Oficio 220-116387 Del 11 de Octubre de 2011 ASUNTO: La prevalencia probatoria de dos tipos de actas, una contenida en documento público y otra en documento privado auténtico, compete determinarla a la justicia ordinaria. Me refiero a su escrito radicado en esta superintendencia con el número 2011-01-271516, mediante el cual, luego de exponer que al interior de una compañía existen dos actas que dan cuenta de la misma reunión del máximo órgano social pero que difieren en su contenido la una de la otra consulta, una elevada a escritura pública y la otra impresa en los folios del Libro de Actas, consulta “ … Para efectos legales, cuál de las Actas reviste la legalidad jurídica, la que fue elevada a Escritura Pública o la correspondiente al Libro de Actas?...” . R/. Para dar respuesta a su consulta, se hace necesario efectuar algunas consideraciones previas sobre el alcance probatorio de los documentos públicos y de los privados, de las cuales resulta claro que dicho alcance no lo determina una u otra naturaleza, sino más bien la autenticidad de los mismos, de la cual se presume gozan los libros de comercio y, además, que la ley consagra idénticos alcances a ambos tipos de documentación dejando a la sana crítica de los jueces la apreciación del acervo probatorio. Es así como, en primer lugar, se consideran medios de prueba, conforme lo consagra el artículo 175 del Código de Procedimiento Civil, entre otros, los documentos en general, siempre que resulten útiles para la formación del convencimiento del juez, quien, según el artículo 187 ídem los apreciará en conjunto con las demás pruebas, de acuerdo con las reglas de la sana crítica “ Art. 187. Apreciación de las pruebas. Las pruebas deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, sin perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la existencia o validez de ciertos actos. El juez expondrá siempre razonadamente el mérito que le asigne a cada prueba.” En cuanto se refiere a la escritura pública, se tiene que ésta es definida por el artículo 251 del Código de Procedimiento Civil, como un instrumento notarial en el que se hace constar ante notario público un determinado hecho o derecho, quien lo autoriza y da fe sobre la capacidad jurídica del otorgante, del contenido del mismo y de la fecha en que se realizó, emitida con el lleno de los requisitos legales propios y específicos de cada acto, para su incorporación al protocolo. Por su parte, el documento privado es definido por el mismo artículo 251 como aquel documento que no cumple los requisitos del documento público, es decir, es un documento que no ha sido elaborado por un funcionario público, ni ha habido intervención de éste para su elaboración, que elaboran los particulares en ejercicio de sus actividades. En cuanto al alcance probatorio de uno o de otro, éste es determinado por el artículo 279 ídem, según el cual “ Los documentos privados auténticos tienen el mismo valor que los públicos, tanto entre quienes los suscribieron o crearon y sus causahabientes, como aspecto de terceros. Los documentos privados desprovistos de autenticidad tendrán el carácter de prueba sumaria, si han sido suscritos ante dos testigos.” De otra parte, el alcance probatorio de un documento lo determina su autenticidad, cualidad que se deriva tanto de escrituras públicas, como de documentos privados auténticos, siendo que la ley contempla como auténtica la información que reposa e los libros de comercio, tal como el Libro de Actas, ya que así lo expresa el artículo 252 del código de procedimiento civil que se transcribe a continuación: “ Es auténtico un documento cuando existe certeza sobre la persona que lo ha elaborado, manuscrito o firmado. El documento público se presume auténtico, mientras no se compruebe lo contrario mediante tacha de falsedad. El documento privado es auténtico en los siguientes casos: “ …” “ 5. … ” “ Se presumen auténticos los libros de comercio debidamente registrados y llevados en legal forma, … , y demás documentos privados a los cuales la ley otorgue tal presunción.” . (Subrayado y destacado fuera de texto) Se suma a lo anterior que el artículo 271 del mismo ordenamiento adjetivo civil, en consonancia con el artículo 68 del Código de Comercio, reconocen, en materia comercial, pleno valor probatorio a los libros y papeles de comercio, así: “ Art. 271. Libros de comercio. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 59 del Código de Comercio, los libros de comercio hacen fe en los procesos entre comerciantes, siempre que estén llevados en legal forma. En los demás casos, solamente harán fe contra el comerciante que los lleva. Si en los procesos entre comerciantes los libros de una de las partes no están llevados en legal forma, se estará a los de la contraparte, siempre que cumplan los requisitos legales, salvo prueba en contrario. En los demás casos, si los libros de ambas partes estuvieren en desacuerdo, el juez decidirá según el mérito que suministren las otras pruebas. Al comerciante no se le admitirá prueba que tienda a desvirtuar lo que resultare de sus libros.” “ Art. 68. Los libros y papeles de comercio constituirán plena prueba en las cuestiones mercantiles que los comerciantes debatan entre sí, judicial o extrajudicialmente… ” . Por todo lo expuesto, huelga concluir, para el caso de su consulta, que frente a la eficacia probatoria de ambos tipos de actas a que allí se alude, únicamente la justicia ordinaria, con base en la sana crítica del conjunto del acervo probatorio pertinente, podrá determinar cuál de éstas prevalece sobre la otra. En los anteriores términos se ha dado respuesta a su consulta, los cuales tienen el alcance a que alude el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.