EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA IV Nada urge tanto como reformar las costumbres de los demás. Mark Twain QUÉ PREOCUPA A QUIÉNES El Director dice: ¿Vale la pena todo el tiempo que está llevando este proyecto? El Experto dice: ¿Se supone que debo olvidar todos mis años de experiencia para implantar este embrollo? El Jefe del Proyecto dice: Esto nos beneficiaría a todos pero tenemos que trabajar juntos si no queremos perder el tiempo haciendo lo mismo varias veces. Una y otra vez hemos comprobado que la mayoría de los directivos acostumbran a establecer, no pocas veces de forma puramente intuitiva, unos planes para la implantación de los cambios. Esto se puede mejorar mediante el aprendizaje de alguna metodología de planificación cuya eficacia esté suficientemente probada. Pero con frecuencia, incluso los más expertos, al diseñar su planificación, suelen caer en el fallo de contemplar a la organización como un todo y no a las personas individuales, con sus inevitables diferencias y sus distintas preocupaciones. Si este fallo no se reconoce a tiempo, las cosas tienden a ir de mal en peor. Para evitar irritaciones, retrasos y estériles golpes de pecho conviene empezar teniendo en cuenta unos pocos principios básicos. Y no perderlos de vista jamás. Los principios básicos del cambio Dave y Pat Ackley1, durante los años 80, desarrollaron el concepto de "niveles de preocupación" partiendo de cuatro ideas clave: Si la experiencia de Vd. coincide con la nuestra, habrá escuchado estas cosas docenas de veces. Cada una de estas personas está expresando una preocupación acerca del cambio pero desde distinta perspectiva. La pregunta es ¿Habría que tratarlos a los tres de la misma forma? Al Director le preocupa cómo manejar la situación. Al Experto le preocupa cómo afectará el cambio a su status profesional. Al Jefe del Proyecto le preocupa la colaboración. Los cambios culturales afectan a todo el mundo, no sólo a los empleados sino también a quienes los planifican y diseñan y por eso implican un ajuste de las actitudes de muchos individuos a lo largo y a lo ancho de la empresa. Las actitudes de los individuos Las preocupaciones tienen que ver con los sentimientos, las percepciones, las motivaciones y las actitudes de las personas, desde el momento en que toman conciencia de que el cambio se avecina hasta que, a fuerza de ir ganando confianza, aprenden a hacerse con el nuevo estado de las cosas. Primero, las preocupaciones son de tipo personal, cuando uno se pregunta si será capaz de enfrentarse al cambio. Luego, se refieren a la tarea, cuando surge la duda de cómo hacerlo. Y por fin, con frecuencia, afectan al impacto que el cambio representará en el entorno de cada uno. Invariablemente, en los primeros contactos que mantenemos con los responsables de aquellos proyectos que implican un cambio cultural, surge, más bien antes que después, la misma desolada queja: “Con los problemas técnicos me las apaño mejor o peor pero lo que me trae de cabeza son los problemas que tengo con la gente para que colabore”. 1.- El cambio es un proceso, no un suceso. Lleva tiempo y no se opera por una simple decisión. 2.- El cambio lo realizan las personas, no los planes. Si esto no se tiene en cuenta es poco probable el éxito 3.- El cambio implica desarrollo en sentimientos y destrezas. Y esto no ocurre de la noche a la mañana. 4.- El cambio necesita un líder. Puede ser formal o informal, de dentro o de fuera de la empresa pero necesita habilidades específicas para intervenir en el proceso. 1 Dave & Pat Ackley “Stages of concern with change in office” Computerworld Febrero 1982 1 Los Niveles de Preocupación Se pueden identificar hasta siete llamados “niveles” a los cuales afectan las preocupaciones de los individuos que se ven implicados en un cambio. Cuando decimos “niveles” no estamos hablando de intensidad de las preocupaciones sino de áreas en las que éstas preocupaciones inciden. Los tres primeros niveles o áreas tienen relación con el ámbito de la persona, el cuarto nivel, con el ámbito de la tarea de la cual es responsable esa persona y los tres últimos, con el ámbito del impacto del cambio en el trabajo día a día. .Ámbito de la persona Nivel 0.- Conciencia: El individuo siente alguna leve curiosidad pero poca o ninguna preocupación por la innovación. Nivel 1.- Informativo: La persona está poco preocupada pero sí interesada por aspectos tales como cuáles serán las características del cambio, qué efectos tendrá y cómo habrá de desenvolverse con las nuevas formas de actuación. Nivel 2.- Personal: Al individuo le surgen dudas sobre su propia capacidad para adecuarse al cambio y sobre el papel que desempeñará en el mismo. Le asaltan temores sobre si será capaz de controlar la situación o la situación lo controlará a él. le exigirán prestar colaboración y si recibirá la ayuda necesaria (o pasará como otras veces). Nivel 6.- Reenfoque: En este nivel las preocupaciones del individuo se refieren a cuáles serán los beneficios del cambio y se pregunta si no habría otras alternativas más ventajosas (precisamente las que a él se le están ocurriendo). La experiencia de nuestro trabajo diario nos dice que estos recelos y desazones no aparecen todos a un tiempo ni tampoco se presentan en fila india. La gente suele tener preocupaciones en más de un nivel a la vez. Esto significa que en cada fase del proceso de cambio, se produce un "perfil de preocupación", con inquietudes más fuertes en unos terrenos y más llevaderas en otros. Aunque no puede aplicarse un modelo matemático estricto, lo que más veces hemos observado es que: En la fase de planificación y en las fases iniciales de implantación de un cambio las preocupaciones que se manifiestan más intensamente son las que tienen que ver con el ámbito de la persona (niveles 0, 1 y 2). Conforme avanza la implantación estas preocupaciones decrecen en intensidad y aumentan las relativas al ámbito de la tarea (nivel 3). Con el tiempo, ganan fuerza las preocupaciones que giran en torno al posible impacto del cambio en el trabajo día a día (niveles 4, 5 y 6). Los principios básicos del cambio 1. El cambio es un proceso, no un suceso 2. El cambio lo realizan las personas, no los planes 3. El cambio implica desarrollo en sentimientos y destrezas 4. El cambio necesita un líder Nivel 3.- Manejo: El cambio como tal no le produce especial inquietud Lo que de veras le preocupa es cómo trabajar mejor con las nuevas herramientas en el seno de la nueva organización. .Ámbito de la tarea Nivel 4.- Consecuencias: Al individuo le desazonan las posibles consecuencias del cambio en su esfera de influencia. Su preocupación gira en torno a cómo se verán afectados su rendimiento, sus competencias y sus resultados, tanto los que dependen sólo de él como los que dependen de los resultados ajenos. .Ámbito del impacto en el trabajo día a día Nivel 5.- Colaboración: Cada individuo siente sus propios recelos. Uno se pregunta hasta qué punto Las reglas básicas para el cambio A lo largo del proceso de planificación e implantación de un cambio importante, se presentará una amplia gama de preocupaciones entre las personas que participan en él. Rara vez se encontrarán todos en el mismo nivel al mismo tiempo, por eso será útil disponer de unas reglas generales para que la situación no nos tome por sorpresa. 1.- Asegurarse de atender por igual las preocupaciones de las personas y al aspecto técnico del cambio. 2.- Asumir que es normal que la gente tenga preocupaciones a nivel personal. 2 Las reglas básicas para el cambio 1. Atender por igual a la parte técnica y a las personas 2. Asumir que es normal que la gente tenga preocupaciones 3. Olvidar la ilusión de que el cambio se produzca de la noche a la mañana 4. Admitir que el personal y los planificadores tienen distintas preocupaciones 5. Asumir que varias preocupaciones pueden aparecer a la vez 6. El ejemplo de los directores es fundamental 3.- Olvidar la ilusión de que el cambio se produzca de la noche a la mañana. 4.- Admitir que las preocupaciones del personal pueden no ser las mismas de los que han planificado el cambio. 5.- Tomar conciencia de que dentro de cualquier grupo de personas podrán aparecer distintas preocupaciones a la vez. 6.- El ejemplo de los directores es fundamental Cómo detectar el nivel de preocupación El modo más directo de averiguar el nivel de preocupación de una persona es hablar con ella sobre el asunto. Pero, en lugar de preguntarle directamente qué le preocupa, suele ser mejor hablar con cada persona de qué es lo que está haciendo respecto a la innovación que está en marcha y qué tal le va en ello. Esto le proporcionará una buena oportunidad para abrirse a intercambiar sentimientos y preocupaciones. Según nuestra experiencia, un entorno muy fértil para airear estas cuestiones se genera cuando los directores de una organización que ha decidido emprender un proceso de autoevaluación, se reúnen para consensuar sus reflexiones individuales. En nuestro trabajo como facilitadores de este tipo de sesiones, hemos podido constatar que, aunque la mayoría de las preocupaciones que aparecen son las de los directivos, en un buen número de ocasiones, éste es un buen punto de partida para rastrear cuáles son las del resto del personal. Naturalmente, las personas no reaccionan igual en todas las organizaciones. No es lo mismo una organización acostumbrada a cambiar que otra que empieza a hacerlo. Y nadie se sincera en la misma medida en un entorno autoritario que en una atmósfera donde la crítica se admite como práctica habitual. En cualquier caso tenemos comprobado que, al final, la gente acaba diciendo, de una forma u otra, lo que necesita decir. Eso sí, para obtener respuestas sinceras es más importante solicitar opiniones que pedir datos. A nadie le gusta sentirse examinado. Cuando se habla con las personas implicadas en un cambio importante, el número de temas que pueden surgir es interminable, por tanto conviene orientar a nuestros interlocutores hacia asuntos tales como: qué saben del asunto, cómo ven el sistema actual, cuál es su opinión sobre los puntos fuertes y débiles de la innovación, qué papel se atribuyen en el nuevo sistema, cómo puede verse afectado su trabajo, cómo les afectarán los nuevos conocimientos que necesitan, o qué recomendaciones harían a la Dirección en cuanto a compromisos, recursos y directrices. Los siguientes ejemplos ilustran sobre el tipo de frases o preguntas que pueden esperarse y sobre el nivel de preocupación que revelan. . " Bueno, la verdad es que no sé mucho sobre el tema. Algo he oído." (0.- Conciencia.) . " He oído algo sobre el asunto pero no llego a comprender de qué va. ¿Podría explicármelo alguien en palabras sencillas?" (1.- Informativo.) . " Llevo un montón de tiempo en mi trabajo y ahora parece que todo lo que sé no vale para nada. Y encima quieren que colabore." (2.- Personal.) . " La verdad es que no tenemos tiempo de meternos en todos esos cambios Bastante tenemos con lo que hacemos." (3.- Manejo.) . " Este cambio nos dará mucho trabajo pero creo que sé cómo aprovecharlo. (4.- Consecuencias.) . " De acuerdo con todos estos cambios, pero tendremos que colaborar todos." (5.- Colaboración.) . " Estaba pensando en hablar con alguien sobre todo esto porque se me ocurren algunas ideas para hacerlo mejor." (6.- Reenfoque.) Escuchando estas u otras frases similares se puede identificar el nivel de preocupación de cada persona, lo cual puede ser muy útil tanto para Los niveles de preocupación 0. Conciencia 1. Informativo 2. Personal 3. Manejo 4. Consecuencias 5. Colaboración 6. Reenfoque 3 conseguir una buena comunicación identificar líneas de acción. como para ideas entre los diferentes grupos afectados por la innovación. A continuación se sugieren distintos tipos de técnicas de intervención para abordar los diferentes niveles de preocupación. Si algo tenemos comprobado hasta la saciedad es que estos intercambios son el más potente acelerador del éxito de los cambios. Cómo tratar cada nivel de preocupación Nivel 0.- Conciencia: Lo antes posible, Nivel 6.- Reenfoque: En las primeras fases de la implantación del cambio es importante dar un alto reconocimiento a la aportación de ideas nuevas, aunque sin dejar de centrarse en las tareas ya Casi siempre que la gente se queja de que no la informan se está Una quejando, costumbre en es realidad, una costumbre; de quenadie no la puede escuchan. tirarla de pronto por la ventana; hay que engatusarla para que baje por la escalera, un escalón de cada vez. Mark Twain (i) organizar presentaciones cortas hechas por una persona influyente de dentro o de fuera de la empresa, que informe sobre los puntos clave y las ventajas del cambio. Conviene acompañarlas de una documentación breve con la visión general del proyecto. Nivel 1.- Informativo: Preparar sesiones de discusión más largas o bien seminarios para dar más detalles sobre los aspectos generales del cambio, sus efectos y la forma en que cada uno tendrá que participar en el mismo. NIvel 2.- Personal: En este caso cobran gran importancia los contactos personales. Es muy importante dar a las personas la oportunidad de expresar sus sentimientos sobre la innovación. Nuestra experiencia con todo tipo de organizaciones nos dice que casi siempre que la gente se queja de que no la informan se está quejando, en realidad, de que no la escuchan. Cualquier fallo en escatimar tiempo o accesibilidad en este nivel puede provocar, más tarde, un sabotaje a los proyectos de innovación. Nivel 3.- Manejo: Si aquí no se pone toda la carne en el asador se está construyendo la casa sin cimientos. Es imprescindible aportar pruebas tangibles de que la Alta Dirección está realmente comprometida. Hay que asegurarse de que todo el mundo está enterado del apoyo que tiene a su disposición tanto en lo referente a su formación como en todos los terrenos necesarios. Nivel 4.- Consecuencias: Es preciso solicitar constantemente feed-back del personal y ofrecerle: - Ejemplos de los efectos del cambio en otras áreas comparables dentro de la misma empresa Mark Twain emprendidas. Cuando la implantación esté cercana a concluirse, habrá que formalizar algún tipo de reuniones para discutir los cambios propuestos. Conclusión Para conseguir resultados efectivos, los responsables de planificar cambios importantes tendrán que trabajar con el personal de forma muy flexible. Habrán de comprobar continuamente los niveles de preocupación de cada tipo de personas y vigilar los progresos en cualquier sentido. Esto les ayudará a aplicar en cada momento el tratamiento oportuno a las preocupaciones de su gente en lugar de ignorarlas o incluso descalificarlas con el viejo argumento: “Basta de contemplaciones. Ya somos todos mayorcitos” . De esta forma, la dirección dispondrá a tiempo de: Orientaciones potenciales. Una valiosa herramienta para corregir las deficiencias en las áreas de comunicación y formación que frecuentemente se producen durante el proceso de implantación de los cambios. muy útiles sobre problemas Insistamos: “a tiempo”, no cuando la cosa ya no tenga arreglo. Enfrentarse con lo irremediable siempre consuela porque nos exime de tomar decisiones pero el problema se queda sin resolver. Alejandro Moreno Romero TQM Asesores tqmasesores@tqm.es - Resultados positivos conseguidos. Nivel 5.Colaboración: Se debe proporcionar un entorno en el que se puedan revisar las oportunidades de colaboración. Por ejemplo, concertar reuniones de intercambio de experiencias e Aunque una organización sea capaz de resolver las preocupaciones de su personal frente a la innovación, nadie puede (ni debe) evitar que cada individuo recorra su propio camino hacia el 4 cambio. En cada etapa de este camino, las personas y los grupos presentan distintos síntomas que, en conjunto, configuran el Síndrome del Cambio. En el próximo artículo exploraremos síntomas y su respectivo tratamiento. estos 5