¿Qué clase de persona quiero ser?

Anuncio
ARTÍCULO 22-2012
“En todo amar y servir”
¿Qué clase de persona
quiero ser?
P. Fabricio Alaña S.J.
Muchos políticos se han ganado la fama de mentirosos, inauténticos y cambiantes. Sin
embargo, cuando gana algún candidato presidencial las elecciones se debe "a su habilidad
de hacer que la gente cambie de opinión". Los que no llegan, suele ser "porque el mismo
jamás dejó de ser el primero en cambiar de opinión".
¿Qué es lo que forja el ser de una persona? ¿Qué es lo que hace autentica a una persona?
¿Por qué no creemos en los políticos, sin embargo les damos el voto y después nos
lamentamos? Son algunas de las preguntas que nos hacemos los humanos para
preguntarnos por aquello que nos da sentido, que nos identifica y nos hace caminar con
altura humana y no como enanos en el espíritu que no tienen ideales y no saben gozar de la
vida. Conviene, con el peligro de aburrir y no de acertar, en pensar una respuesta y visualizar
un camino, criterios de crecimiento humano.
Todos admiramos a una persona autentica, pero solo la reconocemos cuando vemos en
acción sus principios y valores. Ese tipo de personas genera en nosotros admiración y en
muchos casos, emulación, deseas imitarlas, cuando no superarlas. Lo cierto es que
visualizamos en las personas que admiramos autenticidad cuando saben quiénes son y
cuando representan bien su rol, su función en la sociedad.
Cuando un docente, un maestro desea enseñar valores para ayudar a los chicos a corregir
lo que en la sociedad se dice que falta, suelen muchos bostezar y aburrirse, pues muchas de
esas palabras son teorías, buenas intenciones. Nos olvidamos aquello de que "las palabras
atraen, pero los ejemplos arrastran". Los valores no se pueden enseñar, porque se practican o
no. Se testimonian. Si podemos reflexionarlos, ¿cómo los estamos viviendo, como
potenciarlos?
Hoy más que nunca necesitamos líderes que no solo hablen de perogrulladas, sino que
practiquen lo que prediquen. Autenticidad y práctica son la contraseña de los valores. Cada
una de estas palabras representa un reto. La autenticidad es la primera prueba de mis valores
y propósitos. Si afirmo que encontré mi propósito en la vida, que sé para qué estoy aquí en la
tierra, si lo formulé como para arreglar el mundo, ser mejor, ser santo. ¿Me lo creo realmente?
¿Tomo en serio mis metas? O ¿las voy cambiando con facilidad por varias circunstancias, por
mi falta de personalidad? ¿puedo decir que estoy aquí en la tierra por una razón o
simplemente voy sin rumbo fijo, prendiéndome de cualquier cosa que satisfaga una
necesidad a corto plazo o una moda pasajera?
Copyright 2012 - Unidad Educativa Particular Javier
1
ARTÍCULO 22-2012
“En todo amar y servir”
Si deseo ser autentico, esta será la primera prueba de lo que revela quién soy, para qué estoy
en este mundo y ¿qué clase de persona deseo ser? La segunda gran prueba será poner en
práctica mis principios y valores que significa mi autenticidad. Teniendo claridad que
mientras más alto es el propósito, más ponemos a prueba nuestra imaginación para
encontrar a diario maneras de manifestar ese propósito en nuestra forma de vivir.
No se trata solo de sentirme animado, tener principios y claridad de lo que deseo. Puedo
anhelar construir una civilización del amor, pero, ¿puedo valerme de la rutina diaria para
hacerlo? ¿Ir a estudiar, ir al trabajo, contestar correos electrónicos, limpiar la casa, hacer
balances, entre otras cosas, para llevar adelante mis propósitos?
Nuestros valores son las respuestas, son los medios a través de los cuales transformamos
nuestros propósitos en acciones, practicas todo el día y cada día. ¿Qué clase de personas
quieres ser o eres? Dependerá de cuáles son los principios que guían tus acciones y cuáles
son las acciones que corresponden a sus principios? ¿las tienes claro?
Copyright 2012 - Unidad Educativa Particular Javier
2
Descargar