Ecosistemas Dulceacuícolas - Ministerio del Medio Ambiente

Anuncio
DIVERSIDAD DE ECOSISTEMAS
ECOSISTEMAS DULCEACUÍCOLAS
CARLOS RAMÍREZ Y CRISTINA SAN MARTÍN
El agua, una de las sustancias más abundantes del planeta,
es imprescindible para el funcionamiento de la vida en él. El
agua dulce del planeta sólo corresponde al 3 por ciento (40
millones de km3) del total de agua existente; el restante 97 por
ciento es agua salada de los océanos. Sin embargo, la mayor
parte del agua dulce (tres cuartas partes de ese 3 por ciento) se
encuentra como hielo sólido en los casquetes polares y en los
glaciares; sólo el cuarto restante forma los cuerpos continentales dulceacuícolas superficiales y subterráneos. Una pequeñísima cantidad de agua dulce que circula en estado de vapor
en la atmósfera regula los procesos climáticos del planeta.
EL MEDIO ACUÁTICO
El hábitat acuático está determinado por las características
propias del agua. Estas características constituyen muchas excepciones a lo que son los rangos normales en las transformaciones físicas y químicas de elementos y compuestos terrestres, especialmente líquidos. Este comportamiento anómalo
del agua es el que hace posible la vida en el planeta. A continuación se exponen las principales características del agua.
Propiedades del agua
Estructura química. La molécula de agua (H2O) es un dipolo, es decir, presenta un extremo negativo y otro positivo determinados por la presencia de un átomo de oxígeno y dos de
hidrógeno; estos últimos están dirigidos hacia el lado opuesto
del primero, pero en un ángulo divergente de 105 grados. Esta
naturaleza dipolar permite al agua disolver sustancias con diferente carga eléctrica. Además, el dipolo permite la cohesión
de las moléculas de agua para aglomerarse al formar puentes
de hidrógeno entre ellas. El agua puede también adherirse a la
superficie de otras sustancias. Cuando la fuerza de cohesión
es mayor que la de adhesión, los cuerpos en contacto con ella
son hidrófobos; por el contrario, si la adhesión es mayor que
la cohesión, el agua puede penetrar y humedecer el cuerpo
extraño, el cual se comporta en este caso como hidrófilo.
Empuje. El empuje del agua, definido desde los griegos
como el equivalente al peso que pierde un cuerpo al estar
sumergido en ella, ayuda al sostén mecánico de muchos organismos, tanto unicelulares como también pluricelulares. El
106
empuje hace que un cuerpo sumergido pueda flotar en el
agua. En el empuje es más importante el volumen que el
peso, ya que el peso perdido por el objeto sumergido corresponde al peso que tiene el agua que fue desplazada por
el volumen del cuerpo. Por lo anterior, un cuerpo hueco (de
baja densidad) flotará con más facilidad en el agua. El empuje del agua es superior al empuje que ejerce el aire; por ello
muchos organismos acuáticos, especialmente algas y vegetales, no necesitan tener tejidos de sostén o de resistencia, que
sí son útiles en el medio aéreo.
Densidad. Contrariamente a lo que sucede con la mayoría de los líquidos, el agua tiene su mayor densidad a 4 °C
y no cuando se solidifica a 0 ºC, es decir, el hielo es menos
denso que el agua líquida. Esto trae como consecuencia que
el hielo sea el único sólido que puede flotar en su propio líquido. Al derretirse el hielo comienza a disminuir el volumen
del agua hasta que adquiere la temperatura de 4 ºC; luego,
y al subir la temperatura, comienza a aumentar su volumen,
como sucede con los otros líquidos. Lo anterior permite que
sobre los cuerpos acuáticos se forme una capa de hielo en
la superficie que no se hunde y que actúa como un aislante
térmico, que impide que el agua más profunda se congele,
con lo cual, aun en invierno, la vida acuática puede seguir
existiendo bajo el hielo de la superficie.
Capacidad calórica. El agua tiene una alta capacidad calórica, es decir, necesita mucha energía para subir su temperatura y luego pierde esta energía (se enfría) muy lentamente.
Esto hace que los cuerpos acuáticos tarden en calentarse durante el día, pero en la noche retienen el calor, lo que en la
mañana provoca una diferencia de temperatura entre el agua
(más caliente) y el aire (más frío). Esto permite la evaporación
de la primera, formando lo que se conoce como neblina. La
capacidad calórica del agua atenúa las diferencias climáticas
entre día y noche, en la cercanía de los ambientes acuáticos.
Página derecha: Valle del Limarí. En los cuerpos dulceacuícolas
como ríos, arroyos y arroyuelos, la corriente influye sobre el
desarrollo de los organismos acuáticos, desplazando aquellos que
no se adhieren al sustrato. La erosión que provoca la corriente en las
riberas libera mucho sedimento que es depositado río abajo: estos
bancos de sedimento permiten la vida y alimentación de numerosas
especies de animales, aves, y peces. Foto: Nicolás Piwonka.
Capítulo II: Nuestra Diversidad Biológica
107
Biodiversidad de Chile, Patrimonio y Desafíos
Los sistemas dulceacuícolas chilenos presentan una gran variedad de formas y tamaños. La liminología es la ciencia que estudia la estructura
y función de los ecosistemas continentales dulceacuícolas, diferenciándose según la salinidad de sus aguas, en marinos o límnicos. También
existen los ambientes salobres en los cuales se mezclan aguas saladas con aguas dulces en diferentes proporciones. Son comunes en los
estuarios y desembocaduras de los ríos, donde forman las marismas.
Tensión superficial. La tensión superficial del agua es
muy alta; esto significa que la atracción mutua (cohesión)
entre las moléculas de agua es muy fuerte y, por ello, una
pequeña cantidad de agua líquida libre tiende a transformarse en una gota, ya que las moléculas del borde son atraídas
por las del centro. Como consecuencia de la tensión superficial, en la superficie del agua se forma siempre una película
que la separa del aire. Esta película, que constituye una capa
limitante, facilita la flotabilidad, tanto de plantas flotantes
libres (pleuston) como también de aquellas arraigadas al sustrato que presentan hojas natantes. El neuston, formado por
pequeños organismos que viven sobre o colgando de la película superficial, hacen uso de esta propiedad del agua, así
como también pequeños insectos tales como los zapateros,
que se desplazan sobre la superficie del agua sin hundirse.
La tensión superficial puede ser disminuida agregando detergentes al agua.
Acidez (pH). El agua líquida nunca es químicamente
pura, a diferencia del vapor de agua que siempre lo es, y del
hielo, que frecuentemente se presenta químicamente puro.
El agua líquida, aunque esté pura, siempre contiene iones
hidrógenos (H+). La concentración de estos iones hidrógenos determina la propiedad que se conoce como pH, que se
mueve en una escala logarítmica entre 0 y 14. La vida sólo
es posible en un rango de pH restringido y ubicado en torno
al centro de la escala, siendo más alto en las aguas marinas y
más bajo en las dulces, en el agua del suelo y en turberas.
CLASIFICACIÓN DE LOS AMBIENTES ACUÁTICOS
Según la salinidad de sus aguas, los ambientes acuáticos
continentales pueden clasificarse en marinos y límnicos. Los
primeros tienen una alta concentración de sales, que supera
los 30 gramos de sal por litro (>30g/l) y los segundos tienen
aguas dulces, con baja salinidad, de menos de un gramo de
108
sal por litro (<1g/l). Existen también ambientes salobres, en
los cuales se mezclan aguas saladas y dulces en diferentes
proporciones y que son comunes en los estuarios y las desembocaduras de los ríos, donde forman las llamadas marismas. En lugares tropicales, estas marismas se transforman en
manglares, que corresponden a bosques pantanosos salobres. Los diferentes organismos que forman los ecosistemas
acuáticos se diferencian en estos distintos ambientes, según
su capacidad para regular la concentración osmótica de sus
células, que son hipertónicas en el agua dulce e hipotónicas
en las saladas.
Los ambientes límnicos o dulceacuícolas formados por
aguas dulces son cuerpos acuáticos continentales que pueden agruparse en lóticos o lénticos de acuerdo al movimiento
de sus aguas. Los ambientes lóticos que presentan corriente
corresponden a ríos, arroyos y arroyuelos. La corriente puede
cambiar de acuerdo a la posición del cuerpo de agua y en
determinados tramos del mismo. El hombre construye acequias y canales que también pueden incluirse dentro de este
grupo.
Los ambientes lénticos presentan aguas sin corriente, detenidas o estancadas. Entre ellos figuran los lagos, lagunas,
charcas y bañados. Las charcas se presentan como cuerpos
acuáticos sólo en épocas de lluvia; en cambio, los bañados
son zonas de inundación permanente. El hombre también
construye ambientes lénticos, tales como represas, tranques,
embalses, lagunas, fuentes y piletas. Cada uno de los ambientes mencionados presenta condiciones de vida propias,
lo que se refleja en la composición taxonómica de los organismos que viven en ellos.
En cualquier cuerpo de agua puede distinguirse una zona
litoral que limita con el ambiente terrestre, formando una
gradiente de humedad y una zona pelágica, retirada de la
orilla. En la zona pelágica la vida vegetal está integrada por
algas microscópicas que forman el llamado fitoplancton. Microorganismos heterótrofos forman el zooplancton, mientras
Capítulo II: Nuestra Diversidad Biológica
Según el movimiento de sus aguas, los ambientes límnicos formados por aguas dulces se agrupan en lóticos o lénticos. Los primeros corresponden a ríos, arroyos y arroyuelos, incluyendo las acequias y canales; en tanto los segundos presentan aguas sin corriente o estancadas,
como lagos, lagunas, charcas y bañados, así como los construidos por el hombre como represas, tranques, embalses, fuentes y piletas.
que en el litoral crecen plantas acuáticas y palustres (macrófitos), que forman el fitobentos. Muchas algas microscópicas
usan estas plantas acuáticas como soporte, formando el perifiton, que vive adherido a ellas. La vida vegetal en la profundidad de la zona pelágica está limitada por las posibilidades
de penetración de luz para la fotosíntesis; la vida animal, en
cambio, no tiene límites de profundidad.
CARACTERÍSTICAS DE LOS
AMBIENTES DULCEACUÍCOLAS
Nutrientes. En el agua, los nutrientes están siempre disponibles para los organismos, especialmente las plantas,
porque, al contrario de lo que sucede en el suelo, no hay
sustancias que los fijen y los retengan. Por esta razón, cuando aumenta el contenido de nutrientes en el agua, especialmente fosfatos, nitratos y amonio, el crecimiento de los macrófitos y del fitoplancton puede ser explosivo. Sin embargo,
en el agua también están disponibles para los organismos,
los tóxicos que se viertan en ella y que pueden provocar su
muerte y la pérdida de la calidad del agua. Aguas dulces
con pocos nutrientes reciben el nombre de oligotróficas y
presentan escasa vida vegetal y una especial composición
del fitoplancton y zooplancton. Las que poseen nutrientes
en grandes cantidades se llaman eutróficas y permiten un
desarrollo exuberante de plantas acuáticas y especialmente
del fitoplancton, las que en determinadas circunstancias y
con una buena provisión de luz, pueden presentar florecimientos, que cambian el color de las aguas y eventualmente,
pueden provocar intoxicaciones. Ambientes acuáticos con
condiciones nutricionales intermedias se denominan mesotróficos.
Los ambientes límnicos sin intervención humana se
mantienen en estado oligotrófico, con aguas transparentes
y limpias; los cuerpos acuáticos eutrofizados, en cambio, se
transforman en una verdadera “sopa verde” por el excesivo
desarrollo del fitoplancton o de plantas acuáticas como las
lentejas de agua. Esta enorme cantidad de materia orgánica
sirve de sustrato a hongos y bacterias degradadoras, que en
ese proceso consumen mucho oxígeno, provocando condiciones de anoxia, que tornan el agua maloliente.
Carbonatos. La presencia o ausencia de carbonatos permite diferenciar dos tipos de agua dulce: aguas duras y aguas
blandas. Las primeras son ricas en carbonatos y se encuentran en regiones donde la cal está contenida en los suelos; las
segundas son pobres en carbonatos, por lo que se ubican en
regiones con pobreza de cal. Las aguas duras presentan un
pH más alto que las blandas. Las primeras cortan el jabón, las
segundas no, es decir, con las últimas es difícil eliminarlo.
Profundidad. La profundidad del agua limita el crecimiento de los organismos fotosintéticos, tanto por un aumento de la presión, como por una disminución de la intensidad
de luz. Esta última disminuye paulatinamente con la profundidad y cuando se alcanza el 1 por ciento de la intensidad
presente en la superficie se detiene la fotosíntesis. Estos dos
factores limitan a unos 8 metros la profundidad en que pueden crecer las macrófitas. Otros organismos, especialmente
heterótrofos, pueden vivir en mayores profundidades. La turbidez del agua frena aún mucho más la penetración de la
luz, por lo que también se transforma en un factor limitante.
Sustrato. El sustrato o fondo de los cuerpos de agua es
muy variable, incluso en lugares próximos entre sí. Además
tiene características de inestabilidad, ya que cambia constantemente por procesos erosivos que provocan los movimientos del agua durante los temporales o cuando aumenta el
caudal y la sedimentación, por procesos de acreción, que
acarrean sedimentos y los depositan en los remansos donde
se atenúa la corriente. La naturaleza del sustrato determina
el tipo de organismos bentónicos que viven en él. En los ambientes límnicos se encuentran sustratos rocosos de cantos
rodados, en sectores de mucha corriente (lóticos), y de fango,
109
Biodiversidad de Chile, Patrimonio y Desafíos
en aguas más quietas (lénticas). Estas últimas favorecen la
sedimentación de partículas que arrastra el agua, como consecuencia de la erosión de los suelos, por las malas prácticas
de cultivo.
Corriente. La corriente influye sobre el desarrollo de
los organismos acuáticos, desplazando aquellos que no se
adhieren al sustrato. La corriente provoca también erosión
en las riberas, lo que libera mucho sedimento, que será depositado río abajo, al disminuir la corriente. En los bancos
de sedimentos pueden crecer macrófitos, que dan lugar de
vida y alimentación a numerosas especies de animales, aves
y peces.
ECOLOGÍA DE LOS AMBIENTES DULCEACUÍCOLAS
Los ecosistemas dulceacuícolas, aunque funcionan de
la misma manera que los terrestres, son muy diferentes en
cuanto a los organismos participantes en el ciclo de la materia. Los productores primarios corresponden principalmente
al fitoplancton, formado por algas azules (cianobacterias),
peridineas, diatomeas y algas verdes, entre otras. Ellas transforman la energía solar en energía química, para el desarrollo de la vida en el medio acuático. Dado el tamaño del
alimento disponible (fitoplancton), los consumidores son
principalmente invertebrados y peces, faltando herbívoros
de gran tamaño. Cuando los hay, ellos aprovechan la materia orgánica producida por macrófitas. En muchos ecosistemas acuáticos tropicales ocupan este rol los sirénidos o manatíes. Los desintegradores y degradadores corresponden a
bacterias y hongos, que consumen la energía de los detritos
y liberan los nutrientes. Estas cadenas tróficas límnicas son
más cortas y simples que las terrestres, pero aumentan su
complejidad cuando se trata de ecosistemas ribereños con
macrófitas.
El estudio estructural y funcional de los ecosistemas dulceacuícolas se ve facilitado por la relativa claridad de los
límites y su diferenciación de los ecosistemas terrestres. Además, ellos presentan diferentes tamaños, lo que permite variar la escala de los experimentos naturales. La limnología es
la disciplina que estudia la estructura y función de los ecosistemas continentales dulceacuícolas; para ello es importante
conocer los ciclos de nutrientes y de la energía a través de las
cadenas tróficas, la producción primaria y los mecanismos
reguladores.
Contaminación de los cuerpos dulceacuícolas
Hoy en día, se da la paradoja que el compuesto más
abundante de la biosfera, el agua, es uno de los más escasos
para el ser humano, que la necesita limpia y fresca. Ya no es
posible beber o bañarse en cualquier cuerpo dulceacuícola sin antes conocer su estado. Los cuerpos dulceacuícolas
sufren contaminación debido principalmente al depósito de
sedimentos por las malas prácticas agrícolas, a la descarga
de sustancias tóxicas de origen industrial y también de aguas
servidas, que aportan nutrientes, los que, junto con la agricultura, contribuyen a incrementar la eutrofización. La lluvia
ácida, que transporta dióxido de azufre (SO2) y de nitrógeno
110
(NO2) aumenta la acidez de los ambientes acuáticos, provocando la muerte de los organismos que viven en él. Altamente tóxicos son los líquidos percolados desde basurales que
llegan a los cursos de agua. La acuicultura, especialmente la
crianza de salmones, contribuye a la eutrofización de los lagos en el centro-sur de Chile. El exceso de fertilización nitrogenada contamina las napas freáticas y los purines resultantes de actividades ganaderas que son vertidos a los cuerpos
dulceacuícolas, contribuyen a su eutrofización. Los pesticidas agrícolas contaminan las aguas, que se tornan peligrosas
para los humanos. La situación descrita se ve agravada por
los cambios climáticos, que alteran el caudal de los ríos. En
Chile hay que contar con los efectos del fenómeno El Niño
que provoca dichos cambios, además de la deforestación
o la introducción de monocultivos forestales, que muchas
veces causan la pérdida de fuentes hídricas, por consumo
excesivo y el consiguiente descenso de las napas.
La contaminación de los ambientes dulceacuícolas para
muchos es considerado como un mal necesario de la civilización y por ello proponen límites de contaminación que no
deben ser sobrepasados. Sin embargo, por la intervención
política, esos límites son generalmente más permisivos de lo
deseable. Si se desea un desarrollo sustentable es imprescindible cambiar nuestro enfoque respecto del desarrollo
tecnológico, que no debe contraponerse a la conservación.
Otro fenómeno que se debe enfrentar es la sobrepoblación
mundial, que, al mismo tiempo que necesita agua potable
para su consumo, es la principal causa de la contaminación
de ella.
El grado de contaminación de los ambientes dulceacuícolas, específicamente del agua, se puede estimar mediante
la llamada demanda biológica de oxígeno (DBO), es decir,
la cantidad de oxígeno que consumen los microorganismos
degradadores acuáticos para transformar la materia orgánica
que se va acumulando al aumentar la eutrofización.
Conservación de los ambientes dulceacuícolas
La necesidad de conservación de la diversidad biológica presenta varios niveles: una conservación de variabilidad
genética a nivel molecular, una conservación de especies
a nivel organísmico y una conservación de ecosistemas a
nivel ecológico. La conservación in situ exige preocuparse
de este último aspecto, ya que la diversidad de hábitat que
conforman el paisaje terrestre es necesaria para preservar
las dos anteriores, a saber, las especies y la variabilidad
genética. En este sentido, los cuerpos dulceacuícolas son
fáciles de diferenciar con respecto a su ambiente, pero su
conservación se complica por el aporte permanente de sustancias alóctonas.
Página derecha: La retención de nieve en la alta cordillera de la V
Región, permite el aporte de agua a los ríos en temporadas estivales
y desarrollo de centros turísticos invernales como Portillo. De esta
cordillera nacen numerosos ríos, siendo el más importante el Aconcagua, que recorre 142 kilómetros hasta desembocar en el mar, al
norte de la ciudad de Concón. Foto: Renato Srepel.
Capítulo II: Nuestra Diversidad Biológica
111
Biodiversidad de Chile, Patrimonio y Desafíos
No existen cuerpos de agua protegidos en Chile, con
excepción de aquellos incluidos dentro de las áreas silvestres protegidas del Estado (SNASPE). Por lo anterior es indispensable promover los estudios de impacto ambiental (EIA)
toda vez que se quiera iniciar una actividad que ponga en
peligro su integridad. Es indispensable la obligatoriedad de
tratamiento previo a los residuos líquidos industriales (RILES)
y a los efluentes de las empresas depuradoras de aguas servidas (EDAS). Se han propuesto numerosas medidas al respecto, pero la más eficaz parece ser la educación. Sólo con
el conocimiento se comprenderá que la conservación de los
cuerpos dulceacuícolas pasa por evitar la contaminación y
conservación de la fauna y flora, especialmente de aquella
que conforma los ambientes ribereños.
DESCRIPCIÓN DE LOS AMBIENTES
DULCEACUÍCOLAS CHILENOS
Cuerpos acuáticos naturales lénticos
Lagos. Los lagos son cuerpos naturales de agua dulce,
sin corriente, que se forman en el interior de los continentes. Pueden presentar diferente origen: glaciar, tectónico o
volcánico. Generalmente son cuerpos de agua grandes, profundos y presentan un espejo de agua libre, donde vegeta
el fitoplancton además de consumidores y degradadores. La
profundidad durante el verano permite la formación de una
termoclina clara. En efecto, la temperatura de la columna
de agua de un lago no es homogénea; la capa superior, llamada epilimnion, aumenta su temperatura con la irradiación
solar, pero las aguas más profundas conservan temperaturas
muy estables, cercanas a 4 °C. Esta zona profunda recibe
el nombre de hipolimnion. Entre ambas, y en una porción
de la columna relativamente angosta llamada mesolimnion,
se produce el brusco cambio de temperatura, que forma la
termoclina.
Albuferas. Son lagos y lagunas salobres ubicadas cerca
del litoral y con conexión estacional al mar, de manera que
reciben aportes de agua salada, especialmente en invierno,
por lo que sus aguas son salobres. Las albuferas chilenas, se
presentan altamente eutrofizadas por el aporte de sales marinas, pero también por las aguas servidas, que son vaciadas
en ellas por la actividad turística de veraneo. Normalmente
presentan un crecimiento exagerado de macrófitos, especialmente sumergidos, lo que dificulta el aprovechamiento de
las aguas. Ejemplos de estas en Chile son los lagos Vichuquén (VII Región) y Budi (IX Región).
Lagunas. Son lagos pequeños, someros, que no presentan
un diferenciación térmica en profundidad. Su origen puede
ser tan distinto como el de los lagos. No existe un tamaño
límite que permita diferenciar un lago de una laguna y por
ello a veces reciben ambas denominaciones. En las lagunas
no existe oleaje, por lo que puede producirse en ella un empobrecimiento de gases disueltos, tales como el oxígeno o el
dióxido de carbono.
Charcos. Son pequeñas lagunas temporales que se forman
durante la época de lluvias. En la época de sequía estival se secan. Suelen encontrarse en basurales y en canteras abandona112
das. Los charcos presentan una vegetación abundante, formada a partir de malezas introducidas, muchas de ellas anuales.
Lagunas primaverales. Las lagunas primaverales son lagunas que se presentan en depresiones naturales sin drenaje,
en las cuales se acumula agua durante la época de lluvias.
Se caracterizan por una abundante flora y vegetación de macrófitas acuáticas y palustres nativas muy exuberantes, que
florecen y fructifican dentro de la temporada primaveral y
luego se secan, quedando sus semillas, rizomas y otros propágulos en el suelo, para volver a generar la cubierta vegetal
en la siguiente primavera. Aunque tienen un origen natural,
en Chile también se presentan en depresiones denudadas por
el hombre, por ejemplo, donde antes crecían bosques pantanosos de mirtáceas. Estas lagunas primaverales antropogénicas son especialmente abundantes en la cordillera costera
de la IX Región..
Microlagunas primaverales. Las microlagunas primaverales son un caso especial de lagunas temporales de pequeño
tamaño (no más de dos metros de diámetro), que ocupan
pequeñas depresiones del tipo “Gilgai” en suelos arcillosos.
Estos suelos se agrietan al secarse en verano y esas grietas
son rellenadas por material pulverulento alóctono, proveniente de tierras circundantes. Cuando comienzan las lluvias, el material arcilloso autóctono y el material alóctono se
humedecen y expanden con distinta intensidad, provocando
un microrrelieve de depresiones y montículos cambiantes de
año en año. En las primeras se acumula agua y se desarrolla
una flora autóctona típicamente acuática; los segundos, que
permanecen sin anegamiento, son colonizados por malezas
alóctonas propias de lugares secos. Los montículos forman
una matriz pratense en la cual se distribuyen espaciadamente
las depresiones. Este mosaico de diferentes vegetaciones ha
sido poco estudiado en Chile.
Bañados. Los bañados, conocidos también como vegas,
son lagunas permanentes provocadas por inundaciones de
ríos. Por ser muy someros son colonizados fácilmente por
macrófitas acuáticas, las que en el mediano plazo pueden
llegar a cegarlos. En el centro-sur de Chile los bañados son
abundantes y siempre están conectados a los ríos que le dieron origen por inundaciones resultantes de los hundimientos
de terreno provocados por los sismos de mayo de 1960. Por
el rápido crecimiento de macrófitas acuáticas y palustres, los
bañados son ecosistemas de alta productividad, que albergan una variada flora de macrófitas y una rica fauna de mamíferos, aves y peces.
Cuerpos dulceacuícolas naturales lóticos
Ríos. Los ríos tienen más de cinco metros de ancho y sus
aguas, en permanente movimiento y de poca profundidad,
no muestran una gradiente térmica. Con respecto al largo y
permanencia de los ríos en Chile, de norte a sur se pueden
distinguir tres zonas: en el extremo norte del país, la zona
endorreica, donde los ríos no llegan al mar y normalmente
desaparecen en la arena. En la zona arreica de desierto no
hay cursos de agua, con excepción del río Loa y en la zona
exorreica, desde la IV Región al sur, los ríos vacían sus aguas
en el mar después de un recorrido variable.
Aunque los ríos chilenos son, con pocas excepciones,
Capítulo II: Nuestra Diversidad Biológica
Río Hueyelhue, ubicado en la recientemente declarada Área Marina y Costera Protegida de Múltiples Usos Lafken Mapu Lahual. X Región.
La presencia de este río junto al río Cholguaco un poco más al sur, agrega más heterogeneidad a la vasta diversidad de ecosistemas y
condiciones favorables para la vida acuática de esta zona. Estas arterias fluviales constituyen espacios limpios de aguas diáfanas que
exponen gran variedad de especies nativas de peces y crustáceos. Foto: Claudio Guzmán.
relativamente cortos, suelen ser bastante caudalosos. En el
curso de los ríos, entre su nacimiento en las montañas y su
desembocadura en el mar, se pueden distinguir diferentes
zonas: una zona de nacimiento, llamada crenón, formada
por arroyos cordilleranos correntosos que confluyen para
formar el río. Los productores primarios son algas y musgos
adheridos a las rocas y los invertebrados se protegen bajo las
piedras. Al crenón le sigue una zona intermedia de madurez, que tiene una menor inclinación y un mayor caudal y
un curso sinuoso llamada ritrón. Y, por último, una zona de
madurez, llamada potamón, donde el cauce se ensancha, el
agua se profundiza y se aquieta la corriente, lo que provoca
sedimentación y el desarrollo de grandes pantanos ribereños.
Esta última parte puede actuar como un estuario con una dinámica influida por la acción de las mareas. En términos modernos, la ecología de los ríos se comprende teniendo como
unidad la cuenca, es decir, toda la hoya hidrográfica drenada
por un sistema fluvial. En los cuerpos dulceacuícolas lóticos
es importante diferenciar la corriente, es decir, la velocidad
que lleva el agua, del caudal, que corresponde a la cantidad
de agua que pasa por una sección del cauce en un tiempo
determinado. Los caudales de un río son muy inestables, ya
que cambian con el clima.
Arroyos. Los arroyos son cursos de agua más angostos y
someros y con menor caudal; por esta especial conformación, se eutrofizan más fácilmente, especialmente donde se
forman remansos que aquietan las aguas. Se estima que su
anchura debería fluctuar entre uno y cinco metros. La eutrofización se manifiesta en un desarrollo exuberante de la
vegetación acuática y palustres de macrófitos. Esta situación
se presenta en todo Chile central, donde se les conoce con el
erróneo nombre de “esteros”. Por la descarga de aguas servidas suelen contaminarse bastante, como sucede con el estero
de Viña o el de Reñaca. Sin embargo esta situación suele ser
revertida durante la época invernal, cuando, por el exceso de
lluvia, traen un caudal excesivo y se desbordan, arrastrando
toda la vegetación acuática. Al retirarse las aguas, las plantas
acuáticas que quedan en seco, mueren.
Arroyuelos. Los arroyuelos tienen menos de un metro
de ancho y, por lo tanto, presentan escaso caudal y corriente y también son de trayecto corto. Localmente se les conoce con el nombre de chorrillos, especialmente cuando se
forman en la cercanía del mar. Estos arroyuelos litorales presentan una alta contaminación por las aguas servidas que
descarga la actividad turística. Normalmente su espejo de
agua está cubierto por plantas de hojas natantes, tales como
berros (Rorippa nasturtium-aquaticum, Mimulus bridgessii)
y estrellas de agua (Callitriche verna, Hydrocotyle ranunculoides).
Manantiales. Corresponden a napas subterráneas que
afloran a la superficie, en lo que se conoce como menuco
(del mapudungun “ojo de agua”). Estos manantiales o ver113
Biodiversidad de Chile, Patrimonio y Desafíos
En nuestro país se pueden distinguir tres regiones hidrográficas: la endorreica, arreica y exorreica. La región endorreica comprende ríos
con cursos efímeros que no logran llegar al mar y se extiende desde el límite con el Perú hasta el río Loa, en la foto, e incluye la Puna de
Atacama. La región arreica, donde sólo existen aguadas o afloramientos de aguas subterráneas, se extiende desde el río Loa al río Copiapó.
La región exorreica presenta ríos que desembocan en el mar durante todo el año y comprende todo el resto del territorio, desde Copiapó
hasta la Patagonia. Foto: Nicolás Piwonka.
tientes alimentan arroyuelos que desembocan en arroyos y
ríos o directamente al mar. Por malas prácticas agrícolas o
forestales, estos manantiales pueden secarse al descender las
napas freáticas.
Fuentes termales. Las fuentes termales son vertientes de
agua caliente, generalmente con alto contenido en minerales. Estas se presentan a lo largo de la cordillera de los Andes,
como consecuencia del volcanismo. En ellas se encuentran
algas azules, capaces de vivir a temperaturas muy altas.
Cuerpos dulceacuícolas artificiales lénticos
Represas. Las represas son lagos artificiales, construidas
para almacenar y elevar el nivel del agua, la que, conducida
por canales subterráneos, se lleva a centrales hidroeléctricas
para producir energía. La construcción de una represa implica siempre la conversión de un ecosistema terrestre en otro
dulceacuícola por inundación. En Chile existen muchos ríos
que se prestan para este fin. Además, el paso del río queda
interrumpido por las turbinas, por lo que se divide en dos
porciones, sin intercambio biológico. Para los peces migratorios esto puede representar su extinción.
Embalses. Están construidos para almacenar agua de regadío y de consumo humano. En la zona central de Chile
muchas veces se les conoce como lagos o lagunas.
114
Estanques. Son embalses más pequeños, que dependen
del agua de lluvia para su llenado y reducen su contenido,
hasta llegar a secarse, en verano.
Arrozales. Los arrozales de Chile central se cultivan en
suelos arcillosos, pesados, con una estructura topográfica de
pretiles (diques) y paños (pozas), que se llenan con agua de
regadío. El arroz es una planta palustre, por lo que hay que
mantener alto el nivel del agua, de lo contrario los paños son
invadidos por las malezas que normalmente crecen en los
pretiles. Estas malezas conforman una rica flora de hidrófitos
y helófitos de origen alóctono. En los paños es posible encontrar la hierba del pato o tembladerilla (Azolla filiculoides),
helecho flotante libre, que mantiene una cianobacteria fijadora de nitrógeno, del género Anabaena, como simbionte.
En el agua de los paños se encuentran también algas azules
libres.
Cuerpos dulceacuícolas artificiales lóticos
Canales. Los canales son arroyos artificiales, construidos
para regadío en el centro y norte de Chile y para drenaje en
el centro-sur y sur del país. En ambos casos, se captan aguas
desde un cauce o de arroyuelos y se conducen a otro lugar.
Los primeros suelen ser invadidos por macrófitas sumergidas,
lo que disminuye su eficiencia y por ello deben limpiarse
Capítulo II: Nuestra Diversidad Biológica
constantemente; los segundos, antes de secarse en verano,
presentan una rica flora de macrófitas acuáticas y palustres.
Estas sirven como reservorio de malezas acuáticas, las que
incluso pueden alojar vectores de enfermedades, tales como
la hidatidosis.
Acequias. Las acequias son arroyuelos artificiales, construidos generalmente como regueras de cultivos en la zona
central de Chile. Por tener una vida efímera, son poco importantes como hábitat acuático.
HUMEDALES CHILENOS COMO
AMBIENTES DULCEACUÍCOLAS
Hoy en día los ambientes dulceacuícolas se incluyen
dentro de los llamados humedales. Los humedales son unidades de paisaje determinadas por un anegamiento permanente o estacional del suelo. Las aguas de los humedales
son someras, es decir, presentan escasa profundidad. Los humedales tienen una gran importancia como reguladores del
ciclo hídrico y como reservorios de agua, como hábitat de
flora y fauna e incluso humano, y además entregan recursos
naturales de gran valor económico, cultural y científico.
La Convención de Ramsar (Irán) sobre humedales los definió como “extensiones de marismas, pantanos y turberas o
superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural
o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de
agua marina cuya profundidad no exceda los seis metros”.
En esta definición tan amplia se incluyen todos los sistemas
dulceacuícolas descritos anteriormente. Esta clasificación
puede simplificarse para los humedales chilenos, que en total están integrados por cinco tipos salinos y diez dulceacuícolas. En los salinos, se encuentran marismas, albuferas y
salares, algunos de los cuales pueden ser incluidos dentro de
los cuerpos límnicos. Los humedales de agua dulce pueden
clasificarse en ribereños y anegadizos. Los primeros, asociados siempre a un cuerpo dulceacuícola, pueden separarse en
lóticos y lénticos, dentro de los cuales se incluye el resto de
los ambientes dulceacuícolas ya mencionados. Pero en los
humedales anegadizos que no están asociados a un cuerpo
dulceacuícola, sino más bien a una napa freática alta se incluyen pantanos, bosques pantanosos, turberas y ñadis, que
tradicionalmente no se han incorporado en el estudio de la
limnología, disciplina que se ocupa de los sistemas dulceacuícolas continentales.
Humedales anegadizos
Pantanos. Los pantanos son formaciones vegetales anegadas todo el año, pero con una abundante vegetación en
la cual predominan los grandes helófitos, como la totora
(Scirpus californicus), el carrizo (Phragmites australis) y el
vatro (Typha angustifolia), con algunos árboles alóctonos
creciendo aisladamente, entre ellos, el sauce llorón (Salix
babilonica), el sauce gatito (S. caprea), el sauce mimbre (S.
viminalis) y el aliso negro (Alnus glutinosa). Los pantanos
sirven de hábitat a una variada fauna, especialmente de batracios y aves.
Bosques pantanosos. También llamados “hualves” corresponden a bosques nativos pantanosos que se presentan
en depresiones del terreno, con drenaje deficiente. Por lo
anterior, pasan anegados gran parte del año, lo que impide la formación de estratos inferiores arbustivos y herbáceos
y además, reduce la degradación de los restos vegetales en
el piso del bosque. Estas comunidades boscosas pantanosas
chilenas están formadas por mirtáceas nativas, tales como
el temo (Blepharocalyx cruckshanksii), la pitra (Myrceugenia
exsucca), el chequén (Luma chequen) y el tepú (Tepualia stipularis), especies leñosas que tienen utilidad para el hombre
como material de construcción y también como combustible doméstico (leña). Los hualves que bordean los cursos de
agua sirven de hábitat al huillín o nutria de río (Lontra provocax) y en su sustrato vive el camarón de vega (Parastacus
nicoletti) que construye galerías en forma de “U”. Cuando se
cortan los hualves, se forman praderas de junquillo (Juncus
procerus).
Ñadis. Los ñadis, son suelos delgados, anegados sólo en
invierno y muy secos en verano, que constituyen biótopos
extremos, debido a la presencia de una capa de fierrillo impermeable (duripán férrico) que se forma entre el suelo orgánico y el sustrato de ripio. Forman una franja continua en
la Depresión Intermedia del centro-sur de Chile, en el lado
occidental de la cadena de grandes lagos. El paisaje de los
suelos ñadi está formado por una gran cantidad de comunidades vegetales primarias y secundarias.
Turberas. Las turberas son pantanos de lugares fríos que
abundan en la alta cordillera y también desde Valdivia al
sur. Estos pantanos se caracterizan por presentar anegamiento permanente, un pH ácido y una gran deficiencia en nutrientes minerales. Esto último se refleja en la presencia de
plantas insectívoras, que obtienen nitrógeno de los insectos
que atrapan. En Chile existen dos tipos: las turberas esfagnosas y las turberas pulvinadas. Las primeras se ubican en
depresiones con abundante agua edáfica llamadas “mallines” y están dominadas por el musgo pon-pon (Sphagnum
magellanicum) acompañado de arbustos y árboles nativos
de pequeño tamaño. Como dependen del agua del suelo
(edáfica) reciben el nombre de topogénicas. Las segundas
son turberas acojinadas, dominadas por dicotiledóneas y
monocotiledóneas pulviniformes, sin crecimiento arbóreo y
dependen únicamente del agua de lluvia que atrapan en sus
densos cojines. Por lo anterior se conocen como ombrotróficas. Estas turberas forman carpetas verdes en laderas de la
XI y XII Región y también en las islas expuestas al Pacífico
de esta última.
Marismas. Las marismas son pantanos salobres que se
forman en las riberas de los estuarios de los ríos, donde se
mezclan agua salada marina y dulceacuícola del río. Son
biótopos extremos, dominados por halófitos subarbustivos
y herbáceos, que sirven de hábitat a una variada fauna de
invertebrados. El suelo permanentemente anegado tiene una
escasa capacidad de carga, por lo que es destruido con el
pastoreo.
115
Biodiversidad de Chile, Patrimonio y Desafíos
La bandurria habita en bosques secos, islas en lagos, roqueríos y praderas desde Antofagasta hasta Tierra del Fuego. Es un ave de llamativos
colores con un pico largo y encorvado. Ave muy gregaria, forma colonias de nidificación muy numerosas en grietas o salientes de riscos en
los cerros interiores, acantilados costeros, lacustres y árboles. Foto: Nicolás Piwonka.
Bibliografía
Campos, H. 1979. “El recurso de agua dulce en Chile”. Boletín Informativo Limnológico, 3: 6-17.
Davis, J., D. Blasco y M. Carbonell. 1966. Manual de la Convención
Ramsar – Una guía a la convención sobre los humedales de importancia internacional. Gland. 211 pp.
Elizalde, R. 1970. La sobrevivencia de Chile, La conservación de sus
recursos naturales renovables (2ª edición). Ministerio de Agricultura, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Santiago. 492 pp.
Fuenzalida, H. 1967. “Hidrografía”. En H. Fuenzalida (ed.) Geografía
económica de Chile. Corporación de Fomento de la Producción
(CORFO), Editorial Universitaria, Santiago, pp. 153-199.
Gastó, J. 1982. “La agricultura”. En J.A. Martínez (ed.) Educación
ambiental, hacia el desarrollo de una conducta ecológica en
Chile. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
/ Editorial Universitaria, Santiago, pp. 99-140.
Hauenstein, E., M. González, F. Peña-Cortés y A. Muñoz-Pedreros.
2005. Diversidad vegetal en humedales costeros de la Región de
la Araucanía. En C. Smith-Ramírez, J.J. Armesto y C. Valdovinos
(eds.) Historia, biodiversidad y ecología de los bosques costeros
de Chile. Editorial Universitaria, Santiago, pp. 197-205.
Hutchinson, G.E. 1957. A treatise on Limnology, vol. I. John Wiley &
Sons, New York. 1.015 pp.
Parra, O., C. Valdovinos, S. Basualto y R. Urrutia. 2005. “Diversidad
fitoplanctónica de los lagos Nahuelbutanos (Chile Central)”. En
C. Smith-Ramírez, J.J. Armesto & C. Valdovinos (eds.). Historia,
biodiversidad y ecología de los bosques costeros de Chile. Editorial Universitaria, Santiago, pp. 146-158.
Ramírez, C., C. San Martín y H. Rubilar. 2002. Una propuesta para la
clasificación de los humedales chilenos. Revista Geográfica de
Valparaíso, 33: 265-273.
116
Ramírez C., R. Godoy, D. Contreras y E. Stegmeier. 1982. Guía de
plantas acuáticas y palustres valdivianas. Universidad Austral de
Chile, Valdivia, 64 pp.
Von Plessing, T. 1982. “La conservación del agua”. En J.A. Martínez
(ed.) Educación ambiental, hacia el desarrollo de una conducta ecológica en Chile. CONAF / Universidad Metropolitana de
Ciencias de la Educación, Editorial Universitaria, Santiago, pp.
201-217.
Soto, D. y H. Campos. 1996. “Los lagos oligotróficos del bosque
templado húmedo del sur de Chile”. En J.J. Armesto, C. Villagrán
y M.T.K. Arroyo (eds.) Ecología de los bosques nativos de Chile.
Editorial Universitaria, Santiago, pp. 317-334.
Vila, I., M. Contreras, V. Montecino, J. Pizarro & D. Adams. 2000.
Rapel: “A 30 years temperate reservoir. Eutrophication or contamination?” Arch. Hydrobiol. Spec. issues Advanc. Limnol. 55:
31-44.
Wetzel, R.G. 2001. Limnology. Academic Press. New York. 1.006 pp.
Página derecha: Explorado por primera vez en 1898, el río Baker
es el más caudaloso de Chile y tiene una extensión de 182 kilómetros. Su cuenca, que abarca 26.487 km2, incluye los lagos General Carrera y Bertrand, desde donde nace. Esta cuenca posee una
notable riqueza y diversidad ecosistémica, destacando el bosque
siempreverde mixto y vastos humedales. Foto: Archivo fotográfico
Ocho Libros Editores.
Capítulo II: Nuestra Diversidad Biológica
117
Descargar