Conferencia de Pino Solanas en la Facultad de Física y Matemáticas de Córdoba 5-6-07 Pino: bueno, buenas tardes. Mis disculpas por este retrazo. Mi querido amigo, Sergio Tagle... algo le pasó, porque quedó en pasarme a buscar 6 menos 20, y él es el culpable de este extraordinario... esta extraordinaria recepción, así que le estoy infinitamente agradecido a Sergio, y a todos los muchachos y autoridades de esta casa, que me permiten este privilegio de poder conversar o aportar nuestros puntos de vista en vísperas del estreno de esta última película mía, Argentina Latente, que intenta correr el injusto velo, el olvido, a uno de los patrimonios más ricos que desarrolló la Argentina a lo largo de su historia. Ese patrimonio consiste en lo que fueron aportando miles de artesanos y técnicos, miles de ingenieros de todas las especialidades, y miles de científicos, investigadores, biólogos, médicos, técnicos, físicos, matemáticos, etc. etc. etc. Lo más curioso del caso es que a mi se me ocurrió hacer esto al constatar el vacío informativo que había sobre esta materia. En otros países es orgullo nacional, es una fiesta nacional, celebrar los logros espectaculares de su tecnología y de su ciencia. Andando por los caminos de la patria descubrí que modestos ciudadanos, incluso funcionarios, y profesionales, no tenían ninguna idea de quién había construido ese puente espectacular, o aquella represa hidroeléctrica: ¿quién la concibió? ¿quién la ideó? ¿quién estuvo al frente de su construcción? ¿Y estos aviones, que parece que eran buenos? No estoy hablando de hace muchísimos años... Hace muy poco tiempo, a comienzos de los años ’90, el avión de entrenamiento Pampa compitió en 2 licitaciones internacionales con los mejores aviones del mundo. No encontré a nadie que supiera quién había concebido y dirigido todo eso, como tampoco en otras disciplinas de la ciencia. Lo más escandaloso es que hace dos o tres meses, se inauguró en Australia otra “tontería” Argentina... un reactor de alta sofisticación, un reactor nuclear para investigaciones científicas. Es decir, es un súper reactor, mucho más sofisticado y refinado que cualquiera de los simples reactores de generación eléctrica. Allí trabajaron durante 4 años 80 u 90 ingenieros y físicos nucleares argentinos. Ese reactor fue ganado por licitación a las mejores y mayores empresas de construcción atómica del mundo. La General Atomic de Estados Unidos, la Siemens, la otra empresa francesa que construye submarinos nucleares, etcétera, etcétera. Nadie sabía quiénes lo habían construido. Entonces, no solamente es un dato menor... es un dato escandaloso. Es un hecho que debe provocarnos dolor de hasta qué punto el sistema informativo de vaciamiento cultural y comunicacional argentino ha producido semejante agujero, semejante olvido. Argentina tendría que haber celebrado como una fiesta nacional la inauguración de este reactor argentino en Australia. No nos hubiera extrañado, pensándolo bien, que hubieran partido varios charters con cientos de argentinos, y que el canal público de televisión hubiera transmitido en cadena la inauguración. Fue una noticia más, como si producir semejante complejidad fuera un tema menor y cotidiano. En consecuencia, esta película hace de esa certidumbre, de esa injusticia, y también del hecho que buena parte de los argentinos sienten que somos un país pobre, que no tenemos nada porque lo perdimos todo, y que no tenemos capacidades para la ciencia y la técnica. Lo que si todos recuerdan es que miles de argentinos profesionales e investigadores han venido abandonando el país, quebrando familias, porque claro, el país no tiene destino para los jóvenes investigadores, para los jóvenes que tienen vocaciones científicas. Bueno, la respuesta es obvia, Argentina es uno de los territorios y naciones más ricas del mundo. No encontré nadie que supiera que Argentina es la sexta reserva metalífera del planeta. No es solo uno de los 5 países exportadores de granos... es la 6ta reserva de metales. Por supuesto, todas estas noticias están bien silenciadas, hay que buscarlas con lupa en los diarios. 1 País riquísimo, que produce una gran riqueza, que se va al extranjero, que no nos queda nada de esta riqueza aún hoy, y por supuesto las empresas de servicios públicos que fueron privatizadas así como el petróleo y el gas, sigue estando en manos extranjeras, porque no hay decisión contraria. Pero casi todos los bienes públicos fueron dados en concesión, y las concesiones tienen un límite de tiempo, y pueden ser revocadas por no cumplimiento de las cláusulas contractuales, ¿me entienden? Tal es el caso del petróleo. Las corporaciones petroleras estaban obligadas a perforar nuevos pozos para reponer las reservas que se iban chupando. Esto no lo hicieron, y ningún gobierno fue capaz de obligarlas a cumplir con la ley. ¿Me entienden? Porque todo tiene razones. Cuando no hay razones y el sistema mediático no da razón a ninguno de los hechos, ni explica las causas, terminamos creyendo que este es un país maldito. Acá hemos vivido con gobiernos que han permitido basurear los compromisos contraídos con la nación, y por supuesto con la Constitución también. Más de la mitad de las concesiones petroleras violan la ley nacional de hidrocarburos 17.319, que está en vigencia. Esta ley dice que ningún concesionario puede tener más de 5 áreas de explotación. Repsol tiene 60 y tantas, Petrobras 28, Pluspetrol 14 o 15... los años ’90 dejaron un racimo de complicidades con el saqueo de los recursos naturales del país. Esto no ha sido revertido, mal que le pese a muchos compañeros y muchos amigos cuyas esperanzas son mayores y les impide ver hechos de la realidad. Yo no he perdido las esperanzas, pero soy testigo de 50 de la vida política nacional, y he constatado a lo largo de este medio siglo una tendencia, yo no diría cualidad, diría una limitación de los espíritus argentinos que con mucha facilidad depositan toda su fe y esperanza, apasionada, militante, y le cuesta mucho ver el desvío, o la simple traición, de los puntos de partida. Miren, yo tenía 20 años y fui testigo de la gran campaña por “Frondizi Presidente” para impedir el continuismo del golpe gorila... Recordemos que la revolución libertadora a los pocos meses se pasó a fusil a 15 o 20 argentinos... incluso se dio el abuso de fusilar a dos dignos generales en la prisión de presos comunes: la Penitenciaría de Buenos Aires. Venía de bombardear la Plaza de Mayo un mediodía, 16 de junio del 55. Entonces, en aquellos años de oposición a ese régimen que había confinado a 4000 dirigentes sindicales y sociales en Ushuaia, y otras tantas en la Patagonia, llegó Frondizi con un proyecto de nacionalismo económico y de acabar con las leyes del régimen gorila. Pero a los 45 días, lejos de hacer esto, ascendía a general de ejército a Aramburu, y almirante a Rojas. Y se ponía a negociar contratos, cesiones y concesiones petroleras. En aquel momento, tenía 23 años, yo era secretario privado del que era presidente de Gas del Estado, un verdadero talento, un ingeniero argentino, que en el año ’46 fue nombrado presidente, el primer presidente de Gas del Estado, y que le dice a Perón “General, yo me hago responsable de traer el gas desde Comodoro Rivadavia a Buenos Aires. Será el gasoducto más grande o más largo del mundo. Yo me hago responsable de esto.” –“¿y cómo lo financiamos?” le pregunta Perón... “Lo vamos a financiar con lo que produce la empresa.” En el año 48 se inauguraba el gasoducto más grande del mundo, ese ingeniero era Julio D. Canessa, que se había formado en la YPF de los Generales Mosconi y Baldrich, en los años ’20. Uno que hacía de la ética, de la defensa de la ética pública, de la ética de la nación, bandera mayor. Te discutía hasta el precio de una silla cuando hubo que comprar sillas. Bueno, la YPF de Mosconi no entregaba un lápiz nuevo si no le devolvías el cabo del lápiz usado. El patrimonio público, el capital de la sociedad, es más sagrado que el capital individual. Estos conceptos estaban entonces. Bueno, yo fui testigo de cómo se traicionaron las esperanzas del año ’58, como Frondizi fue para otro lado, y 8 meses después estaba Álvaro Alzogaray como ministro de economía y por supuesto “nos tiraron desde el balcón”... y con Canessa nos fuimos a casa. Desde entonces estuve yo ligado al tema de la energía. Eso hizo que en los años ’90 cuando fui elegido diputado nacional o aún antes, cuando se empezó a rumorear en el ’90 que venía la privatización de YPF, fui de los primeros que salió a atacar a Menem por la privatización de YPF. “No, no van a privatizar nada”, decían los compañeros. “¿cómo se te ocurre que van a vender YPF?”, “Van a privatizar algunas empresas burocráticas”; “No seas ansioso, dejá que tome tiempo”. Lo llamaban el tigre de los llanos... pero en verdad no era “Tigre” sino la Comadreja de los llanos, por su capacidad destructiva. “Pero lo que está haciendo es táctico”. Pero yo no podía aceptar la Reforma del Estado. La aceptaron todos los dirigentes, que deberían ser juzgados por traidores a la patria: el Congreso le delegaba al 2 Poder Ejecutivo, contra lo que dice la Constitución Nacional, la facultad de vender todo el patrimonio público, sin balance ni inventario. No existe en la historia nacional un abuso semejante. Y a 2 meses de asumir Menem, toda la dirigencia, y los compañeros más combativos, decían “es un juego táctico”, “no es tan así”, “dejá el tiempo”. Bueno, igual pasó con Alfonsín. Cuando en abril del ’85, en plaza de Mayo, mandó a su militancia a casa, porque entrábamos en la economía de guerra. Y caía el plan económico de Grinspun, gran ministro de economía que cuestionaba la deuda externa que había dejado la dictadura, porque era una canallada, una estaba monumental: de esos 42.000 millones de deuda externa, 26.000 era deuda privada, de la cual no había constancia en ningún banco, ni en el Banco Central. Había sido la estafa de la bicicleta financiera... las empresas se hacían dar créditos en el extranjero, sacaban el dinero, entraba al país y volvía como aval de nuevos créditos... eso está contado en la película Memoria del Saqueo. Esa deuda privada la reconoce el gobierno de Alfonsín en el año ’85, cuando Machinea... el “joven y brillante” Machinea... se hace cargo del Banco Central y por primera vez reconoce la deuda externa, otorgando pagarés del Banco Central, ya que no había ni un registro de la existencia de esa deuda. Por supuesto, también se le dijo a las militancias “estos son juegos tácticos, tené confianza, hay que apoyar al gobierno, la crisis siempre es muy honda...” El principal argumento fue siempre “estamos en una crisis monumental”... Ese fue el principal argumento del plan Prebisch en el ’56, fue el principal argumento de Frondizi, en el ’58... Grinspun fue despedido por Alfonsín, y vino Sourrille con el plan Austral. Y dos años después vinieron las leyes de impunidad al terrorismo de estado. Y con Menem pasó otro tanto. En consecuencia, queridos amigos, y veo muchos jóvenes, que es lo que más me interesa, hay un conjunto de principios y de normas fundantes de una nación democrática, porque puede haber proyectos de otro signo, en el marco de una Nación que retoma las tradiciones latinoamericanistas y emancipadoras de la causa de Mayo, de San Martín, de Bolívar, de Artigas, de estas tradiciones, hay un conjunto de principios fundantes, donde sea quien sea el que viene y no los respeta, hay que decirle No. Lo que no significa negar todas las cosas buenas que de pronto ese gobernante pudo estar haciendo. Yo estoy diciendo que después de tantos años he sido testigo, en estos 50 años, testigo activo, de esta porción de la historia Argentina. Vacúnense contra las pasiones desenfrenadas que impiden ver la violación de algunos de esos principios fundantes de un país democrático e independiente. En el año ’89 se votó la ley de Reforma del Estado, y en el ’90 se empezó a vender todo. Y en el ’91 estaban todos tan desarmados que fueron testigos mudos de la gran estafa de la privatización de las dos primeras empresas del país: YPF y Gas del Estado. En el Congreso votaron diputados “truchos”, salió en los diarios. Se pusieron recursos de amparo, pero como lo primero que hizo Menem fue privatizar los medios de comunicación, tras pacto con los grupos mediáticos, a los que les dijo: “apoyen mi plan privatista y les entrego el canal por casi nada”. También Menem multiplicó los jueces de la Corte Suprema, con jueces amigos, y multiplicó las cámaras federales. En consecuencia, toda denuncia contra los graves delitos federales que se cometieron, eran encajonadas. Y vuelvo a esto: ¿qué es esto? Córdoba: la madre de la industria metalmecánica Argentina. Desde ésta Córdoba surgió el polo industrial, tecnológico y científico que habría de desarrollar las industrias nacionales de punta, pioneras de esta epopeya. Fue el brigadier de la Colina con la Fábrica Militar de Aviones, que en 1930, construye con diseño propio el primer prototipo diseñado y fabricado enteramente en el país. En el año 45 al 47 construirían 200 aviones de entrenamiento, el DL, y ahí le toca el turno al ingeniero Brigadier Juan Ignacio San Martín, que despieza el avión ya construido “DL” y le dice a Perón “yo voy a intentar construirlos en Córdoba, hacen falta 200... pero déjeme intentarlo”. No se podían importar aviones de entrenamiento, acababa la guerra, nadie te vendía un avión. Entonces desarmó el avión, y en un gran hangar colocó todas las piezas. Llamó a los 300 talleristas y pequeños industriales de córdoba, y les dijo “señores, tengo que construir 200 aviones, ¿quién se anima?”. Bueno, fue un día entero de deliberaciones y recorridas, y después se construyeron los 200 aviones. Nadie puede imaginarse cómo fue posible que un año después, en esa fábrica estaba saliendo el primer avión a reacción del hemisferio sur, el Pulqui 1. Octavo país en el mundo. ¡Con qué velocidad! Hoy nos cuesta creer que en el año ’50 Argentina había construido un caza 3 bombardeo que competía en calidades con el mejor avión norteamericano, y el mejor avión ruso. El “Sabre 86” y el “Mig 15”: era el Pulqui 2. Por supuesto los odios y las presiones internacionales han sido tan grandes para impedir el desarrollo nacional, que en el año ’56 cuando hubo que comprar aviones de combate, la famosa revolución libertadora compró los “Gloster Meteor” ingleses, infinitamente inferiores al Pulqui 2. Ese dinero que tendría que haber alimentado la fábrica, para construir 24 o 36 aviones, fue a parar a los ingleses. Alguno se preguntará “¿pero tan importante es la fábrica militar de aviones?”. Bueno, las industrias de armamentos en la Argentina tenían como fin servir a la defensa nacional, sobre todo cuando nacía un gran proyecto nacional que aspiraba a ayudar a la patria grande, independizarse de los poderes económicos. Mirándolo desde adentro, estos proyectos permitieron la acumulación de una masa de materia gris descomunal. En la fábrica militar de aviones trabajaban 10.000 técnicos e ingenieros de todas las especialidades... desde la metalurgia a combustibles, electrónica, aleaciones, etcétera etcétera. Bueno, este gran canalla de Menem terminó de romper el plan aeronáutico argentino, entregando gratis al primer consorcio armamentista del mundo, la Lockheed-Martin, la fábrica. Es más: le pagamos nosotros a ellos para que mantengan nuestros aviones. Lo cuenta muy bien en la película el comodoro Alfredo Aguirre que está acá con ustedes. Esto se entregó a cambio de nada. Se le entregaron incluso las patentes de todos los aviones nacionales a la Lockheed-Martin. Yo le pregunto, “pero, ¿el Pampa es de la Lockheed-Martin?”... “sí, sí”. ¿Hasta qué punto este gigantesco traidor a la patria que hoy es Senador de la Nación, -y que me avergüenza hasta el vómito- hasta qué punto ese Congreso, ese Senado, es una cloaca nacional? Pero no fue solamente eso, sino que al proyecto Embraer, proyecto Brasilero, lo abandonó. Voy a hacer historia: Argentina aventajaba a Brasil, no solamente en petróleo, sino también en aviación. Le sacaba muchos cuerpos de ventaja. Cuando Argentina había construido el Pulqui en el 50, y el Pampa en los años 80, los brasileros habían llegado con un avioncito turbo hélice que se llamaba Tucano. Y Brasil le propone a Argentina producir un avión de pasajeros conjuntamente. Es el llamado proyecto Embraer. El gobierno de Alfonsín entra, y hace un aporte de 40-50 millones de dólares. Construyen un primer prototipo del Embraer y no es satisfactorio. Hay que hacer una nueva inversión para continuar. Hay que colocar otros 50 millones de dólares. Menem dice “no, no vamos a gastar tanta plata”. Pagó su avión presidencial “Tango 1” 58 millones de dólares. Hoy la fábrica Embraer es líder mundial en fabricación de aviones de pasajeros, hasta 120 pasajeros. Encontrás aviones Embraer en la compañía Alitalia, en la Lufthansa, en la compañía Suiza, en Copa, en Continental, y en 20 o 30 compañías internacionales más. El proyecto Embraer le da a Brasil más beneficio que toda la exportación del café. Lo que vivimos en los años ’90 fue la destrucción de las potencialidades industriales y científico técnicas argentinas. Es la época que Cavallo manda a los científicos a lavar platos. Que un súper ministro de economía diga eso, debería ser una conmoción nacional, porque es de una ignorancia que no tiene nombre. La comunidad internacional está entrando en la sociedad del conocimiento, donde el recurso científico técnico es el más buscado, y los señores Menem y Cavallo, sin ninguna inocencia o ignorancia, argumentaban de que era más barato importar ciencia y tecnología. Claro, esto era funcional a retrotraer al país primario, solo productor de materias primas, para agonía de la industria nacional. Piensen que en la aventura neoliberal, promovida por planes minuciosamente estudiados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario, termina en la catástrofe del 2001, donde el 80% de las grandes empresas argentinas pasaron a manos extranjeras. ¿Cuál es la importancia de esto? Miren... cuando una empresa es extranjera, no produce tecnología en el país. La importa, ¿entienden? La tiene hecha y la trae. Las automotrices internacionales no son industria nacional, son armadoras nacionales. Producen algunas partes de sus repuestos, pero la inteligencia y la ingeniería, no es nacional. Esto es gravísimo. ¿Por qué? Porque la masa de miles y decenas de miles de científicos, ingenieros e investigadores, los tiraron a la basura, o les dijeron “hagan las valijas y váyanse. No hay trabajo para ustedes”... Algún despistado, malintencionado o estúpido puede creer que se defienden las empresas del Estado por nacionalismo o posición ideológica. Las empresas del Estado son los bastiones de 4 la tecnología nacional. Junto a cientos de pequeñas y medianas empresas y fábricas subsidiarias aseguraban investigación genuina nacional. Le encargaban a técnicos e ingenieros argentinos la producción de piezas, máquinas, herramientas, y complejos industriales. Cuando esto se acaba, el destino que le queda a un país, es decirle a sus hijos “chicos, el país está maldito, hagan las valijas y váyanse, no hay trabajo, no hay desarrollo de la ciencia y la tecnología”. En los años ’90, junto a otros éxodos por los maltratos, persecuciones al sector científico-técnico, bajos presupuestos, se produjo una de las mayores fugas de cerebros argentinos hacia fuera. Hoy 50.000 profesionales e investigadores de lo mejor del país, están trabajando en el extranjero. Lo cual representa una desinversión colosal, porque todo eso nos ha costado muchísimo dinero producirlo, ¿no? Y se lo regalamos a los del norte, sin que les haya costado nada. En consecuencia, el compromiso de desarrollar industria tiene que ver con la necesidad de reasegurar trabajo genuino en todas las especialidades, para que el país alcance grados de independencia y soberanía nacional. Las empresas del Estado eran el motor de la tecnología nacional. YPF, Gas del Estado, los 37 talleres-fábrica ferroviarios donde se fabricaban locomotoras diesel a vapor y todo tipo de vagones, y esos 37 talleres fábrica, al mismo tiempo, estaban alimentados por cientos de pequeñas fábricas. Bueno, en consecuencia hemos vivido en los años ’90 un plan minuciosamente estudiado de desindustrialización del país... y cuando digo minuciosamente estudiado, está en el discurso y las posiciones del Departamento de Estado, años ’70, y de Henry Kissinger, y la comisión de la Trilateral, formada por Estados Unidos, Europa y Japón, planteaban en sus documentos, que era necesario para el mejor desarrollo del mundo de ellos, desindustrializar Chile y Argentina, para que fueran países proveedores de materias primas y alimentos, y que el polo industrial del cono sur debía ser Brasil. Eso está en los documentos de la Trilateral, y en los planteos de Henry Kissinger para América Latina. En consecuencia, en los años ’90 sufrimos la aplicación rigurosa de estos planes, a través de una camada de dirigentes aventureros que hicieron de la traición al voto popular su metodología de la acción política. No me voy a referir a las cuestiones menores, las corruptelas, los mordiscos de aquí, los mordiscos de allá... me estoy refiriendo en este momento a grandes cosas. Quebraron la Argentina en sus grandes estructuras estratégicas, pero esto no quiere decir que se haya perdido todo. Bastaría un simple decreto, para tirar abajo los 3 decretos que firmó Menem para privatizar y desregular la actividad petrolera en Argentina. No sé si nos entendemos. Yo se lo dije al presidente cuando lo visité con Hebe de Bonafini. “Presidente, no la hagamos tan complicada... con un decreto, usted baja los 3 decretos desreguladores de Menem, que fueron un atentado a 82 años de política de Estado consensuada entre todas las fuerzas del país”. Ustedes saben que el petróleo se descubre en 1907. Gobierna el conservador Figueroa Alcorta, que al saber que hay petróleo dice “todo eso le pertenece ahora a la nación”. Desde entonces hasta Menem, pasando por gobiernos de todas las fuerzas políticas y militares, todos acataron esa gran política de Estado, que decía “el combustible es un servicio público, los hidrocarburos son un bien estratégico y no renovable”. A lo que nosotros le agregamos: la energía es un bien social, y un derecho humano. Pero esto puede recuperarse con voluntad política. ¿Qué tiene que ver esto con la ciencia y la técnica? Dirán ustedes... Miren... en los años ’70, los laboratorios de YPF en Florencio Varela, eran tan avanzados, que le vendían a Francia y a Italia catalizadores para sacarle el plomo a las naftas. YPF fue la primera petrolera estatal de occidente. Desde 1923, allí se desarrollaron investigaciones extraordinarias, y había ingeniería en petróleo. Cuando llega Menem, en la facultad de ingeniería de Buenos Aires se suprime la ingeniería en petróleo, la ingeniería naval, la ingeniería ferroviaria, y la ingeniería vial. Se impone el modelo que viene pujando desde la famosa “Alianza para el Progreso”, de destruir el tren y reemplazarlo por el automotor. ¿Me entiende? Es la época del gobierno de Frondizi y Álvaro Alsogaray, ministro de economía: es el desembarco de las multinacionales del automotor en la Argentina desde los años ’60. Modelo que emparenta a las constructoras automotrices con las corporaciones petroleras, y con la construcción de autopistas, destruyendo el más extraordinario, moderno y eficaz sistema de transporte, que en todas las naciones sigue siendo el ferrocarril. El ferrocarril llega a cualquier punto, aunque haya una 5 semana de nieve o de lluvia. No así el transporte automotor. Ustedes saben que al destruir el ferrocarril, de 42.000 kilómetros de vías, pasamos a 8000; 800 pueblos se convirtieron en fantasmas, porque el tren ya no pasaba por sus estaciones. Quedaron incomunicados y se produjo un extraordinario éxodo, una catástrofe social. Cerca de un millón de argentinos emigraron hacia las ciudades. De estos hechos, tampoco hay mucha información. Quizás en los últimos años a partir de la catástrofe del 2001, 2002, empezaron a surgir unos estudios sociales antropológicos económicos. Porque las universidades también fueron arrastradas a la fiesta irresponsable y colonizadora del modelo neo-liberal. Estas ingenierías fueron reemplazadas por ingenierías de administración o de gestión. Proporcionar técnicos de servicios. Proporcionar ingenieros de mantenimiento, no ingenieros para crear, inventar, idear y fabricar lo que el país necesita. Muy bien decían acá los muchachos: lo primero que tiene que saber una universidad es para qué forma profesionales. ¿Para qué? ¿Para quién los forma? Y en consecuencia, ¿cómo debe formarlos? La fiesta neo-liberal convirtió a nuestras universidades en fábricas de profesionales para las naciones desarrolladas. Inadmisible. Esto debe ser denunciado y reemplazado por otra concepción. Ya lo decía el ingeniero Juan Maggi... que nadie lo recuerda y fue un verdadero talento de la ingeniería nacional. Maggi fue el primer presidente de Agua y Energía, empresa creada en el ’47, y que tiene como misión empezar a desarrollar los proyectos de las usinas hidroeléctricas del país. Luego sería Secretario de Transporte en el ’51, y hace un plan integral de transformación de los ferrocarriles nacionales. Maggi decía “lo primero que hay que saber es para qué formamos ingenieros: ¿para que se vayan al extranjero y hagan su mejor carrera individual? ¿O por el contrario, formamos ingenieros que lo primero que tienen que saber es que los formamos para el desarrollo y la defensa económica, científica y técnica del país?” Una Nación que está en desarrollo y que acosada por otros países que no quieren que se desarrolle, y que no le venden esto, y lo chicanean en lo otro. Reitero: ¿Para qué formamos profesionales? Hay que formar profesionales para la defensa y desarrollo del país. Lo cual requiere que ese profesional conozca bien las necesidades del país. Por supuesto en aquel momento había un plan estratégico nacional. Porque nadie puede formar ingenieros si no especificamos el “para qué”, y el “para qué”, en cualquier país, es lo que se llama el Proyecto Nacional, un proyecto estratégico nacional cuyas líneas generales están consensuadas con las principales fuerzas políticas del país. Porque usted no desarrolla un plan o una industria en 4 años. Argentina tuvo un proyecto estratégico, en los años 40-50... y desde aquel entonces, el país navega sin proyecto estratégico. ¿Qué quiere decir esto? ¿Cuál es el perfil de la Argentina en el mundo? ¿Qué tenemos los argentinos? ¿En qué somos fuertes o en qué podemos ser fuertes? ¿Cuáles son nuestros recursos naturales? ¿Cuáles son nuestras capacidades científico técnicas? Por lo tanto, en este mundo tan competitivo, ¿cuáles son las cuñas que puede meter Argentina? ¿Qué le podemos vender al mundo? Convengamos en que si vendemos solo soja, carne petróleo y oro, acá no hay destino para nadie. Está claro. Ya lo vimos. Por lo tanto, el destino de cualquier país grande es encontrar un perfil. Hay países pequeñitos, con muy poquitos millones de habitantes, eh. Finlandia. Buena parte de ustedes a lo mejor tiene un teléfono que se llama Nokia. Esto es finlandés. Es número 1, o comparte el número 1 con alguna americana en la fabricación de teléfonos, y en telefonía mundial. Encontró el nicho. Eso le significa la absorción de cientos o miles de técnicos ingenieros de electrónica, para poder competir con la continua evolución que tiene este tipo de aparatología. Argentina no tiene un proyecto estratégico. En mi película Argentina Latente, funcionarios de primer orden en Argentina lo dicen. Enrique Martínez, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial lo dice en la película “yo no tengo directiva alguna”. “¿Pero cómo trabajan?”. “En función de lo que nos piden”. Cuatro mil técnicos e ingenieros en 40 y tantas especialidades industriales trabajan en el INTI, para ayudar a desarrollar tecnología nacional. Es la función del INTI, y no tiene directivas: ¿qué hacemos? ¿Construimos un ómnibus, construimos trenes? ¿Qué podemos hacer? Lamentable. Desperdicio absoluto de miles de capacidades. Por el contrario, ¿qué tiene la Argentina como recurso? Acabo de decir que la Argentina es uno de los países más ricos en recursos naturales, y que nos basta para tener absoluta independencia económica, si esos recursos naturales estuvieran al servicio del bienestar de la nación, es decir, si fueran nacionales... Bolivia, el país más pobre y débil del continente, acaba de demostrar que se puede. Llega el primer presidente indio de América Latina y da una gran 6 lección a la “ilustrada” democracia liberal latinoamericana, porque en los años ’90, todas esas democracias, una tras otra, fueron un ejemplo de entreguismo, corrupción, y traición al mandato popular. Carlos Salinas de Gortari, procesado y prófugo por todos los delitos en las privatizaciones mejicanas, y que terminó su mandato mandando a asesinar al candidato Coloso que le iba a suceder PRI. Carlos Andrés Pérez, expresión de una oligarquía Venezolana que se fumó los recursos de la petrolera más importante de América, y terminó reprimiendo en el “Caracazo” con 4000 muertos. Todos burlaron el mandato. Brasil... la red Globo en 6 meses inventó un presidente de un monigote aventurero: Collor de Melo. Y Carlos Menem. Yo lamento que Cavallo haya nacido por acá. No es la única provincia con males. Mendoza dio a Dromi, el teórico de las privatizaciones, y a Manzano, que no se resiste a caer y detenta buena parte del sistema comunicacional argentino. Bueno, entonces, decía que Evo Morales le dio una lección a América. ¿Cuál lección? Yo no voy a decir que hay que premiarlo porque es honesto, porque es un deber ser honesto, pero hay que destacar que es el único presidente latinoamericano que ha cumplido con la palabra empeñada a sus votantes. Y en 6 meses de tiempo dijo “no vamos a imponer esto por la fuerza, vamos a nacionalizar el petróleo y el gas con los más amables y elegantes modales, dentro de la constitución y la democracia”. Después de 6 meses, ninguna empresa se fue, como chantajeaban los medios de comunicación, y Bolivia no cayó en el caos, y del 18% que recibía Bolivia, hoy recibe el 82%, y de 200 millones de dólares que recibía antes, hoy Bolivia saca 1600 millones. ¿Por qué digo esto? Digo esto porque si Bolivia pudo, qué fácil y simple le sería a la Argentina, que además tiene toda la legislación para hacerlo. Menciono solo una: La Ley de Emergencia Económica, que se renueva todos los años. El país está lejos de estar en emergencia económica, con el 8,5% de crecimiento anual, y con 40.000 millones de dólares en el Banco Central. Sin embargo, la renuevan porque les permite tener mayor margen de gobierno en ciertos frentes. Con esa ley, si lo necesitás “te pasás a degüello a todo”. Illia, Arturo Illia, un honorabilísimo y digno presidente, asumió y a los pocos meses cumplió, y pasó a degüello los contratos petroleros que había firmado Frondizi. ¿Pasó algo? No, no pasó nada. Porque esto es común en el mundo de las negociaciones de las concesiones petroleras. Volviendo un poco a la Argentina y los temas de mi película, yo he querido salir a contar, recordar, hacer memoria contra el olvido, que la Argentina en el pasado pudo hacer cosas extraordinarias, y que hoy las sigue haciendo, buena parte de ellas. Y si no hace otras, no es porque no estén las capacidades, sino porque no hay decisión política. La Fábrica Nacional de Aviones se puede recuperar con un simple decreto. Porque se renueva todos los años el contrato. Hoy la Argentina fabrica barcos de 60.000 toneladas en los Astilleros Río Santiago. ¿Dónde están los Astilleros Río Santiago? Están en el puerto de La Plata. Es una gran fábrica de fábricas. Allí se puede construir cualquier exótica maquinaria que se necesite para cualquier uso. Allí se construyeron las turbinas de Yacyretá, la mayor represa hidroeléctrica de la Argentina. Se construyeron parte importante de la usina de Embalse. Pueden construir un motor de 20 metros de largo para colocar en un barco. Y se construyen, se construyeron, barcos de alta sofisticación, como las corvetas misilísticas. Esas potencialidades las tiene la Argentina. Por supuesto tenemos una industria de petróleo y gas hiper desarrollada, aunque esté en manos privadas. Tenemos algo extraordinario que es todo el dominio del ciclo nuclear. Esto lo revela esta película. Por primera vez la cámara se mete y recorre todo el ciclo de la energía nuclear en la Argentina. Enrique Gaviola, uno de los primeros grandes físicos que dio la Argentina, fue uno de los iniciadores de la escuela físico-matemática en la universidad de La Plata, años ’20. Uno que termina su doctorado junto a la generación de la física cuántica en Alemania, en los años ‘20, y que lo trae a Albert Einstein a La Plata. De ese núcleo extraordinario surge una generación de físicos con mil voltios de revolución, muchachos. Que no le tenían miedo a nada. Son los que va a ser el núcleo fundante de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Entre ellos está José 7 Balseiro, un extraordinario físico que se empeña en realizar las ideas de Gaviola, que trabajó en el Observatorio Astronómico de Córdoba, y fundó esta Facultad, entre tantas de las otras múltiples actividades científicas que promovió. Balseiro se propone realizar algunas de las ideas de Gaviola. ¿Cuáles eran esas ideas? Vamos a crear un instituto superior de física donde bequemos a los mejores alumnos de física matemática del país, y los concentramos en un campus, en el centro atómico y los becamos. Los alumnos, además de formarse, debían seguir con sus profesores, las investigaciones que ellos estaban realizando en el centro atómico. El sueño del pibe. Con sus propios profesores, seguirlos en sus investigaciones. Pero Balseiro también planteaba otra posición que venía de Gaviola, que es el desarrollo de un sentido ético en el investigador científico, la responsabilidad social del científico. La sociedad ha puesto mucho en él, a través de las universidades, para formarlo, por lo tanto, el científico, entre otros compromisos, tiene que devolverle a la sociedad un acto de gratitud para con el país que lo ha formado. Fíjense qué curioso. A los egresados del Balseiro se los quieren contratar rápido cuando egresan. Van por el doctorado a los diferentes centros atómicos del mundo, realizan una experiencia de un par de años, y la inmensa mayoría de ellos, a pesar de ofrecimientos de sueldos importantes, ha regresado al país. Se les ha inculcado y tienen un gran amor al país. Voy a recordar una anécdota que es muy significativa, porque ese sentido de patriotismo estaba más allá de las culturas políticas. Argentina es un país cosmopolita y plural. Yo soy autor de la cláusula de cultura que está en la Constitución Nacional, reforma del ’94, que dice que hay que proteger la identidad y pluralidad cultural. La Argentina se formó con múltiples aportes culturales y migratorios. Argentina es Mitre y Sarmiento, y del otro lado, los caudillos que fueron degollados por estos. Argentina es el ejército masacrador de Roca, o el ejército aristocratizante y oligárquico de Uriburu, pero Argentina también es el ejército nacional de Perón, que desarrolla toda la gran industria Argentina y buena parte de lo que hemos estado hablando. Argentina es el ejército vergonzoso y vendepatria de Carlos Maria de Alvear y de Rondeau. Recordemos 1815: derrota de Napoleón en Waterloo, vuelven las monarquías, es la restauración monárquica en Europa, la Santa Alianza. Vuelve Fernando 7mo; una expedición española toma Cartagena y Caracas, Bolívar está en retirada, y San Martín queda aislado y sin recursos, como gobernador de Cuyo. ¿Qué dice Alvear? Que “estas provincias aspiran a pertenecer a Gran Bretaña, obedecer sus leyes, acatar su mandato...” eso dice Alvear, el compañero de San Martín, en su llegada a Buenos Aires en el mismo barco en 1811. Pero, Argentina es Belgrano y San Martín. Frente a semejante traición, el ejército del Norte y el ejército de los Andes, desacatan el mandato de Alvear, y se insurreccionan, y cae Alvear. Argentina es esa totalidad. Compréndase esto como una invitación a defender la unidad nacional, lo cual no significa defender el remate la Nación. Iba a recordar a Bernardo Houssay. Ustedes saben de que fue un antiperonista furioso, del sector aristocratizante argentino, y fue también un gran talento, primer premio Nóbel en fisiología, padre de la escuela fisiológica Argentina, hombre de un rigor espectacular, que trabajó con modestísimos medios. Voy a contar esta anécdota porque hay que levantarle un monumento a Houssay, no solamente por científico se lo merece, sino de gratitud a un gran patriota. Cuando sacó el premio Nóbel, tuvo ofertas millonarias para irse a trabajar afuera. No quiso: “yo estudié y me formé aquí, y no voy a abandonar a mis alumnos”... ¿me entienden chicos? Uno de sus alumnos privilegiados, el Dr. Charreau, bioquímico, es invitado a la Universidad de Harvard, a dar un seminario. En su estancia, le ofrecen quedarse como su profesor. Charreau le escribe a Houssay, y le dice “estoy tentado de quedarme... le adelanto que mis planes son quedarme...”. Houssay le escribe una carta y le dice “mi querido Charreau, sus padres han hecho mucho por usted, sus profesores han hecho mucho por usted, yo hice mucho por usted, en consecuencia, le doy un mes para que haga las valijas y se vuelva a casa”. Y Charreau se volvió a casa. Houssay es también un grande, porque invirtió muchas horas de su tiempo haciendo amansadoras en la casa de gobierno, para que le llevaran el apunte. Tenía la obsesión de crear un organismo para promover la carrera del investigador científico. Hasta ese entonces, el investigador científico no era una carrera, había que investigar después de hora, y bancarse sus investigaciones. Houssay impone el reconocimiento de la carrera del investigador científico con dedicación exclusiva, y nace el 8 CONICET. Hoy hay 12.000 becarios del CONICET, trabajando en todo tipo de investigaciones de todas las disciplinas. Eso se le debe a Houssay. Por eso digo que el país es todo esto, y tengamos las ideas políticas que tengamos, hay algo superior que es el amor a la Patria. El amor a la Nación. La defensa del interés nacional, la defensa de los valores democráticos y éticos, y esto es obviamente lo que debemos impulsar. Nuestra película “Argentina Latente”, le rinde homenaje a Córdoba, porque acá recordamos no solamente la industria automotriz a través del testimonio del Ingeniero Francisco San Martín, que falleció, y yo lo pude filmar en el 2002 o 2003, en el Museo de la Industria. Hemos estado en Las Varillas, filmando la reconstrucción de una fábrica de maquinaria agrícola que hoy es pionera. De fábrica quebrada pasó a ser pionera en el mercado interno y ser una de las principales exportadoras... pero acá también funciona el Instituto Aeronáutico Universitario, donde hay 6000 o 7000 muchachos y chicas que estudian carreras que tienen que ver con la ingeniería aeronáutica. Argentina fue el 4to país del mundo, desde Córdoba, en colocar un ser vivo en la atmósfera y traerlo a tierra. Año ’70 o ’71 el monito Juan que murió en el zoológico. Es decir, teníamos un desarrollo en cohetería y combustibles, extraordinario. Y acá en Córdoba está la “Estación Terrena Córdoba”. No es una excentricidad, pertenece a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, que preside una eminencia científica Argentina que casi nadie lo conoce. Al menos en la capital federal no hay nadie que lo conozca, ningún cronista que sabe que existe. Este señor es Conrado Franco Varotto, egresado del Balseiro, y alumno del gran Jorge Sábato, un físico nuclear que a él se debe el nacimiento de la ciencia de la metalurgia en la Argentina, la modificación de los metales en su estructura molecular. ¿Por qué es grande Conrado Varotto? Tenía 35 años cuando le encomendaron enriquecer uranio. Nadie le quería dar bibliografía, nada de información en los años 70-80 en la Argentina. Vendíamos reactores nucleares con uranio enriquecido y no podíamos enriquecer uranio ni teníamos quien nos lo vendiera. ¿Me entienden? Don Franco Varotto, le pregunté “¿cómo hizo para hacer esto?”. En 15 meses encontró el camino y logró enriquecer Uranio. ¿Saben lo que me dijo? Me dijo una cosa extraordinaria, y está en esta película. “El éxito de mi misión es que tuve unos pibes extraordinarios”. “Unos pibes extraordinarios, no le entiendo, Varotto”... “Mire, el más viejo era yo. Tenía 35 años. Todos los que me rodeaban, que eran decenas, eran todos chicos. Por supuesto, profesionales, egresados de las universidades. Todos muy, muy jóvenes”. Y dice, “por algún milagro del supremo, los chicos que salen de nuestras universidades son de un talento creativo extraordinario... las universidades tienen muchos problemas, ya lo sabemos, pero no se puede hacer ciencia si no es con talento y creatividad, y los chicos argentinos la tienen”. Varotto dice que son como anguilas que se meten por cualquier recoveco y encuentran la vuelta. A nada le dicen que no se puede. Si no va por acá, va por acá, o va por acá. Y dice otra idea extraordinaria, que debería asimilar tanto tecnócrata, o tantas concepciones tecnocráticas que sufrieron las universidades, al estar trasladando modelos tecnológicos y científicos extranjeros... Varotto dice “para hacer grandes cosas en ciencia, no se necesita tener un país perfectamente estructurado, equilibrado y realizado, como tantas veces hemos escuchado”. Aquello de “como en Estados Unidos o Francia”. No se necesita nada de eso. Por cierto que se necesita un mínimo de orientación, un piso mínimo que asegure el desarrollo de los proyectos, pero lo esencial, dice Varotto “es tener creatividad. Y los pibes argentinos tienen una creatividad extraordinaria”. Varotto además es grande porque asimilando las ideas de Jorge Sábato, que decía “no nos podemos quedar solo en las ciencias duras”, tenemos que transformar esta capacidad científica en capacidad operativa, en tecnología. Y hace 30 años, a iniciativa de Conrado Franco Varotto, fundaron la empresa estrella que tiene la Argentina, que se llama INVAP, creada por la Comisión Nacional de Energía Atómica en asociación con la provincia de Río Negro. Con sede en Bariloche, es la empresa pública que viene demostrando que con objetivos claros y buena administración, es un ejemplo de eficiencia, y de rentabilidad porque ganan muchísimo dinero. ¿Qué hace INVAP? INVAP fue la encargada de construir todos los prototipos de reactores de investigación científica que Argentina ha instalado ya en 5 países. El último en Australia. Venciendo a las empresas líderes como les dije. INVAP también es quien fabrica satélites de última generación, y construye un satélite por encargo de la 9 NASA, y construye satélites para un proyecto conjunto con Italia, que serán satélites de última generación a radar para prevenir por primera vez las catástrofes climáticas, inundaciones, incendios, etcétera. Estos satélites tienen la misión de observar la tierra, y fotografiarla. El satélite argentino que cada 90 minutos pasa por nuestro territorio y que de la estación de Córdoba en Falda del Carmen se monitorea su paso no es un satélite a radar, entonces muchas veces por la nubosidad y tantos otros factores o de noche, no pueden sacar fotografías. No obstante las imágenes que manda a la tierra permiten identificar objetos de 1,80 mts. de distancia. Vale una anécdota cuando nos visitó el presidente Chino hace 2 años, le regalaron una carpeta con las fotografías de China de 48 horas antes. Todo eso se hace acá. Pero la nueva generación de satélites a radar saca fotografías de noche, de día, con nubes, sin nubes. Bueno, todas esas cosas se están hoy produciendo en la Argentina. Bueno, el corolario en todo esto, es que Argentina no solamente es un país muy rico en materias primas, sino de un potencial científico muy grande. Voy a terminar recordando uno de los grandes conflictos que sigue presente y que ha signado la historia Argentina. Es el conflicto entre “se puede” o “no se puede”. ¿Será posible hacer esto? No, no es posible. Desde los albores de la Patria, hubo quienes decían que era imposible enfrentar a los ingleses. La 2da invasión trajo 11.000 hombres profesionales, y Buenos Aires tenía solamente 20.000 hombres, 40.000 habitantes. La mitad eran hombres, y entre viejos y jóvenes, y chicos. Pero hubo un puñado de locos con mucha dignidad y coraje, que trabajaron mucho y construyeron una fuerza que junto a todo el pueblo de Buenos Aires expulsó a los ingleses. A pesar de todos los que decían “nos van a matar a todos, los ingleses ahorcan o degüellan”, “no te metas”. Años después. Otro loco dijo “hay que cruzar los Andes, vencer a los españoles en Chile, y de allí por mar vencerlos en el corazón del imperio: Lima”. Dijeron que estaba loco. No se conoce en la historia de las hazañas militares, que se haya atravesada una cordillera de esta altura con 5000 hombres, 7000 mulas y caballos, etcétera, etcétera, etcétera. “Esto es una locura, una aventura absoluta. Nos van a pasar a todos a degüello”... decían... San Martín aislado, ¿qué hizo? Convocó a todo el pueblo de Cuyo y dijo “estamos en peligro, una expedición española de 10.000 hombres viene por nuestras cabezas, pero los vamos a enfrentar, y los vamos a derrotar. Desde mañana, declaro emergencia para todos. Todos cobraremos la mitad de los sueldos. La otra mitad vendrá para la construcción del ejército”. ¿Pero cómo un ejército, si Mendoza era una aldea? Había algunos talleres, algunas zafras... ¿qué había en Mendoza? Muy poco. ¿Me entienden lo que estoy diciendo? Frente a los “no se puede”, San Martín dijo “¿cómo no se puede?”... Hay un viejo proverbio chino que dice “una hormiga nunca podrá matar a un elefante, pero se lo puede comer. Todo es cuestión de tiempo”. Algunas cosas se hacen rápidas, otras se hacen, pero en 3, 4 o 10 veces más de tiempo. El ejemplo de San Martín, da nacimiento a la industria nacional: construye de la nada, todo su armamento, cañones, munición, pólvora, sables, fusiles, en los talleres que inventa en Mendoza, con la ayuda de un extraordinario personaje que es Fray Luis Beltrán, que tenía conocimientos en química, fundiciones y estas cosas. San Martín demuestra que se puede, y San Martín antes de cruzar los andes vuelve a convocar a su pueblo y le dice... “seamos libres, lo demás no importa nada: si no tenemos vestimenta lo haremos con lo que nos tejan nuestras mujeres y sino andaremos en pelotas como nuestros hermanos los indios”. La otra actitud grandiosa de San Martín es que cuando el Director de Buenos Aires Rondeau, en el año 21, habiendo ya vencido a los españoles en Chile, y en vísperas de su campaña al Perú, Rondeau le ordena que venga con su ejército para disciplinar a los caudillos díscolos del litoral, y San Martín, que es la cara del ejército democrático nacional anticolonialista emancipador, y que realiza su campaña junto a negros, mulatos, indios y criollos, le contesta a Rondeau “jamás mi espada ni mi ejército estará para reprimir a mis conciudadanos y hacer correr sangre Argentina...” 10