TEMA 1 LOS MARGINADOS DEL SIGLO XXI NECESIDADES BÁSICAS DEL SER HUMANO La persona es un ser con numerosas complementan entre ellas para sentirse satisfecho. necesidades que se Las necesidades humanas universales son iguales en todas las culturas y momentos históricos. Además, deben constituirse en derechos inalienables, ya que su posesión y práctica promueven la dignidad del individuo y las sociedades. Ir cubriéndolas en el proceso de desarrollo personal de un modo armónico facilita un desarrollo sano, autónomo y participativo. De manera genérica las necesidades fundamentales se podrían resumir de la siguiente manera: subsistencia (salud, alimentación, etc.), protección (sistemas de seguridad y prevención, vivienda, etc.), afecto (familia, amistades, privacidad, etc.) entendimiento (educación, comunicación, etc.), participación (derechos, responsabilidades, trabajo, etc.), ocio (juegos, espectáculos) creación (habilidades, destrezas), identidad (grupos de referencia, sexualidad, valores) y libertad (igualdad de derechos). Es clásica la jerarquía de necesidades del psicólogo Abraham Maslow, que la describe como una pirámide que consta de cinco niveles. Resultan interesantes los matices de los últimos niveles: 1. Necesidades fisiológicas básicas Son necesidades fisiológicas básicas que incluyen: beber, comer, dormir y eliminar los desechos. 2. Necesidades de seguridad y protección Dentro de ellas se encuentran: seguridad física, de empleo, de ingresos y recursos. 3. De pertenencia y afecto Están relacionadas con el desarrollo afectivo y son las necesidades de asociación, participación y aceptación. En las relaciones sociales se encuentran: la amistad, el afecto y el amor. Se satisfacen mediante actividades laborales, deportivas, culturales, recreativas, etc. 4. Estima o reconocimiento El ser humano no sólo necesita la remuneración económica sino que se le reconozca su labor. 5. Autorrealización Se halla en la cima de la jerarquía, a través de la autosatisfacción. Un individuo encuentra el sentido a la vida mediante el desarrollo del potencial personal en una actividad. Se puede cubrir esta necesidad cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados. La satisfacción que genera en la persona tener cubiertas las necesidades básicas lleva en último término a una determinada calidad de vida. 1 Las necesidades humanas puramente fisiológicas son las que se asumen con mayor fuerza y las que más claramente sentimos como carencias, como “falta de algo” (comer, beber...). Sin embargo, en la medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recursos para una verdadera autorrealización. Por ejemplo, la necesidad de participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es potencial para amar. Sintetizamos las ideas anteriores mediante la siguiente reflexión: el ser humano tiene la capacidad, no sólo de sobrevivir, sino de vivir en plenitud y para ello debe tener cubiertas sus necesidades básicas. No tener acceso a alguna de las necesidades básicas genera pobreza. POBREZA, MISERIA Y MARGINACIÓN El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), incluye el grado de nivel económico alcanzado por los países como factor determinante de la pobreza. Sin embargo, la relación entre crecimiento económico y calidad de vida es necesaria pero no suficiente. En efecto, es condición necesaria que los recursos disponibles, sobre todo económicos, sean suficientes para satisfacer las necesidades de una sociedad y que éstos se utilicen para accecer a los servicios de salud, de educación, de alimentación, de vivienda y a salarios justos. Aunque la pobreza no es algo exclusivo de los países pobres, éstos destacan, además de por los bajos ingresos económicos, por la escasa o nula educación escolar, los altos índices de desnutrición y enfermedades, de desempleo, así como de las condiciones pésimas de higiene, sin contar con la falta de apoyo político y jurídico a numerosos grupos sociales y contra los atentados a la naturaleza. Se generan así situaciones problemáticas de hambre y mendicidad, prostitución, drogadicción y alcoholismo, existen guerras y delincuencia, generan presos y víctimas de la guerra y del terrorismo, se desplazan refugiados y emigrantes, se margina a las minorías étnicas, a ancianos, niños, discapacitados, a víctimas de la violencia doméstica... Tradicionalmente se dice que vivir por debajo del umbral de la pobreza en los países pobres indica hacerlo con menos de dos dólares al día, dato enormemente generalista y relativo. Cada país establece su parámetro en un índice según su economía nacional. Para el caso español se consideran los niveles de pobreza relativa por debajo del 60% de la media. Si lo comparamos con el caso español, según la encuesta de condiciones de vida para los residentes en el año 2009, el 19,5% de la población residente vive por debajo del umbral de la pobreza. En esta 2 encuesta, el umbral de pobreza se sitúa en 7.945 euros netos por persona. Estos datos ponen de manifiesto que un hogar constituido por una pareja en la que sólo trabaje uno de ellos y tenga un sueldo de mileurista, vive en el umbral de la pobreza. Pero, como bien se ha indicado más arriba, la pobreza no sólo tiene matices económicos. Así, definimos la pobreza como la falta de acceso a los derechos no sólo económicos, sino también sociales y/o culturales que impiden vivir dignamente. Cuando la pobreza recae en una situación social de desventaja económica, profesional, política o de estatus social producida por la dificultad que una persona o grupo tiene para integrarse en algunos de los sistemas de funcionamiento social, hablamos más concretamente de marginación. La miseria puede ser entendida como la expresión extrema de la pobreza, que genera una insatisfacción absoluta. Aunque depende del Estado en el que se encuentren algunos colectivos, existen distintas causas de marginación a nivel mundial: 1. Marginación por escasa o nula productividad: ancianos, pensionistas, niños, disminuídos físicos, disminuídos psíquicos, enfermos, refugiados, víctimas de la guerra y del terrorismo. 2. Marginación por represión y reclusión: se trata de conductas tipificadas como ilícitas en el ordenamiento jurídico vigente en el país de que se trate, y por tanto padecen una doble exclusión, social y legal: prostitutas, drogadictos, alcohólicos, delincuentes, presos, inmigrantes clandestinos, homosexuales, vagabundos, mendigos... En algunos de estos colectivos la margnalidad surge cuando lo combinan con la pobreza u otro tipo de marginación. Así, las personas que tienen dinero no necesitan robar para pagarse las drogas o el alcohol, cuando desean consumirlas, o para las clínicas, cuando desean curarse. Jamás se les tilda de marginados. 3. Marginación cultural: se trata, en este caso, de minorías étnicas y raciales, religiosas, mujeres... A veces se da un choque de diferentes culturas que comporta una jerarquía de valores distinta y, en consecuencia, un conflicto social que, a veces, desencadena racismo o xenofobia. 4. Automarginación: determinadas minorías sociales (okupas, neonazis, sectas, etc). Se produce por una insatisfacción por la adquisición de las necesidades básicas personales o del grupo al que pertenecen. LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y SUS REPERCUSIONES La globalización económica o neoliberalismo parte de una filosofía, una concepción a favor del individuo y de rechazo a todo lo que sea participación del Estado en la actividad económica. Lo ideal es que funcione el mercado y 3 que éste sea lo más libre posible, que las economías se inserten en mayor medida en el contexto internacional; que se liberalicen las mercancías y los capitales, que se liberalice y se flexibilice el mercado laboral. De esta manera se diluye la idea de sociedad en favor del individuo, en concreto al individuo consumista. La soberanía de los estados ve desplazado su protagonismo y tiene que compartir su poder y su capacidad de decisión con otros poderes que utilizan lógicas transnacionales (multinacionales, OMC, UE, etc). Actualmente el crecimiento de un país se mide según el Producto Interior Bruto, PIB, y el PIB per cápita (según la producción que será consumida) y no en parámetros más cercanos a la calidad de vida, como, por ejemplo, el IDH o Índice de Desarrollo Humano (mide, no sólo el nivel económico sino también el índice de alfabetización y la esperanza de vida de un país). El neoliberalismo surge en los años ochenta y sus consecuencias han sido globales, tanto desde el punto de vista económico como desde otros ámbitos territoriales (políticos, culturales, medioambientales, etc.). Lo impulsaron los presidentes Reagan y Thatcher, grandes críticos del keynesianismo (teoría que favorecía un fuerte proteccionismo económico después del Crack de la Bolsa de Nueva York de 1929). Desde entonces se ha acelerado el proceso de privatización de las empresas que han sido tradicionalmente públicas y se ha controlado la inflación de los precios para que un país sea competitivo. Si la producción industrial y el petróleo fueron la base de medición del capitalismo en el siglo XX, desde los ochenta recae en el PIB, sustentado desde entonces en el sector terciario (en las dos últimas décadas de un modo significativo en el turismo, el boom inmobiliario y el mayor y más complejo movimiento de capital y de los diversos productos financieros –seguros, préstamos-). Breve reseña histórica Las causas del neoliberalismo se encuentran en la crisis económica originada en 1973, cuando el precio del petróleo se multiplicó por tres. Los países productores ganaron ingentes cantidades de dinero. Bancos privados acudieron entonces a países compradores con tipos de interés extremadamente bajos. El 60% de los créditos fueron a parar a países pobres. A finales de 1979 ya se habían multiplicado por cuatro los tipos de interés, lo cual hizo inevitable la adquisición de nuevos préstamos para hacer frente al pago de deudas impagables, provocando a partir de ahí la catástrofe económica de esa década y la multiplicación de la deuda. A ello se unió una fuerte subida del precio del dólar y la caída del comercio mundial, despreciándose las exportaciones de productos del Sur que no fueran petróleo. Se iniciaron, además, planes de ajuste estructural llevados a cabo por gobiernos de países endeudados para reducir el gasto público y mejorar la 4 recaudación fiscal. Se llegó entonces a una situación, que metafóricamente explicaba el analista Ignacio Ramonet, en la cual los países del Tercer Mundo invertían más dinero en devolver los intereses de esa deuda que en su propio desarrollo: “Usted para comprar un piso, pide un crédito de 10 millones con un interés al 5%, pero a los tres meses el banco le sube el interés al 8% y uno no puede quejarse. A los 6 meses, se lo sube al 20%, con lo que el préstamo que pidió podría haberlo pagado pero con este ya no puede (...) Esto es lo que ha pasado con la deuda externa. (...) Ahora [los países pobres] están obligados a exportar para conseguir divisas con las que pagar los intereses de su deuda exterior. De esta forma, el país está volcado al comercio exterior y ello le impide ocuparse de su mercado interior. Sabido es que en la época en la que se originó el problema de la deuda muchos gobiernos dictatoriales entraron en este círculo vicioso. Entre otras causas, la fuga de capitales privó a estos países de una fuente de ahorro interno imprescindible para el impulso del propio desarrollo”. La socialización de pérdidas, una práctica habitual en los setenta por la que el Estado figuraba como aval de las concesiones exteriores de préstamo a agentes privados, también explica parte del origen del problema. Las inversiones fallidas o la insolvencia de estos agentes hizo que determinadas deudas particulares pasasen automáticamente a convertirse en deuda pública. La deuda externa es la suma de las obligaciones que tiene un país con respecto de otros, que se componen de deuda pública y deuda privada. En principio el endeudamiento no es malo, pero se vuelve un problema cuando dicha deuda no se utiliza realmente para lo que fue solicitada o bien cuando las condiciones de devolución se endurecen, siendo así una de las causas del subdesarrollo más que un camino para resolverlo. La deuda externa con respecto a otros países se da con frecuencia a través de organismos de la ONU como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Los países ricos, aunque pidan préstamos, son a la vez acreedores de otros países. Actualmente, en muchos países del Tercer Mundo la deuda es tan grande que el país no es capaz de pagar ni los intereses, con lo que la deuda va creciendo con el tiempo, en vez de disminuir. Así, el desarrollo económico del país puede ser imposibilitado por la deuda, entrando en una espiral de empobrecimiento. Tercer Mundo y Cuarto Mundo El término Tercer Mundo fue acuñado en los años cincuenta para referirse a los países de Asia, África y América Latina poco avanzados tecnológicamente, con economía dependiente de la exportación de productos agrícolas y materias primas, altas tasas de analfabetismo, crecimiento demográfico galopante, altas tasas de mortalidad y de mortalidad infantil, y 5 gran inestabilidad política. En muchos casos, además, están expuestos a desastres naturales que provocan más destrucción que en el Primer Mundo por las deficiencias en las infraestructuras. En ellos es más patente la miseria. Con la losa de la deuda externa en estos países, muchos autores prefieren hablar de Países Empobrecidos, por encontrar las causas de su empobrecimiento en las consecuencias globales del nuevo modelo capitalista. Por otro lado, el crecimiento económico de los países desarrollados ha dado origen a lo que se conoce como Cuarto Mundo, un término utilizado por primera vez en los años 70 y que engloba a todas aquellas personas que residen en los países más avanzados pero se encuentran excluidas o en riesgo de exclusión social. Esta situación se produce cuando la riqueza se distribuye de manera desigual y la línea que separa a ricos de pobres se convierte en un abismo. Agrupan a un amplio y variado grupo de marginados que ocupan un mismo espacio físico, pero no social. En ocasiones son beneficiarios de ayudas sociales. Según datos de Médicos del Mundo, sólo en Europa residen más de 40 millones de personas pobres, de los 731 millones que habitan el continente. La crisis actual, otra consecuencia de la globalización Con la crisis actual, iniciada en 2008, esta situación se está agudizando en el Tercer Mundo. La crisis se ha originado en Estados Unidos, pero tiene repercusiones internacionales y matices según qué países. Los principales factores causantes de la crisis son, a diferencia de la de 1973, la explosión de la burbuja inmobiliaria, una elevada inflación planetaria, con fuertes subidas de precios de las materias primas, una crisis alimentaria mundial, así como bancaria, provocada por una crisis crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados. En muchos países desarrollados la crisis está incidiendo duramente, como es el caso español, donde se ha desarrollado un nuevo intervencionismo económico por parte del Estado en la banca; se han generalizado las regulaciones de plantillas en las empresas y han disminuido las ofertas de trabajo, disparando así las tasas de paro. Como consecuencia está aumentando la deuda pública y externa, que se solventa con la subida de impuestos, así como las deudas privadas y familiares, que están provocando un aumento de la marginación. Las clases medias y, sobre todo, las bajas, son las que más sufren la crisis actual, por lo que aumentan los índices de pobreza. En los países pobres está creciendo el hambre y la deuda externa; además, están dejando de percibir ayudas económicas de muchos países ricos que intentan solucionar sus problemas de liderazgo económico. Todo esto provoca, además, tensiones diplomáticas y gobiernos radicalizados, que agravan aún más la situación social. 6 Más consecuencias de la globalización Si bien la globalización ha generado unas posibilidades de calidad de vida impensables para muchos seres humanos en décadas anteriores, el gran problema de nuestro mundo continúa siendo la desigualdad. En gran parte la causa radica en las estafas de las complejas redes financieras internacionales, afectando en primer lugar a los más pobres y marginados, y continuando con los que rozan el umbral de la pobreza. 1. El crecimiento económico neoliberal perpetúa las desigualdades: tres cuartas partes de la humanidad se sienten afectadas por las leyes del mercado. El modelo neoliberal genera un proceso insostenible que no garantiza a todos los mínimos para vivir con dignidad. 2. Por otro lado, han aumentado y son más profundas las agresiones al medio ambiente. Los países ricos consumen productos elaborados en la mayoría de los casos con recursos naturales y mano de obra del Tercer Mundo, y a un ritmo insostenible. Si el Primer Mundo ya esquilmó su medio natural con las primeras revoluciones industriales, en la actualidad pretende ser ecológico en su territorio mientras las multinacionales explotan las materias primas y fuentes de energía de otros continentes. Asimismo, los países pobres asumen dichas pautas de consumo, no respetando en numerosas ocasiones sus propios ecosistemas. Y son ellos quienes sufren más pérdidas de vidas y riesgos de salud derivados de este deterioro. 3. Con la estandarización de productos y servicios, en todos los continentes se han asumido los rasgos culturales de la civilización occidental como símbolo de la globalización y de desarrollo, a la vez que se pretenden reivindicar los rasgos culturales locales. En esta homogeneización se han diluido valores éticos cimentados en las diferentes civilizaciones del mundo, provocando un proceso de alienación del individuo. Pero, al mismo tiempo, la defensa de las identidades locales han generado en algunas ocasiones reacciones adversas, incluso violentas, contra Occidente u organismos supranacionales. Un paso más allá lo han generado los fundamentalismos políticos y/o religiosos, que desencadenan nuevos procesos de represión y pobreza. 4. Una consecuencia de la globalización es la multiculturalidad causado en gran parte por los actuales flujos migratorios. La falta de entendimiento entre culturas que conviven en un mismo territorio es una amenaza constante de desintegración socioeconómica, que en el caso del inmigrante lo puede sumir en la pobreza y la marginación. Entre los aspectos positivos y las posibilidades que el ser humano ha generado con la globalización destacan: 1. El acceso a un creciente número de personas al conocimiento y a la información. 2. La comunicación entre pueblos, que han generado ricos mestizajes y nuevas fusiones culturales. 7 3. El rescate de las tradiciones culturales y del folclore, aunque valoradas en muchos casos como bienes de consumo. 4. El desarrollo de una sensibilización ciudadana en favor de los derechos humanos, con un aumento de la tolerancia y el desarrollo de movimientos sociales. Especial importancia en este sentido tienen las ONGs, los procesos de desarme y la consolidación del Tribunal Penal Internacional. 5. El desarrollo de la creatividad y la innovación, aplicado a un sinfín de actividades, productos y servicios. Especialmente llamativa es la innovación tecnológica. Sin duda vivimos un momento de crisis, un momento idóneo para preguntarse qué tipo de sociedad y de mundo queremos construir. Momento, en definitiva, en el cual se nos exige la lucidez necesaria para saber percibir las posibilidades emergentes que podemos encontrar en la realidad presente. Las crisis son, pues, un toque de atención para cambiar de rumbo y edificar un mundo sobre otras bases. Es el momento de ser lúcidos y creativamente atrevidos. 8