Preguntas frecuentes: ‘Ocho cosas que usted no sabía sobre género y economía’ 1) ¿Qué es la brecha de género? La brecha de género es la diferencia entre el número de hombres y mujeres que están empleados. La brecha es considerable en la mayoría de los países, a favor de los hombres. Si bien las mujeres constituyen hasta el 40% de la fuerza laboral mundial, solo un 21% de las mujeres en Oriente Medio y el Norte de África trabajan fuera del hogar, frente a 63% en Asia oriental, el Pacífico y África subsahariana. 2) ¿Por qué esto reviste interés para el FMI? Cuando la mujer puede participar plenamente en el mercado laboral, las ventajas macroeconómicas pueden ser considerables. Según estudios, al elevar la tasa de participación femenina en la fuerza laboral a los niveles de participación masculina, el PIB aumentaría, por ejemplo, 5% en Estados Unidos, 9% en Japón, 12% en los Emiratos Árabes Unidos y 34% en Egipto. Esto se debe a que en algunos países las brechas de género son mayores que en otros. No obstante, muchos estudios señalan, acertadamente, que el valor que agregan a la economía las actividades de la mujer relacionadas con la familia es significativo y no se incluye en el cálculo del PIB. 3) ¿En el siglo XXI, no han modernizado la mayoría de los países sus leyes para crear igualdad de condiciones entre hombres y mujeres? Pese a los avances logrados con el tiempo, los datos del Banco Mundial utilizados en este estudio indican que casi un 90% de los países tienen por lo menos una restricción basada en el género. Algunos países tienen numerosas restricciones legales, y unas 28 economías tienen en vigencia 10 o más restricciones sobre la participación de la mujer en la economía. El carácter de las restricciones varía de un país a otro. En algunas economías, los hombres pueden impedir que sus esposas trabajen en cualquier actividad, mientras que en otras (79 países) existen leyes que restringen la participación de la mujer en profesiones específicas. Otras restricciones limitan los derechos de propiedad de la mujer, y por ende su acceso al financiamiento. 4) ¿Cómo inciden las leyes de sucesión y de propiedad en el empleo de la mujer? Las restricciones sobre los derechos de propiedad de la mujer pueden complicar la posibilidad de que una mujer utilice la propiedad como garantía para acceder al crédito. La falta de acceso al crédito hace más difícil abrir nuevas empresas o invertir para adquirir nuevas aptitudes. 5) ¿Pero el aumento del empleo de la mujer no desplazará a los hombres de la fuerza laboral? En un estudio de casi 100 economías, la introducción de derechos más igualitarios de propiedad y derechos para obtener un trabajo o emprender carreras profesionales no tiene ningún efecto negativo en el empleo masculino. 2 6) ¿Qué tipos de leyes pueden incrementar la participación femenina en la fuerza laboral? Hay siete leyes que pueden ayudar a la mujer a ingresar en la fuerza laboral: a) Igualdad entre el hombre y la mujer garantizada por ley. b) Igualdad de derechos de propiedad para las mujeres casadas. c) Igualdad de derechos de sucesión para herederos de ambos sexos. d) Títulos de propiedad conjuntos para las parejas casadas. e) Libertad de la mujer para emprender una carrera profesional, obtener empleo o abrir una cuenta bancaria. f) Iniciar procesos jurídicos sin la autorización del esposo. g) Derecho de la mujer para ser jefa de hogar. 7) ¿Qué pueden hacer los países para incorporar más mujeres a la fuerza laboral? Los países que buscan incrementar la participación femenina en la fuerza laboral deben examinar y reformar las instituciones jurídicas con miras a crear igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. La decisión de entrar o no en la fuerza laboral le corresponde a la mujer, sin que existan obstáculos si decide hacerlo. 8) Debido a las ideas preconcebidas y las creencias de la sociedad ¿no tendrán que pasar generaciones hasta que los cambios en las leyes marquen una diferencia? No. En 50% de los países estudiados en los que la igualdad fue garantizada por ley, la participación femenina aumentó aproximadamente 5 puntos porcentuales en los siguientes cinco años. Estos importantes aumentos de la participación femenina en la fuerza laboral probablemente tienen un efecto significativo en el crecimiento económico. Algo similar ocurre con otros derechos, como los derechos igualitarios de sucesión para cónyuges supérstites.