40 LATERCERA Domingo 15 de septiembre de 2013 FRENTE A FRENTE ¿Se justifica el millonario subsidio al Transantiago? Pedro Pablo Errázuriz Oscar Figueroa Ministro de Transportes y Telecomunicaciones Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales Universidad Católica de Chile Priorizando el interés de los usuarios Mecanismo de poca efectividad L AS MODIFICACIONES a la ley de financiamiento del transporte público fueron despachadas de la Cámara de Diputados el 4 de septiembre con 99 votos a favor, cero en contra y una abstención. Esta votación es evidencia de un proceso que, priorizando el interés de los usuarios, instaló la herramienta más poderosa con que ha contado nuestro ministerio en su historia para lograr un transporte público moderno e indispensable en ciudades cuya población crece y se concentra, al mismo tiempo que eleva sus expectativas de calidad de servicio. Si bien la estabilización financiera de Transantiago fue un objetivo al comienzo de la tramitación, hubo consenso sobre la necesidad de realizar un cambio de fondo a la normativa vigente y dotar al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de los recursos financieros, técnicos y legales para producir una mejora sustantiva en la calidad con que las personas realizan sus viajes diariamente en el país. La nueva ley fortalece la planificación integrada del transporte público. Establece que tanto la provisión de servicios de transporte como sus complementos de tecnología, infraestructura de vías y paradas, estaciones y terminales, son parte del sistema y pueden recibir recursos de subsidios bajo una amplia variedad de esquemas. Entre sus fortalezas, asegura voz y voto a las regiones en sus decisiones de transporte. Por primera vez una ley garantiza la disponibilidad de profesionales especializados distribuidos en el territorio para desarrollar las propuestas y provee los recursos que permiten la ejecución de inversiones. Los nuevos criterios de asignación de subsidios corrigen las brechas entre Santiago y las regiones, reconociendo que la intensidad de los desafíos que aquejan a todas las ciudades es la misma, y especialmente entregando herramientas para evitar el riesgo de la desaparición de los sistemas de transporte público de calidad en caso de no intervenir. Al proveer una base clara y estable para el desarrollo del transporte público hasta 2022, la ley favorece la planificación de largo plazo, lo que permite abordar inversiones de mayor magnitud, como la recuperación de servicios ferroviarios. En su componente de desarrollo de servicios en áreas rurales, refuerza la libertad de localización, permitiendo que los ciudadanos puedan elegir dónde vivir, sin que por la distancia del centro estén cautivos de su aislamiento, y sólo puedan aspirar a servicios de calidad deficiente, o peor aún, a las sobras de los servicios descartados en las ciudades grandes. En cuanto a la infraestructura, la ley entrega mecanismos que permiten acceder a los espacios más adecuados para terminales, aumentando la eficiencia de la operación y reduciendo los costos. Adicionalmente, admite que la conservación de las obras también pueda ser objeto de subsidio, lo que garantiza la calidad en el tiempo. La incorporación de in- Los nuevos criterios para asignar subsidios corrigen las brechas entre Santiago y las regiones, reconociendo que la intensidad de los desafíos que aquejan a todas las ciudades es la misma. Al proveer una base estable para el desarrollo del transporte público hasta 2022, la ley favorece la planificación de largo plazo, lo que permite abordar inversiones de mayor magnitud. Creemos que esta ley constituye un elemento fundacional del tipo de transporte al que aspiramos: equitativo, eficiente, integrado, participativo y confiable. dicadores modifica el enfoque tradicional de financiamiento público, al condicionar su entrega al cumplimiento de estándares de servicio. En el ámbito regulatorio, la nueva ley provee una gama de herramientas, desde mecanismos aplicables en el corto plazo hasta las licitaciones cuya implementación puede requerir dos años o más. Creemos que esta ley, junto con el cambio de estructura de la Subsecretaría de Transportes, constituyen elementos fundacionales del tipo de transporte al que los chilenos aspiramos en un mundo desarrollado, equitativo y eficiente. C OLOCAR la discusión en torno a la justificación de la práctica de otorgar subsidios al transporte público puede resultar engañoso si se buscan conclusiones respecto de lo oportuno o justificado del subsidio de Transantiago. El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones debe entregar anualmente US$ 700 millones para sostener el sistema del Transantiago. Esta cantidad de dinero equivale a un porcentaje importante, probablemente en torno al 40% a 60% de toda la inversión comprometida en el sistema. Por esta razón, antes de hablar sobre las prácticas de subsidio conviene simplemente evocar la escala de los recursos comprometidos para financiar Transantiago. Más allá de su forma, parece exagerado que cada año Transantiago demande al Estado fondos que equivalen a una línea de 10 a 15 kilómetros de Metro, o como acaba de afirmarse, a la mitad de lo que vale el Transantiago mismo. Una política de tan exagerado gasto, sin retorno, es una primera cuestión que debe revisarse. También debe tenerse presente que la tarifa de los buses de Transantiago, en torno a US$ 1,20, se encuentra entre las más caras de los sistemas de transporte público de las ciudades latinoamericanas. Aun cuando el costo de viajes en Transantiago represente el 12% de los ingresos familiares mensuales de las personas, en el 10% de los hogares más pobres de la ciudad este porcentaje se eleva al 85% y en el 10% siguiente, al 53% de los ingresos. La poca o nula efectividad de una medida de subsidio destinada a aligerar el peso del transporte entre los ciudadanos más pobres también debe revisarse. Los recursos que entrega Transantiago no se dirigen, como podría esperarse, a los ciudadanos más necesitados, sino a las empresas que componen el sistema. El propósito de dicho pago es cubrir las pérdidas operacionales de las empresas (incluido el AFT) y asegurar sus márgenes de ganancia, que resultan inferiores al total del pago por déficit. La transferencia de recursos del Estado a las empresas no parece tener ningún efecto sobre la eficiencia de éstas, pues con independencia de su gestión, sus ingresos y ganancias quedan asegurados a través de este expediente. El débil impacto que tiene el subsidio en la búsqueda de mayor eficiencia de las empresas también debe revisarse. Dicho esto, puede afirmarse que otorgar subsidios al transporte público puede ser eficaz, a condición de cumplir con algunas condiciones. En ese sentido, el subsidio debe ser una parte reducida o marginal del costo del sistema que lo recibe; es obvio que si al cabo de dos años se ha gastado un monto equivalente a lo que vale la inversión, es legítimo preguntarse si no conviene destinar esos recursos a nuevas y mejores inversiones (más rentables y eficientes, por ejemplo) que a fondos perdidos. El subsidio debe tener un poder Parece exagerado que cada año Transantiago demande al Estado fondos que equivalen a una línea de 10 a 15 kilómetros de Metro. La transferencia de recursos del Estado a las empresas no parece tener ningún efecto sobre la eficiencia de éstas, pues independiente de su gestión, sus ingresos y ganancias están asegurados a través de este expediente. Si al cabo de dos años se ha gastado un monto equivalente a lo que vale la inversión, es legítimo preguntarse si no conviene destinar esos recursos a mejores inversiones. efectivo de alivianar la carga del costo de transporte a los usuarios, en particular, a los más pobres; de otro modo no tiene sentido tal política. El subsidio no debe tener como objetivo mejorar la gestión financiera de las empresas, sino promover una mayor eficiencia que rebaje los costos de operación del transporte y beneficie a los usuarios. Por todo ello, un legítimo subsidio es aquel que compromete una parte menor de recursos con respecto a la inversión involucrada, que va en beneficio de los usuarios que lo necesitan y que, por lo tanto, se entrega directamente a esos usuarios.