298 Héctor Julio Prieto Cely la sola manifestación del consensus6, no es menos cierto que a voces del inciso final del artículo 898 del Código de Comercio, en tratándose de la constitución de sociedades regulares, “…Será inexistente el negocio jurídico cuando se haya celebrado sin las solemnidades sustanciales que la ley exija para su formación, en razón del acto o contrato y cuando falte alguno de sus elementos esenciales”. La Escritura Pública o el documento privado es importante para que la sociedad tenga personalidad jurídica y obviamente, para que se le reconozcan todos los atributos que de ella emanan como el nombre, la capacidad, el domicilio, la nacionalidad y el patrimonio7; tal y como lo sostiene José Ignacio Narváez, “...El nacimiento de la persona jurídica está íntimamente vinculado a la escritura de constitución de la sociedad y no ha formalidades distintas...”8, nosotros agregamos lo referente al documento privado para el caso de las sociedades por acciones simplificada. Si por alguna circunstancia el negocio jurídico, de contrato de sociedad, no contiene los elementos esenciales de que habla el artículo 98 del Código de Comercio simplemente no nace a la vida jurídica, puede ser todo lo contrato 6 7 8 Para Narváez, “El contrato es consensual porque se perfecciona con el ánimus contrahendae societatis esencia o summun de la manifestación del consentimiento...”. Lisandro Peña Nossa y Jaime Ruiz Rueda en su Manual de sociedades comerciales, editado en 1998 por la Cámara de Comercio sostienen que la falta de Escritura Pública o la Constitución mediante documento privado, de una sociedad, “...convierte la sociedad civil o comercial en una de hecho...”, p. 152 y 153. Para el Doctor Gabino Pinzón, “...las solemnidades o requisitos de forma del contrato de sociedad se concibieron y fueron consagrados con meras funciones de autenticidad y publicidad, dejando la validez subordinada solamente a las condiciones de fondo, en la misma forma en que la existencia de la sociedad quedó condicionada a la sola concurrencia de los elementos de existencia del contrato social...”. Pinzón, Gabino, “Sociedades Comerciales”. Vol. I Teoría General Editorial Temis 1988. p. 101. Es decir que, el Doctor Gabino Pinzón ubica la escritura pública de constitución como un elemento de eficacia y no de existencia ni de validez. El Doctor Enrique Gaviria Gutiérrez en su libro “Las sociedades en el nuevo Código de Comercio” editado por Temis en el año de 1975, sostiene en su página 43 que “...omitimos entre los motivos de existencia de la sociedad el relativo a la falta de sus “solemnidades sustanciales”; lo hemos hecho así deliberadamente porque en este caso la consecuencia es la nulidad absoluta y no la inexistencia...” es decir, el Doctor Gaviria Gutiérrez ubica la escritura pública de constitución como un elemento de la validez y no de la existencia. Las dos nociones de personalidad y patrimonio, para la concepción jurídica francesa, se encuentran unidas, en consecuencia, como la sociedad comercial posee un patrimonio diferente al de sus socios se deduce de ello que constituye una persona. Narváez García, José Ignacio. Teoría General de las Sociedades. Ed. Legis. Octava Edición. 1957, p. 152.