la declare, dejando sin efecto la resolución impugnada extemporáneamente, este pronunciamiento en ningún caso ocasionará que el Tribunal rehaga las liquidaciones para ajustarlas a la Ley. Cuando es necesario practicar una nueva liquidación, el Tribunal remite el expediente a primera instancia, señalando los criterios que deben tenerse en cuenta. El criterio del Tribunal Fiscal, en este punto, significa una renuncia tácita a la facultad de reexamen que podría ejercer de acuerdo al artículo 120 del Código. El Tribunal ha procedido de la manera indicada en los siguientes casos: 68 - En las acotaciones de oficio no obstante existir declaración presentada y cuando no se admite la deducción de una carga de familia (R.T.F. 10493 de 04 de junio de 1975). - Cuando se aplica una sanción por una conducta no ajustada a lo dispuesto por las normas invocadas sino a otras, en cuyo caso la Administración debe proceder a sancionar conforme a Ley (R.T.F. N° 20228 de 22 de abril de 1987). En los casos en que existe dificultad técnica para declarar formalmente la nulidad o anulabilidad de la acotación, debido a que la resolución impugnada no encaja perfectamente en ninguno de los supuestos contemplados en los artículos 67 del Código o 45 del Reglamento de Normas Generales de Procedimientos Administrativos, el Tribunal en aplicación del mismo principio de economía procesal, opta por dejar sin efecto la acotación que carece de sustento legal y, en su caso, ordena que se rehaga la liquidación de acuerdo con ciertos criterios. Así ha procedido en los siguientes casos: - Cuando, al resolverse la reclamación sobre impuesto a las utilidades (industriales y comerciales), la Administración rebaja la materia imponible respectiva, sin reajustar el correspondiente impuesto complementario, consecuencia de esta mayor renta (R.T.F. 7925 de 18 de diciembre de 1972). - Si está acreditado que el tributo acotado ha prescrito (R.T.F. N° 8295 de 23 de abril de 1973). - Cuando, al apelar de la resolución que declara extemporánea la reclamación (sobre impuestos sucesorios), se completa las pruebas que acreditan la improcedencia de la acotación (al ser común el bien integrante del acervo sucesoral y no propio). El Tribunal se pronunció sobre el fondo del asunto. En este última parte, el pronunciamiento debe considerarse excepcional (R.T.F. N° 6070 de 25 de febrero de 1971). - Si se ha resuelto en el procedimiento iniciado por el comprador dejar sin efecto la acotación del impuesto de Alcabala, en la reclamación interpuesta por el vendedor (o viceversa) no puede mantenerse otro valor, para el mismo inmueble que el de la resolución que deja sin efecto la acotación (R.T.F. N° 8608 de 7 de agosto de 1973). En los supuestos en que exista dificultad para declarar la nulidad o anulabilidad, también está presente como fundamento la economía procesal, que busca evitar la exigencia del pago de un tributo que será necesaria- mente devuelto al contribuyente al realizarse la determinación de acuerdo a las normas legales pertinentes. La jurisprudencia fiscal, por esto, habla de acotaciones: (i) manifiestamente improcedentes, (ii) inexactas, (iii) contradictorias con otras precedentes con las que se encuentran vinculadas por provenir del mismo hecho económico, o, (iv) que contienen errores evidentes susceptibles de ser determinados de la propia acotación o de la Declaración Jurada. Es decir, no debe tratarse de aspectos planteados por el contribuyente, cuya aceptación está sujeta “a los posibles resultados que arrojen las nuevas verificaciones que corresponde realizar” (R.T.F. N° 16373 de 11 de febrero de 1981). O, como lo menciona la R.T.F. N° 20631, de 21 de setiembre de 1987, debe existir “evidencia clara que permita inferir que las acotaciones no tienen fundamento legal (sin necesidad de tener) que entrar a una etapa probatoria”. Sin embargo, el criterio del Tribunal no es uniforme al momento de aplicar la denominada “manifiesta improcedencia”. Por ejemplo, ésta no opera en los casos en que, al momento de reclamar extemporáneamente, o posteriormente, el contribuyente acredita la procedencia de las 69 deducciones que han originado los reparos en el impuesto a la Renta (R.T.F. N° 15016 de 23 de marzo de 1979). El fundamento de este fallo aparentemente está dado por el hecho de que, al resolver la queja, el Tribunal no cuenta con el expediente principal y, por ello, no puede pronunciarse sobre el fondo del asunto. El caso resuelto por la R.T.F. N° 15016 es conceptualmente idéntico al de la R.T.F. N° 6070 (en el cual el Tribunal sí conoció el fondo del asunto). En la R.T.F. N° 15016, el vocal informante, en una ardua y encomiable labor, efectuó nuevas liquidaciones, aceptando la procedencia de las deducciones y fundamentando su opinión en el principio de economía procesal y justicia tributaria. El Tribunal resolvió abstenerse de pronunciamiento, derivando el expediente a primera instancia para la atención de la reclamación (por otras consideraciones y no por la manifiesta improcedencia de la acotación) debido a que “no puede el Tribunal con la simple invocación del principio de economía procesal, conocer del fondo con prescindencia de la primera instancia”. Por otro lado, la R.T.F. N° 15036 de 14 de mayo de 1986, ha declarado que el Tribunal no puede disponer, en vía de queja, que por economía procesal y en base a la manifiesta improcedencia de la acotación se admita a trámite una reclamación extemporánea. 70 No se entiende la razón por la cual el Tribunal en la R.T.F. N° 19536: (i) no le otorgó al recurso de queja el carácter de apelación, en aplicación de su propia jurisprudencia, salvo que el recurso hubiera sido presentado vencido el plazo de 15 días hábiles, (ii) no entró a conocer del fondo del asunto, solicitando el expediente principal a la primera instancia (en un procedimiento que acostumbra realizar). 3. Cuando existe una vinculación entre acotaciones tan estrecha que hace que la procedencia del tributo acotado, reclamado extemporáneamente, dependa de lo que se resuelve en otra reclamación oportunamente presentada, en cuyo caso procede la acumulación de expedientes. Esta causal se ha aplicado en los siguientes casos: - En la acotación del impuesto a la Renta no reclamado oportunamente por los socios de una Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada, siempre que la determinación de la mayor materia imponible hubiera sido impugnada oportunamente por la sociedad o existiera apelación pendiente de resolución ante el Tribunal Fiscal (R.T.F. 13134 de 6 de setiembre de 1977 y 21538 de 30 de junio de 1988). - En la reclamación extemporánea del impuesto adicional de alcabala (o el de alcabala), cuando se ha reclamado oportunamente el impuesto de alcabala (o adicional) por tratarse de tributos que gravan un mismo hecho económico (R.T.F. N° 13648 de 8 de diciembre de 1977). No se considera reclamación en trámite para estos efectos, la presentada extemporáneamente que ha sido declarada, por tanto inadmisible; aún cuando, contra esta última resolución, el contribuyente hubiera interpuesto apelación que no ha subido al Tribunal Fiscal (R.T.F. N° 20564 de 03 de setiembre de 1987). Esta resolución es un buen ejemplo de que al exceso de formalismo también atenta contra la economía procesal pues, la apelación contra la inadmisibilidad, necesariamente tendrá que ser vista por el Tribunal Fiscal. En ese momento, este órgano deberá pronunciarse sobre los argumentos esgrimidos por la apelante y merituar si son sufi- cientes para admitir la reclamación extemporánea sin pago previo. Para evitar un daño al otro contratante, más correcto hubiera sido ordenar la suspensión de la cobranza coactiva en tanto no se resuelva la apelación interpuesta, la misma que se encontraba en trámite. - En la reclamación contra resoluciones que determinan la responsabilidad solidaria de los representantes, cuando se encuentra en trámite la reclamación formulada por la empresa titular de la obligación (R.T.F. N° 22739 de 22 de setiembre de 1989). En este último caso lo que procede en rigor no es la acumulación de expedientes para la resolución conjunta, puesto que la reclamación interpuesta por el responsable intentará desvirtuar la imputación de solidaridad que efectúa respecto de él la Administración. Por esto, lo que deberá suceder es que, una vez resuelta mediante resolución firme la reclamación interpuesta por el responsable, la deuda no le será exigible hasta que no se resuelva, también de modo firme, la reclamación planteada por la empresa. Si el responsable impugna la acotación misma, sí cabría la acumulación. 71 4. Cuando la responsabilidad solidaria que se imputa por la Administración, no se encuentra debidamente fundamentada. cen la responsabilidad solidaria) deben ser motivados, en aplicación de lo dispuesto por el artículo 61 del Código En caso contrario, no corre el plazo de 30 días hábiles para la presentación de la reclamación, debiéndose notificar al supuesto responsable los fundamentos de hecho y de derecho que sirvieron de base a la Administración, a fin de que el recurrente los pueda impugnar en el plazo antes mencionado (R.T.F. N° 12085 de 28 de setiembre de 1975). Este supuesto ha operado en los siguientes casos: - Si el Fisco se limita a consignar el nombre de todos los representantes de la empresa, sin hacer referencia a los hechos que sirvieron de sustento para establecer la responsabilidad solidaria (R.T.F. N° 20224 de 21 de abril de 1987). No resulta convincente el fundamento que sustenta este fallo: para la R.T.F. N° 20224, como la Administración debe probar los hechos que sustentan la responsabilidad solidaria que se imputa al representante y éste tiene el derecho de desvirtuar esta imputación, debe admitirse a trámite la reclamación, superando el impedimento de carácter formal del pago previo. Actuar de otro modo “implicaría reconocer que la responsabilidad solidaria en materia impositiva puede presumirse o darse por probada por el silencio de los interesados”. Más consistente parece ser el argumento según el cual los actos de la Administración (inclusive aquellos que estable 72 Si se notifica al presunto responsable con el aviso previo a la cobranza coactiva, atribuyéndole responsabilidad solidaria a través de una simple nota a mano, el Tribunal computa el plazo para impugnar la solidaridad, a partir de la notificación en el procedimiento coactivo. 5. Cuando se emiten documentos oficiales contradictorios sobre la procedencia de la deuda o la admisión a trámite del recurso. - En el caso de la R.T.F. 7865 de 30 de noviembre de 1972, junto con la resolución de primera instancia declarando sin lugar la reclamación, se notificó al contribuyente una papeleta Kienzle de la que aparecía que no se adeudaba nada por los impuestos acotados. El Tribunal señaló que la papeleta Kienzle indujo a error al contribuyente que no apeló oportunamente. - En la R.T.F. N° 15016 de 23 de marzo de 1979, en cambio, la reclamación extemporánea fue tramitada, notificándose al contribuyente para la presentación de documentación, pruebas que, conjuntamente con la inspección, se actuaron en el procedimiento. Estando la causa en estado de pronunciarse sobre el fondo, la Administración declaró inadmisible la reclamación por extemporánea. El Tribunal señaló que este proceder desconocía el principio de preclusión de las diferentes etapas del proceso pues “declarar inadmisible la reclamación contradice el requerimiento ordenado para la actuación de pruebas que necesariamente implica la admisión a trámite”. El criterio expresado en esta última resolución, se asemeja a lo resuelto por la jurisprudencia argentina. En efecto, la Corte Suprema de este país entiende que, si el Fisco permite que se abra la discusión sobre el derecho sustancial sin exigir el cumplimiento del pago previo, ello significa que ha renunciado a dicho privilegio. 4. CONCLUSIONES 1). El plazo para reclamar o apelar de una resolución de acotación o que resuelve el procedimiento en primera instancia, sin que se acredite el pago previo, corre en los casos de resoluciones motivadas o que expresen los fundamentos de hecho y de derecho que les sirven de sustento. 2). Tampoco corre este plazo cuando la notificación es defectuosa o la Administración no acredita, mediante la constancia respectiva, que ésta se efectuó cumpliendo los requisitos formales establecidos para el efecto. 3). En los casos a que se refieren las dos conclusiones anteriores, la jurisprudencia no llega a declarar la nulidad de la respectiva notificación, como corresponde. 4). La presentación extemporánea de una reclamación debe motivar la expedición de una resolución que, formalmente, declare la inadmisibilidad contra la cual procede el recurso de apelación. En la resolución de la apelación deberá examinarse la extemporaneidad declarada. 5). La facultad contenida en el segundo párrafo del artículo 101 del Código es una potestad reglada, diseñada en base a “conceptos jurídicos indeterminados”. 73 6). Por esto, cuando el contribuyente solicita la admisión a trámite de una reclamación extemporánea, en base a la existencia de circunstancias que evidencian la improcedencia de la cobranza, la Administración se encuentra obligada a pronunciarse sobre tal pedido del contribuyente, con examen de las circunstancias, en el plazo de noventa días. 7). Contra lo resuelto por la Administración, cabe el recurso de apelación mediante el cual se discute la legalidad de lo resuelto por la Administración. 8). En tanto no quede firme la resolución que declara la inadmisibilidad, en las circunstancias descritas en la conclusión anterior, debe suspenderse la acción de cobranza pues, de otro modo, se estaría atentado contra el principio de economía procesal. 9). 74 La jurisprudencia fiscal considera que la facultad contenida en el segundo párrafo del artículo 101 del Código, constituye la atribución de una potestad discrecional a la Administración, lo cual ocasiona que el pronunciamiento de la Administración (o la falta de éste) escapen al control de legalidad. Esta última consecuencia de la discrecionalidad empero, no resulta muy clara en la jurisprudencia fiscal analizada. 10). Doctrinariamente, los supuestos de discrecionalidad no significan exención sino dificultad de control, por tratarse de supuestos que integran en una sola apreciación conjunta aspectos y valores diversos (objetivos y subjetivos). 11). La jurisprudencia admite como situaciones en las que procede la admisión a trámite de reclamaciones extemporáneas (y la suspensión de la cobranza consiguiente), los casos de alegación de la existencia de: (i) algún medio extintivo de la obligación, incluso el pago; (ii) causales de nulidad, anulabilidad o improcedencia legal de la acotación; (iii) vinculación de la reclamación con otra impugnación que se encuentra en trámite. 12). Para los efectos de la conclusión anterior, la jurisprudencia admite la vinculación cuando: (i) las resoluciones gravan el mismo hecho económico (venta y compra, en una transferencia), (ii) por el diseño legal de la imposición existe atribución de renta (de la sociedad a los socios, como en la S.R.L.), (iii) se esta discutiendo, en el procedimiento iniciado por la empresa contribuyente, la procedencia de la acotación (respecto de la cual se imputa responsabilidad solidaria a su representante). 13). El Tribunal declara la nulidad o anulabilidad de las acotaciones, o su manifiesta improcedencia legal, con ocasión de la resolución de la apelación contra la inadmisibilidad, en aplicación del principio de economía procesal, siempre que se trate de una cuestión de puro derecho o cuando corran en el expediente todos los elementos que acrediten la existencia del vicio. 14). 15). Cuando con ocasión de la nulidad o improcedencia declarada, existe necesidad de rehacer las liquidaciones, el Tribunal remite el expediente a primera instancia, indicando las pautas a seguir. de nulidad), que sustenta la procedencia de la admisión a trámite y la suspensión del procedimiento coactivo, está relacionada con: (i) la inexactitud evidente de la acotación o de la Declaración Jurada que le sirve de base, o (ii) la contradicción que existe entre la acotación que se reclama y otra precedentemente reclamada (que ha sido dejada sin efecto mediante resolución firme) con la que se encuentra vinculada. 16). La alegación de manifiesta improcedencia de la cobranza (diferente a las de extinción de la deuda o La jurisprudencia fiscal, sin embargo, no ha elaborado un concepto uniforme de la “manifiesta improcedencia de la cobranza”. Lima, Perú, Julio de 1990. NOTAS 1 2 3 4 5 6 7 La presente ponencia no se refiere a los giros provisionales, aunque los trata tangencialmente. En adelante me referiré indistintamente a “la reclamación” o a “el recurso” para comprender a todos los supuestos de impugnación de resoluciones de acotación, definitivas o parciales, que impongan multas o que resuelvan el procedimiento en primera instancia; a los que son aplicables las ideas expuestas en este trabajo. TALLEDO MAZU, César. Manual del Código Tributario, Editorial Economía y Finanzas S.C.R.L., Industrial Gráfica S.A., Lima, pág. 95, Lima. TALLEDO MAZU, César. Ob. cit., págs. 102.3 y 102.4. Curso de Derecho Administrativo, Tomo I, Editorial Civitas S.A., Madrid, 1988, págs. 429 y ss. GARCIA DE ENTERRIA FERNANDEZ, Ob. cit., págs. 434 y 435. Ibidem, pág. 437. 75