Formación continuada Osteología del macizo facial (I) Prof. Francisco Martínez Soriano Catedrático de Anatomía humana Facultad de Medicina Universidad de Valencia Histogénesis y osificación facial Una vez concluido el periodo embrionario a finales del tercer mes de desarrollo, y cuando la estructuración de los tejidos blandos se encuentra en estadios avanzados, es cuando se inicia el proceso de organización y mineralización de los tejidos que van a dar lugar a los huesos del cráneo. En este proceso se da una primera fase de histogénesis en la que unos grupos de células derivadas del mesénquima y denominadas osteoprogenitoras son inducidas por factores, como la proteína morfogenética ósea, (BMP 4), el factor de crecimiento fibroblástico (FGF), ect. y se van transformando en osteoblastos que empiezan a secretar substancia osteoide que va configurando la matriz ósea sobre la que después se depositaran las sales minerales. En una segunda fase esta matriz es transformada, en algunos casos, o substituida por otro tejido, en otros, y se pone en marcha el proceso de osificación y crecimiento. Es decir la osificación, y en virtud de que el proceso sea de transformación o de substitución, se denomina membranosa o cartilaginosa respectivamente. Este proceso va a estar estrechamente relacionado con la función que vaya a tener el hueso, de 164 manera que en aquellos huesos que vayan a estar destinados a soportar fuerzas de tensión, la osificación será membranosa y los que vayan a estar sometidos a fuerzas de presión la osificación será cartilaginosa, ya que es este un tejido que aunque tiene una cierta rigidez también posee una gran flexibilidad. Osificación membranosa Cuando se da el caso de la osificación membranosa, los osteoblastos forman centros en los que van a coexistir gran cantidad de vasos y de fibras colágenas. Los osteoblastos van generando substancia osteoide que se dispone formando numerosas trabéculas que constituyen una amplia red esponjosa, en los espacios de esa red el tejido mesenquimatoso se convierte en medula ósea mientras que en la periferia el periostio va a ir generando nuevas trabéculas. Este tejido inicial no es laminar, pero después del nacimiento es sustituido por el tejido secundario definitivo que si que lo es. En la zona periférica el tejido óseo es compacto y organizado en dos capas o tablas, las corticales externa e interna; en la zona intermedia el tejido óseo es esponjoso o trabecular. Este tipo de osificación es típico de los © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 Ciencia y práctica huesos de la bóveda del cráneo y del maxilar superior. 1 Osificación cartilaginosa En los huesos de osificación endocondral o cartilaginosa, la matriz mesenquimatosa es substituida por cartílago, el cual a su vez sufrirá una serie de cambios y modificaciones histológicas que llevaran hasta su calcificación. Los huesos de la base del cráneo y el maxilar inferior son claros ejemplos de este tipo de osificación. Analizaremos brevemente la osificación de los dos principales huesos que constituyen el aparato estomatognático, los maxilares superior e inferior. La osificacion del maxilar superior da comienzo al final de la sexta semana y lo hace a partir de dos puntos de osificación, uno pre maxilar, limitado hacia detrás por el conducto palatino anterior y lateralmente por dos líneas que parten desde ese punto hacia la zona mas distal de los incisivos laterales, y otro post maxilar, situados ambos por fuera del cartílago nasal El punto premaxilar crece formando trabéculas que se dirigen, en sentido ascendente para formar la parte anterior de la apófisis ascendente del maxilar, hacia adelante en dirección de la espina nasal anterior y hacia abajo en dirección hacia las apófisis alveolares incisivas (figura 1). Fig. 1 Osificación del Maxilar Superior. (I) Punto premaxilar. (II) Punto postmaxilar. El punto de osificación post maxilar origina trabéculas óseas que se dirigen, hacia arriba para concluir de osificar la parte posterior de la apófisis ascendente del maxilar, hacia el suelo de la órbita, hacia la apófisis cigomática y hacia las apófisis alveolares posteriores. Alrededor de los tres meses la osi- © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 165 Ciencia y práctica Fig. 2 Osificación del maxilar inferior. A) Osificación yuxtaparacondral. 1 Cartílago de Meckel. 2. Nervio alveolar inferior. B) Centros de osificación secundarios. 1 Coronoideo. 2 Condíleo. 3 Cuerpo. 4 Angular. 5 Alveolares. 6 Mentoniano. 2A ficación continua hacia las zonas profundas, de tal manera que se fusionan los procesos palatinos laterales con el paladar primario y con el tabique nasal para formar el paladar duro. La osificación del maxilar inferior se inicia entre la sexta y séptima semana en torno al cartílago de Meckel que sirve de eje o guía de esta osificación, es esta una osificación yuxtaparacondral, es decir se realiza de manera paralela al cartílago. El primer punto aparece alrededor del origen del nervio mentoniano, cuando el nervio incisivo se separa del dentario inferior, desde este punto las trabéculas se extienden en sentido anterior y posterior rodeando ventralmente al cartílago, de tal manera que el aspecto del hueso en ese momento es el de un canal abierto superiormente y en el que se alojan los vasos y nervios dentario (figura 2 a). 2B Parece ser que tanto el cartílago como la lámina dental que se esta desarrollando son los dos elementos que coordinan el proceso de osificación del cuerpo mandibular, aunque también existen opiniones respecto a que es el mesénquima el que regula la morfogénesis dentaria. Lo que si que estimula el desarrollo y la osificación de las apófisis alveolares son los gérmenes dentarios. Hasta el final del tercer mes no aparecen los centros de osificación secundarios que son el coronoideo, el incisivo, el condíleo y el angular (figura 2 b). El punto condíleo es el de mayor tamaño y va a persistir hasta alrededor de los 20 años. 166 © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 Ciencia y práctica El crecimiento y desarrollo de estas estructuras y de los demás huesos que constituirán la porción cefálica, van a ir conformando y desarrollando el macizo craneofacial, este crecimiento y desarrollo se va a ir realizando de una manera armónica pero no uniforme, ya que las diferentes estructuras poseen distintas velocidades de evolución y crecimiento, influyendo especialmente en esta velocidad la edad y el sexo. En la primera, obviamente, el crecimiento es mayor durante la infancia y la adolescencia, y mucho mayor en la mujer que en el varón. En conjunto todo el cráneo, considerado de una manera global, se puede aceptar como que es un complejo óseo único formado por diferentes piezas unidas por suturas más o menos rígidas según la edad. La cara superior del cráneo tiene un contorno ovalado, ensanchado en su parte posterior merced a las denominadas eminencias parietales (figura 3). Fig. 3 Norma superior del cráneo. A) 1 Sutura interperietal. 2 Sutura Coronal. 3 Punto craniométrico Bregma. 4 Punto craniométrico Obelion. Norma posterior del cráneo. B) 5 Sutura lambdoidea. 6 Punto craniométrico Lambda. 3 En el caso de esta última, los huesos se osifican antes que en el varón precisamente por su mayor velocidad de crecimiento, mientras que en éste el crecimiento es más prolongado en el tiempo al ser menor la velocidad del mismo ya que la influencia hormonal es menos inmediata y por tanto el proceso de crecimiento y osificación se produce más lentamente. Anatomía cráneo facial Así pues, el macizo cráneo facial del adulto está constituido por la confluencia de una serie de huesos (frontal, maxilares, nasales, cigomáticos o malares, palatinos, cornetes inferiores o conchas, vómer, etmoides y esfenoides) que bajo la acción inductora de los primeros arcos branquiógenos y la dinámica del desarrollo de las cápsulas sensoriales, óptica y olfatoria y la porción cefálica del tubo digestivo, van a configurar las cavidades orbitarias, nasal y bucal. © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 167 Formación continuada Fig. 4 Norma inferior del cráneo. 1 Cuerpo del esfenoides. 2 Lámina basilar del occipital. 3 Agujero oval. 4 Agujero Redondo menor. 5 Agujero rasgado anterior. 6 Agujero carotídeo. 7 Agujero estilo mastoideo. 8 Agujero rasgado posterior. 9 Porción petrosa. 10 Porción timpánica. 4 El límite anterior de esta superficie lo marcan los arcos superciliares del frontal, mientras que el inferior lo hacen los arcos cigomáticos. Los huesos parietales, frontal y occipital que forman esta cara superior o bóveda del cráneo están unidos por las suturas, interparietal o sagital, frontoparietal o coronal y la parietooccipital o lambdoidea. En la confluencia fronto parietal se localiza el punto cariómétrico bregma, en la occipito lambdoidea el punto lambda y en la interparietal, a la altura de los agujeros parietales, el obelion. La base del cráneo, en su parte facial o anterior, se encuentra oculta por la presencia del macizo facial, cuyo suelo lo constituye el arco alveolar de los procesos alveolares y el paladar duro; el resto de la superficie de la base, (zonas yugular y occipital) esta constituida por la confluencia de los huesos, esfenoides (Os sphenoidale) y occipital (Os occipitale) en la línea media junto con el hueso temporal y sus porciones petrosa y timpánica más lateralmente (figura 4). En estas partes de la base del neurocráneo (Figura 4), de delante hacia detrás se pueden localizar en el ala mayor del esfenoides, los agujeros redondo mayor (foramen rotundum), oval (fora- 168 5 men ovalis) y redondo menor (foramen spinosum), por donde pasan, respectivamente el nervio maxilar (n. maxillaris) o segunda rama del trigémino, el nervio mandibular (n. mandibularis) o tercera rama del trigémino acompañado de la arteria meníngea menor, y la arteria meníngea media (a. meningea media); el agujero rasgado anterior (foramen lacerum) forma parte de la sutura petro-esfeno-maxilar y por el pasan los nervios petrosos (ns. petrosus profundus et superficialis); el agujero carotídeo (foramen carotideum) se localiza en la porción petrosa del temporal y da paso a la arteria carótida interna en su camino hacia el interior del cráneo; a través del agujero estilomastoideo (foramen stilomastoideus) discurre el nervio facial (N. facialis); formando parte de la sutura occipito petrosa se encuentra el agujero rasgado posterior o © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 Formación continuada Fig. 5 Norma anterior del cráneo. Macizo Facial. 1 Hueso frontal. 2 Huesos nasales. 3 Glabela. 4 Punto craneométrico Metopion. 5 Escotadura o agujero supraorbitario. 6 Nasión. 7 Sutura intermaxilar. 8 Huso malar. 9 Agujero infraorbitario. 10 Fosa canina. 11 Fosa mirtiforme. 12 Tuberosidad del maxilar. yugular (foramen jugularis) por donde van a discurrir, los pares craneales IX, X, XI y la vena yugular interna, finalmente en el hueso occipital y por delante del condilo del mismo se localiza el agujero precondíleo (foramen hypoglossus) por donde pasa el XIIº par craneal. La parte del esqueleto facial o cráneo anterior adopta una morfología de aspecto prismático triangular cuyas bases laterales son los huesos malares (figura 5). La cara superior de este prisma se encuentra unida a la base del cráneo por medio de las articulaciones del maxilar superior (Maxilla) con los huesos frontal (Os frontale), etmoides (Os etmoidale) y esfenoides (Os sphenoidale), la cara posterior se articula con el hueso palatino (Os palatinum) mientras que la pared anterior forma cuerpo con los huesos nasales (Os nasale), maxilares superiores y con la mandíbula (Mandibula), constituyendo entre todos las partes óseas de las cavidades orbitaria, nasal y bucal y de las fosas temporales (fossa temporalis), cigomáticas o infratemporales (fossa infratemporalis), ptérigo-maxilares (fossa pterygomaxillaris) y su trasfondo, las ptérigo-palatinas (fossa pterygopalatina) [figuras 5 y 6]. ro malar o cigomático (foramen zigomáticofaciale) por donde discurre el nervio sensitivo témporo malar. En la porción anterior del cráneo se pueden apreciar las cavidades orbitaria y nasal. Por encima de la cavidad orbitaria se encuentra el hueso frontal con los relieves de las eminencias frontales divididas en la infancia (hasta los seis años) por la sutura metopica, (del griego metopon, frente) la cual puede persistir en estadios adultos {en un 8% de cráneos} y que no se debe confundir en imágenes radiológicas con la existencia de una fractura. El arco superciliar (arcus superciliaris), que se eleva sobre el seno frontal y limita superiormente a la órbita, presenta medialmente la escotadura supraorbitaria (incisura supraorbitalis) por donde discurren la arteria y el nervio supraorbitario (a. et n. superciliaris) cuya compresión a ese nivel puede provocar un dolor bastante considerable. Entre los arcos de ambos lados se encuentra la glabela {del latin glabellus, sin pelo, lampiño}. Fig. 6 Norma lateral del cráneo. Fosas laterales. 1 Fosa pterigo palatina. 2 Fosa temporal. 3 Fosa cigomática. 4 Apófisis pterigoides. 5 Lámina vertical del palatino. 6 Sutura esfeno temporal. 7 Esfeno parietal. 8 Fronto esfenoidal. 9 Punto craneométrico Pterion. 10 Fosa Pterigo maxilar. 11 Agujero malar o cigomático. 6 En esta parte lateral se pueden observar las suturas fronto-temporal y témporo-malar y el aguje- © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 169 Formación continuada El hueso frontal se articula posteriormente con los parietales {sutura coronal} y medialmente con los huesos nasales {sutura fronto nasal}. En la depresión que se forma entre el punto de intersección de la sutura fronto nasal y la internasal se localiza el punto antropometrico nasion. También se articula con los huesos cigomático, {nombrado mas arriba} y con los huesos lagrimal, etmoides y esfenoides. Entre la órbita y la cavidad bucal se encuentran los huesos maxilares que circunscriben a su vez el reborde anterior de la fosa nasal. Están unidos en el plano medio mediante la sutura intermaxilar que se prolonga hacia el techo de la boca al fusionarse en este las apófisis palatinas de los maxilares (processus palatinus) y constituir el paladar duro junto con la fusión posterior de las mismas con la lámina horizontal del hueso palatino. La sutura intermaxilar en su punto de fusión superior determina un pico o saliente, la espina nasal anterior (spina nasalis anterior). En conjunto el hueso maxilar esta compuesto por el cuerpo (que contiene el seno maxilar) que en su parte posterior tiene la tuberosidad del maxilar (tuber maxillae; eminentia maxillae), a traves de las cuales se pueden apreciar los 170 agujeros dentarios posteriores, una apófisis cigomática que se articula con el hueso del mismo nombre, una apófisis frontal que lo hace con el hueso frontal y el nasal, la apófisis palatina ya mencionada, e inferiormente con las denominadas apófisis alveolares (processus alveolaris) que albergan a las piezas dentarias y cuya disposición se analizara en otro capitulo. Además, el maxilar se articula con el hueso vómer, con el hueso lacrimal y con el esfenoides. Merece destacar en la superficie externa de este hueso maxilar la presencia del agujero infraorbitario (foramen infraorbitalis]) por donde discurren el nervio sensitivo y los vasos del mismo nombre, mas inferiormente se encuentran las depresiones óseas correspondientes a las fosas canina y mirtiforme o incisiva (fossa canina et incisiva) separadas por el relieve que forma la apófisis alveolar del canino (figura 5). El macizo cráneo facial lateralmente esta constituido por una serie de espacios o fosas denominadas cérvico faciales y que de arriba hacia abajo son las fosas temporal, cigomática y ptérigo maxilar (fossa temporalis, fossa et arcus zygomaticus)) con su trasfondo ptérigo palatino (fossa pterygopalatina). (Figura 6) La fosa temporal se encuentra limitada superior y posteriormente por la línea temporal superior que se prolonga hacia delante hasta el comienzo de la apófisis orbitaria externa o cresta lateral del frontal. En esta fosa se localizan las suturas esfeno temporal, fronto esfenoidal y esfeno parietal. En la confluencia de este grupo de suturas que configuran una imagen en forma de ala que en griego se denomina pterion, se localiza un punto craniométrico con ese nombre, a dos traveses de dedo por encima del borde superior del arco cigomático y un través de dedo posterior a la apófisis cigomática del hueso frontal. Es este un punto importante de referencia no solo antropométrica sino clínica ya que la rama anterior de la meníngea media tiene una estrecha relación topográfica con este punto, el cual sirve además como referencia para localizar el borde inferior del lóbulo frontal del cerebro. La fosa temporal contiene las amplias inserciones del músculo temporal que cubre a las ramas nerviosas y vasculares temporales profundas anterior y media. Por debajo de la fosa temporal se encuentra la fosa cigomática o infratemporal que es continuación espacial de la anterior y que está delimitada por la cresta esfeno temporal (crista esphenotemporalis) por dentro, por las apófisis cigomáticas del temporal y del malar (processus zygomaticus et processus temporalis) y la rama ascendente de la mandíbula (ramus ascendens mandibulae) por fuera, la cara interna del malar y la cresta temporal del frontal por delante, y la raíz transversa del arco cigomático por detrás. En esta fosa, además de encontrarse la porción inferior del músculo temporal, también toman inserción en el arco zigomático las fibras del músculo masetero. © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 Formación continuada La fosa más inferior es la pterigo maxilar, localizada en la parte más postero lateral del macizo facial, debajo del plano de la base del cráneo y por encima del plano de la bóveda del paladar. Su límite anterior es la tuberosidad del maxilar superior, la pared posterior se corresponde con el ala externa de la apófisis pterigoides y la interna con la lámina vertical del palatino, ya que la pared externa no es nada más que el espacio que la comunica con la fosa cigomática. Esta fosa está ocupada por la masa de los músculos pterigoideos lateral y medial, el plexo venoso ptérigo maxilar, la arteria maxilar interna con sus ramas y el nervio mandibular con sus ramas motoras y sensitivas. Esta fosa ptérigo maxilar, se prolonga en profundidad a través de la hendidura que queda entre el ala externa de la apófisis pterigoides y la lámina vertical del palatino hasta un espacio angosto, cuyo techo es el ala mayor del esfenoides y cuya prolongación inferior es el conducto palatino posterior, este espacio es la verdadera fosa ptérigo palatina, prolongación de la ptérigo maxilar en profundidad, pero que a diferencia de otros autores que identifican a ambos espacios como uno único, nosotros creemos que por su situación topográfica, pero sobre todo por la variedad de elementos que cruzan y se encuentran en ella, debe de ser considerada como un espacio diferente. En efecto, en esta fosa se alberga el ganglio parasimpático esfeno palatino de Meckel o pterigopalatino (ganglii pterigopalatini), se comunica con la órbita a través de la hendidura esfeno maxilar u orbitaria inferior por la que pasa el nervio lacrimal parasimpático y la rama sensitiva témporo malar, para unirse a través del nervio infraorbitario al maxilar superior, por el agujero esfeno palatino se comunica con las fosas nasales y atravesando dicho agujero pode- 7 mos encontrar a los nervios sensitivos y parasimpáticos esfeno palatinos y a la arteria esfeno palatina, rama terminal de la maxilar interna. En el techo de la fosa se encuentra el agujero redondo mayor (foramen rotundum) que comunica con la fosa cerebral media y por donde pasa la segunda rama del trigémino o nervio maxilar superior. A través del conducto o agujero vidiano o pterigoideo (canalis pterygoideus) se comunica con la zona yugular de la base del cráneo y por el pasan los vasos y nervios vidianos o pterigoideos. (v.et n.pterigoideus) Finalmente por el conducto palatino posterior (foramen palatinus majus) comunica con la cavidad bucal y por el discurren las fibras parasimpáticas y sensitivas de los nervios palatinos posteriores (N. palatinus major, Rr,nasales posteriores inferiores) y las arterias del mismo nombre. Fig. 7 Norma Lateral. Fosa pterigo palatina. 1 Apófisis pterigoides. 2 Lámina vertical del palatino. 3 Agujero esfeno palatino. 4 Agujero redondo mayor. © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012 171 Formación continuada Preguntas para la obtención de créditos de formación continuada 1) ¿Cuál de los siguientes senos paranasales comunica con el meato superior? a) Seno maxilar b) Celdas etmoidales medias c) Seno frontal d) Conducto lácrimo nasal e) Seno esfenoidal 2) El techo de la fosa ptérigopalatina: a) Está atravesado por los nervios esfenopalatinos b) Lo forma el ala mayor del esfenoides c) Comunica con la cavidad orbitaria d) Comunica con la fosa cerebral media a través del agujero redondo menor e) Son ciertas la b) y la c) 3) El ligamento ptérigo-maxilar: a) Corresponde a la aponeurosis buccinatofaríngea b) Se inserta en la espina del esfenoides c) Es un ligamento extrínseco de la mandíbula d) También se conoce como ligamento esfeno maxilar e) Se sitúa por detrás del estilomaxilar b) Forma el límite medial de las coanas c) En su base se localiza el agujero palatino posterior d) Se articula con el ala interna de la apófisis pterigoides e) Es atravesada por el nervio vidiano 5) La lámina perpendicular del etmoides se articula: a) Con la lámina horizontal del palatino b) Con el hueso frontal c) Con el ala mayor del esfenoides d) Con el hueso cigomático e) Con el hueso vómer 172 • • Bibliografia • • • • 4) La apófisis vertical del palatino: a) Se articula con el ala menor del esfenoides • ESCOLAR, J. (2007) Anatomía humana funcional y aplicativa. 4ª Ed. p. p. 878-884 Editorial Espaxs. Barcelona GARCIA-PORRERO, JA AND HURLÉ, JM (2005) Anatomía humana. p.p. 53-83. Editorial. McGrawHill. Madrid. GOMEZ DE FERRARIS, ME AND CAMPOS MUÑOZ, A. (2002) Histología y embriología buco dental. 2ª Ed. p. p.67-80. Editorial Panamericana. Madrid. KAARTINEN, V, CUI, XM, HEISTERKAMP, N, GROFFEN, J AND SCHULER, C (1997) Transforming growth factor ß3 regulates transdifferentia- tion of medial edge epithelium during palate fusion and associated degradation of the basement membrane. Dev. Dyn. 209: 255-260. MÉRIDA-VELASCO, JA, SÁNCHEZMONTESINOS, I, ESPIN-FERRA, J, GARCIA-GARCIA, JD AND ROLDÁN-SCHILLING, V (1993) Developmental differences in the ossification process of the human corpus and ramus mandibulae. Anat. Rec. 235: 319-324. MOORE, KL AND DALLEY AF. (2007) Anatomía con orientación clínica. 5ª Ed. p. p. 885905. Editorial Panamericana. Madrid. Terminologia anatómica internacional. (2001) International federation of associations of Anatomist (IFAA) and the Federative Committee of Anatomical Terminology (FCAT) and Sociedad Anatómica Espanola (SAE). Editorial Médica Panamericana. © labor dental clínica • Vol. 13 • nº 4 10-12/2012