DIRECCIÓN DE RR.HH. Dirección de personas: el desarrollo de comportamientos éticos en la organización Impulsar ciertos comportamientos éticos en la organización será favorable para todos: para la sociedad, para la propia organización y para cada una de las personas que la componen. La ética puede ser una fuente de ventaja competitiva frente a otras organizaciones, pero estas razones por sí solas no justifican la necesidad de tener en cuenta esta dimensión; cabe hablar de un tipo de razones de segundo orden (psico-sociales). Existen razones psico-afectivas que llevan a cumplir con las propias responsabilidades, a obrar bien. Estas razones están detrás de grandes avances en cuestiones de justicia; las razones de primer orden (humanas) existen para no olvidar que la ética en las organizaciones no es por conveniencia sino por necesidad. Dr. FRANCISCO JAVIER LARA y Mª DOLORES BOTELLA CARRUBI, Universidad de Valencia E duardo Bueno (2001)1 define la empresa como “un conjunto de elementos humanos, técnicos y financieros ordenados según determinada jerarquía o estructura organizativa y que dirige una función directiva o empresario”. Por otro lado, Pérez López, J. A (2000)2, afirma que “una empresa es un conjunto de personas que F ICHA TÉCNICA Autor: LARA, Francisco Javier y BOTELLA CARRUBI, Mª Dolores. Título: Dirección de personas: el desarrollo de comportamientos éticos en la organización. Fuente: Capital Humano, nº 217, pág. 102. Enero, 2008. Resumen: Ante la necesidad de promover comportamientos éticos dentro de cualquier organización, la dirección de personal debe asumir la responsabilidad de tomar la iniciativa y dar ejemplo con algunas de sus funciones más decisivas: selección y evaluación. Cabe tener en cuenta aspectos innatos de los candidatos como su escala de valores, tipo de motivación o misión personal antes de que formen parte de la organización. Además, estos aspectos innatos cabe trabajarlos y mejorarlos para que perduren en el tiempo mediante un buen sistema de evaluación. De esta manera estaremos contribuyendo al desarrollo de ciertas competencias personales como son la iniciativa, la gestión del tiempo, la toma de decisiones y la integridad. Si observamos que estas competencias se repiten habitualmente hasta convertirse en hábitos podremos afirmar que la persona ya ha hecho suyos los comportamientos éticos. Desarrollar estos comportamientos éticos en muchas personas y en muchas organizaciones es de vital importancia visto desde tres dimensiones: humana, psico-social y técnico-económica. Descriptores: Selección / Evaluación / Competencias / Ética. Capital Humano 102 102_a_Dirección de personas_217.102 102 trabajan de forma coordinada para conseguir unos objetivos que a todos interesan, aunque sea por motivos diferentes”. Sin embargo, omitir la ética al dirigir organizaciones es eludir una parte importante de la realidad. Como afirma Manuel Guillén en su libro Ética en las organizaciones (2006)3, “la ética parte de la condición humana y está presente en toda acción verdaderamente humana, deliberada y libre. La persona es beneficiaria o víctima de su propio actuar, ya que actuando se hace a sí misma”. LA ÉTICA COMO SABER PRÁCTICO: EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS Queremos centrarnos en el hecho de que la ética se caracteriza por ser a la vez un saber teórico y práctico. Es un conocimiento que ayuda a la persona a decidir cómo debe actuar para desarrollarse en plenitud, algo que todo el mundo busca y que, desde la antigüedad clásica, se ha llamado felicidad. Una vez planteado esta doble visión teórica y práctica de la ética queremos relacionarla con un concepto propio del mundo empresarial, las competencias directivas. El concepto de competencia empezó a usarse en el contexto de la empresa a partir de Mclelland (1973)4, para mostrar que el éxito Nº 217 • Enero • 2008 18/12/2007 22:50:48 profesional no se puede predecir únicamente con tests de inteligencia. Posteriormente, Boyatzis (1982)5 hizo un estudio sobre las competencias en el que preguntaba a un colectivo de directivos cuáles eran los comportamientos específicos que les habían ayudado a ser eficaces en su puesto. Sin embargo, en ese estudio las competencias no están claramente definidas y abarcan tanto aptitudes, como conocimientos, actitudes y rasgos de personalidad. A lo largo de los años se ha ido delimitando el significado de lo que son las competencias hasta llegar a designar únicamente aquellos comportamientos observables que contribuyen al éxito de una tarea o de la misión de un puesto con la definición de Woodrufe (1993)6. Siguiendo esta definición, Cardona y Chinchilla (1995)7 las definen como comportamientos observables y habituales, ya que un comportamiento exitoso pero esporádico no se considera competencia. Ciertos comportamientos esporádicos como tener una buena idea creativa, podrían contribuir en gran medida al éxito de una tarea o misión. Sin embargo, preferimos referirnos a competencias sólo para designar comportamientos habituales debido a que son los hábitos los que dan a las competencias su carácter predictivo. Nº 217 • Enero • 2008 102_a_Dirección de personas_217.103 103 La ética se caracteriza por ser a la vez un saber teórico y práctico. Es un conocimiento que ayuda a la persona a decidir cómo debe actuar para desarrollarse en plenitud Después de estudiar la evolución del término competencia directiva, queremos centrarnos en esta última definición que apunta el matiz de comportamiento habitual a las anteriores definiciones ya que es justo la característica que queremos enlazar con el concepto de ética. “Hasta que una persona no actúa con nobleza varias veces no podemos decir que es noble”. Debemos observar la repetición de dicho modo de actuar hasta considerarlo un hábito o comportamiento habitual. Es decir, hasta que no aseguremos que esa persona posee la competencia de la nobleza no podemos asegurar que es noble. Podemos distinguir tres tipos de competencias: • Competencias de negocio (estratégicas): Se dirigen al logro de un mayor valor económico para una empresa u organización. 103 Capital Humano 18/12/2007 22:50:52 La misión personal se define como aquella que conecta a la persona con su más auténtico propósito y con la profunda satisfacción que genera llevarlo a cabo • Competencias interpersonales (intratégicas): Permiten el desarrollo de las capacidades de los empleados. Se refieren al trato de las relaciones interpersonales, la comunicación, trabajo en equipo, todo lo relacionado con la actitud y aptitud de los colaboradores. • Competencias personales: Desarrollan la confianza e identificación de los colaboradores, se refieren a los aspectos de autoliderazgo que promueven la profesionalidad y la ejemplaridad del directivo. Se dividen en : – Externas: Recogen aspectos relacionados con la respuesta personal a estímulos externos, iniciativa, gestión de estrés. – Internas: Se centran en aquellos aspectos más íntimos de la persona, capacidad de aprendizaje o integridad En este trabajo nos centraremos en las competencias de dimensión personal por ser las más relacionadas con la dimensión ética de la organización. Las exponemos en el siguiente TABLA 1 > LAS COMPETENCIAS DIRECTIVAS MÁS VALORADAS COMPETENCIAS DE EFICACIA PERSONAL Proactividad Resolución de Problemas Autogobierno Iniciativa Intuición Disciplina Creatividad Capacidad de análisis Tenacidad Optimismo Toma de decisiones Autocontrol Gestión Personal Integridad Desarrollo Personal Gestión tiempo Credibilidad Autocrítica Gestión del estrés Honestidad Autoconocimiento Gestión incertidumbre Equidad Aprendizaje personal FUENTE > García-Lombardía, P. Cardona, P y Chinchilla, M.N (2001)8. Capital Humano 104 102_a_Dirección de personas_217.104 104 cuadro extraído de un estudio realizado por la escuela de negocios IESE: Podemos observar que, concretamente las competencias referentes a la integridad se refieren a comportamientos éticos. En consecuencia nosotros queremos demostrar en este trabajo que fomentando el desarrollo de ciertas competencias directivas, concretamente, las personales, podemos obtener una mayor tendencia a actuar de forma ética en la organización. Si inculcamos la competencia, a través de la repetición reiterada de un modus operandi podremos reconocer como comportamiento habitual esas acciones éticas en la empresa. La cultura de una empresa u organización no son los valores que dicen tener, sino, más en concreto, los comportamientos que se viven, que viven sus componentes, desde el primero al último. LA DIRECCIÓN DE PERSONAL PARA EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS: LA SELECCIÓN Y EVALUACIÓN Una vez explicado cómo llegamos a los comportamientos éticos, es de nuestro interés saber de qué forma conseguiremos ese desarrollo de las competencias que nos llevará a los comportamientos éticos. La clave la encontramos en la dirección de personal. Cualquier organización, sea pública o privada, sea un hospital o un banco, es un conjunto de personas. Los directores de RR.HH., también llamados gestores de personas, son los que tienen la responsabilidad de implicarse en la estrategia de la empresa sus objetivos, su misión, e intentar inculcar en su gente los valores oportunos que facilitarán el logro de esos objetivos. Todo tiene que ir en sintonía, la misión que se marca la empresa, el para qué de su existencia, su razón de ser, tiene que ir acorde con los valores de sus integrantes para que la organización en su conjunto pueda contribuir favorablemente a la sociedad a la vez que cada persona se desarrolla plenamente, como hemos citado anteriormente, consiguiendo su felicidad. Para ayudar a desarrollar competencias es preciso comprender primero como las personas crean hábitos a base de tomar decisiones, y cómo podeos influir en este proceso. Las competencias, por ser comportamientos, son un resultado de las características Nº 217 • Enero • 2008 18/12/2007 22:50:53 Fomentando el desarrollo de ciertas competencias directivas, concretamente, las personales, podemos obtener una mayor tendencia a actuar de forma ética dentro de la organización innatas, conocimientos, motivaciones y habilidades de la persona. Las características innatas son aquellos aspectos genéticos que afectan al comportamiento y son difíciles de cambiar. Por tanto, al hablar de desarrollo de competencias nos vamos a centrar en el desarrollo de conocimientos, motivaciones y habilidades. Las vías para conseguir cada uno de estos desarrollos son, respectivamente, la información, la formación y el entrenamiento. G. Gómez-Llera y J.R. Pin (1994)9. Los conocimientos se obtienen a través de la adquisición de nuevos datos: información cuantitativa y cualitativa sobre la realidad. Esto se consigue habitualmente a través de la asistencia a cursos o de la lectura de libros especializados. Para incorporar efectivamente la nueva información al repertorio de conocimientos ya existente, se requiere claridad de exposición por parte del emisor, un medio de transmisión adecuado, y un cierto grado de apertura mental y esfuerzo intelectual por parte del receptor. Por ello, sin una adecuada actitud del que escucha o lee, es prácticamente imposible que pueda aprender nada. Las motivaciones son aquellos impulsos que una persona tiene frente a la acción. El desarrollo de motivaciones adecuadas requiere un proceso de formación que capacite a la persona para anticipar las consecuencias de sus acciones y omisiones. La formación se produce especialmente a través del ejemplo de otras personas y de los valores que promueve la cultura que rodea a la persona. Capital Humano 106 102_a_Dirección de personas_217.106 106 ciertas características innatas como el entrenamiento posterior. Por ello, desde las prácticas propias de la dirección de personal, pensamos, que se puede contribuir al desarrollo de dichas competencias que más tarde se convertirán en comportamientos éticos. Concretamente nos centraremos en la selección y en la evaluación de personal. SELECCIÓN “La selección es el proceso utilizado por las organizaciones para tomar una decisión sobre la adecuación de los candidatos para los puestos ofertados, amparándose tal decisión en la información obtenida mediante instrumentos evaluativos” dice Gómez Mejía (2001)10. En este proceso de decidir a quien contratamos en la empresa, deberíamos hacer ciertas consideraciones: 1.- Escala de valores del candidato: Debemos preguntarle abiertamente a qué le da importancia, cuáles son sus principios más marcados. Veámos algunos ejemplos de los diferentes tipos de valores y las cuestiones que podríamos realizar, según García, S. y Dolan, S. (1997)11: • Valores personales: ¿qué es para usted lo más importante en la vida? • Valores ético-sociales: ¿qué quiere usted para el mundo? • Valores ético-morales: ¿cómo cree que hay que comportarse con quienes le rodean? • Valores de competencia: ¿qué cree que hay que tener para poder competir en la vida? 2.- Tipo de motivación del candidato: También debemos averiguar el por qué hace las cosas una persona, con qué fin. Podemos distinguir, según la clasificación de Pérez-Lopez, J.A. (2000), tres tipos de motivos: • Motivos extrínsecos: lo que se espera recibir a cambio de la acción. Las habilidades son aquellas capacidades operativas que facilitan la acción. El desarrollo de habilidades requiere un proceso de entrenamiento. A través de la práctica adecuada, se van adquiriendo hábitos y modos de actuar que resultan más eficaces. • Motivos intrínsecos: lo que se espera aprender o disfrutar realizando la acción. Podemos deducir de este proceso de desarrollo de competencias que influyen tanto 3.- Misión personal del candidato: Stephen Covey (1997)12 presenta la misión • Motivos trascendentes: lo que se espera que otras personas se esperan de la acción. Nº 217 • Enero • 2008 18/12/2007 22:50:53 personal como aquella que conecta a la persona con su más auténtico propósito y con la profunda satisfacción que genera llevarlo a cabo. En otras palabras, podríamos definirla como lo que espera la persona de su vida, hacia donde quiere ir, qué es lo que busca en su sentido más amplio. Un ejemplo podría ser como comentábamos antes, la felicidad. Teniendo en cuenta estos tres factores podríamos cubrir la parte innata necesaria para el desarrollo de competencias personales. Sin embargo, también influye por otra parte el entrenamiento y para ello necesitamos la evaluación. EVALUACIÓN Es una vía para mejorar el rendimiento de los empleados. Cuando su fin es el desarrollo se utiliza como instrumento para comunicar las normas y valores organizativos. Ha sido la práctica más criticada y debatida de todas las prácticas de gestión durante décadas. Aunque existen diversos criterios, medidas e instrumentos para llevar a cabo una evaluación nosotros nos centraremos en la evaluación de competencias, donde debe evaluarse el nivel de desarrollo en el que se encuentra una persona con respecto a las necesidades de la empresa. Esta evaluación suele tener dos propósitos: • Averiguar si una persona encaja en un puesto • Indicar a una persona el grado de sus competencias para que pueda mejorar. Esta práctica permite al evaluado ser consciente de sus áreas a mejorar y de sus fortalezas y le da la oportunidad de elaborar un plan de mejora y corregir las cosas que no está haciendo bien. CONCLUSIONES Las organizaciones deben preocuparse por asegurar la presencia de la dimensión ética en sus quehaceres diarios. Esto es favorable tanto a nivel humano y social como económico. Para lograr impulsar estos comportamientos éticos, el departamento de personal debe cuidar, al detalle, un proceso de selección Nº 217 • Enero • 2008 102_a_Dirección de personas_217.107 107 Las motivaciones son aquellos impulsos que una persona tiene frente a la acción. El desarrollo de motivaciones adecuadas requiere un proceso de formación que capacite a la persona para anticipar las consecuencias de sus acciones donde sea importante los valores innatos que posee cada candidato. Estos valores, sumados a ciertos conocimientos, motivaciones y habilidades, darán lugar al desarrollo de competencias directivas personales como son la iniciativa, gestión del tiempo, toma de decisiones e integridad. Cuando estas competencias se conviertan en hábitos inconscientes a través de su repetición diaria, podremos decir que hemos asistido al nacimiento de los comportamientos éticos que esperábamos. \ REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1 Bueno Campos, E.: Curso Básico de Economía de la Empresa. Un Enfoque de Organización. Ed. Pirámide, 2001. 2 Pérez López, J.A: Fundamentos de la Dirección de Empresas (4ª Ed.), Rialp, 2000. 3 Guillén Parra, M: Ética en las organizaciones, Pearson, 2006. 4 D.C. Mclelland: Testing for competente rather than for intelligence, American Psychologist, 28: 1-14, 1973. 5 R. Boyatzis: The competent manager, Wiley, Nueva Cork, 1982 6 C. Woodrufe: Assessment centres: identifying and developing competentes, 2nd ed. Institute of personnel Management, Londres, 1993. 7 Cardona, P., Chinchilla, M.N: “Evaluación y desarrollo de las competencias directivas”, Harvard-Deusto Business Review, núm. 89, marzo-abril 1999. 8 García-Lombardía, P. Cardona, P. y Chinchilla, M.N: “Las competencias directivas más valoradas” IESE, OP-01/4, noviembre, 2001 9 G. Gómez-Llera y J.R. Pin.: Dirigir es educar, McGrawHill, Madrid, 1994. 10 Gomez Mejía, et al: Dirección y Gestión de RR.HH., 3ª edición, Prentice Hall, 2001. 11 García, S. y Dolan, S.: La Dirección por Valores. MC Graw Hill, 1997. 12 Covey, S.R: Los 7 hábitos de la gente altamente eficaz, Paidós, 1997. 107 Capital Humano 18/12/2007 22:50:53