Qué es Fenomenología Apuntes sobre el Nóema En los dos textos anteriores sobre Principios y Reducción se habían adelantado algunas tesis básicas con respecto al concepto de nóema. En lo que sigue trataremos de exponer el tema fundamental del nóema a la luz de algunos parágrafos relevantes de las Ideas, contenidos en el capítulo III de la sección tercera. El fenómeno de la fenomenología de Husserl es la vivencia que en sí misma, y en sentido estricto, no es dada. Vivencias intencionales que en sucesión escalonada forman y constituyen un complejo que tiene el nombre general de conciencia, o vida universal de la conciencia. Hacen parte de la conciencia las vivencias intencionales y las vivencias no intencionales. Las segundas responden a una materialidad, constituyen ellas mismas, por el hecho de ser “sentidas”1, una materia que recibe una forma o un sentido por mor de las vivencias intencionales y la función significadora de la conciencia. Son vivencias no intencionales los datos o contenidos de la sensación como materia de la percepción; pero también las impresiones de placer y de dolor como la materia del sentimiento, y tendencias en cuanto materia de la voluntad. En el caso particular de la percepción de cosas, y mediante el esquema “contenido-aprehensión” que sostiene Husserl, siempre la vivencia intencional da forma y sentido a una materia; es decir, que en el caso particular de una intuición, como un acto de percepción que nos presenta el objeto en “carne y hueso”, la intencionalidad da, o dota, a la materia sensible, al dato de la sensación, con la referencia a un objeto. Tenemos: vivencias intencionales que dan forma o sentido a vivencias no intencionales, a una materia que recibe esa forma o ese sentido. Es una distinción ya clásica que se remonta a la aristotélica de materia y forma y que retomamos en los siguientes términos: una distinción entre un material – vivido- que carece de sentido y una forma que confiere sentido, pero sentido intencional. Sobre esta distinción se puede dar lo siguiente: por un lado, que pueda percibir un mismo objeto sobre la base de diferente material sensible, es decir, que el material sensible se modifique en el transcurrir del tiempo mientras que el objeto que percibo se mantiene idéntico. Por ejemplo, si me paro y camino alrededor de esta mesa los datos sensibles serán diferentes a medida que me desplazo, pero el objeto, “la mesa” (y su concreción o sentido ya constituido, por ejemplo, como mesa para estudiar o mesa para comer, etc.), se mantiene idéntico. Esto significa que puedo “interpretar” diferente 1 Aunque Husserl diga que se las pueda percibir interna o inmanentemente no quiere esto decir que se las objetiva digamos como de un modo trascendente, como si estuvieran ahí delante en un sentido objetivo. Somos conscientes de nuestras vivencias de un modo muy particular, sintiéndolas, viviéndolas podríamos decir. “Jedes Erlebnis ist «empfunden», ist Immanent wahrgenommen”. 1 material sensible o datos de la sensación y referirlos a un mismo objeto. Por otro lado, la materia puede permanecer idéntica y lo que varía es la interpretación que da la intencionalidad del acto; es lo que sucede en el ejemplo del pato/conejo o el vencedor de Jena/el derrotado en Waterloo. Lo que se quiere dar a entender es que una misma materia puede soportar aprehensiones e interpretaciones diferentes. Sea como fuere en ambos casos la intencionalidad se caracteriza –y este es uno de sus rasgos fundamentales- por interpretar los datos de la sensación y conferirle, justamente a esa materia, una función que ella en cuanto vivencia no intencional no puede lograr: la función de expresar o presentar un sentido o una forma. De ahí que toda vivencia intencional o intención perceptiva se caracterice por ser un acto de dar sentido, un acto objetivante, por medio del cual una materia adquiere un sentido o forma. Aclaremos algo. Una aprehensión anima siempre a la sensación y esto representa un excedente, con respecto a la existencia bruta de la materia, que es el sentido de la aprehensión [Auffassungssinn]2. Mientras que las sensaciones y los actos intencionales de aprehensión son vividos y no aparecen objetivamente, los objetos son percibidos, pero no vividos subjetivamente. Recuérdese la tesis básica de que todo acto es conciencia de algo, pero todo acto es también consiente. Una cosa es el objeto que se nos aparece siendo uno y el mismo y otra muy diferente son las vivencias en que consiste el aparecer del objeto. Vivimos nuestras sensaciones, pero también vivimos las vivencias intencionales que interpretan esas sensaciones. Las sensaciones y las vivencias intencionales son vividas aun sin la intervención de un actor ulterior de reflexión pero no aparecen de un modo objetivo como ocurre con el objeto, el cual, en sentido estricto, se nos aparece en “carne y hueso”, esto es, objetivamente. Básicamente este es el esquema “contenidoaprehensión” que opera en las I.L, sobre todo en la quinta, bajo los términos de materia y cualidad. En el §97 de Ideas I retoma Husserl nuevamente el esquema “contenido-aprehensión” pero con una terminología algo distinta. A las vivencias intencionales les llama nóesis, a la materia hýle o dato hylético y al objeto que resulta de la interpretación realizada por la nóesis sobre la hýle le llama nóema. El nóema es el objeto o correlato intencional del acto o nóesis. Estos son los tres componentes fundamentales de la conciencia. Las nóesis o vivencias intencionales y la hýle o dato sensible son los componentes real-inmanentes de la conciencia. El dato hylético está incluido en la nóesis o vivencia aprehensora y, a su vez, las nóesis o vivencias intencionales aprehensoras están incluidas en el curso de las vivencias, en ese lugar que Richir llama “la vida universal de conciencia” donde el mundo tiene sentido de ser. Por ser componentes real-inmanentes de la conciencia, nóesis e hýle participan de la temporalidad de la conciencia, es decir, del tiempo 2 Dice Husserl: “En la materia del acto se funda que el objeto sea para el acto éste y no otro; ella es en cierto modo el sentido de la aprehensión objetiva (o más brevemente el sentido de aprehensión)” (I.L. V, §20). 2 inmanente de la conciencia. Y como por fuera de este tiempo inmanente propio de la conciencia y como frente a estos componentes real-inmanentes se haya –temporalizándose- el componente intencional o el correlato del acto que es el nóema. Lo particular de este correlato intencional llamado nóema es que como correlato objetivo escapa a la temporalidad de la conciencia. Escapa a lo más íntimo de la conciencia necesariamente porque no es un componente real-inmanente; mientras los actos varían en la temporalidad en una infinita diversidad de modos, el objeto como correlato intencional posee identidad con respecto a los múltiples actos que le intencionan. El nóema es un componente ideal de la conciencia precisamente porque le es propio la identidad en un flujo temporal de actos. En la percepción en t1, t2, t3, t4.... el objeto de la percepción, recordemos el ejemplo de la mesa, se mantiene idéntico e invariable, se trata siempre en cada caso del mismo objeto (suponiendo que no haya ruptura). El nóema es el polo ideal en el que convergen todas las efectuaciones nóeticas de la conciencia, por esto se dice de él que tiene identidad. El sentido de ser “real” o de “realidad” en general, aquello que es constituido en cuanto sentido de la aprehensión, dependería, según lo anterior, de la conformidad entre las múltiples manifestaciones y la idealidad del nóema y, además, de la conformidad del correlato intencional o componente intencional de la conciencia que es el nóema con los componentes real-inmanentes de la conciencia, esto es, la materia o hýle y la vivencia intencional o nóesis. Y lo que hace posible una tal conformidad o correspondencia es la intencionalidad. La intencionalidad de la conciencia consiste fundamentalmente en el carácter de un trascender hacia un algo que no es ella misma, un abrirse al ser, a lo otro en tanto que otro, en mentarlo, en hacerlo objeto consciente o fenómeno del mundo. Lo que se constituye es ser intencional, sentido de mundo precisamente que depende en parte del paralelismo nóetico-noemático. Esto quiere decir que a todo dar sentido por parte de la nóesis corresponde un sentido objetivo en el nóema. Conciencia o vida universal de la conciencia, en este sentido, es una permanente correlación entre nóesis y nóema. No hay nada noemático que no tenga su paralelo en el lado nóetico y viceversa. Vamos más en detalle. Dos son los elementos que componen el nóema: el sentido y la modalidad o carácter de ser de ese sentido que es la tesis. El sentido o núcleo nóematico por causa de las múltiples modalidades de la intencionalidad se puede determinar modalmente de diversas maneras. De esto deducimos lo siguiente: un mismo sentido objetivo puede presentárseme en el modo de la efectividad, la probabilidad, la suposición, etc. Entonces, a todo sentido debe corresponderle un carácter de ser, esto es, una determinada cualidad modal sin la cual es imposible poder captar algo como un objeto. Si nos concentramos en la capa nuclear del nóema debemos distinguir a su vez dos elementos que le constituyen: 1) el objeto, digamos, puro y simple, la vacía que actúa en calidad de centro del nóema, la estructura que soporta el objeto por medio de la cual 3 aparece precisamente en apareceres, en escorzos; y 2) el objeto que aparece en el cómo de sus determinaciones, el objeto tal y como es para mí. Husserl establece una relación de necesaria dependencia entre estos dos elementos. Dice que la determinable es el soporte de cualquier predicado, lo que da unidad a “un complejo cualquiera, a una combinación cualquiera de los predicados” o aspectos (Ideas I, §131, p. 312). Las determinaciones del objeto son las apercepciones que tengo de él muchas de las cuales pueden tener la forma de predicados. Por tanto hay una necesaria relación entre ambos. El objeto puro y simple es precisamente eso, una vacía que no puede donarse por sí sola a la intuición sino únicamente como “punto de enlace o soporte de los predicados” (Ibíd.), es decir, como sustento de las determinaciones. A su vez, las determinaciones o predicados del objeto en tanto que partes o momentos requieren necesariamente –por convergencia- ser partes y momentos respecto de una unidad, de una totalidad que es un polo ideal, punto de referencia y centro necesario, de los diversos aspectos que van variando en la medida en que se avanza en la percepción del objeto. Si toda conciencia es siempre conciencia de algo, entonces, todas las determinaciones son apropósito de ese algo. Llegamos así a la siguiente tesis: en la capa nuclear del nóema hay que distinguir entre “este puro punto de unidad, este simple objeto noemático y el objeto en el cómo de sus determinaciones” (Ideas I, §131, p. 313). En suma, la capa nuclear del nóema y sus elementos –el objeto intencionado y el objeto tal y como es intencionado- constituyen juntos el sentido noemático. Este sentido noemático es un núcleo justamente porque en torno de él gira todo lo demás; la otra parte es la tesis. El sentido como núcleo noemático se puede determinar modalmente maneras diferentes, esto quiere decir que un determinado sentido objetivo (por ejemplo el sentido objetivo “mesa”) se me puede presentar acompañado del carácter de ser de la efectividad o la probabilidad. La mesa puede ser una mesa efectiva, una mesa probable, una mesa efectiva, etc. Todo sentido con que captamos el objeto está acompañado de un carácter de ser, es decir, de una determinada cualidad modal. La capa nuclear del nóema es el sentido. Dentro del sentido –del sentido objetivo, en la concreción misma- es que distinguimos estos dos momentos mencionados más atrás: el de la vacía y el de las determinaciones o predicados. Sobre esta capa se van a ir apoyando otras capas, como, ante todo, la tesis. Por eso hablamos de capa nuclear o de núcleo del nóema, en el caso del sentido. Por su parte, la tesis puede enfocarse del lado nóetico o del noemático formando, mejor, constituyendo formas “matrices” que en el primer caso es la efectividad y como correspondiente de ésta, en el segundo caso, la certeza. Podemos tener nóeticamente hablando una certeza de –nóeticamente hablando- un objeto efectivo. Y tener certeza del objeto efectivo cuando todas las apariciones, aspectos o caras en que se nos presenta ese objeto convergen entre sí, precisamente, en la presentación del objeto como aspectos o caras de este objeto y no de ningún otro, desde esta perspectiva y a esta distancia. El 4 objeto es efectivo, la mesa es efectiva, si yo camino alrededor de ella y todas las Abschattungen que percibo me dicen en la convergencia armónica que esta es una mesa, que es una mesa para estudiar, que es la mesa aquí en este lugar que se llama Universidad. Como vemos, la correlación nóesis-nóema indica siempre plenitud entre efectividad y certeza como una forma matriz que constituye, en el uso más amplio del término, sentido de ser. Sentido de ser del mundo como un rendimiento de la síntesis entre los componentes real-inmanentes e intencionales de la conciencia. Cuando hay plenitud lo que se da es una “concreción fenomenológica del fenómeno”, es decir, de esa forma matriz de efectividad en el plano noemático y certeza en el plano nóetico. Sin embargo esta plenitud de la concreción se puede atenuar y dar paso a otras concreciones por ejemplo cuando la armónica convergencia de las Abschattungen empieza a experimentar cualquier tipo de complicación y surge una incompatibilidad en mi experiencia y por tanto en la función constituyente de sentido de ser. De la efectividad y certeza plenas podemos pasar a la probabilidad, y de la probabilidad –si disminuye la convergencia en la experiencia- podemos pasar a la posibilidad. Si la convergencia empeora pasaremos a la cuestionabilidad; y si empeora aún más pasaremos a la duda donde el objeto se me dará o lo constituiré yo como objeto dudoso. Finalizamos con lo siguiente: lo constituido, el sentido objetivo, puede dárseme como efectivo, probable, posible, cuestionable o como dudoso; estos son los modos de dación o caracteres de ser del lado noemático. Y del lado nóetico los caracteres de la creencia paralelas o correlativas a los caracteres de ser son la conjetura, la sospecha, la pregunta y la duda, respectivamente. 5