LA ACTIVACIÓN DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL FRENTE A VÍAS DE HECHO Federico Escóbar Klose Asesor Legal FEPC Las vías de hecho suelen ser definidas como los actos cometidos por particulares o funcionarios públicos, que son contrarios a los postulados de un Estado Constitucional de Derecho, afectando derechos fundamentales reconocidos por el bloque de constitucionalidad; por lo que, al ser actos ilegales graves que atentan contra los pilares propios del Estado Constitucional de Derecho, de acuerdo a lo dispuesto por el art. 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos –Pacto de San José- que dice: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”, la Acción de Amparo Constitucional resultaría ser un medio idóneo para la tutela eficaz, pronta y oportuna de los derechos que hubiesen sido afectados por vías de hecho. Conforme las Sentencias Constitucionales Plurinacionales Nº 0998/2012 de 5 de septiembre y 0180/2013-L de 8 de abril, la tutela de derechos fundamentales a través de la Acción de Amparo Constitucional frente a las vías de hecho, tiene dos finalidades esenciales: 1) evitar abusos contrarios al orden constitucional vigente; y, 2) evitar el ejercicio de la justicia por mano propia. En ese sentido, la jurisprudencia constitucional ha delimitado los presupuestos de activación de la Acción de Amparo Constitucional frente a vías de hecho, indicando tres aspectos esenciales para la activación del control tutelar de constitucionalidad: 1) la flexibilización del principio de subsidiaridad; 2) la carga probatoria a ser cumplida por la parte peticionante de tutela; y, 3) los presupuestos de la legitimación pasiva, su flexibilización excepcional y la flexibilización del principio de preclusión para personas que no fueron expresamente demandadas. En ese orden, la Sentencia Constitucional 1299/2011-R de 26 de septiembre, reiterando el entendimiento asumido en la Sentencia Constitucional 0148/2010 de 17 de mayo, estableció que si bien en la configuración del Amparo Constitucional, tanto en la abrogada como en la vigente Constitución, se le ha otorgado y tiene una naturaleza subsidiaria, puesto que la tutela que brinda el Amparo Constitucional está sujeta a la no existencia de otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías presuntamente vulnerados, los que deben ser utilizados previamente hasta ser agotados; no obstante aquello, según lo modulado por el Tribunal Constitucional Plurinacional, existen situaciones excepcionales en las que el agotamiento de las vías legales previstas implicaría la consumación irreversible de la vulneración del derecho, con el consiguiente daño irremediable, en cuyo caso la tutela resultaría ineficaz, en el que por la existencia de acciones de hecho o justicia directa o a mano propia (proveniente de autoridades o funcionarios públicos, o de particulares), se hace urgente la tutela inmediata, prescindiendo de las vías legales que pudiesen existir, a efectos de que cesen las ilegalidades y actos hostiles, con la consiguiente afectación inclusive de otros derechos fundamentales. En esos casos se activa excepcionalmente, prescindiendo de la naturaleza subsidiaria, la Acción de Amparo Constitucional; es decir, se prescinde de las vías legales de reclamo existentes, a fin de que se pueda restablecer de forma inmediata los derechos vulnerados, antes de que se vean irremediablemente afectados.