El Valor Intangible del Capital Intelectual en los servicios de consultoría Lic. Pedro Bermejo Cardoso Consultor Superior. Casa Consultora DISAIC Lic. Marta Valdés Domínguez Consultora Especialista Casa Consultora DISAIC Resumen En la época actual y desde la segunda mitad del siglo XX, los adelantos tecnológicos alcanzados han traído como resultado el predominio masivo de un inestimable bien intangible: el conocimiento; y esta situación ha puesto de moda en el mundo los Servicios de Consultoría como modalidad ampliamente utilizada por las empresas para desarrollar productos y servicios con valor agregado dando respuesta a la necesidad de aprovechar los recursos informacionales, tecnológicos y económicos de que disponen y contribuyendo a solucionar los diversos problemas de sus Clientes. El valor de un negocio está cada vez más dirigido hacia los activos intangibles. Para las empresas que se dedican a brindar servicios estrechamente vinculados con este activo como sucede con las Consultorías, la investigación y atención a este tema es vital ya que el mismo contribuye a crear cada vez con más énfasis una brecha entre el valor contable y el valor de mercado. Desarrollo Durante las dos últimas décadas, a tono con las tendencias internacionales, Cuba, en su empeño por competir con el resto del mundo e insertarse en la economía internacional, ha venido creando diversas instituciones que brindan servicios de excelencia en diversos campos de la actividad de consultoría empresarial. En los últimos tiempos, dado el papel que juegan los activos intangibles dentro de la gestión empresarial, se ha convertido en objeto de preocupación para los directivos de las organizaciones y en particular, de las Consultorías, el tema de cómo conocer el resultado de aquella parte de su gestión que no recogen los libros contables, entre ellos el registro, control y medición de su Capital Intelectual. Como regla general, el valor real de las Consultorías, no se corresponde exactamente con lo que reflejan sus Balances Económicos y Estados Financieros puesto que los mismos no reflejan todos los activos con que cuentan estas instituciones. Dentro de los valores que no aparecen registrados en los Balances de las empresas están comprendidos entre otros: el valor agregado de mercado y el conocimiento de la empresa como parte integrante del capital intelectual. Por ello, la obtención de información útil acerca de la estructura de estos activos intangibles y su capacidad para generar valor, debe formar parte de las habilidades que tienen que desarrollar los responsables de su gestión para alcanzar las características distintivas de la institución. ¿Qué es el capital intelectual? El concepto de Capital Intelectual se ha integrado en los últimos tiempos al mundo empresarial para referirse al conjunto de bienes inmateriales o intangibles que en la era de la información en que vivimos representan el principal activo de las organizaciones del siglo XXI; son aquellos activos intangibles que se materializan en las destrezas individuales y los conocimientos técnicos, sistemas de información, diseños y marcas de fábrica e incluso las relaciones de la organización con el público externo (proveedores, clientes, etcétera). Sin duda alguna, el activo intangible más importante de una organización que se dedica a brindar Servicios de Consultoría, es su Capital Intelectual, debido principalmente a que es un factor esencial en la gestión de desempeño del negocio como parte de los bienes intangibles de una organización, fundamentales para determinar la creación del rendimiento y del valor. A partir de la clasificación general que dan algunos estudiosos al Capital Intelectual, el mismo está integrado por tres categorías fundamentales: Capital Estructural: Este activo comprende los sistemas de comunicación e información, el uso de la tecnología disponible, los manuales y procedimientos laborales, los organigramas y sistemas de gestión y control, las bases de datos y los sistemas de software desarrollados en la empresa, o sea, los que no han sido comprados a un proveedor y permiten la mejora continua de la eficacia organizacional. Como parte del Capital Intelectual, se diferencia del resto por su permanencia en la organización cuando sus creadores y quienes lo utilizan a diario se retiran de ésta. Por la trascendencia de este activo por sobre las personas, nos percatamos de la importancia de dedicar suficiente tiempo y recursos para protegerlo, tomando medidas lo suficientemente efectivas para garantizar la invulnerabilidad de sistemas, procedimientos, bases de datos, prototipos en desarrollo, etc. para impedir que esta información vaya a parar a manos de la competencia o pueda ser empleada de manera ilegítima afectando así no solo los intereses sino también el patrimonio de la organización. Es responsabilidad de la Dirección de una organización consultora la gestión de conservar seguros y en pleno funcionamiento los componentes de este Capital que también representa un valor difícil de determinar por su carácter intangible. Capital Humano: Este activo constituye, en la actualidad, el factor determinante para la obtención del valor agregado por parte de las instituciones que brindan servicios de consultoría, en dependencia de su desarrollo y aprovechamiento más o menos adecuado. Esta es la base de las otras dos categorías que forman parte del Capital Intelectual ya que de ella parten el conocimiento, la competencia, los valores y el potencial innovador dentro de la organización y se caracteriza por que no se puede comprar sino solamente contratar por un período de tiempo determinado. El análisis del desempeño de las personas que conforman el Capital Humano de la organización constituye una herramienta sumamente útil a fin de determinar el valor de estos activos intangibles por medio del estudio y la comparación de los resultados de la gestión empresarial en el tiempo. Capital Relacional.: Es el grupo de activos intangibles que mide la relación que una entidad tiene con sus clientes, sus canales de distribución, proveedores, competidores, alianzas estratégicas entre otros. Representa el conjunto de interacciones que mantiene la organización con su entorno exterior. El valor de este activo intangible se hace sentir en aquellas entidades que tienen que competir en mercados muy agresivos (como es el caso de las Consultorías) o que tienen una fuerte dependencia de sus proveedores o las que se apoyan en alianzas estratégicas para vencer la competencia. En estos momentos, el éxito de las Consultorías depende básicamente de su Capital Intelectual para alcanzar los resultados deseados que durante tanto tiempo ha sido obviado por la contabilidad tradicional. Por esta razón, no resulta fácil establecer reglas confiables y reconocidas por los empresarios para establecer, registrar y controlar su valor. Aunque, a escala mundial se han venido desarrollando acciones en este sentido, en el diseño de diferentes modelos de medición que correctamente aplicados nos facilita acercarnos al verdadero valor de estos intangibles y su progresiva evolución nos permitirá emplearlos como herramienta de aceptación y uso habitual entre los empresarios para obtener informaciones útiles que podrán ser manejadas tanto en el ámbito interno de la organización como para informar a terceros. Poco a poco, estas nuevas herramientas se irán incorporando a las ya tradicionales en función de mejorar la calidad y eficacia de los métodos de control de la gestión. Importancia de la Gestión del Capital Intelectual Como ya se ha explicado, el Capital Intelectual representa actualmente la principal fuente de riqueza de las empresas y en particular de las Consultoras, por lo que la gestión de dicho capital requiere de una atención muy especial que supone la capacidad del empresario de identificar, auditar, medir, renovar e incrementar sus activos intelectuales para el futuro éxito de su misión. En los últimos tiempos se han llevado a cabo serios esfuerzos por encontrar una metodología que permita mejorar la capacidad de la gestión del Capital Intelectual, lo cual no ha resultado nada fácil si tomamos en cuenta la naturaleza intangible de estos activos y, sobre todo, que cada negocio en particular tiene su propia combinación de conocimientos como clave de éxito en función de los objetivos a conseguir y de la situación del mercado. Por otra parte, una gestión eficaz del Capital Intelectual requiere de una buena gestión del conocimiento que comprenda su creación, transformación y uso. No debemos confundir ambas gestiones, ya que la primera se refiere básicamente a la creación, consecución y gestión eficaz de todos los activos intelectuales necesarios para alcanzar el éxito de las estrategias en la organización (es una gestión desde el punto de vista gerencial o estratégico) y la segunda centra su función en facilitar y gestionar las actividades relacionadas con el conocimiento. Ambas gestiones son fundamentales para que una empresa alcance la excelencia en su trabajo. El valor del Capital Intelectual Como consecuencia de la existencia de una nueva economía a escala internacional, donde se imponen la innovación, la tecnología y la información como aspectos esenciales en la creación de valor en las organizaciones consultoras, el volumen de inversiones no tangibles realizadas por estas va creciendo año tras año haciéndose su identificación y, sobre todo, su medición, en un tema prioritario para los gerentes. La contabilidad financiera tradicional, con las bases de medición sobre las que actualmente descansa, está lejos de servir de apoyo a la toma de decisiones en al ámbito de la nueva economía y de los procesos de negocios que no están en capacidad de medir ni reportar. Para resolver este problema es preciso desarrollar nuestra capacidad para medir los intangibles. Esto sería posible si las normas de contabilidad permitiesen reflejar en las cuentas anuales un buen número de inversiones intangibles realizadas por las empresas, cuyo reconocimiento contable está sometido a condiciones muy restrictivas. Actualmente, uno de los principales retos de la Contabilidad es el de mejorar la utilidad de los estados financieros mediante la inclusión de información útil y puntual sobre los determinantes fundamentales del valor de las empresas, incluyendo los de naturaleza intangible. Partiendo de que la tendencia actual es que el valor de un negocio se desplaza cada vez más de los activos fijos a los intangibles tales como marcas, patentes, franquicias, software, programas de investigación, ideas, experiencias a partir del carácter comercial que han ido alcanzando estos últimos, las organizaciones consultoras están cada vez más interesadas en medir este activo el cual contribuye a crear una brecha cada vez más grande entre el valor contable y el valor de mercado y este cambio se hace más evidente, en particular, en las organizaciones con mayores recursos tecnológicos. Sin embargo, el factor que marca esta diferencia es, sin dudas, el capital intelectual que proporciona un margen competitivo ala organización por lo que, al igual que los recursos físicos, debe ser necesariamente valorado con el objetivo de medir la eficiencia, determinar los ingresos y evaluar a la entidad. El Capital Intelectual de una consultoría El uso, cada vez más extendido, de los Servicios de Consultores Profesionales trae incuestionables ventajas para el empresario las cuales se resumen diciendo que representan una ayuda intensiva para la organización que obtiene del Consultor un punto de vista imparcial y una solución novedosa a los problemas; permiten descubrir las debilidades y fortalezas de la organización y emiten oportunos y apropiados criterios y diagnósticos para mejorar la salud corporativa y financiera de aquella. En la época actual, para ser considerada una empresa competitiva, la organización debe aplicar el conocimiento de forma intensiva y ante esta realidad, los servicios de consultoría adquieren un valor mucho mayor debido a que constituyen la herramienta idónea para lograrlo. En los últimos tiempos, el consultor se ha convertido en un recurso esencial para las organizaciones empresariales y debe representar el ideal del capital humano. El valor de un consultor depende de diversos factores que son fundamentales para lograr un negocio de excelencia. Entre estos importantes aspectos podemos relacionar los siguientes: El nivel que tenga su capital humano, si tomamos en cuenta que lo que vende son sus conocimientos. Debe mantener una óptima relación con el mercado. El valor de los consultores aumenta directamente en dependencia con el nivel de su capital humano y la relación con el mercado y está dado por el valor de su capital humano, ya que en definitiva lo que esta vendiendo son sus conocimientos, aunque el capital relacional juega también un papel importante en este servicio ya que si la relación del consultor con el mercado no es óptima, el valor del capital humano no sería suficiente. El valor de los consultores aumenta directamente con el alcance de su capital humano y la relación con el mercado. El Capital Intelectual y la competitividad de los servicios de consultoría El Capital Intelectual es un factor decisivo en la competitividad empresarial y en particular para aquellas instituciones que brindan servicios de consultoría. En esta época de grandes cambios en la sociedad, los conocimientos son para estas organizaciones la principal fuente de ventajas competitivas y fundamentalmente aquellos que contribuyen a la generación de un valor económico los que se denominan “conocimientos esenciales” y que se identifican con el Capital Intelectual. Las empresas consultoras recurren a sus bienes intangibles, que les proporcionan valor agregado, y en el caso de este tipo de organización uno de los intangibles con más valor y a menos costo lo constituye el Servicio de Atención al Cliente (Capital Relacional) que la distingue e identifica con el público externo que utiliza sus servicios. En el caso de las organizaciones que prestan servicios de consultoría, la identificación, análisis, valoración, protección y mejora de los activos intangibles constituyen acciones esenciales para ganar prestigio profesional con un fuerte valor estratégico. Y entre esos activos intangibles se encuentra, sin dudas, su Capital Intelectual del que forman parte los Consultores. La posibilidad de aumentar el Valor Intangible del Capital Intelectual de una organización consultora depende en gran medida de la gestión de la institución y de los propios consultores y representa una tarea básica en el proceso de mejora con vistas a lograr una alta competitividad en las empresas inmersas en el Perfeccionamiento Empresarial. Resulta incuestionable que la valoración adecuada, la gestión oportuna y la atención conveniente a los Servicios de Consultoría son factores que contribuirán en gran medida al fortalecimiento de las instituciones consultoras cubanas y a garantizar la excelencia, el éxito y la competitividad de las mismas, tanto en el ámbito nacional como internacional como organizaciones claves para el triunfo empresarial de estos tiempos. 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