Los Evangelios Gnósticos: ¿Amenaza para la fe cristiana? Alguien ha dicho que los eventos históricos son cíclicos, es decir, que se repiten con el tiempo. En el aspecto de las herejías esto es muy cierto. La inmensa mayoría de las nuevas doctrinas que han aparecido en tiempos modernos no son sino refritos de antiguas y viejas herejías que en siglos pasados amenazaron con minar las doctrinas fundamentales del cristianismo ortodoxo. En días recientes, con la promoción de National Geographic del “Evangelio de Judas” y la famosa novela de Dan Brown, “El Código DaVinci” que hace alusión al “Evangelio de María Magdalena” se ha levantado una ola críticas y alegaciones de que la iglesia cristiana ha conspirado durante siglos para ocultar aspectos de las enseñanzas de Jesucristo que echan por tierra sus enseñanzas históricas. Si echamos un vistazo a la historia temprana de la iglesia cristiana, veremos que los primeros cinco siglos de su historia se caracterizaron por la embestida constante de doctrinas que atacaban aspectos importantes de la teología bíblica, como la divinidad de Cristo, su humanidad, y la doctrina de la Trinidad. A continuación veamos una tabla comparativa de las herejías más importantes que surgieron en los [0] primeros cinco siglos . Grupo Tiempo Naturaleza Humana Naturaleza Divina Docetistas 1er Siglo La negaban, decían que Jesús solo tenía “apariencia” de humanidad La afirmaban Ebionistas 2do Siglo La afirmaban La negaban. Decían que Jesís era un hijo natural de José y María Concilio Eclesiástico Arrianos 4to Siglo La afirmaban La negaban. Jesús no era eterno. Era similar pero no igual a Dios. Condenados por Concilio de Nicea en el 325 Apolinarianos 4to Siglo El logos divino reemplazó al espíritu humano. La afirmaban Concilio Constantinopla, 680 Nestorianos 5to Siglo Eutiquianos 5to Siglo Ortodoxia (Verdad) Cristo era dos personas No totalmente humano No totalmente divino Perfecta Humanidad Deidad Total Calcedonia, 451 Definido en Calcedonia 451 Entre los que cuestionaron y negaron la doctrina cristológica estuvieron los gnósticos. El gnosticismo surgió tan temprano como en el año 90-100 d.c. y alcanzó hasta el siglo IV de la era cristiana. Los gnósticos creían que el espíritu era bueno y la materia era mala por lo cual rechazaban totalmente la doctrina de la. De manera que asumieron dos posiciones principales. De un lado los gnósticos docetistas que afirmaban que Jesucristo era totalmente divino y su aspecto humano era una mera apariencia, o sea, que no era de carne y hueso. De otro lado estaban los gnósticos ebionistas que sostenían que Jesucristo era simplemente humano y no era divino. Los gnósticos creían que la clave de la salvación radicaba en lograr obtener un conocimiento especial y oculto al resto de las personas, de ahí su nombre “gnosticismo” de “gnosis” que significa conocimiento. Los gnósticos escribieron varios evangelios apócrifos empleando el “pseudoepígrafe” esto es, la práctica de firmar sus escritos con nombres de personajes bíblicos conocidos, para así darle a éstos credibilidad y aceptación. Entre estos se encuentran algunos evangelios como el de Tomás, el de María Magdalena, y el de Judas. Los adversarios de la fe cristiana, en su empeño de desvirtuar y debilitar sus doctrinas principales se han dedicado con gran ahínco a traer nuevamente estos escritos apócrifos que la iglesia en su momento refutó y rechazó. El Evangelio de Judas, alegadamente escrito por el infame discípulo que traicionó a Jesucristo, presenta una nueva versión de los hechos. Según el documento, Judas Iscariote no traicionó a Jesús, sino que éste último le encomendó la misión de entregarle para cumplir así lo que los profetas habían escrito siglos antes. En otras palabras, Judas no hizo sino aceptar la difícil encomienda de convertir a Jesucristo en mártir y salir él con la pero parte ante los seguidores del Galileo. Este seudo evangelio presenta a Judas como el héroe, como un paladín entre los otros discípulos. La realidad, sin embargo, es que este escrito no es un descubrimiento nuevo. Uno de los padres de la iglesia, Ireneo de Lyon, hizo referencia al mismo, declarándolo herético, para el siglo II. Sin embargo el documento se creía perdido hasta que fue descubierta una copia en papiro en Egipto, en Nag-Hammadi en el 1945 y publicados en inglés en el 1970. El rollo que contiene el llamado “Evangelio de Judas” fue fechado utilizando el sistema de la prueba de Carbono 14, y se determinó su fecha cerca del año 300 después de Cristo. Se cree que el documento fue originalmente escrito para el año 170 al 178 d.c. Esto es importante ya que se trata de un documento demasiado tardío en comparación con los evangelios canónicos, que están fechados entre el 50-95 d.c. En efecto, este documento corresponde a una serie de escritos similares atribuidos a la secta de los gnósticos que floreció en Palestina y Egipto para esa época y que fue combatida y rechazada por los cristianos y los escritos patrísticos. ¿Por qué entonces Nacional Geographic anunció esto con tantos bombos y platillos? La realidad es que muy pocas personas están familiarizadas con la historia de la iglesia durante esos siglos y los movimientos sectarios que surgieron durante los mismos. Obviamente se trata de un intento de causar conmoción y sembrar dudas en personas que no tienen mucha información sobre el tema, además de avivar las críticas de los escépticos contra la uniformidad de las enseñanzas cristianas históricas. También se trata de un elemento publicitario para generar ganancias a esta organización ya que definitivamente el tema atrae la curiosidad de millones de personas. Sin embargo, la estrategia puede resultar contraproducente ya que los investigadores serios y conocedores del tema tienen que reconocer que este tipo de documentos pseudoepígrafes no pueden de ninguna manera echar por tierra las enseñanzas del cristianismo histórico. Para comenzar, la cantidad de documentos del “Evangelio de Judas” que han sido hallados es demasiado poca, a diferencia de la gran cantidad de manuscritos canónicos que existen. Esto permite que los canónicos puedan ser confrontados con miles de copias manuscritas que permiten la depuración y acercamiento al texto original (ya que no existen los manuscritos originales de la Biblia), no así la gran mayoría de los escritos apócrifos. Como lo explica el Dr. José R. Martínez Villamil en su escrito para [1] Mente abierta : “¿Por qué es esto importante? Mientras más cercanos a los acontecimientos que narran, más fieles se supone que sean los documentos. Esto se presume así por la posibilidad de constatación por testigos presenciales (en el caso que el lapso entre el hecho y el registro histórico sea pequeño). También mientras menos tiempo haya transcurrido entre los hechos y la composición del documento en cuestión menos corrupciones se esperan que existan a causa del proceso de reproducción manual.” Existe gran similitud en el caso del “Evangelio de María Magdalena” mencionado en la obra de ficción de Dan Brown titulada “El Código Da Vinci. Solo que en este caso el asunto aún es más ilusorio que el anterior ya que se trata de la invención de la mente de un escritor novelístico. Sin embargo aún así algunos que leen esta novela que goza de tanta popularidad, piensan que lo que la misma afirma es cierto. Pero ha salido a la luz la posibilidad de que Dan Brown haya plagiado las ideas de otro escritor que empleó el mismo argumento en un escrito anterior. A la fecha de este escrito el asunto se discute en los tribunales británicos. Este otro escrito apócrifo hace alusión a que Jesucristo sostuvo relaciones íntimas con María Magdalena y engendraron hijos. Esta mujer, según el relato de Brown era en realidad el tan buscado santo grial, ya que ella era la vasija que contenía en su seno la sangre de Cristo al llevar en ésta su progenie. Se han podido encontrar varias fallas en los datos contenidos en la novela de Brown que demuestran su falta de erudición y conocimiento en los datos históricos sobre los hallazgos de los manuscritos gnósticos y otros elementos. 1. Brown habla del Vaticano en el siglo IV, cuando en realidad el mismo aún no existía para esta época sido mucho tiempo después. 2. Los “Rollos del Mar Muerto” contienen literatura relacionada a la secta judía de los esenios incluyendo algunos libros del Antiguo Testamento, pero ningún evangelio. Tampoco fueron encontrados en el 1950 sino en el 1947. 3. Los libros encontrados en Nag Hammadi, Egipto, en el 1945, estaban escritos en copto, de traducciones del griego. No estaban escritos en arameo. 4. Nunca hubo 80 evangelios, como tampoco “miles de crónicas” sobre la vida de Jesús. Todo esto demuestra sin duda alguna que, contrario a las alegaciones de Dan Brown de que, y cito: “todas las descripciones de obras de arte, edificios, documentos y rituales secretos que aparecen en esta novela son veraces”, muchas de sus descripciones y argumentos son realmente ficticios y especulativos. En resumen, debemos establecer con claridad la poca credibilidad e historicidad que presentan estos manuscritos anunciados con tanta pompa por los detractores de la fe cristiana. No se trata de un asunto de fe de nuestra parte. En este caso, la evidencia histórica seria y objetiva está de nuestro lado. Como sostiene el Dr. Martínez Villamil: “La inmensa mayoría de los eruditos (cristianos o no) están de acuerdo en que los Evangelios bíblicos fueron escritos en el Siglo I. Marcos, el primero, fue escrito alrededor del año 60 d. C. Y Juan (el último de los cuatro) entre el 90 y el 100 d. C. De la misma manera, los llamados Evangelios Gnósticos han sido fechados en los siglos II, III y IV. El más temprano, el Evangelio de Tomás, ha sido fechado alrededor del año 150 d. C. Como podemos ver, la diferencia en la fecha de composición entre los evangelios “canónicos” (aceptados por la iglesia) y los “apócrifos” (rechazados por la iglesia) es de 100 [2] años o más, una diferencia considerable.” Lejos de representar una amenaza para los postulados cristianos, estos escritos comprueban que desde sus comienzos el cristianismo ha sido objeto de ataques despiadados y sistemáticos con el fin de socavar sus cimientos y minar su credibilidad. Sin embargo, existe una gran realidad. Vivimos en tiempos donde la inmensa mayoría de las personas carecen de un conocimiento básico de la historia del cristianismo y no pueden diferenciar entre lo que es el evangelio canónico de Juan y el de Judas. No solamente a nivel secular, sino también entre los mismos cristianos existe este desconocimiento. Por esta razón es necesario educar al pueblo cristiano de manera que podamos ofrecer respuestas sólidas y bien argumentadas para contestar con sabiduría y mansedumbre estos ataques. Como afirma Chuck Colson, "Podemos vernos tentados a enojarnos con National Geographic y la prensa liberal por traer esto en pleno período de semana santa, pero no lo hagamos. En lugar de ello utilicemos la atención de los medios a este asunto para desenmascarar a los que pretenden desprestigiar la fe cristiana y demostrar con el peso de la prueba que el evangelio de Judas y el Código Da Vinci no es sino mera ficción y fantasía que carece de base histórica." Claro está, el que es escéptico por elección, se pegará de cualquier cosa para justificar su incredulidad, y eso para nada debe extrañarnos. Sabemos que a la postre la verdad saldrá a relucir y los que han tratado de opacarla quedarán el vergüenza. Notas: [0] Ryrie, C. Teología Básica, p. 287. [1] Martínez Villamil, José R. “Evangelios y Evange-listos: Gnósticos, Nag Hammadi y otros nombre raros”. Website: www.menteabierta.org. [2] Ibid Fuente René X. Pereira cit en http://www.biblicaemanuel.com/Los%20Evangelios%20Gnosticos.htm