Monitor Semanal Tributario y Legal Indemnización no cubierta por seguro: ¿gasto deducible? En la presente entrega comentaremos la Consulta de DGI N° 5586 publicada en su página web, en la cual se solicita opinión al fisco acerca de la deducibilidad fiscal de una partida por concepto de indemnización ocasionada en un accidente de tránsito. Situación Planteada Se deberá analizar si realmente se trata de un caso fortuito o de fuerza mayor. Una empresa (en este caso la consultante), ha abonado una partida por concepto de indemnización, como consecuencia de un accidente de tránsito, en el que se encontraba involucrando un vehículo de su propiedad. Dicha indemnización surgió de un acuerdo con los allegados de la persona fallecida en el accidente. Cabe mencionar, que la referida indemnización no se encontraba cubierta por el seguro dado que no se verificaban los requisitos exigidos en la póliza. Se consulta si el monto abonado es deducible a los efectos del cálculo de la renta neta en la liquidación del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE). La consultante adelanta opinión considerando dicha partida como gasto deducible, amparándose en lo establecido en el Literal A) del artículo 21 del Título 4 del Texto Ordenado de 1996, el cual dispone como pérdida admitida la ocasionada en los bienes de la explotación por caso fortuito o fuerza mayor, en la parte no cubierta por el seguro. Análisis de la situación La DGI manifestó que no se trata de una partida deducible para el cálculo del IRAE. Como ya hemos comentado en diversas oportunidades, el principio general para determinar la renta neta consiste en deducir de la renta bruta gravada los gastos necesarios para obtenerla y conservarla, devengados en el ejercicio, debidamente documentados. Adicionalmente, se establece que sólo podrán deducirse aquellos gastos que constituyan para la contraparte: Rentas gravadas por el IRAE; Rentas gravadas por IRPF (Impuesto a la Renta de las Personas Físicas) o por IRNR (Impuesto a las Rentas de los No Residentes); Rentas gravadas por una imposición efectiva a la renta en el exterior. La partida abonada por la empresa no constituye para la contraparte rentas gravadas por una imposición a la renta, por lo cual, la misma © 2012 KPMG Sociedad Civil, sociedad civil uruguaya y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de KPMG afiliadas a KPMG International Cooperative (“KPMG International”), una entidad suiza. Derechos reservados. 9 de noviembre de 2012, N° 492 Monitor Semanal sobre la base de lo que venimos de analizar no sería un gasto deducible. Sin perjuicio de las reglas sobre deducibilidad de gastos indicadas precedentemente, las normas expresamente establecen ciertas excepciones al principio general, como las establecidas en el artículo 21 del Título 4 del Texto Ordenado de 1996. Para analizar la situación y concluir la aplicabilidad de la excepción al principio general de deducibilidad fiscal establecido por el literal A) mencionado anteriormente, resulta necesario verificar los requisitos previstos en dicho literal, así como lo indicado por el Poder Ejecutivo en el Decreto 150/07 en el artículo 27. Resulta claro de la lectura de las referidas normas, que la pérdida admitida por caso fortuito o de fuerza mayor será la ocasionada en los bienes de la explotación y no por el mal uso de los mismos por los cuales se genere perjuicios a terceros. Es decir, que no se puede ampliar el alcance de la norma e incluir como pérdida admitida las que son provocadas por los bienes del contribuyente. A su vez, para ampararse en el mencionado literal A), se debe tratar de una pérdida ocasionada por caso fortuito o de fuerza mayor. Lo anterior comprendería el caso de hechos irresistibles que no pueden preverse o sean inevitables. Es evidente (sobre la base del desarrollo de lo acontecido, destacado en el cuerpo de la consulta que comentamos), que aunque lo sucedido no haya sido realizado adrede, el accidente de tránsito al que se alude no cumpliría con la descripción de ninguno de los casos exigidos por la norma, ya que el mismo pudo ser previsto y evitado, no debiéndose a una fuerza externa irresistible. A su vez, uno de los elementos que derivaron en la conclusión abordada por la DGI, refiere al hecho de que se haya negociado con los familiares de la persona fallecida, en el marco de un proceso civil una suma de dinero a abonar, lo cual resulta ser un indicio de que no estamos frente a un caso de fuerza mayor. La situación planeada por el consultante no cumple con las condiciones necesarias para considerarse un caso fortuito o de fuerza mayor y, a su vez se trata de una pérdida ocasionada por el bien objeto de la explotación y no en el bien. En consecuencia, dado que la partida no cumple con las condiciones de deducibilidad fiscal y tampoco cumple con las condiciones para ser considerada una pérdida admitida de acuerdo con lo establecido en el Literal A) del artículo 21 del Título 4 del Texto Ordenado de 1996, la misma no debe ser considerada como gasto deducible para el cálculo del IRAE. Al margen de lo expresado y en un plano más global, no se pueden desconocer las consecuencias irracionales que provoca una vez más la denominada “regla candado” en cuanto impide la deducción de una partida que normalmente forma parte de los gastos necesarios para obtener y conservar la renta. © 2012 KPMG Sociedad Civil, sociedad civil uruguaya y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de KPMG afiliadas a KPMG International Cooperative (“KPMG International”), una entidad suiza. Derechos reservados. 9 de noviembre de 2012, N° 492