Las causas de la inflación y sus posibles soluciones en la Argentina

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DOCUMENTO TÉCNICO Nº2
FEBRERO 2011
Alsina 1586 piso15 of.9 CABA. Argentina | Tel.: 4383-0632 | E-Mail: cemop@madres.org
DOCUMENTO TÉCNICO Nº2 - FEBRERO 2011
LA INFLACIÓN BAJO EL RÉGIMEN DE
TIPO DE CAMBIO COMPETITIVO
Andrés Asiain
Directora
Felisa Miceli
Integrantes
Andrés Asiain
Agustín Crivelli
Lorena Putero
Jorge Marchini
Graciela Barbieri
Graciela Orfeo
Gustavo Kun Sabó
Adrián González
Ramón Torres
Grupos de Investigación
Alejandro Rofman
Rodrigo López
Cecilia Gárgano
Diego Mansilla
Guido Perrone
Valeria Mutuberría
Agustín Mario
Emilio Rodríguez
Corrección
María Gabriela Ini
Las opiniones vertidas en el presente Documento Técnico son responsabilidad
exclusiva del autor. El CEMOP no necesariamente coincide con las mismas. Para
consultas dirigirse a cemop@madres.org
ÍNDICE
Resumen Ejecutivo
7
Introducción
11
1- Dinámica de precios bajo el régimen de cambio competitivo
12
2- La evolución de los precios de la canasta de consumo
17
3- Tipo de cambio, precio internacional de las materias primas y retenciones 19
4- La mesa de los argentinos ante la “sojización” del campo
24
5- Los salarios
29
6- La competitividad industrial
32
7- Las políticas de estabilización tradicionales
38
8- Concentración de mercados y márgenes de ganancia
42
9- El combate a la inflación bajo un régimen de tipo de cambio competitivo
45
10- Conclusión
48
11- Anexo I - La inflación en la opinión de la academia y los actores sociales
51
12- Anexo II - La historia inflacionaria
53
12.1- Industrialización e inflación estructural (1946-1974)
57
12.2- La alta inflación, (1975-1991)
59
12.2.1- Elementos claves de la dinámica inflacionaria
60
12.2.2- El fracaso de los planes de estabilización
63
12.2.3- La hiperinflación
64
12.3- La Convertibilidad (1991-2001)
66
13- Bibliografía
68
5
LA INFLACIÓN BAJO EL RÉGIMEN DE TIPO DE
CAMBIO COMPETITIVO
RESUMEN EJECUTIVO

El contexto de excepcional crecimiento de la economía Argentina en los últimos
años ha venido acompañado de un incipiente proceso inflacionario que se ha instalado
como uno de los principales problemas a resolver. La inflación es un problema en
cuanto afecta a dos de los pilares del modelo económico en curso (Fraschina, 2010). Por
un lado, carcome el valor real del tipo de cambio industrial. Por el otro, impide la
concreción de una distribución más justa de los ingresos al deteriorar el poder de
compra de los salarios, jubilaciones, asignaciones, planes de empleo, etc.

El reciente movimiento ascendente en el nivel general de los precios fue el
resultado de incrementos en los precios de los distintos sectores y factores de la
producción, cuyo movimiento no fue homogéneo. Más específicamente, la devaluación
del peso en 2002 generó un alza importante en los precios relativos de los productos
agropecuarios que se profundizó a partir de 2007 a causa del aumento de sus precios
internacionales. En segundo lugar y en menor medida que los precios agropecuarios, el
establecimiento de un tipo de cambio real elevado permitió el incremento de los precios
de los productos industriales. Pese a acelerar su marcha ascendente hacia finales del
período, el incremento del salario ha sido menor que el de los precios agropecuarios y
manufactureros, aunque superior al de los servicios que fueron los que más terreno
perdieron en esta nueva etapa.

Estos ajustes de precios sectoriales y factoriales tienen como causa subyacente la
tensión entre:
1. la distribución del ingreso que resultó del establecimiento de un tipo de
cambio real elevado en un contexto de elevados precios internacionales de
las materias primas;
2. las aspiraciones de los asalariados por recuperar el poder de compra de sus
ingresos (y, en menor medida, las de los empresarios del sector de servicios).
7
Dinámica del proceso inflacionario bajo el régimen de tipo de cambio competitivo.
PRECIOS EXTERNOS
ALIMENTOS
INDUSTRIA
TCN
COMPETITIVIDAD
INDUSTRIAL

SALARIOS
SERVICIOS
Respecto a la evolución de la canasta de consumo con la que se suele medir la
inflación, el período se caracterizó por un alza permanente del costo de sus
componentes. Los principales saltos inflacionarios se corresponden, en primer lugar,
con la devaluación de 2002 que impactó especialmente en el costo de los bienes
transables que la componen; y en segundo lugar, a partir de 2007, con el alza
internacional de las materias primas que se transfirió al precio interno de los alimentos.

El impacto inflacionario de la devaluación y el encarecimiento internacional de
las materias primas intentó contenerse mediante la aplicación de derechos de
exportación a los hidrocarburos, la soja, el maíz y el trigo, fundamentalmente. Si bien
esa política fue efectiva en términos de desacoplar el precio interno de dichos bienes
respecto a su valor en el mercado mundial, sólo lo hizo parcialmente debido a que, en
general, las tasas no se ajustaron en forma tal de absorber plenamente las variaciones
del cambio y el precio internacional (entre otros motivos, por la exitosa oposición de los
empresarios del sector).

En las últimas décadas la producción agropecuaria argentina se caracterizó por el
avance de la soja frente a otros productos, gracias a la alta rentabilidad asociada al uso
de nuevos paquetes tecnológicos y su elevado precio internacional. Ello impone a futuro
un desafío a las políticas de reducción del precio interno de los alimentos. Más
específicamente, se requieren políticas sectoriales que permitan abastecer el mercado
interno con alimentos baratos sin reducir la rentabilidad de su producción frente a la
soja (que casi no se consume en el país).

Los resultados de los intentos de los trabajadores de recomponer el poder
adquisitivo de sus ingresos variaron de acuerdo al tipo de empleo. Los privados
8
registrados comenzaron pronto la carrera detrás de los precios – gracias a la
intervención estatal vía aumentos por decreto- superando el nivel real de fines de la
convertibilidad a partir de comienzos de 2005. El alza del salario de los privados no
registrados fue lenta al comienzo y se aceleró en los últimos años. Esa evolución parece
explicarse por los cambios en el mercado de trabajo generados por la reducción del
desempleo y las políticas de ingresos indirectos destinadas al sector informal. Los
trabajadores del Estado fueron los grandes perdedores, cediendo sus salarios más de un
20% del poder de compra respecto a los finales de la convertibilidad.

Pese al aumento del costo salarial, la competitividad industrial pudo mantenerse
gracias a la devaluación real del precio de las manufacturas frente a las de los EEUU y
Brasil, facilitada por el incremento de la productividad laboral, el abaratamiento relativo
de la energía eléctrica y el contexto de fuerte expansión de la actividad que permitió la
obtención de una elevada rentabilidad, manteniendo (o reduciendo si se toma como base
al año 2002) el margen empresarial sobre los costos.

Las políticas tradicionales de estabilización mediante la reducción del gasto
público y con él, del nivel de actividad, buscan ampliar el desempleo para reducir el
poder de negociación de los sindicatos. De implementarse, afectarían a uno de los
pilares del proceso de crecimiento de los últimos años: la búsqueda de una más justa
distribución del ingreso. Y ello podría afectar el segundo pilar, la competitividad
industrial, si el menor nivel de ingresos salarial deprime la demanda y el nivel de
actividad económica, reduciendo las economías de escalas industriales.

Otras medidas más heterodoxas como la regulación de precios en la industria y
los servicios pueden ser útiles para reducir la rentabilidad extraordinaria de algún sector
particular. Sin embargo, no pueden constituir una solución general a la inflación que
surge del corazón de un modelo que tiene como uno de sus objetivos el desarrollo
industrial mediante el mantenimiento de una elevada rentabilidad para los empresarios
del sector.

La contención de la inflación en el corto plazo debe descansar sobre la reducción
del precio interno de las materias primas frente a su valor internacional. Como ya se
mencionó para el caso de los alimentos, las medidas que se tomen deben evitar agudizar
el avance de la soja dentro de la producción agrícola de las últimas décadas.

En el largo plazo, la estabilidad de precios requiere la implementación de
políticas de desarrollo industrial. Así, a medida que la industria incremente su
productividad relativa frente al sector primario podrá ir reduciéndose el nivel del tipo de
9
cambio real sin afectar su competitividad. De esa manera se abarataría el precio interno
de los productos del agro y los hidrocarburos, moderándose sus rentas extraordinarias y
permitiendo el incremento no inflacionario del poder adquisitivo de los salarios.
De lo contrario, el salario real implícito en la pauta cambiaria continuará siendo
menor al que aspiran los asalariados. De esta manera, el éxito de los trabajadores en la
conquista de aumentos salariales que les permitan acceder a un mayor nivel de ingresos
deteriorará la competitividad industrial. A su vez, los intentos de preservarla conducirán
a nuevas devaluaciones del peso que impactarán encareciendo el precio interno de los
alimentos y otros transables, con el consiguiente deterioro del salario real. Así, se corre
el riesgo de permanecer en un espiral tipo de cambio-salario sin lograr mantener el tipo
de cambio real industrial a un nivel competitivo ni mejorar el poder adquisitivo de los
salarios. La manifestación de la dificultad para consolidar esos pilares de un modelo de
desarrollo industrial con inclusión social será un alza permanente de los precios.
10
LA INFLACIÓN BAJO EL RÉGIMEN DE TIPO DE
CAMBIO COMPETITIVO1
INTRODUCCIÓN
El contexto de excepcional crecimiento de la economía Argentina en los últimos
años ha venido acompañado de un incipiente proceso inflacionario que se ha instalado
como uno de los principales problemas a resolver. La inflación es un problema en
cuanto afecta a dos de los pilares del modelo económico en curso (Fraschina, 2010). Por
un lado, carcome el valor real del tipo de cambio industrial. Por el otro, impide la
concreción de una más justa distribución de los ingresos al deteriorar el poder de
compra de los salarios, jubilaciones, asignaciones, planes de empleo, etc.
Adicionalmente, al ir acompañada de variaciones de precios e ingresos relativos
genera inestabilidad y malestar social, disminuye el horizonte de planeamiento
económico y las inversiones productivas, fomenta la sustitución del uso de la moneda
local como reserva de valor, por el dólar u otros activos que afectan la capacidad local
de implementar políticas monetarias y dificulta las decisiones de consumo (Heymann,
1986a).
En este trabajo se muestra que la inflación en la etapa actual es la manifestación
de la tensión existente entre los dos pilares del modelo económico en curso: el tipo de
cambio industrial competitivo y la búsqueda de una más justa redistribución del ingreso.
Tensión que fue agudizada, a partir del 2006, por el incremento del precio internacional
de los alimentos.
En la sección que sigue se describen las principales características del proceso
inflacionario actual y se esboza una hipótesis interpretativa del mismo. Luego se analiza
con mayor detalle la dinámica de los precios de la canasta de consumo. Se pasa luego a
estudiar el impacto de las devaluaciones y el alza internacional del precio de las
materias primas sobre los precios internos. Después se describe la evolución reciente de
los salarios y de la competitividad industrial. En las últimas secciones se discuten las
políticas de estabilización a la luz de las hipótesis, que este trabajo sostiene, sobre las
causas de la inflación. Tras una breve conclusión se incluyen 2 anexos. El primero,
1
Se agradecen los comentarios y la colaboración para la obtención de información a Agustín Crivelli,
Bulrich Campos S.A., Demian Panigo, Emmanuel Aggis, Ernesto Mattos, Felisa Miceli, José Luis
Nicolini, Luis Mutuberría, Mariana Gonzalez y Valeria Mutuberría.
11
presenta las diversas explicaciones que se han dado sobre el fenómeno inflacionario
actual, tanto desde el ámbito académico como desde el de los principales actores
sociales. El segundo, describe brevemente la historia inflacionaria del país desde
mediados del siglo pasado hasta el fin de la convertibilidad.
1- DINÁMICA DE PRECIOS BAJO EL RÉGIMEN DE CAMBIO
COMPETITIVO
Entre los años 2002 y 2010, la inflación anual promedio fue del orden del 13%,
aunque con importantes variaciones según los años. Como se observa en el gráfico 1,
entre comienzos de 2002 y mediados de 2003, se verificaron las mayores tasas de
inflación asociadas a la fuerte devaluación del peso que dio por finalizada la
convertibilidad. Le siguió un período de baja inflación que se interrumpió a mediados
de 2007. Comenzó allí una etapa de inflación moderada, que tras una breve
desaceleración en 2009, continúa hasta el presente.
Gráfico 1 - Índice de precios al consumidor. En niveles y tasas de variación anual y
mensual. Base 2000=100. Enero 2001- abril 2010.
(nivel)
(tasas)
40%
Inflación mensual
400
35%
Inflación anual
350
30%
Nivel de precios
(eje derecho)
300
25%
250
20%
200
15%
150
10%
100
5%
50
-5%
2001M1
2001M7
2002M1
2002M7
2003M1
2003M7
2004M1
2004M7
2005M1
2005M7
2006M1
2006M7
2007M1
2007M7
2008M1
2008M7
2009M1
2009M7
2010M1
0%
0
Nota técnica: se utilizó el IPC del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) hasta diciembre de 2006, a partir de allí se
utilizó el promedio de 7 provincias del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA) en base a información de la
Dirección de Estadísticas Provinciales (DEP). La inflación mensual se obtuvo como la diferencia logarítmica entre el IPC de un mes
respecto al anterior. La inflación anual se obtuvo mediante la diferencia logarítmica de un mes respecto al mismo mes del año
pasado.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y CENDA.
12
Este despertar inflacionario ha dado lugar a variadas hipótesis interpretativas
(ver anexo I) y hasta han existido quienes alertaron sobre un posible desborde
hiperinflacionario2. Sin embargo, cabe decir que en comparación con la historia
inflacionaria del país los niveles de inflación actuales son moderados y no existen
desequilibrios estructurales - especialmente en el sector externo- que hagan posible
siquiera imaginar un escenario hiperinflacionario (ver anexo II).
El reciente movimiento ascendente en el nivel general de los precios fue el
resultado de incrementos en los precios de los distintos sectores y factores de la
producción, cuyo movimiento no fue homogéneo (ver gráfico 2). Más específicamente,
la devaluación del peso en 2002 generó un alza importante en los precios relativos de
los productos agropecuarios que se profundizó a partir de 2007 a causa del aumento de
sus precios internacionales. En segundo lugar y en menor medida que los precios
agropecuarios, el establecimiento de un tipo de cambio real elevado permitió el
incremento de los precios de los productos industriales. Ello ha sido consecuencia no
sólo del encarecimiento de los insumos importados o provenientes del sector primario,
sino también del relajamiento de la competencia externa que un tipo de cambio más
elevado significa. Pese a acelerar su marcha ascendente hacia finales del período, el
incremento del salario ha sido menor que el de los precios agropecuarios y
manufactureros, aunque superior al de los servicios que han sido los que más terreno
han perdido en esta nueva etapa.
2
Por ejemplo, los ―escenarios posibles‖ planteados por el Estudio Broda & Asoc. (2002, p.33), o
declaraciones más recientes del ex presidente Carlos Menem (canal 26, 12/03/2010) y del ex ministro de
economía, Domingo Cavallo (La Nación 27/09/2010).
13
Gráfico 2 - Salarios, tipo de cambio (TCN), precios agropecuarios, manufactureros
y de servicios. Índices de valores nominales. Base IV trimestre de 2001=100.
Octubre 2001 – mayo 2010.
500
450
400
350
300
250
200
150
100
Salario
Manufacturas
50
Agropecuarios
2001M10
2002M2
2002M6
2002M10
2003M2
2003M6
2003M10
2004M2
2004M6
2004M10
2005M2
2005M6
2005M10
2006M2
2006M6
2006M10
2007M2
2007M6
2007M10
2008M2
2008M6
2008M10
2009M2
2009M6
2009M10
2010M2
0
TCN
Servicios
Nota técnica: el salario tomado es el nivel general (que promedia el del sector público con el privado registrado y no registrado). El
TCN es respecto al dólar. Los precios agropecuarios y manufacturados fueron tomados del índice de precios al por mayor. Los
servicios constituyen un promedio ponderado de los servicios que intervienen en el IPC (tomados del INDEC hasta el 2006 y luego
del promedio de Jujuy, Salta, La Pampa, Entre Ríos y Neuquén) y del precio de la energía eléctrica para la industria. Las
ponderaciones fueron de (2/3) y (1/3) respectivamente.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
Esta evolución de los diferentes precios no es independiente entre sí, sino parte
integral de un conjunto de acciones y reacciones que dieron origen a la dinámica
inflacionaria del período bajo estudio. Si bien en el proceso inflacionario han
intervenido múltiples elementos, algunos muy coyunturales, es conveniente para su
mejor comprensión presentar en forma esquemática los elementos centrales que
intervinieron en ella.
Para ello es necesario tener presente que los mecanismos de conformación de
precios son muy diferentes según el sector económico que se trate. Por un lado, el
precio de las importaciones y de los productos primarios de exportación se determina a
partir del precio que rige en el mercado internacional, convertido a pesos a la tasa de
cambio vigente. La imposición de aranceles a la importación actúa como un incremento
del tipo de cambio importador, al encarecer internamente los productos extranjeros en
forma proporcional a la tasa que deban pagar para ingresar al país. Por el contrario, los
14
derechos a la exportación actúan como una reducción del tipo de cambio exportador
para el producto al que se aplican, reduciendo su precio interno al disminuir la
rentabilidad de su venta al exterior:



precio interno
de bienes
importados y
primarios
de exportación
precio mercado mundial
tasa de cambio peso/dólar
arancel a la importación/derechos
de exportación
Para los productos industriales y gran parte de los servicios no regulados, la
conformación de precios se determina a partir de la aplicación de un margen sobre los
costos de producción. Los costos pueden ser los salarios desembolsados, la compra de
insumos primarios, importados o provenientes de otras industrias y los servicios. El
margen que se aplica depende de las condiciones de demanda y de competencia:


costos de producción (salariales,
insumos importados, primarios,
industriales y de servicios)
margen empresarial (condiciones
de demanda y de competencia)
precio interno
de bienes industriales y
servicios no regulados
Existen además una serie de precios cuyo establecimiento depende de
condiciones muy particulares. Los salarios cuya determinación es muy compleja,
depende, entre otras causas, de condiciones institucionales del mercado de trabajo y del
nivel de desempleo3. Los precios de los servicios regulados, por ejemplo, se fijan a
partir de la negociación de tarifas entre la entidad estatal correspondiente y la empresa
que lo provee. Los precios de los servicios personales están compuestos básicamente
por los salarios de quienes los proveen. Los precios de corto plazo de las frutas y
verduras y, hasta cierto punto, algunos cortes de carne, depende de las condiciones de
demanda y oferta sujetas a grandes variaciones estacionales. Y la lista podría seguir con
las condiciones específicas para la determinación del precio de la vivienda urbana, la
tierra, del financiamiento, etc.
Sin embargo, con las pocas herramientas desarrolladas se puede intentar
―racionalizar‖ la evolución de los principales precios presentadas en el gráfico 2. La
devaluación del peso en 2002 generó un encarecimiento inicial de los precios
agropecuarios (moderado por la imposición de retenciones) y, en menor medida,
3
Sobre la evolución del mercado de trabajo en los últimos años, consultar Panigo y Neffa (2009).
15
industriales (vía costos de insumos importados y el relajamiento de la competencia
externa). La pérdida del poder adquisitivo del salario estimuló la pelea por aumentos
salariales que buscaron recomponerla. En primer lugar, fueron los aumentos por
decreto, y luego la negociación en paritarias facilitadas por un contexto de elevada
actividad económica que disminuyó los niveles de desempleo y fortaleció el poder de
negociación obrero. Durante este período inicial, los servicios se ajustaron en forma
similar a los salarios.
A partir de mediados de 2006, el alza del precio internacional de las materias
primas encareció aún más los precios internos agropecuarios con su consiguiente
impacto en los costos industriales y en el precio de los alimentos. Ello intentó
neutralizarse mediante la implementación de las retenciones móviles, pero el gobierno
debió dar marcha atrás ante la oposición simultánea de las patronales agropecuarias, los
grandes medios privados de comunicación y la oposición partidaria (que incluyó, a
partir de allí, a varios de quienes integraban hasta ese momento el oficialismo –entre
ellos el vicepresidente Julio Cobos-). A partir de allí se exacerbó la puja distributiva y
se sucedieron los incrementos nominales de salarios que buscaron recomponer su poder
adquisitivo. Los servicios se ajustaron en forma más moderada debido al impacto de los
fuertes subsidios estatales a parte de los servicios públicos.
Entre 2003 y finales de 2008, el tipo de cambio peso/dólar se mantuvo estable.
Este período coincidió con la depreciación de la moneda norteamericana respecto de las
principales monedas del mundo, lo que significó una leve devaluación implícita del
peso frente al real y el euro, entre otras monedas. A partir de finales de 2008 comienza a
devaluarse el peso frente al dólar en el intento de recomponer la competitividad
industrial perdida por la inflación interna acumulada y la momentánea depreciación del
real. Tras una breve pausa durante la crisis económica internacional de 2009, el impacto
inflacionario de la devaluación del peso y una nueva alza del precio mundial de las
materias primas comenzaron una nueva ronda inflacionaria.
A partir del análisis anterior, podemos afirmar que el espiral inflacionario surgió de
los continuos ajustes de precios sectoriales y factoriales que tienen como causa
subyacente la tensión entre:

la distribución del ingreso que resultó del establecimiento de un tipo de cambio
real elevado - que forma parte del núcleo del modelo económico de los últimos
años – en un contexto de elevados precios internacionales de las materias
primas;
16

las aspiraciones de los asalariados por recuperar el poder de compra de sus
ingresos (y, en menor medida, las empresas del sector de servicios).
En la ilustración 1 se presenta en forma esquemática la hipótesis sobre la dinámica
inflacionaria de los últimos años. En la próxima sección se analiza la evolución de los
precios de la canasta de consumo de la población.
Ilustración 1 - Dinámica del proceso inflacionario bajo el régimen de tipo de
cambio competitivo.
PRECIOS EXTERNOS
ALIMENTOS
INDUSTRIA
TCN
COMPETITIVIDAD
INDUSTRIAL
SALARIOS
SERVICIOS
2 - LA EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS DE LA CANASTA DE
CONSUMO
En esta sección nos concentraremos en el análisis de la evolución de los precios
de la canasta básica de consumo (IPC), con la que suele medirse la inflación y que
resulta la de mayor relevancia para la población en general. En el gráfico 3 se presenta
su evolución y se detallan 4 aperturas: el nivel general, los alimentos y bebidas, la
indumentaria y equipamiento del hogar y los servicios.
17
Gráfico 3 - Índice de precios al consumidor. Apertura según nivel general,
alimentos y bebidas, indumentaria y equipamiento y servicios. Índices de valores
nominales. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
600
General
Alimento y bebida
Indumentaria y equipamiento
Servicios
500
400
300
200
100
2010M5
2009M10
2009M3
2008M8
2008M1
2007M6
2006M11
2006M4
2005M9
2005M2
2004M7
2003M12
2003M5
2002M10
2002M3
2001M8
2001M1
0
Nota técnica: el nivel general se calculó tomando el IPC del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio
de 7 provincias del CENDA. Las principales aperturas fueron construidas especialmente para este trabajo por su autor, sobre la base
de las estadísticas de precios de Jujuy, Salta, La Pampa, Entre Ríos y Neuquén.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, CENDA y Dirección de Estadísticas Provinciales.
Como puede observarse en el gráfico 3, en un contexto general de alza
permanente de todos los precios, los alimentos y bebidas y la indumentaria y el
equipamiento del hogar han incrementado sus precios en mayor medida que los
servicios, desde la devaluación del peso de 2002. Ello se debió al mayor componente de
transables en aquellos agrupados, cuyo precio está determinado por el precio
internacional y el tipo de cambio.
A partir de mediados de 2007 se observa que los alimentos y bebidas pasaron a
crecer en forma aún más acelerada. Como se muestra en la próxima sección, este hecho
coincidió con el alza internacional del precio de las materias primas cuyo intento de
neutralización por parte del Estado Nacional fracasó al deber dar marcha atrás con las
―retenciones móviles‖. Para tener una dimensión del impacto inflacionario de tal
coyuntura, vale destacar que desde mediados de 2007 a mediados de 2010, el 40% del
incremento del IPC se explicó por el alza de los alimentos y bebidas. A eso debería
sumarse el efecto inflacionario indirecto (más permanente) que generó al agudizar la
tensión entre el tipo de cambio y las aspiraciones distributivas de los asalariados.
En resumen, el período se caracterizó por una inflación permanente de la canasta
de básica de consumo. Los principales saltos inflacionarios se corresponden, en primer
18
lugar, con la devaluación de 2002 que impactó especialmente en el costo de los bienes
transables que la componen. En segundo lugar, a partir de 2007, por el alza
internacional de las materias primas que se transfirió al precio interno de los alimentos.
3 - TIPO DE CAMBIO, PRECIO INTERNACIONAL DE LAS
MATERIAS PRIMAS Y RETENCIONES
El impacto del alza internacional de las materias primas y del tipo de cambio
sobre el precio interno de los alimentos y bebidas se visualiza en el gráfico 4. En el
mismo se observa que la evolución de las materias primas no energéticas - valuadas en
pesos según la cotización del dólar de cada mes- se comportó en forma similar al precio
interno de los alimentos y bebidas. Ambos subieron con la devaluación del peso en
2002 y volvieron a aumentar con el alza internacional de las materias primas a partir de
mediados de 2006.
Durante 2008, los precios internos crecieron más aceleradamente que los
externos, seguramente por el impacto inflacionario del conflicto en torno a la
imposición de retenciones móviles y la momentánea apreciación del dólar4. Tras una
pausa generada por el impacto de la crisis de 2009 sobre los precios internacionales, los
alimentos y bebidas volvieron a incrementar su precio por el efecto combinado del alza
del dólar y de los precios internacionales de las materias primas.
4
El traslado de las variaciones en la cotización del dólar a los precios de los alimentos y bebidas es
menos fuerte que el de las materias primas no energéticas. De ahí que cuando el peso se devalúa (revalúa)
frente al dólar, la distancia entre ambas líneas en el gráfico, se incrementa (reduce).
19
Gráfico 4 – Índices del precio interno de los alimentos y bebidas en pesos y del
precio internacional de las materias primas no energéticas valuados en pesos según
cotización mensual del dólar. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo
2010.
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Commodities por tcn
2010M4
2009M10
2009M4
2008M10
2008M4
2007M10
2007M4
2006M10
2006M4
2005M10
2005M4
2004M10
2004M4
2003M10
2003M4
2002M10
2002M4
2001M10
Alimentos y bebidas
Nota técnica: el precio de los alimentos y bebidas se calculó tomando datos del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se
utilizó las estadísticas de Jujuy, Salta, La Pampa, Entre Ríos y Neuquén.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Dirección de Estadísticas Provinciales y FMI.
Una de las principales herramientas de política económica que se utilizó para
evitar el alza de los precios internos por las devaluaciones y alza del precio
internacional de las materias primas fueron los derechos de exportación, más conocidos
como retenciones. Este tributo disminuye la rentabilidad de las ventas al exterior,
deprimiendo de esa manera el precio al que el productor está dispuesto a vender en el
mercado interno. Su eficacia al respecto ha sido notoria, tal como se deduce de los
gráficos 5, 6, 7 y 8. En ellos se presenta el precio internacional e interno de la soja,
trigo, maíz y el petróleo frente al teórico (obtenido mediante el descuento de las
retenciones al precio internacional). La relativa coincidencia entre el precio interno real
y el teórico muestra la eficacia de la política de retenciones para disminuir el precio
interno de esos productos.
20
Gráfico 5 - Precio de la soja internacional (Chicago), interno (Rosario),
internacional descontadas las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje
derecho). Pesos corrientes por tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
2000
1800
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
200%
180%
160%
140%
120%
100%
80%
60%
40%
20%
0%
2009M12
2009M5
2008M10
2008M3
2007M8
2007M1
2006M6
2005M11
2005M4
2004M9
2004M2
2003M7
2002M12
2002M5
2001M10
2001M3
2000M8
2000M1
teórico
Rosario
Chicago
retenciones
Nota técnica: el precio de Chicago fue transformado a pesos al tipo de cambio corriente promedio mensual. El precio teórico fue
calculado descontando la tasa de retenciones al precio de Chicago valuado en pesos
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Bolsa de Rosario
Gráfico 6 - Precio del trigo internacional (Chicago), interno (Rosario),
internacional descontadas las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje
derecho). Pesos corrientes por tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
1400
300%
teórico
Rosario
Chicago
retenciones
1200
1000
800
250%
200%
150%
600
100%
400
50%
200
2010M1
2009M5
2008M9
2008M1
2007M5
2006M9
2006M1
2005M5
2004M9
2004M1
2003M5
2002M9
2002M1
2001M5
2000M9
0%
2000M1
0
Nota técnica: el precio de Chicago fue transformado a pesos al tipo de cambio corriente promedio mensual. El precio teórico fue
calculado descontando la tasa de retenciones al precio de Chicago valuado en pesos.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Bolsa de Rosario
21
Gráfico 7 - Precio del maíz internacional (Chicago), interno (Rosario),
internacional descontadas las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje
derecho). Pesos corrientes por tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
200%
180%
160%
140%
120%
100%
80%
60%
40%
20%
0%
2010M1
2009M5
2008M9
2008M1
2007M5
2006M9
2006M1
2005M5
2004M9
2004M1
2003M5
2002M9
2002M1
2001M5
2000M9
2000M1
teórico
Rosario
Chicago
retenciones
Nota técnica: el precio de Chicago fue transformado a dólares al tipo de cambio corriente promedio mensual. El precio teórico fue
calculado descontando la tasa de retenciones al precio de Chicago valuado en pesos.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Bolsa de Rosario
Gráfico 8 - Precio del petróleo internacional, interno, internacional descontadas
las retenciones (teórico) y tasa de retenciones (eje derecho). Pesos corrientes por
tonelada y porcentajes. Enero 2000-marzo 2010.
3000
500%
450%
400%
350%
300%
250%
200%
150%
100%
50%
0%
Internacional
Teórico
Interno
Retenciones
2500
2000
1500
1000
500
2010M1
2009M5
2008M9
2008M1
2007M5
2006M9
2006M1
2005M5
2004M9
2004M1
2003M5
2002M9
2002M1
2001M5
2000M9
2000M1
0
Nota técnica: el precio de internacional es el del Golfo de México (WTI) y fue transformado a pesos al tipo de cambio corriente
promedio mensual. El precio interno es el promedio nacional que publica la secretaría de energía. El teórico fue calculado
descontando la tasa de retenciones al precio WTI valuado en pesos.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Ministerio de Economía y Secretaría de Energía.
22
En el caso del trigo (gráfico 6), por momentos, su precio interno se ubicó por
debajo del teórico debido al cierre momentáneo del registro de exportadores y otras
restricciones cuantitativas. En el caso del petróleo (gráfico 8), sobre el que a partir de
diciembre de 2007 rigen retenciones que fijan un precio interno máximo de 264 dólares
el m3, la diferencia entre el precio interno y teórico parece responder a acuerdos
privados entre las extractoras y las refinadores pertenecientes a un mismo grupo
propietario. Sin embargo, más allá de estas leves divergencias, la evidencia empírica es
contundente en cuanto a la efectividad de las retenciones para diferenciar el precio
interno del internacional. Pero si fueron efectivas, ¿por qué no eliminaron la presión
inflacionaria?
En primer lugar, como se evidencia en los gráficos 6 a 8, las retenciones
amortiguaron el alza del precio interno de las materias primas generado por la
devaluación del peso y el alza de su precio internacional, pero en ningún momento lo
neutralizaron. Es decir, las tasas de retenciones nunca se ajustaron de forma tal que
eliminaran totalmente el impacto de las variaciones cambiarias y de los precios externos
sobre el precio interno de los bienes. Cuando se intentó la neutralización mediante la
aplicación de retenciones móviles (a comienzos de 2008), la respuesta fue una violenta
protesta de las patronales agropecuarias que oblió al gobierno a dar marcha atrás al
proyecto. De esta manera, puede afirmarse que la política de retenciones tendió a
suavizar el impacto inflacionario de la política de tipo de cambio competitivo en un
marco de elevado precio internacional de las materias primas. Pero, las tasas de los
derechos de exportación nunca se ajustaron de forma tal de eliminar plenamente esa
presión.
La utilización de las retenciones como herramienta de estabilización de precios
presenta otras dificultades, aparte de la oposición de los sectores empresariales que son
gravados por las mismas. Èstas tienen que ver con la dinámica productiva de los
sectores que se ven afectados por ella. Nos detendremos brevemente a estudiar algunas
de estas dificultades en relación a su aplicación en el sector agropecuario. Respecto al
sector de los hidrocarburos, su dinámica fue analizada en el primer documento técnico
del CEMOP (Mansilla y Perrone, 2010).
23
4 - LA MESA DE LOS ARGENTINOS ANTE LA “SOJIZACIÓN”
DEL CAMPO
Desde mediados de la década del ‗90 hasta el presente, la producción
agropecuaria del país fue concentrándose cada vez más en la de soja. Cómo se observa
en el gráfico 9, el total de hectáreas sembradas con cereales y oleaginosas pasó de 22
millones a 32 en los últimos 15 años, mientras que la siembra de soja se elevó de 6
millones a 18 en igual período. La superficie sembrada de soja respecto a todos los
cereales y oleaginosas avanzó del 27 al 56% en una década y media. Téngase en cuenta
que la actividad ganadera que es quien más terreno cedió a la oleaginosa (especialmente
en la zona pampeana), no está incluida en el gráfico5.
Gráfico 9 - Superficie sembrada de cereales y oleaginosas. En millones de
hectáreas. Campañas 1979/80 a 2008/09.
35
Soja
Resto
30
25
20
15
10
5
0
79/80 82/83 85/86 88/89 91/92 94/95 97/98 00/01 03/04 06/07
Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Este proceso se disparó por el abaratamiento de los costos de la producción de
soja que permitió la aplicación de nuevas tecnologías (tanto por el incremento del rinde
por hectárea como por los menores gastos de siembra y cosecha), en el marco de una
fuerte alza de los precios internacionales de la misma (Azcuy Ameghino, 2000; Bisang,
5
Desplazándose hacia tierras marginales o formas técnicas más intensivas en capital. Ver al respecto
Paruelo, J.M., J.P. Guerschman y S.R. Verón (2005).
24
2003; Panigo, 2010). La sojización de la producción agropecuaria se refleja también en
los números del comercio exterior. Así para 2009, casi uno de cada cuatro dólares que
ingresaban por exportaciones a la economía, fueron generados por el complejo sojero
(ver cuadro 1).
Cuadro 1 - Participación del complejo soja en las exportaciones. Dólares corrientes
y porcentajes. Año 2009.
U$S
% del total
Harina y "pellets" de la extracción de aceite de soja
8.209
15%
Aceite de soja, en bruto incluso desgomado
3.194
6%
Porotos de soja, exc. para siembra
1.690
3%
Total selección
13.093
23%
Total Exportaciones
55.750
100%
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.
El hecho de que el consumo interno de soja sea muy bajo, puede llevar a pensar
que ya no rige la conflictiva relación entre la producción agropecuaria de exportación y
el consumo interno de alimentos, tradicional en el desenvolvimiento de la economía
argentina. Así podría suponerse que el aumento del precio interno de la soja, producto
de la devaluación y su encarecimiento internacional, en nada afecta a quienes no
consumen soja. Sin embargo ello no es así. La sojización del campo no anula el
conflicto entre la
exportación agropecuaria y el consumo interno, sino que lo
complejiza en varias direcciones.
Por un lado, porque la sojización del campo lleva al desplazamiento de otras
producciones como el maíz, trigo, ganadería, tambos, frutas y verduras. Ello es así no
sólo por los elevados márgenes de la soja generados por su precio internacional y las
nuevas tecnologías que intervienen en su producción, sino también, porque la
producción de soja compite con las demás en cuanto a la utilización de un insumo
básico no reproducible: la tierra. Como se observa en el gráfico 10, el valor de la
hectárea en la zona núcleo de la provincia de Buenos Aires se incrementó fuertemente
en los últimos años, pasando de u$s4.000 la hectárea en 2001 a casi 13.000 en 2010.
Daza (2009) muestra que la evolución del precio de la tierra tiene una fuerte correlación
con el margen bruto de la producción de soja.
25
Gráfico 10 - Valor de la hectárea en la zona núcleo de la provincia de Buenos
Aires. Dólares por hectárea. Abril 2000-marzo 2010.
Fuente: Compañía Argentina de Tierras SA.
La elevada rentabilidad de la producción de soja para la exportación encarece la
producción de alimentos por otra vía pocas veces considerada: el encarecimiento de los
insumos agrícolas como los abonos y fertilizantes. El incremento de su precio no parece
tener vinculación con alguna restricción de oferta como en el caso de la tierra, sino
fundarse en la política de formación de precios de empresas con poder de mercado.
Como se observa en el gráfico 11, el precio de los abonos y fertilizantes desde mediados
de 2002 parece calcar la evolución del precio de la tierra presentado en el gráfico 106.
Puede decirse que las empresas proveedoras de abonos y fertilizantes fijan el precio
midiendo el bolsillo de sus clientes, o en términos más técnicos, de acuerdo a la
elasticidad precio de la demanda7.
6
La correlación entre el precio de los abonos y fertilizantes con el precio de la tierra, parece mucho más
fuerte que su correlación con el precio interno del petróleo – uno de sus principales insumos- según se
observa de la comparación de los gráficos 8, 10 y 11.
7
Siendo los métodos de producción relativamente fijos, un incremento en el precio de la soja y
consiguientemente en los márgenes brutos de su producción, vuelve más inelástica respecto a los precios
a la demanda de abonos y fertilizantes. Ello permite a los oligopolios que lo proveen incrementar su
precio sin que hayan variado sus costos de producción, obteniendo de esa manera su tajada en la renta
agropecuaria.
26
Gráfico 11 - Precio interno básico mayorista de los abonos y fertilizantes agrícolas.
Índice valores nominales. Base 1993=100. Abril 2000- marzo 2010.
700
600
500
400
300
200
100
2009M8
2008M12
2008M4
2007M8
2006M12
2006M4
2005M8
2004M12
2004M4
2003M8
2002M12
2002M4
2001M8
2000M12
2000M4
0
Fuente: elaboración propia en base a INDEC.
De esta manera, las políticas de reducción del precio interno de alimentos como
el trigo, la leche, el maíz y la carne frente a su precio internacional, pueden terminar
acelerando la sojización del campo al reducir aún más la rentabilidad de esas
producciones frente a la soja. De ahí que las políticas de abastecimiento interno de
alimentos sean complejas y requieran tomar en cuenta el avance de la soja dentro de la
producción agropecuaria.
Las posibles medidas para lograr un abastecimiento interno en materia
alimentaria a precios más económicos son múltiples. Subsidio a la producción de
alimentos internos;
retenciones diferenciadas que graven a la soja en forma más
pronunciada; intervención estatal en la producción y comercialización de alimentos ya
sea mediante juntas reguladoras, empresas estatales o bien en base a acuerdos con
empresas privadas o de la economía social; subsidios a la importación de alimentos;
distribución de alimentos en la población de menores recursos económicos subsidiada
por el Estado; etc.
Algunas de ellas se aplican actualmente con variados resultados. Así sucede con
las compensaciones a la cadena del trigo-pan, los $0,20 por litro leche que reciben los
tamberos por sus 3.000 primeros litros de producción o los subsidios para la compra de
granos utilizados para engorde en la producción avícola (ver cuadro 2). También se
27
ensayaron acuerdos de precios con grandes hipermercados aunque los resultados en este
sentido han sido muy limitados. El Plan de Seguridad Alimentaria que promueve el
Ministerio de Desarrollo Social alcanza a aproximadamente 1.836.899 personas8.
También se grava a la soja con mayores derechos de exportación que a los demás
granos, aunque la diferencia porcentual no es lo suficientemente amplia como para
desincentivar el avance de la oleaginosa.
De todas maneras y sin despreciar los esfuerzos realizados hasta el presente, la
evidencia de una inflación impulsada por el alza de los alimentos muestra que estas
medidas han sido insuficientes y que se requiere avanzar más ampliamente con ellas.
Claro que esto no es simple ni una cuestión exclusivamente técnica. Existen muchos
intereses en juego y seguramente algunos de ellos se verían afectados por una
intervención estatal más decidida.
Cuadro 2 - Compensaciones estatales a diversos eslabones de la cadena
agropecuaria (pagos autorizados). Millones de pesos corrientes. Primer semestre
de 2010.
Rubro
TOTAL PAGOS
IMPORTE ($)
Productores lecheros
29.883
303.703.816,40
Faenadores avícolas
115
372.569.660,75
Molinos de trigo
240
534.762.476,76
Feed lots
385
364.950.875,03
13.082
2.981.200,00
3
1.287.751,91
23
325.154,66
43.731
1.580.580.935,51
Criadores de Terneros Overos
Harina de Maíz
Productores de trigo
TOTAL
Fuente: ONCAA.
8
Según informa el ministerio en http://www.desarrollosocial.gov.ar/planes/pa/default.asp.
28
5 - LOS SALARIOS
Los salarios generales emprendieron su carrera detrás de los precios con cierta
demora a causa del gran desempleo existente en 2002. Sin embargo, estuvieron a punto
de alcanzarlos a mediados de 2006 y comienzos de 2009. Pero el salto en los precios
que generó el alza internacional de las materias primas y la momentánea moderación en
el incremento de salarios producto del impacto local de la crisis internacional, parecen
haberlo impedido. De esta manera, la mayoría de los trabajadores todavía no han
logrado recuperar el valor real de sus ingresos tras la desvalorización que les imprimió
la inflación que acompañó la devaluación del peso en 2002 (ver gráfico 12).
Gráfico 12 – Salario nominal, real e índice de precios al consumidor. Índice. Base
IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
400
Salario Real
350
Salario Nominal
300
IPC
250
200
150
100
2010M4
2009…
2009M4
2008…
2008M4
2007…
2007M4
2006…
2006M4
2005…
2005M4
2004…
2004M4
2003…
2003M4
2002…
2002M4
0
2001…
50
Nota técnica: el IPC se calculo tomando datos del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7
provincias del CENDA. Los salarios corresponden al nivel general que pondera los ingresos de los privados registrados y no
registrado y de los empleados públicos, que informa el INDEC.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
En el gráfico 12 también se observa cómo la carrera de precios y salarios se
acelera a partir de mediados de 2006, coincidiendo con el período de aceleración de la
inflación que se visualizaba en el gráfico 1. Ello concuerda con la hipótesis esbozada
anteriormente de que el alza del precio internacional de los alimentos exacerbó la puja
distributiva y con ella la inflación.
La trayectoria del salario real general es el resultado promedio de la evolución
de las remuneraciones de los trabajadores privados registrados, no registrados y del
sector público. La evolución de los ingresos reales de cada uno de ellos ha sido muy
29
dispar. Como se observa en el gráfico 13, tras una caída del ingreso real de los tres tipos
de salarios por efecto de la inflación provocada por la devaluación del peso en 2002, el
primero en recuperar su poder de compra fue el salario del trabajador privado registrado
cuya remuneración real a partir de 2005 osciló entre un 8 y un 18% por encima del nivel
de fines de la convertibilidad. Cabe destacar que en un principio su ascenso escalonado
reflejó los incrementos salariales por decreto de los primeros años de la gestión
Kirchner, mientras que a partir de 2005-6 su dinámica quedó determinada por la
evolución del salario negociado en paritarias, los acuerdos obtenidos en el marco del
Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, y la trayectoria de los precios de la canasta
de consumo (Panigo y Neffa, 2009)9.
Gráfico 13 - Salario real de los trabajadores privados registrados, no registrados y
del sector público. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo
2010.
140
120
100
80
60
40
20
Privado registrado
Privado no registrado
Público
2009M12
2009M5
2008M10
2008M3
2007M8
2007M1
2006M6
2005M11
2005M4
2004M9
2004M2
2003M7
2002M12
2002M5
2001M10
0
Nota técnica: el salario real se calculó tomando el índice de salario del INDEC, deflactado por el IPC del INDEC hasta diciembre de
2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7 provincias del CENDA.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
Respecto al ingreso real del trabajador privado no registrado, su recuperación
fue lenta y recién se aceleró desde finales de 2007 deteniéndose en niveles apenas
menores que los previos a la devaluación de 2002. Los grandes perdedores fueron los
9
En http://www.mecon.gov.ar/download/infoeco/apendice3c.doc, se enumeran las medidas adoptadas por
el Gobierno Nacional a efectos de mantener una política de ingresos que procure recuperar el nivel de
ingreso real de los trabajadores.
30
trabajadores del Estado, cuya remuneración real permaneció, a lo largo del período, más
de un 20% por debajo de los niveles de comienzos de siglo. Como se destaca en el
gráfico 14, la dinámica de los ingresos reales de los diferentes trabajadores se produjo
en el marco de un alza nominal permanente de los salarios y los precios, que se aceleró
desde comienzos de 2007. En esa carrera, los sueldos de los empleados públicos han
quedado rezagados.
Gráfico 14 - Salario nominal de los trabajadores privados registrados, no
registrados y del sector público, y evolución del IPC. Índices. Base IV trimestre
2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
450
Privado registrado
Privado no registrado
Público
IPC
400
350
300
250
200
150
100
2010…
2009…
2009…
2008…
2008…
2007…
2007…
2006…
2006…
2005…
2005…
2004…
2004…
2003…
2003…
2002…
2002…
0
2001…
50
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
En resumen, en un contexto de permanente alza nominal de los salarios y los
precios, la recuperación del valor real de los salarios varió de acuerdo al tipo de empleo.
Los privados registrados comenzaron pronto la carrera detrás de los precios – gracias a
la intervención estatal vía aumentos por decreto- superando el nivel real de fines de la
convertibilidad a partir de comienzos de 2005. El alza del salario de los privados no
registrados fue lenta al comienzo y se aceleró a en los últimos años, esa evolución
parece estar determinada por la dinámica del mercado de trabajo, a medida que se
redujo el desempleo y las políticas de ingresos indirectos destinadas al sector informal.
Los trabajadores del Estado fueron los grandes perdedores, cediendo sus salarios más de
un 20% del poder de compra respecto de los de finales de la convertibilidad.
31
6 - LA COMPETITIVIDAD INDUSTRIAL
Tras su incremento por la devaluación del peso en 2002, la competitividad
industrial frente a los principales socios comerciales, se mantuvo por encima de los
niveles de la convertibilidad a lo largo del período bajo análisis. Ello se debió a que la
permanente devaluación nominal del peso frente a las monedas de los principales socios
comerciales, compensó una inflación interna del precio de las manufacturas superior a
la de la competencia (ver gráfico 15).
Gráfico 15 - Tipo de cambio nominal frente a los principales socios comerciales
(TCN), real (TCR), precio interno de las manufacturas (Pm) y de los principales
socios comerciales (P*m). Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 –
mayo 2010.
2010M4
2009M10
2009M4
2008M10
2008M4
2007M10
2007M4
TCR
2006M10
2006M4
Pm
2005M10
2005M4
P*m
2004M4
2003M10
2003M4
2002M10
2002M4
2001M10
TCN
2004M10
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
Nota técnica: el TCR industrial se obtuvo calculando el tipo de cambio real con Brasil, Unión Europea, EEUU y China, a partir del
TCN y los índices de precios mayoristas de manufacturas respectivos (para Brasil se utilizó el índice de precios mayorista general y
para China el IPC). Luego se los ponderó según su participación relativa en el promedio de las importaciones de los 12 meses
anteriores.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
La competitividad de la industria en términos de precios internacionales no fue
homogénea según los distintos socios comerciales. Para tener un panorama más
detallado del tipo de cambio real industrial conviene desagregarlo. En el gráfico 16,
presentamos el tipo de cambio real industrial con 4 países que constituyen los
principales orígenes de las importaciones de manufacturas. Allí se observa que la
competitividad de la industria argentina con Brasil y EEUU se acrecentó respecto a los
32
niveles de la convertibilidad, se mantuvo en niveles similares con la Unión Europea,
mientras que con China descendió10.
Gráfico 16 - Tipo de cambio real industrial con Brasil, EEUU, Unión Europea y
China. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
Nota técnica: ver gráfico 15.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
Esta evolución de la competitividad real se produjo como resultado de una
importante devaluación del peso frente a todas las monedas, acompañada sin embargo,
de una mayor inflación interna de los precios de las manufacturas (gráficos 17 y 18).
Gráfico 17 - Cotización del peso respecto al dólar, real, yuan y euro. Octubre 2001
– julio 2010. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
Fuente: elaboración propia en base a Bank of Canada.
10
Este último resultado debe matizarse por haberse estimado utilizando el índice de precios al
consumidor de China, en lugar del mayorista de manufacturas.
33
Gráfico 18 - Índices de precios de Argentina, Brasil, EEUU, Unión Europea y
China. Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – mayo 2010.
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
2010M4
2009M10
2009M4
2008M10
2008M4
2007M10
2007M4
2006M10
2006M4
2005M10
2005M4
2004M10
2004M4
2003M10
2003M4
2002M10
2002M4
2001M10
Argentina
Brasil
Unión Europea
EEUU
Nota técnica: para Argentina, Unión Europea y EEUU se utilizaron los índices de precios mayoristas de manufacturas respectivos,
para Brasil el mayorista general y en el caso de China el IPC, por no disponerse de otra información..
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
Para analizar la evolución de los costos laborales de la industria en términos de
su competitividad internacional, hemos construido un índice de costo salarial
multilateral. Este índice considera la evolución del salario por obrero industrial y su
productividad, deflactada por la evolución ponderada de los precios manufactureros de
Brasil, EEUU, Unión Europea y China, valuados en pesos. Como se observa en el
gráfico 19, el costo salarial multilateral descendió abruptamente con la devaluación de
2002 para luego crecer lentamente manteniéndose en 2009 un 30% por debajo del
último trimestre de convertibilidad. El menor costo salarial multilateral se debe al
incremento en la productividad laboral, ya que el nivel de salarios en relación a los
precios de las manufacturas de la competencia externa recuperó los niveles del último
trimestre de 2001.
34
Gráfico 19 - Costo salarial multilateral, producto por trabajador industrial y
salario industrial en relación al precio en pesos de las manufacturas del exterior.
Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – julio 2010.
160
140
120
100
80
60
40
Cto. Salario multi.
Prod. por trabajador
20
Salario/ precios externos
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
0
2002
2003
2004
2005
2006*
2007*
2008*
2009*
Nota técnica: la información de evolución del salario (S), el producto físico manufacturero (Q) y los obreros ocupados en la
industria (L) se tomaron de la Encuesta Industrial Mensual del INDEC. Los precios internacionales en pesos (ePi) se tomaron
multiplicando el TCR industrial por los precios internos de las manufacturas. Las fórmulas para calcular los indicadores son:
i)
Salario/precios externos: S/ePi
ii)
Prod. por trabajador: Q/L
iii)
Cto. Salario multi.: (i)/(ii)
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
No se dispone de información sobre la evolución de los requerimientos físicos
de insumos no salariales de la actividad industrial. Por ello presentaremos sólo la
evolución de sus precios en relación a los precios de los productos industriales de los
principales socios comerciales valuados en pesos. Su representatividad en la evolución
de los costos no salariales de la industria depende crucialmente del supuesto de que no
existieron variaciones relevantes en su rendimiento físico. De la observación del gráfico
20 se destaca que la principal fuente de competitividad ha sido el abaratamiento relativo
de la energía eléctrica, aunque esta conclusión debe matizarse por la existencia de
restricciones cuantitativas en la provisión de energía para la industria durante parte del
período11. El precio de los insumos agrícolas e importados fluctuó por encima (en los
primeros años) y por debajo del precio de las manufacturas extranjeras (al finalizar el
período), por lo que no ha constituido una fuente de competitividad para la industria
local frente a la externa.
11
Sobre el funcionamiento del sistema energético nacional durante el período bajo análisis, consultar
Mansilla y Perrone (2010).
35
Gráfico 20 - Precios internos mayoristas agrícolas, de productos importados y de la
energía eléctrica en relación al precio en pesos de las manufacturas del exterior.
Índices. Base IV trimestre 2001=100. Octubre 2001 – julio 2010
140
120
100
80
60
40
20
Agrícolas
Importados
Energía
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
IV
I
II
III
0
2002
2003
2004
2005
2006*
2007*
2008*
2009*
Nota técnica: los precios internacionales en pesos (ePi) se tomaron multiplicando el TCR industrial por los precios internos de las
manufacturas. Los precios internos agrícolas (Pa), de productos importados (Pm) y de la energía eléctrica (Pe) son aperturas del
índice mayorista del INDEC. Las fórmulas para calcular los indicadores son:
i)
Agrícolas: Pa/ePi
ii)
Importados: Pm/ePi
iii)
Energía: Pe/ePi
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y FMI.
Respecto al margen empresarial sobre los costos (mark up), en el gráfico 21 se
observa que tras un incremento en el año 2002 – que refleja un intento de compensar
por ese lado las pérdidas por menores ventas y por la situación financiera de la crisis –
permaneció estable en un 31-2%. Sin embargo, las crecientes ventas asociadas a la
expansión económica del período (que refleja la tasa bruta de ganancia) permitieron
mantener una elevada tasa neta de ganancia que fluctuó entre el 13 y el 19% anual a
partir de 2003.
36
Gráfico 21 - Margen bruto sobre ventas, tasa bruta de ganancia y tasa neta de
ganancia en las manufacturas. Porcentajes. 2001 – 2008.
100%
80%
60%
40%
20%
0%
2001
2002
2003
margen bruto
2004
2005
tasa bruta
2006
2007
2008
tasa neta
Nota técnica: el margen bruto (mark up) fue obtenido como el resultado bruto (ventas – costos primos) sobre los costos primos
(compras de insumos y demás gastos asociados a la producción). La tasa bruta de ganancia se calculó como el resultado bruto sobre
el patrimonio neto al cierre del período. La tasa neta de ganancia se calculó como las utilidades contables sobre el patrimonio neto,
ambos al cierre del período. Las utilidades contables se obtienen deduciendo al resultado bruto, los gastos administrativos,
financieros, y otros no asociados directamente a las cantidades producidas.
Fuente: elaboración propia en base a AFIP.
En conclusión, podemos afirmar que la competitividad de la industria se
incrementó respecto del período de la convertibilidad gracias a la devaluación real del
precio de las manufacturas en relación a las de los EEUU y Brasil, facilitada por el
incremento de la productividad laboral, el abaratamiento relativo de la energía eléctrica
y el contexto de fuerte expansión de la actividad que permitió la obtención de una
elevada rentabilidad manteniendo (o reduciendo si se toma como base al año 2002) el
margen empresarial sobre los costos.
La relevancia del contexto de expansión de la actividad para la competitividad
industrial puede ser aún mayor, si se tiene en cuenta que no sólo mejoró la rentabilidad
al aumentar la velocidad de rotación del capital invertido (entre otras razones por una
mayor utilización de la capacidad instalada y de otros gastos fijos por unidad de
producto), sino que podría ser la causa del incremento de la productividad industrial (de
la que sólo tenemos información sobre la reducción de las horas hombre por unidad de
producto)12. Desde este punto de vista, las políticas de ―enfriamiento‖ de la economía
que suelen proponerse para estabilizar los precios podrían tener un efecto
contraproducente que muy pocos toman en cuenta: el incremento de los márgenes sobre
ventas y una menor productividad, con su consiguiente impacto en los precios de la
industria.
12
Como lo afirma el conocido ―efecto Kaldor-Verdoon‖ de la literatura sobre organización industrial.
37
7 - LAS POLÍTICAS DE ESTABILIZACIÓN TRADICIONALES
A la luz de los desarrollos anteriores, se pueden discutir las medidas de política
económica para combatir la inflación. Es bueno empezar por las recomendaciones más
escuchadas. Éstas suelen reposar sobre una interpretación del incremento general de
precios como un exceso general de demanda frente a una oferta que no puede crecer a la
misma velocidad (ver anexo I). En consecuencia, las propuestas que suelen derivarse de
dicho diagnóstico son una serie de medidas tendientes a disminuir la demanda o bien
incentivar la oferta.
Respecto a la demanda, la posición ideológica de quienes suelen presentar estas
recomendaciones políticas tiende a descargar el peso de la reducción de la demanda
sobre el gasto público (Frenkel, 2008). Aunque existen excepciones que ponen el acento
sobre el gasto privado de los sectores de elevados ingresos (Lozano y Raffo, 2007). En
cuanto a la oferta, suele mencionarse la ―falta de seguridad jurídica‖ como la principal
causa de una reducida inversión que no permite expandir en tiempo y forma la
capacidad productiva.
Sin embargo, estas hipótesis no parecen sustentadas por la evidencia empírica.
En el gráfico 22 se presenta la evolución del nivel de uso de la capacidad instalada
promedio de la industria frente a la inflación anual de los precios manufactureros, entre
enero de 2006 y noviembre de 2010. A simple vista puede observarse que no existe una
relación clara entre ambas variables.
38
Gráfico 22 - Nivel de uso de la capacidad instalada y tasa de variación anual de los
precios. Porcentajes. Enero 2006-noviembre 2010
(inflación)
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
2,5%
2,0%
1,5%
1,0%
0,5%
0,0%
uso capac.
2010M9
2010M5
2010M1
2009M9
2009M5
2009M1
2008M9
2008M5
2008M1
2007M9
2007M5
2007M1
2006M9
2006M5
2006M1
-0,5%
Nota técnica: la inflación anual se calculó como la tasa de variación del índice de precios mayoristas manufactureros de un mes
respecto al mismo mes del año pasado.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC.
Por otro lado, en el gráfico 23 se presentan la información de incrementos de
precios y el nivel de uso de la capacidad instalada de las principales aperturas de la
industria. Como se observa, no existe una correlación clara entre ambas variables. Los
sectores manufactureros que registraron mayores incrementos de precios entre los
primeros tres trimestres de 2010 e igual período de 2005, no necesariamente se
corresponden con aquéllos que presentaban un mayor nivel de utilización de su
capacidad instalada a finales de ese período.
39
Gráfico 23 - Incrementos de precios y nivel de uso de la capacidad instalada en la
industria. Principales aperturas. Porcentajes. I-III trimestres 2005–I-III trimestres
2010
(var. precios)
120%
115%
Prod. papel
Metal mecánica
110%
105%
100%
Alimentos y
bebidas
Caucho y plástico
95%
90%
65%
Minerales no
metálicos
Metales básicas
Refinación de
petróleo
Prod. Químicos
Textiles
70%
75%
80%
85%
90%
95%
100%
(uso capac.
Nota técnica: el incremento de precios se calculó como la variación relativa de precios de cada sector entre el nivel promedio de los
tres primeros trimestres de 2005 y 2010. El nivel de uso de la capacidad instalada se corresponde al promedio de los primeros tres
trimestres de 2010. La información de precios de los productos de papel es el promedio simple de las categorías Papel y cartón y
Edición e impresión, mientras que el nivel de uso de la capacidad instalada se corresponde al de Papel y productos de papel. . La
información de precios de Metal mecánica es el promedio simple de las categorías Máquinas y equipos y Máquinas y aparatos
eléctricos, mientras que el nivel de uso de la capacidad instalada se corresponde al de Metal mecánica excluyendo automóviles y los
Automóviles.
Respecto a la inversión, el período bajo análisis muestra la superación de los
niveles de inversión real por unidad de producto respecto al máximo alcanzado en los
años `90 (período donde reinaba la ―seguridad jurídica empresarial‖). La consolidación
de un proceso de crecimiento económico sostenido con amplias tasas de rentabilidad
(ver cuadro 5 en la próxima sección) parece pesar más que la ―seguridad jurídica‖ en las
decisiones de inversión. De esta manera, desde 2003 se evidencia un importante
incremento en la capacidad productiva de la economía, dado por una mayor tasa de
inversión sobre un nivel de ingresos ampliamente incrementado (ver gráfico 23)13.
13
Amico y Fiorito (2010) argumentan que la inversión se encuentra determinada por el nivel de
incremento de la demanda bajo el esquema clásico del ―acelerador‖.
40
Gráfico 24 - Inversión real total y en equipos durables de producción en relación al
nivel de producto (columnas, eje izquierdo), y stock de equipos durables de
producción (línea, eje derecho). Porcentajes y pesos de 1993. Años 1997 (máximo
de los noventa) y 2002-2009.
25%
45.000
Equipos
Total
Stock equipos
20%
40.000
35.000
30.000
15%
25.000
20.000
10%
15.000
10.000
5%
5.000
0%
0
1997
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Fuente: elaboración propia en base a INDEC.
Pero analicemos las políticas de reducción del nivel de demanda como forma de
combatir la inflación a la luz de la hipótesis de nuestro trabajo. Estas políticas podrían
tener un efecto deflacionista sólo en caso de debilitar a los sectores del trabajo en su
capacidad de lograr incrementos de salarios. Es decir, el objetivo detrás de las políticas
de reducción del gasto y con él, del nivel de actividad, sería ampliar el desempleo y de
esa manera reducir el poder de negociación de los sindicatos. Así, bajo la consigna de
combatir la inflación se estaría afectando uno de los pilares del proceso de crecimiento
de los últimos años: la búsqueda de una más justa distribución del ingreso. Y ello podría
afectar el segundo pilar: la competitividad industrial se vería afectada, si el menor nivel
de ingresos salarial deprime la demanda y el nivel de actividad económica, reduciendo
las economías de escalas industriales.
Otra propuesta de estabilización que implica sacrificar el exitoso modelo
económico de los últimos años, es la apreciación cambiaria. Se argumenta que un tipo
de cambio más reducido disminuiría la presión de las materias primas internacionales
sobre el nivel de precios internos (Frankel, 2008 y 2010). Sin embargo, el tipo de
cambio impacta también sobre la competitividad de la industria relativamente menos
productiva que el agro. El costo de semejante política de estabilización nos lo muestra la
41
experiencia de la convertibilidad: desindustrialización, desempleo y un déficit externo
insostenible en el largo plazo.
Cuadro 3 - Desempleo, subempleo, pobreza e indigencia durante la convertibilidad
y su crisis. Porcentajes de personas. 1992-2002
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Desempleo (A) 7
9,3 12,2 16,6 17,3 13,7 12,4 13,8 14,7 18,3 17,8
Subempleo (B)
-
4,1 5,4 7,7 8,5 8,1 8,4 9,1 9,3 10,7 13,8
(A+B)
-
Pobreza (*)
Indigencia (*)
13,4 17,6 24,3 25,8 21,8 20,8 22,9 24
17,8 16,8
19 24,8 27,9
29 31,6
26 25,9 26,7 28,9 35,4 54,3
3,2 4,4 3,5 6,3 7,5 6,4 6,9 6,7 7,7 12,2 24,7
(*) GBA
Fuente elaboración propia en base a INDEC.
8 - CONCENTRACIÓN DE MERCADOS Y MÁRGENES DE
GANANCIA
Otro tipo de políticas más heterodoxas de estabilización hace hincapié en la
necesidad de regular los precios para evitar la aplicación de márgenes excesivos. La
elevada concentración que caracteriza a los mercados en el capitalismo corporativo
moderno, permite a las empresas aplicar amplios márgenes sin temor a verse
enfrentados a competidores que les disputen el mercado. De ahí que en una economía
con estas características, la búsqueda de una determinada redistribución del ingreso
requiere la regulación de los márgenes de rentabilidad empresarial.
En el caso Argentino, la formación de precios difiere según los sectores. En
términos muy simplificados, el sector primario toma los precios del mercado mundial;
la industria y algunos servicios los forman aplicando un margen sobre los costos; y en el
caso de los servicios públicos, sus tarifas se encuentran reguladas por el Estado. La
forma de regular la rentabilidad en el sector primario la abordaremos en la próxima
sección, ya que ella constituye la política central para la estabilización de precios en la
actualidad. Pasemos a estudiar la evolución de la rentabilidad en la industria y algunos
servicios claves.
En el cuadro 4 se presenta la información de los márgenes aplicados sobre los
costos de producción en diferentes sectores. En el mismo se observa que tras un brusco
incremento en 2002, los márgenes descendieron a niveles similares a los de fines de la
42
convertibilidad. Es sorprendente que industrias que lideraron los incrementos de los
precios como la de Alimentos y Bebidas no muestren incrementos significativos en los
márgenes sobre los costos. Excepto casos como el de los metales comunes (que
aumentó fuertemente su mark up), el incremento de los márgenes como hipótesis
explicativa de la inflación parece ser insuficiente.
Cuadro 4 - Margen sobre los costos (mark up) aplicados en sectores seleccionados.
Porcentajes. 2001-2008
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Industria manufacturera
32% 41% 34% 31% 32% 35% 32% 31%
Alimentos y bebidas
29% 28% 20% 24% 25% 25% 27% 29%
Textil, confección, cuero y
calzado
24% 35% 25% 24% 26% 30% 26% 27%
Papel y productos de papel
34% 39% 44% 39% 37% 37% 37% 36%
Sustancias y productos químicos
58% 80% 66% 56% 58% 60% 57% 52%
Caucho y plástico
26% 36% 32% 27% 24% 25% 24% 24%
Vidrio
36% 28% 51% 49% 49% 50% 44% 39%
Metales comunes
30% 79% 63% 60% 56% 57% 49% 43%
Autos y sus partes
9% 32% 33% 14% 15% 17% 16% 15%
Electricidad, gas y agua
54% 72% 58% 39% 41% 41% 39% 42%
Construcción
28% 37% 31% 31% 30% 31% 32% 33%
Comercio
27% 25% 25% 27% 28% 27% 29% 30%
Nota técnica: el margen bruto (mark up) fue obtenido como el resultado bruto (ventas – costos primos) sobre los costos primos
(compras de insumos y demás gastos asociados a la producción).
Fuente: elaboración propia en base a AFIP.
Sin embargo, el mantenimiento de los márgenes en niveles similares o aún
superiores a los de finales de la convertibilidad no significa que los diversos sectores
hayan mantenido niveles de rentabilidad similares a los de aquellos años. En el cuadro 5
se presenta la tasa de ganancia en los mismos sectores en que antes analizamos los
márgenes sobre los costos. En este cuadro se observa un incremento espectacular de la
rentabilidad empresarial en todos los sectores excepto los servicios de electricidad, gas
y agua, donde disminuye.
La clave para explicar la aparente paradoja entre márgenes similares con tasas de
ganancia tan diferentes, se encuentra en la expansión de la actividad económica que
permite una mayor velocidad de recuperación del capital y una drástica disminución de
43
los gastos fijos por unidad de producto. Ello conduce a pensar que podrían regularse los
precios (con la consiguiente reducción de los márgenes empresariales) en algunos
sectores donde se están obteniendo tasas de rentabilidad extremadamente elevadas.
Incluso, en el caso de regularse los precios de ciertas industrias básicas como los
metales comunes, mejoraría la competitividad de las demás industrias que utilizan sus
productos como insumos.
Sin embargo hay que tener en cuenta que más allá de la regulación de algún
sector puntual, la elevada rentabilidad promedio de la industria es uno de los objetivos
explícitos del modelo económico en curso. De lo contrario, más sencillo que regular los
precios sería apreciar el tipo de cambio, incrementando el peso de la competencia
externa sobre la industria local.
Cuadro 5 - Tasa de ganancia en sectores seleccionados. Porcentajes. 2001-2008
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Industria manufacturera
4% 11% 14% 13% 16% 22% 19% 18%
Alimentos y bebidas
5% 12%
9%
7%
7% 12% 15% 18%
Textil, confección, cuero y calzado
5%
Papel y productos de papel
4% -9% 16% 11% 11% 15% 14% 15%
Sustancias y productos químicos
6%
7% 18% 15% 19% 23% 22% 20%
Caucho y plástico
6%
4% 15% 14% 15% 17% 15% 11%
Vidrio
2%
0%
Metales comunes
6% 26% 14% 29% 25% 29% 26% 23%
Autos y sus partes
1%
9% 17% 10% 11% 21% 13% 10%
8% 15% 18% 21% 20% 21%
0% 15%
7% 14% 28% 18% 17%
Electricidad, gas y agua
4% 4% 3% 1% 0% 9% 4% 0%
Construcción
4% 3% 7% 5% 9% 18% 15% 15%
Comercio
7% 7% 17% 12% 15% 24% 18% 19%
Nota técnica: la tasa neta de ganancia se calculó como las utilidades contables sobre el patrimonio neto, ambos al cierre del período.
Las utilidades contables se obtienen deduciendo al resultado bruto, los gastos administrativos, financieros, y otros no asociados
directamente a las cantidades producidas.
Fuente: elaboración propia en base a AFIP.
En resumidas cuentas, los controles de precios pueden ser útiles para redefinir la
distribución del ingreso y la tasa de rentabilidad al interior de la industria y los
servicios. Sin embargo, no parecen ser suficientes para resolver el corazón de las
presiones inflacionarias originado en el elevado precio de los bienes primarios internos,
consecuencia del establecimiento de un tipo de cambio al nivel ―industrial‖ en un
contexto de encarecimiento internacional de las materias primas.
44
9 - EL COMBATE A LA INFLACIÓN BAJO UN RÉGIMEN DE
TIPO DE CAMBIO COMPETITIVO
A partir de la hipótesis esbozada en este trabajo sobre las tensiones que desatan
la inflación bajo la política de tipo de cambio industrial competitivo, se derivan dos
grandes líneas de políticas de estabilización de precios (ver ilustración 2). La primera,
de corto plazo, descansa fundamentalmente sobre la reducción del precio interno de
ciertos bienes claves como los alimentos y el petróleo, en relación a su valor
internacional. Estos son sectores que gozan de una extraordinaria rentabilidad
determinada conjuntamente por su elevada productividad relativa (producto de la
explotación de un recurso natural no renovable) y por los altos precios tomados del
mercado mundial al tipo de cambio general.
El tipo de cambio competitivo busca reflejar la competitividad industrial
relativamente menor a la de estos sectores. Pero de esa manera, acentúa la rentabilidad
extraordinaria de los mismos al elevar su precio interno multiplicando su valor
internacional por el mismo tipo de cambio que rige para la industria. Es decir, al regir
un único tipo de cambio para toda la economía, su establecimiento a nivel ―industrial‖
genera beneficios extraordinarios a los productores agropecuarios y petroleros de mayor
productividad relativa.
Si bien los derechos de exportación amortiguaron esa indeseada transferencia de
ingresos a los exportadores de productos primarios, no la han anulado. Por el contrario,
los incrementos en el precio internacional de las materias primas registrados en los
últimos años, generaron niveles de rentabilidad de la producción agroexportadora y de
hidrocarburos sin precedentes históricos cercanos.
De esta manera, la intervención estatal en función del abastecimiento interno de
alimentos y combustibles económicos es una tarea prioritaria para volver compatibles el
objetivo de un tipo de cambio competitivo con una más justa distribución del ingreso.
De lo contrario, la búsqueda de los trabajadores por recuperar el poder adquisitivo de
sus ingresos carcomerá la competitividad industrial. Y los intentos de recomponerla
mediante devaluaciones nominales volverán a generar un encarecimiento de los bienes y
por consiguiente, la pérdida de valor real de los salarios. Se caería así en una espiral
salario-tipo de cambio, que produciría una inflación permanente.
El segundo grupo de medidas de estabilización de precios está compuesto por
políticas que estimulen el desarrollo de la productividad industrial en el mediano-largo
plazo. Ello permitiría abaratar los alimentos y el petróleo (reduciendo las rentas
45
extraordinarias en esos sectores) mediante el establecimiento de un tipo de cambio más
apreciado, sin dañar por ello la competitividad general de la economía. En el corto plazo
existen elementos que pueden facilitar incrementos en la productividad industrial, como
por ejemplo, el mantenimiento de un elevado nivel de actividad que reduzca los costos
fijos por unidad de producto. Lo mismo puede decirse de las políticas de financiamiento
a bajas tasas o del abaratamiento relativo de la energía eléctrica. Es deseable que
algunos de estos incentivos de corto plazo, junto a otros como los impositivos, sean
condicionados a planes de inversión y pautas de productividad para su permanencia en
el largo plazo.
Sin embargo, no es intención de este trabajo ahondar en las posibles políticas de
abastecimiento interno en materia de alimentos o de desarrollo industrial. Sino tan sólo
la de señalar que ellas son el núcleo de las políticas necesarias para disminuir la
inflación en la Argentina actual en el corto y mediano-largo plazo. En ellas se encuentra
la clave para volver compatibles un tipo de cambio industrial y una mejor distribución
de los ingresos. De lo contrario, la tensión entre esas dos patas del modelo, exacerbadas
por el encarecimiento del precio mundial de las materias primas, producirá el alza
permanente de los precios.
46
Ilustración 2
POLÍTICAS DE ESTABILIZACIÓN DE PRECIOS BAJO EL
RÉGIMEN DE TIPO DE CAMBIO INDUSTRIAL COMPETITIVO
CORTO PLAZO
DESACOPLAR EL
PRECIO INTERNO
DE LOS
ALIMENTOS Y
COMBUSTIBLES
RESPECTO AL
PRECIO
INTERNACIONAL
EJEMPLOS DE POSIBLES POLÍTICAS







Aplicar derechos de exportación
Promover la intervención estatal en la
producción y comercialización
Crear juntas reguladoras
Otorgar subsidios a la producción de
alimento
Establecer un tipo de cambio exportador
apreciado para ciertos productos
Generar acuerdos con empresas privadas y/o
de la economía social
Importar alimentos
MEDIANO Y LARGO PLAZO
EJEMPLOS DE POSIBLES POLÍTICAS

POLÍTICAS DE
DESARROLLO
INDUSTRIAL






Fomentar el crecimiento sostenido del
mercado interno
Brindar financiamiento a tasas bajas
Proveer energía barata
Acordar planes de inversión
Realizar obras de infraestructura
Generar acuerdos comerciales regionales
Estimular la investigación y desarrollo
47
10 - CONCLUSIÓN
El modelo económico de los últimos años buscó mantener un tipo de cambio real
industrial a un nivel competitivo y, a la vez, mejorar el poder adquisitivo de los salarios
(Fraschina, 2010). La hipótesis de este trabajo es que la inflación que lo acompañó es
consecuencia de la tensión existente entre esos dos objetivos, agudizada por el
incremento del precio internacional de las materias primas.
La economía Argentina posee ventajas comparativas en la producción de bienes
primarios frente a la producción industrial. La elevada productividad relativa en
alimentos, y en menor medida en hidrocarburos, se debe a la dotación de recursos
naturales no renovables y su explotación intensiva, frente a un desarrollo industrial
relativamente retrasado frente al estándar mundial. En consecuencia, la imposición de
un tipo de cambio real industrial competitivo implica la creación de rentas
extraordinarias en el sector primario relativamente más productivo, que se manifiestan
en un incremento del precio relativo de esos bienes. El reciente contexto de aumento del
precio internacional de las materias primas ha agudizado ese fenómeno.
El incremento del precio interno de las materias primas afecta la competitividad
industrial al encarecer los insumos primarios pero, fundamentalmente, deteriora el poder
adquisitivo de los salarios al elevar el precio interno de los alimentos y los
combustibles. Los intentos de moderar ese fenómeno mediante la aplicación de
derechos de exportación a los bienes primarios (que deprimen su precio interno en
relación al internacional) se vieron parcialmente frustrados por la exitosa oposición de
los empresarios del sector agropecuario en alianza con grupos mediáticos privados y un
amplio espectro político.
Los incrementos salariales logrados por los trabajadores, que sólo en el caso de
los privados registrados permitieron recuperar el nivel real de finales de la
convertibilidad, impactan negativamente sobre la competitividad industrial. Sin
embargo, ésta ha logrado mantenerse gracias a la apreciación del real brasileño frente al
dólar, el abaratamiento relativo de los servicios y la energía eléctrica (aunque con
ciertas restricciones cuantitativas en cuanto a su provisión), el incremento de la
productividad del trabajo y otras economías de escala asociadas al contexto de continua
expansión económica.
Desde mediados de 2007, el alza del precio internacional de las materias primas
agudizó las tensiones entre la política cambiaria y la de ingresos. El alza de los
48
alimentos internos (que explica en forma directa más del 40% del incremento del costo
de la canasta de consumo desde entonces) aceleró la puja distributiva y los incrementos
nominales de salario. Ante ello comenzó una política de devaluaciones nominales del
peso frente al dólar, con su consiguiente impacto inflacionario. De esta manera, se cayó
en una espiral tipo de cambio-salarios exacerbada por el aumento del precio mundial de
los alimentos, que se manifestó en un aumento permanente de los precios nominales del
orden del 20-30% anual.
Las políticas de estabilización tradicionales generan un proceso de
estancamiento económico y desempleo, como forma de terminar con los incrementos de
salarios y, de esa manera, con la inflación. Pero sacrifican el crecimiento económico y
la recuperación de los ingresos, a cambio de mantener un tipo de cambio competitivo.
Si bien esa política puede favorecer a ciertos sectores exportadores, no constituye una
salida recomendable para la mayoría de la población, ni siquiera de los empresarios que
en gran parte venden al mercado interno.
Las políticas de regulación de precios en la industria y los servicios pueden ser
útiles para reducir la rentabilidad extraordinaria de algún sector particular. Sin embargo,
no pueden constituir una solución general a la inflación que surge del corazón de un
modelo que tiene como uno de sus objetivos el desarrollo industrial mediante el
mantenimiento de una elevada rentabilidad para los empresarios del sector.
La contención de la inflación en el corto plazo debe descansar sobre la reducción
del precio interno de las materias primas frente a su valor internacional. En el caso de
los alimentos, las medidas que se tomen deben evitar agudizar el avance de la soja
dentro de la producción agrícola como ha ocurrido en las últimas décadas. Es decir que
se requieren políticas sectoriales que puedan abastecer al mercado interno con alimentos
baratos sin reducir la rentabilidad de su producción frente a la soja (que casi no se
consume en el país).
En el largo plazo, la estabilidad de precios requiere la implementación de
políticas de desarrollo industrial. Así, a medida que la industria incremente su
productividad relativa frente al sector primario, podrá irse reduciendo el nivel del tipo
de cambio real sin afectar su competitividad. De esa manera se abarataría el precio
interno de los productos del agro y los hidrocarburos, moderándose sus rentas
extraordinarias y permitiendo el incremento no inflacionario del poder adquisitivo de
los salarios.
49
De lo contrario se corre el riesgo de permanecer en una espiral tipo de cambiosalario sin lograr mantener el tipo de cambio real industrial a un nivel competitivo ni
mejorar el poder adquisitivo de los salarios. La manifestación de la dificultad para
consolidar esos pilares de un modelo de desarrollo industrial con inclusión social, será
un alza permanente de los precios.
50
11 - ANEXO I - LA INFLACIÓN EN LA OPINIÓN DE LA
ACADEMIA Y LOS ACTORES SOCIALES
El retorno de la inflación a la Argentina tras una década de estabilidad de precios
ha dado lugar a diversas explicaciones. Al finalizar la convertibilidad, la opinión
generalizada en el ámbito académico fue que la inflación era consecuencia del pasaje a
precios de la megadevaluación de 2002 (Marongiu, 2004; Burstein, Eichenbaum y
Rebelo, 2005; Ito y Sato, 2007). Pero una vez avanzado el proceso, las opiniones
comienzaron a dividirse. Algunos señalaron el exceso de demanda (Frenkel, 2008;
Lozano y Raffo, 2007), otros, los cuellos de botella (Kats, 2005; Marongiu, 2005), los
incrementos de salarios (Antonelli, 2005a; b), la elevada concentración económica
(Kicillof y Nahón, 2006), el alza de los precios internacionales de los alimentos (Curi,
Kiper, Klitenik, Mira, 2008) y hubo también quienes apuntaron sus dardos hacia la
emisión monetaria (González, 2010) y las expectativas inflacionarias (Amato y
Garegnani, 2009; Ossio, Cerezo y Cossio, 2008).
Una evolución similar se dio en el debate sobre la inflación fuera del ámbito
académico. En un primer momento, la discusión giró en torno a la presión del Fondo
Monetario Internacional (FMI) para liberalizar el tipo de cambio y a la oposición del
entonces ministro de economía Roberto Lavagna por sus posibles consecuencias
desestabilizadoras (Agencia EFE 07/10/2002), en un contexto en que algunos analistas
privados hablaban de una explosión del tipo de cambio que conduciría a la
hiperinflación (La Nación 11/08/2002). Más adelante la opinión del FMI giró hacia un
posible exceso de demanda y la presión de salarios: el ex-director gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato recomendó en 2006, ―una combinación
de superávit fiscales mayores a los presupuestados, tasas de interés más altas y una
mayor flexibilidad cambiaria [...] para manejar las presiones de la demanda interna y
contener la creciente inflación‖ (Ámbito Financiero 20/04/2006). Ya en 2008, Anoop
Singh entonces encargado del FMI para América Latina, indicó que ―la prioridad central
es evitar las negociaciones salariales para no fomentar precios aún más elevados‖ (La
Nación 12/4/2008).
También el presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos
Alimenticios (COPAL), Daniel Funes de Rioja, adhirió más recientemente a la tesis de
inflación por aumentos de salarios al explicar que ―los ajustes autorizados [de
incrementos de precios] estaban vinculados a la paritaria cerrada con el Sindicato de la
51
Alimentación, que concluyó con un ajuste del 35%. Los salarios del sector no estaban
atrasados y la suba fue de tal magnitud que era lógico que empujaría una inflación de
costos" (El Día 25/07/2010). En cambio, para la Central General de los Trabajadores
(CGT) los aumentos se debieron ―una fuerte concentración de la oferta por parte
importantes compañías dedicadas a la producción de alimentos‖ (El Cronista
10/08/2010).
Desde el gobierno también hace tiempo, se viene sosteniendo la tesis de un alza
de los precios generada por los oligopolios. Por ejemplo, el ministro del Interior,
Florencio Randazzo, indicó años atrás: "quienes tienen oligopolios y producen
incrementos de precios, son algunos vivos que pretenden que cuando los bolsillos están
un poco mejor, aumenten los precios" (Agencia NA 07/08/2008). Esta opinión se
traduce en la política de regular la política de precios de las empresas que ha suscitado
amplias críticas, especialmente desde el ámbito empresarial. Así lo manifestaba, por
ejemplo, el presidente de la Asociación Empresaria Argentina en un comunicado de
prensa de abril de 2010 en el que sostenía que ―la inflación es un problema
estrictamente macroeconómico‖ y ―no es el resultado de la decisión puntual de unos
pocos agentes económicos‖. Para luego afirmar que ―la extensa historia de los controles
de precios indica que éstos no son eficaces para eliminar la inflación‖ (Clarín
06/04/2010).
Desde mediados de 2007, el gobierno también sostuvo la importancia del alza
del precio internacional de los alimentos como un factor de presión sobre los precios
internos. Así lo señalaba el entonces ministro de economía Martín Lousteau al anunciar
la implementación de las retenciones móviles para lograr un ―mayor desacople de los
precios internos a los precios internacionales, y que en un contexto de precios
crecientes, el nuevo esquema es más efectivo para reducir presiones inflacionarias‖ (26
Noticias 12/03/2008). Desde las entidades patronales del agro se plantean dudas al
respecto y sostienen que las retenciones son una medida puramente fiscalista. Así
CONINAGRO comunicó, el 12 de marzo de 2008, que ―con el pretexto de los aparentes
precios internacionales que jamás le llegan al productor, toma decisiones
tremendamente perjudiciales y despojan a los pueblos del interior en su afán
recaudatorio de otros ciento de millones de dólares‖. Pero dos días después, en otro
comunicado, pareció admitir el impacto inflacionario del alza de los precios externos
aunque continuó rechazando la implementación de retenciones: ―se ataca la inflación
sólo en los precios de las materias primas pero no se consideran los insumos y los
52
aumentos de los costos de producción, muchos de ellos en dólares, los que terminan
afectando la rentabilidad y hacen inviable el futuro‖. Una opinión distinta emitió
recientemente José Álvarez, titular del Centro de Industriales Panaderos de Buenos
Aires, quien sostuvo que ―al bajar las retenciones, automáticamente la harina subiría
entre 27 y 30%‖ (Infobae 03/08/2010).
12 - ANEXO II - LA HISTORIA INFLACIONARIA
La historia económica argentina indica que la inflación es la regla, y la
estabilidad de precios la excepción, por lo menos desde mediados del siglo pasado
(cuadro 6 y gráfico 25).
Cuadro 6 - Tasas de inflación anual, principales estadísticos descriptivos.
Porcentajes. Períodos 1960-74, 1975-91, 1992-2001 y 2002-10
Desvío
Período
Promedio
Máximo
Mínimo
Estándar
1947-74
27%
80%
6%
17%
1975-91
788%
20.266%
27%
2.294%
4%
76%
-2%
10%
13%
41%
1%
9%
1992-2001
2002-10
Nota técnica: se utilizó el IPC obtenido del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7 provincias
cuya medición estadística no fue intervenida. La inflación anual se obtuvo mediante la tasa de incremento de un mes respecto al
mismo mes del año pasado.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
53
Gráfico 25 - Tasas de inflación anual y mensual. Febrero 1946- marzo 2010.
6
1,2
Anual (izq)
5
1
Mensual (der)
4
0,8
3
0,6
2
0,4
1
0,2
0
0
-1
2008M6
2004M1
2001M2
1997M6
1993M1
1990M2
1986M6
1982M1
1979M2
1975M6
1971M1
1968M2
1964M6
1960M1
1957M2
1953M6
1949M1
1946M2
-0,2
Nota técnica: se utilizó el IPC obtenido del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7 provincias.
La inflación mensual se obtuvo como la diferencia logarítmica entre el IPC de un mes respecto al anterior. La inflación anual se
obtuvo mediante la diferencia logarítmica de un mes respecto al mismo mes del año pasado.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Dirección de Estadísticas Provinciales.
La larga historia inflacionaria, como el excepcional período 1992-2001 de
estabilidad de precios, tienen como causa subyacente ciertas características estructurales
de la economía argentina. Especialmente su tendencia a caer en desequilibrios externos
con la consiguiente devaluación del valor de la moneda nacional frente a las
extranjeras14.
La devaluación de la moneda local anticipó la mayoría de los saltos
inflacionarios, así como su estabilidad antecedió los pocos períodos de estabilidad en
los precios. Las políticas de incentivo a la producción agropecuaria de principios de los
cincuenta bajo el segundo gobierno de Perón; la devaluación recomendada por el plan
Prebisch aplicado por el gobierno militar que lo derrocó; la que llevó adelante Frondizi
al año de asumir en el marco de un ―plan de estabilización‖ acordado con el FMI y
nuevamente al abandonar el gobierno tres años después en el marco de fuertes presiones
militares; la devaluación compensada por retenciones a las exportaciones agropecuarias
14
La importancia de las cuentas externas para el desenvolvimiento de la economía argentina resalta
cuando se estudian las principales crisis a lo largo de su historia. Durante el siglo XIX se relacionan
principalmente con la reversión de los flujos financieros con Inglaterra (Prebisch, 1920-1). En los finales
del modelo agro exportador, con el deterioro del balance comercial provocado por la primera guerra
mundial y el crack del 29 (Prebisch, 1920-1 y 1965). Ya en pleno proceso de industrialización, por la falta
de divisas para acceder a insumos y bienes de capital importados (Braun y Joy, 1968 ; Diamand, 1973).
Desde mediados de los setenta hasta principios de este siglo, se vinculan a la interrupción del acceso al
crédito externo y su contracara: la fuga de capitales (Basualdo y Kulfas, 2000).
54
al asumir Onganía en un nuevo golpe militar; el ―rodrigazo‖ con su megadevaluación
que introdujo a la economía argentina en una etapa de alta inflación que duraría casi 17
años; la devaluación que terminó con la ―tablita cambiaria‖ de Martínez de Hoz y la que
coronó el fracaso de los planes antiinflacionarios bajo el mandato de Alfonsín hasta
impulsar una hiperinflación; la convertibilidad de Cavallo y, finalmente, la devaluación
del peso en 2002 que le dio fin, tuvieron fuerte influencia en la dinámica inflacionaria
(gráfico 26).
Pese al denominador común de una fuerte vinculación entre el sector externo, el
nivel del cambio y los precios, los procesos inflacionarios de las distintas etapas de la
economía Argentina tienen características particulares que merecen un análisis por
separado.
55
Gráfico 26 - Tasa de inflación anual y de devaluación del peso frente al dólar. Enero de 1947-marzo de 2010.
―Rodrigazo‖,
inicio de la
alta inflación
Incentivos
agropecuarios
de Perón
Golpe
militar - plan
Prebisch
Del plan Austral a la
hiperinflación
Fin de la
―tablita‖ de
Martínez
de Hoz
Planes
estabilización
FMI, aplicados
por Frondizi
Inicio y fin de la
convertibilidad de
Cavallo.
La devaluación
compensada de
Onganía
Nota técnica: se utilizó el IPC obtenido del INDEC hasta diciembre de 2006, a partir de allí se utilizó el promedio de 7 provincias. Los datos del tipo de cambio nominal peso/dólar se obtuvieron del FMI y el BCRA. La
inflación (devaluación) anual se obtuvo mediante la diferencia logarítmica de un mes respecto al mismo mes del año anterior.
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, Dirección de Estadísticas Provinciales, FMI y BCRA.
56
12.1 - Industrialización e inflación estructural (1946-1974)
A partir de los años cuarenta se consolidó en Argentina la denominada
Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI). La misma se caracterizó por
una industria volcada al mercado interno, protegida de la competencia extranjera
mediante aranceles aduaneros. Estas características permitieron, durante los períodos de
expansión, cierta conciliación de clases entre la burguesía industrial y la clase
trabajadora bajo el manto de la regulación keynesiana del nivel de actividad, similar a la
que se produjo en Europa durante ese mismo período (Hosbawn 1995). Pero los límites
para este capitalismo de bienestar resultaron mucho más estrechos en Argentina que en
los países desarrollados.
La fuerte dependencia de la industria de insumos, maquinaria y tecnologías
importadas y su débil inserción exportadora, condujeron a que la expansión industrial
fuera de la mano de un gasto creciente de divisas. El ingreso de moneda extranjera
dependía del nivel de exportación del sector agropecuario tradicional. De esta manera,
para evitar los desequilibrios externos, las importaciones asociadas a la expansión de la
actividad industrial debían incrementarse al ritmo que lo hacía la producción
agropecuaria. Estas características estructurales hicieron que, a fin de cuentas, la
expansión industrial se desacelerase para adaptarse al lento crecimiento de la
producción agropecuario y de su demanda internacional (Prebisch, 1965).
Las condiciones para el crecimiento económico equilibrado se imponían como
tendencia en el marco de ciclos de freno y arranque (Braun, 1968). Períodos de
expansión industrial eran generados por la expansión del consumo asalariado y del
gasto estatal hasta chocar con el desequilibrio del balance comercial y forzar una
devaluación. El alza del valor del dólar con su consiguiente impacto sobre el precio de
los alimentos y los insumos importados, deprimía el poder de compra de los salarios y
conducía a la baja del consumo y, a través de ella, de la actividad industrial volcada al
mercado interno. La caída de la actividad económica reducía las importaciones de
insumos y maquinarias reequilibrando el balance comercial y generaba, de esa manera,
las condiciones para el inicio de una posterior fase de expansión (Díaz Alejandro,
1965).
Este desenvolvimiento económico produjo un tipo de inflación que, siguiendo a
Olivera (1960; 1964), puede denominarse estructural, ya que se trata de variaciones de
precios relativos que, dada la rigidez a la baja de algún precio clave, requieren para su
57
realización de un incremento en el nivel general de los precios. En el caso particular
argentino durante el ISI, la variación de precios relativos relevantes consistió en un alza
en la relación tipo de cambio (precios agropecuarios)/salarios (precios industriales)
durante la recesión y un movimiento inverso durante la creciente del ciclo. Dado que el
tipo de cambio nominal se mantuvo fijo tras cada devaluación (por intervención estatal
en el mercado de cambio), estos cambios de precios relativos requirieron para su
realización de un incremento permanente en el nivel general de precios15;16.
En el gráfico 27 puede observarse lo antedicho tomando al tipo de cambio real
(TCR)
como
variable
proxy
de
la
relación
tipo
de
cambio
(precios
agropecuarios)/salarios (precios industriales). Cada devaluación nominal coincidió con
un incremento del TCR, a la que le siguió un congelamiento del tipo de cambio nominal
(o incluso una política de minidevaluaciones durante el período 1963-67) durante la fase
de apreciación real. De esta manera, cada devaluación se convirtió en un nuevo escalón
nominal sobre el que debieron constituirse las constelaciones de precios acordes al
desenvolvimiento del ciclo económico.
15
Si se admitiera la apreciación nominal del cambio durante los momentos de exceso de oferta de divisas
que surgen tras la devaluación y sus efectos contractivos, el incremento de los salarios reales que marca el
ritmo de la recuperación del consumo y la actividad industrial durante la creciente, podría darse por un
abaratamiento absoluto de los alimentos y los insumos importados sin necesidad de aumentos nominales
de salarios. La intervención estatal para evitar la apreciación cambiaria se debió al intento de mantener un
esquema de precios relativos (tipo de cambio/salarios) que se consideraba como un objetivo de política
económica. Su fracaso para lograrlo, que permitió la recuperación del salario y de la actividad interna, se
manifestó en un proceso inflacionario que erosionó el nivel del tipo de cambio real.
16
La rigidez a la baja del tipo de cambio nominal como causa de la inflación estructural en Argentina
durante la ISI, pese a ser bastante evidente, no ha sido muy trabajada. Incluso quienes sostienen que las
variaciones de precios relativos son las causantes de la inflación dada la inflexibilidad a la baja de algunos
precios, han tendido a señalar al salario o los precios oligopólicos de la industria como causantes de la
inflexibilidad (por ejemplo Helman, Roiter y Yoguel, 1984). La causa es, tal vez, la imitación del análisis
sobre la problemática en países industriales como el de Okun (1981).
58
Gráfico 27 - Tipo de cambio nominal (TCN) y real (TCR). Niveles. Enero 1946diciembre 1974
4,00E
+00
0
TCN
0
3,50E
+00
3,00E
+00
TCR
0
2,50E
+00
2,00E
+00
0
1,50E
+00
0
1,00E
+00
0
5,00E
- 01
0,00E
+00
1973M7
1971M1
1968M7
1966M1
1963M7
1961M1
1958M7
1956M1
1953M7
1951M1
1948M7
1946M1
0
Fuente: elaboración propia en base a INDEC, BCRA y Bureau of Labor Statistics.
12.2 - La alta inflación, (1975-1991)
El shock de salto en el valor del tipo de cambio y las tarifas públicas de junio de
1975 conocido como ―Rodrigazo‖17, dio inicio a una nueva etapa inflacionaria en la
Argentina que duraría hasta principio de los años noventa. Los niveles de inflación
mínimos de este nuevo período fueron similares a los picos de la época de
industrialización, mientras sus máximos alcanzaron el carácter de hiperinflación.
En esta etapa se produjo un cambio estructural en el desenvolvimiento de la
economía. La apertura de la cuenta de capitales y la reforma del sistema financiero
interno durante la gestión de Martínez de Hoz desplazó a la industria como epicentro del
ciclo económico subordinándola a los movimientos internacionales de capitales. Tras un
breve lapso de apreciación cambiaria con ingresos masivos de capitales externos (la
―tablita cambiaria‖), comenzó una larga década de ajuste estructural en función del
intento de hacer frente a la deuda externa.
17
Denominado así por haber sido implementado por el ministro de economía de ese entonces, Celestino
Rodrigo. Las motivaciones de su aplicación parecen exceder el ámbito económico y vincularse con
maniobras desestabilizadoras para preparar un ambiente favorable al golpe militar. Así se desprende de
las propias palabras del elaborador intelectual del ―Rodrigazo‖, el entonces Secretario de Programación
Económica Ricardo Zinn, posterior colaborador de Martínez de Hoz (Zinn, 1976).
59
12.2.1 - Elementos claves de la dinámica inflacionaria
Para comprender la dinámica inflacionaria del período hay que tener en cuenta
algunas cuestiones novedosas respecto a la etapa anterior. Por un lado, la generalización
de prácticas indexatorias que introdujeron ―inercia‖ en la tasa de inflación. Por el otro,
la monetización del déficit público y del déficit del sistema financiero en un contexto de
huída de la moneda nacional dado por su permanente desvalorización. Estos dos
elementos potenciaron el impacto inflacionario del desequilibrio de las cuentas externas
generado por la deuda externa. Las prácticas indexatorias aceleraron el traslado de la
devaluación a los precios. La emisión monetaria alimentó la demanda de dólares
deteriorando aún más la precaria situación de las cuentas externas.

Indexación de los precios: la magnitud del salto nominal de los precios
generada por el ―rodrigazo18‖ introdujo en la actividad económica prácticas indexatorias
formales e informales. Contratos financieros, alquileres, acuerdos salariales según las
épocas19, comenzaron a incorporar la inflación pasada como un piso inflacionario hacia
el futuro. De esta manera, se generalizó en la economía no ya la rigidez de varios
precios claves a la baja, sino la de su tasa de variación. En consecuencia, gran parte de
los cambios de precios relativos requirieron para materializarse no ya de un salto en el
nivel general de precios, sino de una aceleración inflacionaria (Heymann y
Leijonhufvud, 1995, p.32-3). Así se manifestó en los reiterados intentos de recomponer
el valor real del tipo de cambio y las tarifas mediante su incremento nominal durante los
primeros años de la década de los ochenta.
18
El paquete de medidas incluyó una devaluación del 160% para el tipo de cambio comercial, 100% para
el financiero, un 181% en el precio de la nafta y un 75% en el transporte urbano, entre otros aumentos de
magnitud similar.
19
Los activos financieros parecen ser los primeros en haberse indexado. A poco del ―rodrigazo‖ fueron
lanzados los ―valores nacionales ajustables‖, un título indexado de alta liquidez y garantía estatal
(Schvarzer, 1986, p.41). Los salarios fueron actualizados muy por debajo de la tasa de inflación durante la
dictadura militar -el salario real medio total promedio durante la dictadura militar fue un 29% inferior al
de 1975 según datos de ―Encuesta sobre producción, empleo y salarios‖ del INDEC que recopila
González (2004)-, y recién incorporaron masivamente cláusulas indexatorias una vez vuelta la
democracia.
60
Gráfico 28 - Tasas de incremento trimestrales del IPC, TCN y las tarifas de las
empresas públicas. I 1981- II 1985.
40
35
30
25
20
15
10
5
0
IPC
I
II
III IV
1981
TCN
I
Tarifas
II III IV
I
II III IV
1982
1983
I
II III IV
I
1984
1985
II
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC, BCRA y SIGEP.

Emisión monetaria y fuga de capitales: la permanente emisión monetaria a lo
largo de la década de los ochenta estuvo destinada a financiar el déficit público y el
sistema financiero. Respecto de las cuentas públicas, el peso de los pagos de la deuda y
el deterioro del poder de compra de la recaudación impositiva causado por la elevada
inflación (Olivera, 1967; Tanzi, 1977) generó un déficit público estructural. Tras la
crisis de la deuda, la dificultad de colocar bonos públicos en los mercados locales o
internacionales obligó a financiarlo en gran medida mediante la emisión (Heymann,
1986). En cuanto al sistema financiero, el experimento de desregulación de la gestión
Martínez de Hoz terminó en una crisis que demandó un permanente financiamiento
estatal a través de la garantía de depósitos de financieras insolventes, del otorgamiento
de seguros cambiarios sobre deudas externas privadas que implicaron de hecho su
estatización, del establecimiento de muy elevados requerimientos de encajes y depósitos
indisponibles sobre los que se pagaron altos intereses o bien del pago de enormes tasas
por la colocación de bonos públicos (los préstamos al gobierno y la compra de letras del
BCRA se convirtieron desde entonces en la actividad principal de la banca privada
argentina).
61
Gráfico 29 - Fuentes de creación de la base monetaria por el BCRA. Participación
del sector externo, oficial y las entidades financieras, sobre el total. Promedio abril
1981- febrero 1991.
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
-10%
-20%
S. Externo
S. Oficial
E. Financieras
Fuente: elaboración propia en base a datos del BCRA.
La expansión de la oferta de dinero no fue correspondida por su demanda. Dado
el contexto inflacionario, la moneda local fue rápidamente sustituida por el dólar. De ahí
la vinculación entre emisión monetaria y fuga de capitales que acentuó el desequilibrio
externo a lo largo de los ochenta.
Gráfico 30 - Portafolio del sector privado. Billetes y monedas y cuenta corriente
(M1), más otros depósitos en moneda local (M3) y activos externos. Stocks en
relación al PBI a valores corrientes. Promedios anuales 1981- 1991.
40%
30%
20%
10%
0%
M1
M3
Stock Capital
Fugado
Fuente: elaboración propia en base a datos del Banco Mundial y Basualdo y Kulfas (2000).

Deuda y desequilibrio externo: la principal herencia del programa cambiario
de Martínez de Hoz fue el brutal incremento en el endeudamiento externo que modificó
62
estructuralmente el funcionamiento de la economía a partir de ese momento20. Los
requerimientos de divisas que impuso la deuda externa en un contexto internacional
marcado por las altas tasas de interés norteamericanas de la era Reagan, generó un
déficit estructural en las cuentas externas21. Los bajos términos de intercambio de los
años ochenta acentuaron ese desequilibrio22.
Cuadro 7 - Saldo del comercio exterior de bienes y servicios y pagos de intereses de
la deuda externa. Millones de dólares. 1982-1991
Promedio anual Acumulado
Saldo bienes y servicios
reales
3.410
34.102
Intereses pagados
-5.097
-50.970
Diferencia
-1.687
-16.868
Fuente: elaboración propia en base a FMI.
12.2.2 - El fracaso de los planes de estabilización
Durante el período de alta inflación existieron variados planes antiinflacionarios. Abordaremos brevemente la experiencia de la ―tablita cambiaria‖ de
Martínez de Hoz y el Plan Austral de Sourrouille.

La tablita cambiaria (diciembre 1978-marzo 1981): consistía en la indexación
anunciada de la tasa de devaluación a una tasa menor que la inflación pasada.
Apoyándose en las ―nuevas‖ ideas económicas de la escuela de Chicago, se esperaba
que el nivel de precios tendiera a converger hacia la tasa de devaluación anunciada23. La
20
La deuda externa privada pasó de u$s 3.634 millones a fines de 1977 a u$s 12.417 millones en marzo
de 1981. La pública (tomada en gran parte para sostener la pauta cambiaria) pasó de u$s 6.044 a u$s
17.170 millones en el mismo período. Es decir que la deuda externa total se triplicó en los poco más de
dos años que duró el programa cambiario de Martínez de Hoz.
21
Ver un análisis formal de la imposibilidad de una devaluación que equilibre el balance de pagos en la
Argentina dada la carga de la deuda externa en Nicolini (1991).
22
Los términos de intercambio de los años ochenta fluctuaron entre un 10 y un 20% por debajo de los de
1980 en casi todos los años de la década (según datos de la CEPAL). La crisis de la deuda y el deterioro
de los términos de intercambio no fueron fenómenos independientes sino los efectos sobre la región del
reajuste de la economía mundial al alza de la tasa de interés de la Reserva Federal de finales de los setenta
(Salegh et al., 1987). Una vinculación similar entre la política monetaria en el Centro y los términos de
intercambio de la Periferia sucedía en tiempos del ―patrón oro‖ (Triffin 1968, p. 22-3).
23
Las ―nuevas‖ ideas económicas (monetarismo global) provenientes de la Universidad de Chicago
(ligada al grupo Rockefeller) tuvieron sus principales desarrollos en Mundell (1971); Johnson (1972);
Laidler (1975) y Frenkel (1976). Sobre la historia de su desembarco en Argentina y Chile ver Trías
(1978) y Valdes (1995).
63
convergencia fue lenta y parcial24, mostrando que era difícil lograr una reducción
gradual de la inercia inflacionaria. El resultado fue una importante apreciación del tipo
de cambio real con una lenta desaceleración de la inflación. La medida fue acompañada
por una política de atracción de inversiones financieras externas de corto plazo que se
fugaron velozmente poniendo fin a la tablita mediante violentas devaluaciones de la
moneda nacional.

El plan Austral (junio 1985-agosto 1988): aprendiendo del fracaso de los
planes gradualistas como la tablita cambiaria, se aplicó una política de shock que buscó
terminar abruptamente con la inercia inflacionaria. Se cambió el signo monetario, se
estableció una tabla de ―desagio‖ para reconvertir los contratos financieros a los nuevos
niveles de inflación esperados y se implementó una política de congelamiento de
precios, salarios y tipo de cambio (con variaciones previas para alcanzar una estela de
precios relativos deseados por los hacedores del plan). Adicionalmente se redujo el
déficit público y se limitó su financiamiento con emisión monetaria. Si bien el plan tuvo
éxito en eliminar la inercia inflacionaria, no pudo resolver el desequilibrio estructural de
las cuentas externas. Una caída coyuntural de las exportaciones agrícolas (por el
deterioro de los términos de intercambio y el impacto de las inundaciones sobre la
cosecha) sembró desconfianza sobre la posibilidad de mantener la pauta cambiaria
impulsando una corrida contra el peso que derivó en la hiperinflación25.
12.2.3 - La hiperinflación
La crisis del Plan Austral fue seguida por el anuncio de un nuevo programa de
estabilización en agosto de 1988 (Plan Primavera). Tras un brusco aumento de las
tarifas y del tipo de cambio -y la consiguiente aceleración inflacionaria -, se planteó un
esquema de cambios diferencial (uno oficial para el comercio y otro libre para
operaciones financieras) junto a algunas medidas de austeridad fiscal y de regulación de
precios. Tras una breve desaceleración inflacionaria a costa de un importante atraso
cambiario, se produjo una corrida en el mercado libre que agotó las reservas del BCRA
24
Convergieron los precios del agro y en parte los industriales tras la rebaja de los aranceles a la
importación, no así los servicios y no transables (Rodriguez, 1979 y Canitrot, 1981).
25
Sobre las medidas del Plan Austral y la descripción de la coyuntura en que se implementó puede
consultarse Heymann (1986b) y Frenkel y Fanelli (1990).
64
en febrero de 1989. A partir de allí el tipo de cambio comenzó una dinámica explosiva
que se llevó tras de sí a los precios26; 27.
Gráfico 31 - Tasas de variación mensual del tipo de cambio nominal (TCN) libre,
oficial y el índice de precios del consumidor (IPC). Porcentajes. Enero 1989- junio
1990
160%
140%
TCN libre
120%
TCN oficial
IPC
100%
80%
60%
40%
20%
1990M5
1990M3
1990M1
1989M11
1989M9
1989M7
1989M5
1989M3
-20%
1989M1
0%
Nota técnica: la tasa de variación mensual se obtuvo como la diferencia logarítmica entre el valor de la variable de un mes respecto
al anterior.
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC y Ámbito Financiero (TCN libre).
La aceleración inflacionaria se tomó un respiro cuando, al asumir las nuevas
autoridades, se estableció la regulación de los precios (previo shock de devaluación e
incremento de tarifas a fines de junio de 1989), y la corrida frente al dólar se detuvo al
anunciarse el restablecimiento de negociaciones con el FMI y recibirse algunos créditos
26
Sobre los motivos de la corrida, Frenkel y Fanelli (1990) - quienes formaban parte del equipo
económico de aquellos años- los atribuyen a las pujas de los distintos sectores económicos internos y
externos que aprovecharon la coyuntura de debilidad política y la crítica situación en las cuentas externas
para obtener medidas en su propio beneficio. Especialmente, los sectores ligados a la producción
agropecuaria de exportación evitaron liquidar divisas en el mercado de cambios oficial para forzar su
unificación con el ―libre‖ donde cotizaban más caras.
27
En un contexto hiperinflacionario, el ajuste de precios por la inflación pasada de los períodos de ―alta
inflación‖ es reemplazado por un ajuste permanente en base a la evolución presente del tipo de cambio,
llegado el punto de que los precios se fijan en dólares y se transan en moneda local al tipo de cambio del
momento. ―El patrón de formación de precios `salta´ en marzo [1989] y de ese momento en adelante se
observa un proceso de creciente `dolarización´ de su dinámica‖ (Frenkel y Fanelli, 1990, p. 218.).
65
externos28. Sin embargo, el intento de mantener el valor real elevado del tipo de cambio
y las tarifas mediante una fuerte alza nominal hacia fines de 1989, generó una nueva
escalada hiperinflacionaria. La nueva corrida se detendría mediante el canje compulsivo
de los depósitos bancarios por bonos públicos a 10 años (Bonex 89) y un severo ajuste
fiscal que secaría de dinero la economía y la hundiría en una grave recesión.
12.3 - La Convertibilidad (1991- 2001)
La precaria estabilidad lograda a costa de una profunda parálisis económica fue
seguida de un nuevo plan de estabilización que tomó elementos de las experiencias
anteriores, especialmente del plan Austral y de la ―tablita cambiaria‖ de finales de los
setenta. Del primero tomó el enfoque de una política de shock, en lugar de posturas
gradualistas, para dar fin a los elementos inerciales de la inflación. Como en la
experiencia de junio de 1985, se modificó el signo monetario, reemplazándose esta vez
los australes por el peso en una paridad de 10.000 a 1. La ruptura de la inercia
inflacionaria fue facilitada por la ―dolarización‖ de la dinámica de los precios heredada
de la hiperinflación. Así, el establecimiento de una paridad cambiaria fija ($1=U$1)
implicó fijar los precios nominales.
La estabilización de precios utilizando como ―ancla nominal‖ al tipo de cambio
no fue la única similitud entre el programa de Cavallo y la ―tablita‖ de Martínez de Hoz.
Nuevamente, la conexión entre la cotización de la divisa y la formación de precios
industriales fue reforzada a través de la rebaja de los aranceles a la importación.
También esta vez, la consecuencia inmediata fue un importante retraso cambiario
sostenido en base al ingreso de capitales del exterior.
Mantener la pauta cambiaria en el mediano plazo requirió superar la crisis de las
cuentas externas que caracterizó los años ochenta29. Para ello se reestructuró la deuda
externa en el marco del lanzamiento del plan Brady en la región y se comenzó un
amplio proceso de privatizaciones que tuvo como destinatarios privilegiados a la banca
acreedora norteamericana junto a capitales europeos con capacidad de gestión
28
Ello en el marco del Plan BB - llamado así por ser ejecutado por gente cercana al grupo Bunge y Bornque consistía en la aplicación de las medidas recomendadas por el ―consenso de Washington‖
(Willianson, 1990). Se eliminó gran parte de las leyes de promoción industrial, se estableció la
privatización de las empresas públicas aceptándose la compra con títulos de la deuda pública y se
incrementó y extendió fuertemente el IVA (Azpiazu, 1991, p.23).
29
En el momento de su implementación las reservas internacionales se habían incrementado
coyunturalmente a causa de la caída de las importaciones producto de la recesión provocada por los
planes de estabilización previos.
66
operativa30. El respaldo del gobierno de los EEUU y de los organismos financieros
internacionales fue otro elemento clave para el mantenimiento del equilibrio externo,
especialmente cuando en momentos de repliegue de los capitales privados debió
sostenerse en base a la colocación de títulos de la deuda pública en el mercado
financiero internacional (Basualdo y Kulfas, 2000 y Damill, 2000).
Cuadro 8 - Resumen de saldos acumulados durante la Convertibilidad de las
principales cuentas externas. Millones de dólares. 1991-2001.
Comercio de bienes, servicios y transferencias corrientes
Cuenta capital y financiera, balance de rentas y errores
Variación de activos de reservas
Incremento deuda externa total
Incremento capitales fugados
1991-01
-28.905
38.394
9.489
78.269
54.923
Fuente: Elaboración propia en a FMI, INDEC y Basualdo y Kulfas (2000).
Pero los mismos elementos que permitieron la superación del desequilibrio
externo fueron los que incubaron su posterior crisis. El ingreso masivo de capitales para
la compra de títulos y empresas públicas, o privadas nacionales (especialmente durante
el período 1997-8), generó una creciente salida de divisas en términos de utilidades,
dividendos, intereses y amortizaciones que ponía en riesgo el mantenimiento de la
convertibilidad31. Las políticas monetaristas de ―ajuste‖ del gasto público impuestas por
los organismos internacionales de crédito no corrigieron el desequilibrio externo. Su
impacto en el balance de pagos era demasiado indirecto, por la vía de las menores
importaciones asociadas a la caída del nivel de actividad económica que inducían. Tras
tres años de recesión económica, la convertibilidad llegó a su fin en el marco de
multitudinarias protestas sociales.
30
Al respecto ver Schvarzer (2002) y Basualdo (2000). Un interesante análisis del impacto de las
privatizaciones en las cuentas externas se halla en MECON (2000).
31
Un análisis abstracto formal sobre las condiciones de sustentabilidad de las cuentas externas en relación
al ingreso de capitales, puede consultarse en Domar (1950). Su vinculación con la restricción externa al
crecimiento, en Moreno-Brid (1998-9) y Barbosa Filho (2002).
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