Integración socioeducativa de las personas sordas

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TÍTULO DE LA PONENCIA:
INTEGRACIÓN
SOCIOEDUCATIVA
DE
LAS
PERSONAS
SORDAS: MATERIALES DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD
“DESCUBRIENDO COSAS SOBRE LAS PERSONAS SORDAS”
Integración socioeducativa de las personas sordas: Materiales de
atención a la diversidad. “Descubriendo cosas sobre las Personas
Sordas”. Amparo Minguet Soto (Presidenta de FESORD CV) fesord@fesord.org
C/ Ayora, 31, 4º, 46018 Valencia
Campo temático: Comunicación y tecnología para todos
La escuela es uno de los agentes socializadores que ha cobrado mayor protagonismo
en las sociedades de hoy. Más allá de la instrucción, viene desarrollando una clara
función educativa desde enfoques amplios, donde la transmisión de conocimientos
instrumentales es paralela al objetivo de consolidar en los individuos actitudes y valores
personales y sociales que hagan de la diferencia un valor y no una deficiencia. En este
sentido, es fundamental impulsar la pedagogía de la diferencia y para ello debe
prestarse una atención especial a las nuevas metodologías y materiales educativos que
pueden favorecerlo. Los materiales que presentamos parte de una visión integral de la
personas sorda respetando su principal diferencia, la Lengua de Signos. Con ello, las
personas oyentes tendrán acceso a conocimientos hasta ahora prácticamente
inaccesibles potenciando un cambio de actitudes , con lo que la atención a la
diversidad traspasará el recinto escolar para pasar de la integración educativa a la
integración social que es el objetivo último que se persigue.
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INTEGRACIÓN
SOCIOEDUCATIVA
DE
LAS
PERSONAS
SORDAS: MATERIALES DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD.
“DESCUBRIENDO COSAS SOBRE LAS PERSONAS SORDAS”
EL CONCEPTO DE INTEGRACIÓN:
Cuando hablamos de integración, no nos referimos tan sólo a la integración escolar.
También es fundamental la esfera social y afectiva que rodea al niño sobre todo en los
primeros años de vida. La aparición de la LOGSE en el 90 supuso un cambio en la
filosofía educativa. La Educación Especial pasa a convertirse en Necesidades
Educativas Especiales que implica la aparición de términos como la Atención a la
Diversidad tan en boga en la actualidad.
Debemos apuntar que aunque los cambios en el sistema educativo son evidentes, a
veces las palabras no son más que eufemismos para referirnos a las mismas realidades
que antes. Ahora se habla de Necesidades Educativas Especiales y no de Educación
Especial, y el cambio terminológico puede ser reflejo de la evolución de ciertas
actitudes profesionales y sociales; pero los prejuicios incluso de buena parte de los
profesionales, quedan intactos. Posiblemente no se han modificado verdaderamente las
actitudes, ni ha habido verdadera aceptación de las diferencias. Las Necesidades
Educativas Especiales siguen haciendo referencia implícita a reducción de contenidos
escolares, y a la escuela que crea, mantiene, y reproduce bajas expectativas para su
alumnado. Si en esta escuela incluimos al alumnado Sordo, se está reconociendo que es
un sujeto deficiente, que la sordera es su enfermedad y un límite para su aprendizaje, y
que la escuela debe rehabilitar; la educación se convierte en una terapéutica y deja de
ser una pedagogía. Se sigue dando del Sordo una visión ideológicamente negativa.
La Atención a la Diversidad, supone identificar las capacidades que el alumnado con
necesidades educativas especiales tiene para aprovecharlas al máximo y que sea la
propia escuela y sus profesionales los que se adapten a sus necesidades. La principal
necesidad del niño/a sordo/a es la comunicación. Cuando llega un niño/a sordo/a a la
escuela el bagaje lingüístico suele ser muy inferior al de los oyentes o si lo tiene es en
un código que no podemos entender, la lengua de signos. Es cierto que tenemos que
compensar esta deficiencia lingüística pero no sólo en el ámbito de la rehabilitación del
lenguaje oral, sino como forma de expresión, de comunicación.
Solemos centrarnos tanto en la rehabilitación del lenguaje oral del niño que a menudo
nos olvidamos de la calidad comunicativa. Esto lo podemos ver claramente en los niños
oyentes, cuando nos encontramos con un lenguaje infantil ponemos todas las
herramientas para mejorar la calidad comunicativa, por qué en los niños/as sordos/as las
expectativas son tan bajas, por qué nos preocupamos única y exclusivamente de la
reproducción y el aprendizaje de la lengua oral y olvidamos que un niño/a de seis años
no puede tener un lenguaje de un niño de tres.
Si hoy en día se pone tanto énfasis en la integración social, por qué no nos preocupa
aspectos tan fundamentales como la comunicación, como la socialización, como que el
niño sordo pueda desempeñar funciones de liderazgo... por qué son tan bajas nuestras
expectativas.
Olvidamos la atención a la diversidad, la responsabilidad de una escuela para todos/as
que no se centra en lo que las personas sordas no pueden hacer, sino en lo que pueden,
donde la comunicación se le dé la misma importancia que al resto de compañeros
oyentes.
¿CÓMO MEJORAR LA INTEGRACIÓN?
Como hemos afirmado la integración no supone la exclusividad de la presencia física
del niño/a sordo/a en un colegio ordinario, va más allá. Si deseamos la integración
social debemos trabajar muchos aspectos referidos a la socialización del niño.
Muchas veces cuando observamos a un niño sordo en la escuela nos basta que no haya
evidencias claras de marginación y que el niño juegue con el resto de sus
compañeros/as, ¿esto es integración o hay que llegar más lejos? A medida que el niño es
más mayor y cuando el lenguaje se hace imprescindible para establecer vínculos de
amistad empezamos a percibir que lo que antes comentábamos como integración ahora
aparece como clara marginación social.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, es importantísimo que la persona Sorda se sienta como tal, conozca sus
características y las viva como elementos propios de ella pero sin cargas negativas.
Utilizar términos como "no oigo bien" simular la comprensión de conversaciones en las
que cualquier persona Sorda sería imposible que entendiese por el ritmo de diálogo, etc.
son claros síntomas de la falta de aceptación personal.
La integración social se tiene que trabajar en cuatro direcciones. Con los alumnos/as
oyentes, con el propio alumnado sordo, con lo profesionales y con la familia.
Alumnado oyente
El desconocimiento con respecto a la sordera que muchos alumnos/as oyentes tienen les
hace por una parte, guiarse por lo comentan sus mayores y por lo que ellos perciben al
interactuar con su compañero sordo. Es bastante común que los niños oyentes se dirigen
a su compañero sordo con gritos o incluso por la espalda y conciban en tiempo que a un
niño sordo le cuesta entender lo que le están transmitiendo como signo de estupidez o
torpeza. Estas ideas prevalecen si no se informa al niño oyente sobre las peculiaridades
de la sordera e irremediablemente se traduce en una marginación evidente a medida que
los niños llegan a la adolescencia.
Los niños no suelen marginar por naturaleza a no ser que perciban reticencias del
exterior, si la sordera se trabaja en el aula como algo diferente pero no sinónimo de
incapacidad y se ofrecen ciertas herramientas de comunicación a los niños oyentes, la
integración se beneficia.
Alumnado Sordo
En la actualidad los niños sordos no suelen estar agrupados en centros escolares por lo
que muchos de ellos esperan hasta que son adultos para conocer a otras personas sordas
que han pasado por experiencias semejantes.
Resulta muy revelador que cuando dos personas sordas se encuentran la identificación
es inmediata y suele ser entonces cuando reavivan las angustias que han ido sufriendo a
lo largo de sus etapas escolares produciéndose sentimientos de rebeldía frente a la
sociedad que anteriormente no eran percibibles.
¿De dónde vienen estos sentimientos? Hay que entender que el niño sordo que no tiene
una identificación positiva como tal, suele enmascarar sus deficiencias comunicativas
simulando. Se engaña a sí mismo y a los demás. Cree que no entender el 50% de las
conversaciones es normal y la destreza imaginativa que adquiere es arrolladora. Esta
simulación de la comprensión del lenguaje oral le hace cometer errores que le llevan a
vivir situaciones avergonzantes de las cuales no se rebela porque considera normales y a
fuerza de costumbre las va solventando de mejor o peor forma, pero no lucha contra
ellas, no tiene armas, no hay iguales que le transmitan una forma de vivir la sordera de
forma positiva, que el problema no es él mismo sino la deficiencia comunicativa. Sin
embargo, cuando se encuentra con otra persona sorda que le hace descubrir que no tiene
por qué aceptar esta situación, que reconocer que algo no lo ha entendido no es
incapacidad sino fruto de su falta de audición y por supuesto no tiene nada que vez con
su destreza intelectual, comienza a rememorar una serie de vivencias que le crean serias
angustias y rebeldía frente a los demás.
Esta situación se resuelve si el niño contacta con otros niños sordos o a través de un
conocimiento claro de sus características como sordo. Si el exterior le transmite la falta
de expectativas o las preocupaciones que esto supone, la deficiencia auditiva se
convierte en un problema.
Con los profesionales.
Aumentar nuestras expectativas, poner en duda nuestro trabajo. No podemos aceptar
que el niño sordo tiene tales dificultades de comunicación que tenemos que tener
paciencia para conseguir que llegue a niveles de expresión más o menos normales que
no impidan transmitir todo aquello que deseamos. Por qué este lenguaje infantil no nos
asusta como nos asustaría en otros niños oyentes. Es cierto que la rehabilitación oral es
un arduo trabajo y se alarga en el tiempo, pero esta demostrado que la comunicación
fluida con un niño sordo se produce si utilizamos una lengua visual, la lengua de signos.
Por qué nos oponemos a este hecho evidente. Creemos que la lengua de signos pueda
ralentizar la expresión oral. ¿en qué nos basamos? Acaso podemos demostrarlo. La
lentitud que hoy en día vivimos con respecto a la comunicación con los niños sordos no
es prueba suficiente para plantearnos o probar otros métodos. Acaso hemos tenido éxito
utilizando la metodología exclusivamente oral. En otros centros escolares de otras
comunidades cuando se utiliza la lengua de signos se observa que el interés y la
motivación por aprender la lengua oral es muy superior en los niños sordos que si no
establecemos ninguna empatía con nuestros alumnos/as.
Es cierto que el aprendizaje de la lengua de signos es largo y también lo es que muchos
niños no la conocen, pero es indudable que es un arma para llegar a la comprensión
entre profesional y alumno. Está en nuestra mano, creo que vale la pena intentarlo y
sobre todo no somos los únicos que queremos hacerlo, otros profesionales ya lo han
hecho o lo están haciendo. Es una lucha constante pero no por eso debemos dejarla
pasar.
La familia
El trabajo de la escuela no puede ir desvinculado al familiar. A menudo los padres
adoptan roles que no se corresponden con su posición, la de especialistas. Respetan
poco el tiempo de ocio de sus hijos/as y convierten todas las situaciones en buenos
momentos para practicar su destreza comunicativa en lengua oral. Descargan tanta
artificialidad a la hora de comunicarse con ellos que las interacciones naturales
prácticamente no se producen. O puede ocurrir a la inversa, se desentienden de la
educación de sus hijos/as y transfieren toda la responsabilidad en los educadores,
dejándonos los méritos si todo va bien o culpabilizándolos del fracaso escolar.
Por esto, es importante que la familia sea consciente del papel que juega, de los límites
y responsabilidades que tiene con respecto al niño y sobre todo tener presente que nos
vamos a encontrar con familias muy desorientadas que necesitan nuestro asesoramiento
para poder manejarse con sus hijos/as.
Podremos comprobar que los éxitos comunicativos que las familias vayan teniendo con
sus hijos/as va influir directamente en el grado de aceptación que tengan con respecto a
ellos.
LA ACEPTACIÓN.
Una solución: trabajar la Diversidad.
La aceptación exterior y la propia se pueden abordar a través de asignaturas
transversales que trabajen la diversidad en el aula.
1º Dando información al grupo. Información positiva que no resalte la deficiencia sino
que ofrezca pequeñas soluciones de base que promuevan la interacción y posteriormente
serán los propios niños quiénes busquen otras vías más acordes para comunicarse con
sus compañeros sordos.
2º Cambio de expectativas. Confiar en el niño sordo. Darle responsabilidades como al
resto. Confiar en sus capacidades. La comunicación puede existir y debe existir. Si
jugamos al fútbol con pito posiblemente el niño sordo cometa faltas pero si utilizamos
pañuelos, podemos convertirlo en un líder.
3º Adaptaciones. Utilización de luces, información visual, etc. Ofrecer un contexto
físico en igualdad de oportunidades. Intentar que la participación sea al máximo (recreo)
a parte de servir de recordatorio de que hay una persona sorda en el aula.
4º Identidad. Buscar vías de identificación del niño sordo con otras personas sordas. Los
modelos. Que pueda ubicarse y sentirse a gusto con su situación personal, sin sentirse
intimidados por posibles errores comunicativos.
NUESTRA APORTACIÓN:
Basándonos en esta transformación que anhelamos, desde nuestra entidad se ha hecho
una importante apuesta por la elaboración de materiales de atención a la diversidad.
La atención de alumnos con necesidades educativas especiales se inspira en los
principios de normalización e integración social pero sin olvidar que bajo estas premisas
lo que se pretende es conseguir proporcionar las mismas oportunidades de desarrollo.
De esta forma, el aspecto central de esta importante tarea se centra en la adopción de
metodologías de atención a la diversidad, que a su vez requieren de instrumentos que la
apoyen.
El uso de las nuevas teconologías en el contexto educativo abre un sinfín de
posibilidades que las personas sordas debemos aprovechar para crear materiales que
apoyen la escolarización del alumnado sordo y, ya desde las primeras etapas
democraticen un concepto amplio de educación para las personas sordas.
Hace falta contemplar en el curriculum escolar algo más que contenidos sobre las
clásicas asignaturas. Habría que enriquecerlo con contenidos sobre la sordera y sobre el
mundo de las personas sordas. De esta manera las personas oyentes tendrán acceso a
conocimientos hasta ahora prácticamente inaccesibles y a los niños sordos se les
ofrecerá la oportunidad de trabajar su identidad y un autoconcepto positivo. Con el
acceso a estos conocimientos se producirá un cambio de actitudes y la atención a la
diversidad traspasará el recinto escolar para pasar de la integración escolar a la
integración social, que es el objetivo último que se persigue.
Los materiales que presentamos parten de una premisa
un enfoque basado en la
necesidad de una visión integral de la persona sorda. Primero se es persona y luego
sordo. La deficiencia auditiva no se vive como límite sino como característica, una vez
identificadas las cosas que nos se pueden realizar es decir, oír,
En 2000 elaboramos el cuento la Voz de Pedro. Descubramos cosas sobre las Personas
Sordas. Pedro es un niño sordo que se siente a sí mismo desde la naturalidad de tener
una única limitación, no oír. Aportamos el protagonismo de un niño sordo que goza del
liderazgo que cualquier otro niño puede alcanzar, donde sus compañeros le perciben
como alguien distinto, pero no por esto menos interesante, donde Pedro es capaz de
explicar por qué a veces no te entiende o cómo debes llamar su atención. La propia
aceptación de Pedro, como niño sordo, ha nacido de su familia, de la escuela, de sus
amigos/as, de sus compañeros/as, de las personas sordas que le han rodeado y le han
transmitido que ser sordo no es sinónimo de incapacidad.
La Voz de Pedro se acompaña de un póster y una guía del profesor/a, con actividades
sencillas para trabajar las diversidad en el aula y afianzar la información transmitida
por el profesor/a.
La flexibilidad que ofrece una narración infantil nos permite llegar a colectivos
diferentes; escuela, familia, adultos y pequeños/as, tanto oyentes como sordos. El
formato cuento nos ofrece, a través del disfrute, conocer la realidad social del niño
sordo.
Hay que promocionar, la utilización de los cuentos como transmisores de fantasía y
educación. La creatividad que estimula el cuento favorece no sólo al propio lector sino a
la realidad a la que se refiere.
Tras los satisfactorios resultados que reportó esta experiencia y las demandas que
llegaron se elaboró sobre la base del cuento un corto de dibujos animados “El sueño de
Pedro” . De forma pionera incluso a nivel mundial, la Lengua de Signos es el idioma de
comunicación de los personajes, complementado con voz en off y subtítulos. Según el
cuento inicial, se parte de un modelo integral de la sordera que ayuda a la persona sorda
a una plena aceptación de su identidad y de sus posibilidades de participar en la
sociedad en la que vive.
(Presentación de ambos materiales y proyecciones)
Cuento – La Voz de Pedro: descubramos cosas sobre las Personas sordas
Vídeo: EL Sueño de Pedro (proyección 10 minutos)
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