RKVISTA CUKANA 1)K PSICOLOGÍA Vol. 12, No. 2-3, 1994 ¿ES UD. SONAMBULO? Eduardo Cairo Valcárcel, Facultad de Psicología, Universidad de La Habana RESUMEN En el trabajo se presenta una breve caracterización del sonambulismo destacándose las causas que lo provocan y la prevalencia del mismo según los criterios de diferentes investigadores. Finalmente, se muestran algunos de los resultados obtenidos en un estudio con 25705 sujetos y se señalan diversas medidas preventivas y procedimientos terapéuticos que suelen adoptarse con dichos pacientes. ABSTRACT Throught this work it is presented a brief characterization of somnambulism. Initially it is pointed out about its causes and about its predominance according to the opinions of some investigators. Finally, there are shown some of the results obtained in a study with 25705 subjects and there are presented different preventive measures and therapeutic procedures that are usual in the treatment of such patients. INTRODUCCIÓN sonámbulos es banal y esterotipado y, en general, mientras transcurre el episodio de sonambulismo comúnmente es muy difícil, casi imposible, la comunicación con él y si se logra está limitada a algunas palabras. Un sonámbulo es una persona dormida que abandona su cama y lleva a cabo actividades simples, casi siempre sin propósito como actos repetitivos o comportamientos más complejos tales como: caminar por la habitación, abrir y cerrar puertas, encender o apagar la radio, vestirse, abrir y cerrar el refrigerador o algún gabinete buscando alimentos o bebidas (White y Kavey 1990), abandonar su habitación y caminar por el vencindario o incluso hasta conducir un atomóvil, (Hartmann, 1983) regresar voluntariamente a su hogar, acostarse nuevamente en su cama, continuar durmiendo y después de despertar no recordar nada de lo ocurrido. Sin embargo, el comportamiento más usual en los En la literatura se reportan muy raros casos de comisión de delitos aunque algunos autores refieren o comentan actos de exhibicionismo y agresión física. (Buchanam 1991, Sleepwalking and Guilt 1970, Tarsh 1986, Bartholomew 1986, Oswald y Evans 1985, Fenwick 1986) La situación sonambúlica es un comportamiento que puede prolongarse desde unos segundos hasta varios 117 minutos aunque episodios más prolongados pueden también suceder (Lishman, 1978) y ocurren con mayor frecuencia en los niños (Kales and Kales, 1974) y los adolescentes en comparación con las personas adultas. Se estima que alrededor de un 3 % de la población adulta lo padece y es, según algunos autores, mayoritaria entre los varones en comparación con las hembras. Aunque hay autores como Kales et al. (1980) quienes plantean que parece que ambos sexos están igualmente afectados. Asimismo, el ambiente familiar inadecuado que produce o favorece la aparición del stress y la tensión emocional y el daño cerebral (Reyes Sánchez 1985) son factores frecuentemente referidos pero dado que esta dolencia disminuye significativamente o desaparece, generalmente, con la edad, algunos investigadores la consideran, esencialmente, como resultado de una inmadurez del sistema nervioso central. Autores como Berlin y Qayyum (1986) consideran que las causas varían significativamente acorde con la edad del sujeto. El sonambulismo se produce, por lo general, en las primeras dos horas de sueño y, a veces, va antecedido por algún episodio de terror nocturno. Asimismo, algunos investigadores plantean que los trastornos sonambúlicos van precedidos con un año o más de duración de episodios de somniloquio. Sours y cois. (1963) consideran en su trabajo con 14 pacientes que sufrían de sonambulismo que el mismo es, frecuentemente, un síntoma de patología que nos señala una fragmentación del yo y una profunda regresión. Este trastorno del dormir aparece, generalmente, en los estadios 3 y 4 del sueño NREM. (Jacobson et al. 1965, Whyte y Kavey 1990, Broughton 1968,Kales et al. 1966) La ingestión de medicamentos, a veces, combinada con alcohol es sugerida, en ocasiones, como un factor propiciador del sonambulismo (Luchins et al. 1978). Aunque el papel del alcohol por sí solo no ha sido establecido con certeza (Hartmann 1983), en ocasiones, ha estado presente en situaciones criminales durante el período sonambúlico. (Bonkalo 1974) Causas que provocan el sonambulismo Las causas del sonambulismo son muy variadas aunque se refiere con cierta frecuencia que este desorden del dormir está vinculado con trastornos psiquiátricos y epilepsia. (Meló 1953, Sweetwood etal. 1980) Huapaya (1976, 1979) llamó la atención sobre la prescripción de algunos medicamentos y la sensibilidad de los mismos en determinados pacientes que presentaban problemas psiquiátricos (psicosis esquizoafectiva, depresión involutiva f endógena, reactiva, ansiedad crónica, alcoholismo xetc.) y reportó siete casos de sonambulismo que fueron aparentemente, el resultado del uso de drogas hipnóticas, neurolópticas, antidepresivas, antihistamínicas, estimulantes, etc. Bakwin (1970) investigando la posibilidad de una predisposición hereditaria al sonambulismo en gemelos encontró que el grado de concordancia en los gemelos monocigóticos con el síntoma era seis veces más frecuente que en los dicigóticos. Asimismo, mostró que aumentaba la incidencia del sonambulismo cuando los padres habían sido sonámbulos. Otros autores también destacan los antecedentes patológicos familiares similares.(Abe y Shimakawa 1966, Abe et al. 1984, Kales et al. 1983, Velabueno et al. 1987) Charney et al. (1979) reportan que de un total de 114 pacientes (69 con un diagnóstico de trastornos afectivo bipolar y 45 con un trastorno esquizoafectivo y sin historia anterior de sonambulismo que fueron tratados con una combinación de Lithium y drogas neurolópticas en el hospital Yale New Haven, 10 de ellos tuvieron un comportamiento sonambúlico, producido aparentemente por el medicamento. El mismo ocurrió en las primeras dos-tres horas después de haberse quedado dormidos y se caracterizó por confusión y un caminar tranquilo pero incoordinado con amnesia posterior del hecho. Ellos consideran que estos hallazgos brindan la posibilidad de concluir que el medicamento utilizado pudo inducir el sonambulismo y que sus resultados son consistentes con las observaciones reportadas por otros investigadores en Kale:s et al. (1980) estudiando las familias de 52 p a c i e i t e s (25 de ellos con manifestaciones sonambúlicas) concluyeron entre otros aspectos que: el sonambulismo y el terror nocturno comparten una predisposición genética común siendo el sonambulismo ei más prevalente y menos severo. Y agregan: los factores hereditarios predisponen al individuo a desarrollar -jl sonambulismo y/o el terror nocturno pero la expiesiún del mismo puede estar influido por factores ambientales. L18 cuanto a que el sonambulismo ocurre durante el sueño de ondas lentas y ciertos neurolépticos y el Lithium aumentan dicho tipo de sueño. Portal motivo, recomiendan, entreoíros aspectos, como útil eliminar la dosis nocturna de dichos fármacos. et al. (1990) consideran que el sonambulismo es predominante en la adolescencia (hasta el 17 %) con un pico de incidencia a los once-doce años siendo también común entre los adultos (2.5 %). Schenck et al. (1989a) en su estudio polisomnográfico de 100 pacientes adultos durante un período de un año encontraron que el 54 % tenían terrores nocturnos / sonambulismo, así como en una muestra ampliada a 150 pacientes hallaron el 56.7 %. (Schenck et al. 1989b) Nadel (1981) reporta un caso de una mujer de 35 años con una historia de enfermedad esquizoafectiva, donde relaciona el sonambulismo, la sobre ingestión de alimentos y la medicamentación. Asimismo, Millman et al. (1991) reportan el caso de un hombre de 33 años con una larga historia de roncador, con episodios apnéticos, somnolencia diurna excesiva y un estudio polisomnográfico que demostró evidentemente una apnea del dormir obstructiva y severa que durante el tratamiento de presión respiratoria continua positiva nasal (CPAP nasal) se puso de pie abruptamente y comenzó a caminar a través de la habitación observándose que estaba en el estadio 4 del sueño durante este episodio y otro suceso similar ocurrió durante el estadio 3. Subrayan los autores que este paciente no tenía una historia anterior de parasomnias del estadio NREM. Thomas y Pederson (1963) en su estudio de 1122 sujetos, adultos jóvenes y sanos, de ambos sexos, descubrieron utilizando el método de encuesta, que el sonambulismo como trastorna aislado o, junto con el somniloquio o el haber padecido pesadillas apareció en el 2.4 % de los hombres y en el 1.1 % de las mujeres. Por su parte Parkes (1986) considera una prevalencia del 15 % en los niños sanos y de un 0-5 % en los adultos. Reimao (1992) piensa que el sonambulismo es mucho más común en la infancia que en la adultez y plantea que alrededor del 35 % de los niños en edad preescolar o escolar han padecido de algún episodio de sonambulismo. Asimismo, plantea que la frecuencia disminuye hacia la adolescencia desapareciendo prácticamente en el adulto. Hay autores como Guirguis (1986) quienes consideran al sonambulismo como un síntoma de bulimia aunque esta afirmación no es compartida completamente por otros investigadores. (Bell and Tomkinson, 1986) Hay autores como Castillo Meléndez (1986) quien estudiando 21 niños con el diagnóstico de terror nocturno encontró que el 42.8% de ellos presentaban, además, sonambulismo entre otros trastornos más del sueño. También hay investigadores (Kales et al. 1979) quienes han subrayado que los estados febriles pueden ser un factor precipitante del sonambulismo o del terror nocturno. Estos autores sustentan sus conclusiones a partir del estudio de cinco casos en los cuales las digresiones sonambúlicas se presentaron o bien durante el período febril activo o ya en el momento de la recuperación. Asimismo, sustentan sus análisis sobre la base de que los trastornos se desarrollaron durante la infancia tardía o temprana adolescencia (9-12 años) lo cual es el momento cuando el SNC está aún desarrollándose y es posible que durante esta etapa de maduración el individuo esté más propenso a presentar un episodio sonambúlico en relación con un estado febril. Por otra parte, añaden los autores indicados, (pag. 1215) que el trastorno puede ser explicado a partir del efecto de la fiebre sobre el sueño y, particularmente, sobre las ondas lentas de los estadios 3 y 4 del sueño NREM. Reyes Sánchez (1985) en su trabajo dedicado a realizar una caracterización epidemiológica de los pacientes que presentaron diferentes trastornos del sueño encontró en una muestra de 99 pacientes (niños hasta 14 años) que el 79 % de ellos presentaron sonambulismo. Asimismo, señala esta autora que el 89.7 % de estos pacientes eran varones y que la edad de comienzo de esta patología fue de 1 a 4 años de nacido para 20 sujetos del total de la población estudiada (78 sonámbulos). También es importante subrayar que sólo 19 de los 78 pacientes referidos no tenían antecedentes de daño orgánico. Un resultado semejante lo reporta Quirantes Terán (1984) la cual encontró que el 73.7 % de sus pacientes sonámbulos presentaban antecedentes de riesgo biológico pre, peri y/o post natal. Prevalencia del sonambulismo Kales y Kales (1974) (referido por Buchanam 1991) plantean que los rangos de prevalencia varían entre el 1 y el 6 % en la población adulta en general. Mahowald Rodríguez Méndez (1976) en su estudio epidemiológico de un sector con una población de 5774 119 habitantes se propuso, entre otros objetivos conocer la frecuencia, incidencia y distribución de algunas categorías (entre las cuales estaban incluidos algunos trastornos del dormir) en la población infantil comprendida entre 2 y 14 años y halló que 72 sujetos, para un 6.4 %, padecían de sonambulismo siendo este predominante en el sexo masculino y ligeramente superior en el grupo etéreo de 7 a 11 años. En un estudio semejante sobre la morbilidad oculta en un área de salud Fomagueras (1982) descubrió en una población de 321 menores de 15 años que el 5 % de ellos padecían de sonambulismo (3.1 % de los varones y el 7.0 % de las hembras). prevalencia que reportan los investigadores dependen de un sinnúmero de variables las cuales han recibido diferentes valoraciones acorde, entre otros aspectos, de los marcos teóricos referenciales, procedimientos investigativos, etc. con que han sido estudiados. Por ende, es motivo de interés el problema que constituye para nosotros el precisar algunos aspectos como son entre otros: el conocer la magnitud de la incidencia de este desorden del dormir en una muestra de nuestra población así como la influencia de la edad, el sexo y la escolaridad entre otras cuestiones. Por consiguiente nos planteamos los objetivos mas abajo indicados. Objetivos Alien et al. (1992) en su trabajo, utiizando un cuestionario sobre trastornos del dormir en niños de edades comprendidas entre los 7 y los 14 años, encontró en los tres grupos de pacientes por ellos investigados (Grupo A 57 pacientes con el síndrome de Gilíes déla Tourette (TS). Grupo B 21 niños con trastornos por déficits de la atención con hiperactividad (ADHD), Grupo C 89 enfermos con ambos trastornos) y un grupo de control de sujetos normales previamente estudiados con el mismo cuestionario (Ver Alien y Harris, 1984) que el 8.2 % del grupo de control reportó conductas sonambúlicas mientras que el resto de los grupos mostraron por cientos mucho más elevados (20.0,23.9 y 25.0 % respectivamente). a- Presentar un breve resumen de las características, causas y prevalences según los puntos de vista de diferentes investigadores acerca del sonambulismo. b- Mostrar y analizar algunos de los resultados más relevantes alcanzados por nosotros. c- Señalar y comentar varios de los procedimientos más utilizados en la prevención y el tratamiento Je esta patología. Sujetos y métodos Gutiérrez Manso (1988) en su investigación sobre los trastornos del sueño en niños y adolescentes con patologías psiquiátricas encontró que de los 100 pacientes estudiados 21 de ellos padecían de sonambulismo. Descripción de la muestra: Nuestra investigación fue realizada en una población de 25705 sujetos con una edad media de 38.45 años, una desviación standard de 16.73 y un rango de edad comprendido entre los 16 y los 99 años, residentes en diferentes provincias: Pinar del Río, Ciudad de La Habana, Habana, Matanzas, Hdguín, Granma. Díaz Lago y Bázquez López (1991) en su estudio epidemiológico de las alteraciones del dormir en 459 atletas comprendidos, esencialmente, enlasedadesde 11 a 25 años pues 6 eran mayores de 25, de la Tabla I. Distribución de la muestra segú n la e<lad y e! sexo Escuela Superior de perfeccionamiento atlético — — (ESPA) de provincia Habana encontraron que el Edad X DS Hembras % Mujeres % Total 6.97 % de la población total presentaban a veces (5.44 %) o frecuentemente (1.53 %) conductas <21 9.7 4369 16.9 17.40 1 66 1860 7.2 2509 sonambúlicas. Bixler etal. (1979) en su estudio de prevalence de los desórdenes del dormir en un área metropolitana de Los Angeles hallaron, entre otros aspectos, que el 2.5 % eran o habían sido sonámbulos. De esta forma podemos apreciar por lo referido que tanto las causas que provocan el sonambulismo así como el nivel de 21-30 31-40 41-50 51-60 61-70 > 70 25.81 35.95 45.69 55.08 65.33 77..51 2.81 2.73 2.81 2.79 2.86 5.24 2789 10.9 2331 9.1 2389 9.3 1463 5.6 801 3.1 647 2.5 2904 2580 2555 1496 786 595 Total 38.45 16.73 12280 47.7 13425 X= Edad promedio 120 DS= Desviación standard 11.2 10.0 9.9 6.0 3.1 2.4 5693 4911 4944 2959 1587 1242 22.1 19.1 19.2 116 6.2 49 52.3 25705 100.0 Materiales y métodos: En la investigación realizada, se utilizó un cuestionario elaborado con el propósito de obtener información acerca de diferentes trastornos del dormir. Este instrumento consta de 22 items o preguntas cuyas respuestas deben ser clasificadas atendiendo a varios parámetros fundamentales y entre ellos: La frecuencia conque aparece o se expresa el trastorno. Este fue a su vez clasificado atendiendo a tres posibilidades con el fin de facilitar su procesamiento. Ellas son: Frecuentemente, a veces o nunca. Tabla II. Distribución de la rriiiestra según la ed ad y la escolan dad Edad Prim. Secund. Preuni Univer . Egresados Total <21 21-30 31-40 41-50 51-60 61-70 >70 36 150 380 823 1200 1109 1022 729 1279 1300 1602 986 319 137 2604 2503 1843 1554 537 112 56 993 896 286 131 44 7 6 7 865 1102 834 192 40 21 4369 5693 4911 4944 2959 1587 1242 Total 4720 6352 9209 2363 3061 25705 Todo el personal que participó en la recogida de la Información fue debidamente entrenado en el manejo de la encuesta y eran estudiantes universitarios o licenciados en psicología Procesamiento de los datos y tratamiento estadístico de los resultados Tabla III. Distribución de la muestra según la escolaridad y el sexo Escolaridad X DS Hombres % Mujeres Primaria Secundaria Pre-Univers. Universit. Egresados(*) 58.35 39.56 31.14 25.32 37.59 14.68 14.65 12.96 9.25 9.71 2143 3047 4241 1139 1710 8.3 11.9 16.5 4.4 6.6 2577 3305 4968 1224 1351 Total 38.45 16.73 12280 47.7 13425 X= Edad promedio % Total 10.1 12.8 19.3 4.8 5.3 52.3 % 4720 6352 9209 2363 3061 18.4 24.7 35.8 9.2 11.9 25705 100.0 DS= Desviación standard (*) Graduado Universitario Tabla IV. Incidencia del sonambulismo según la edad y el sexo (En por cientos) Hombres Mujeres * Edad A F T <21 21-30 31-40 41-50 51-60 61-70 >70 4.9 3.0 2.7 4.0 2.2 2.6 2.2 2.9 1.8 1.2 1.1 1.0 1.2 1.4 Total 3.3 1.6 4.9 7.8 4.8 3.9 5.1 3.2 3.8 3.6 A F 4.8 2.7 3.3 3.2 1.9 2.3 2.7 Total T 2.5 1.1 1.5 0.7 0.9 0.6 0.7 A 7.3 3.8 4.8 3.9 2.8 2.9 3.4 3.2 1.3 4.5 4.9 2.8 3.0 3.6 2.0 2.5 2.4 2.7 1.5 1.4 0.9 0.9 0.9 1.1 La información obtenida a través del cuestionario fue sometida a interrogatorio siempre que así fue necesario con el fin de concretar y/o precisar algunos aspectos que pudieran haber quedado no claros o evidentes en el momento de la respuesta a las preguntas. Posteriormente, fueron clasificadas mediante una clave apropiada para el procesamiento estadístico mediante paquetes computacionales. Diferencias F T 7.6 4.3 4.4 4.5 2.9 3.4 3.5 3.2 1.4 4.6 A F T N S 0.1 0.4 0.5 0.3 0.7 1.0 (0.6)(0.3)(0.9) 0.8 0.4 1.2 0.3 0.1 0.4 0.3 0.6 0.9 0.5 0.7 0.2 N N N N N N N 0.1 0.3 0.4 N A=A veces F= Frecuentemente T= Total NS= Nivel de significación 121 Finalmente, en todos los casos que se consideró indispensable se utilizó la prueba Chi Cuadrado para determinar el nivel de significación de las diferencias establecidas. RESULTADOS En nuestra investigación con 25705 sujetos hemos encontrado que el 4.6 % padece de este trastorno (3.2 % a veces y 1.4 % Ta bla V . Incidencia del sonamhul ismo según la escolarid, id v el sexo (En jor cientos) Hombres Escol. A F T Primar. Secund. Pre-Uni. Univer. Egresado 2.6 2.7 4.2 1.9 3.5 1.1 1.9 1.6 1.7 1.5 3.7 4.6 5.8 3.6 5.0 "1"otal IV u¡eres A F 1.9 0.6 1.1 1.6 2.1 1.3 3.2 3.7 3.8 3.1 Diferencias T A F T A F T 2.5 4.3 5.3 5.9 4.4 2.2 3.0 3.9 2.8 0.8 14 1.6 1.9 1.4 3.0 0.7 0.5 1.2 4.4(0.5)0.8 0.3 5.5 0 5 0.0 0.5 4.7(1.9)(0.4)(2.3) 4.7 0.4 0.2 0.6 NS N 0.05 N 0.05 N promedios encontrados por otros autores en poblaciones abiertas lo cual indica, en cierta medida, como la incidencia de esta patología es, generalmente, bastante reducida por una parte y distribuida muy semejantemente en poblaciones incluso muy diferentes en cuanto a hábitos, costumbres, estilos de vida e incluso latitudes. Kales y Kales 1974 (referido por Buchanam 1991) plantean N que en la población adulta varía entre el 1 y el 6 % N=No significativo NS=Nivel de si unificación mientras Mohowald et al. (1990) consideran como incidencia promedio al 2.5 % obtenidos Tabla comparativa de los resultados Tabla VI. en la población adulta lo cual entre los distintos grupos etáreos (N iveles de pudiera llevarnos a pensar en significación entre las diferen cias). la posible causa multifactorial de esta patología donde el 70 Edad 21 21-30 31-40 41-50 51-60 61-70 componente biológico vinculado, tal vez, con 0 0 0 1 0.001 0.001 0.001 0.001 0.001 <21 antecedentes de riesgo pre, peri y/o post natales o con una N N N 0.01 0.05 21-30 inmadurez del sistema N N 0.05 0.01 31-40 nervioso fuera el rol decisivo. N N 0.001 4Í-50 No obstante, si bien es cierto N N 51-60 que disminuye de 7.6 % en N 61-70 nuestros sujetos menores de >70 21 años a 3.5 % en los mayores de 70 años hay N= No significativa grupos de edades intermedias, donde las fluctuafrecuentemente) y que el grupo etéreo de mayor ciones no siempre siguen un ritmo decreciente. Quizás, por incidencia es el menor de 21 años con 4.9 % a veces y esta razón, la explicación vendría más bien a través de 2.7 % frecuentemente como puede apreciarse en la Tabla entender las causas que lo propician considerando que las No. 4 que insertamos a continuación: mismas varían con la edad según refieren Berlin y Qayyum. (1986) Asimismo, podemos apreciar como indica la Tabla No. 5 que los sujetos con un mayor nivel de incidencia en esta Si analizáramos el nivel de significación de las patología son los del grupo escolar de preuniversitario diferencias obtenidas entre los diferentes grupos de (5.5 %) y los de menor incidencia los de primaria (3.0 %) edades investigados (Ver Tabla No. 6) encontraríamos para un total general de 4.6 % como ya se había señalado que el grupo etáreo de menos edad se diferencia con anterioridad. significativamente del resto de los grupos y a medida que avanza la edad disminuye evidentemente el nivel de DISCUSIÓN significación de las diferencias entre los mismos. Total 3.3 1.6 4.9 3.2 1.3 4.5 3.2 1.4 4.6 0.1 La preva'encia del sonambulismo por nosotros referida (Ver Tabla No. 4) ascendente a un 4.6 % (3.2 % a veces y 1.4 % free; ¡entórnente) se encuentra realmente entre los rangos 0.3 0.4 Otro elemento, tal vez, menos importante pero que creemos oportuno señalar, acorde con nuestros 122 objetivos es la vinculación del sonambulismo con el sexo ya que las diferencias que encontramos (Ver Tabla No. 4) no son realmente significativas en ninguno de los grupos etéreos estudiados, aspecto este que concuerda con los resultados presentados por otros autores. (Ver Kales et al. 1980) También habíamos señalado que el 3.2 % del total de los sujetos reportaron que a veces sufrían de sonambulismo y ahora resulta que de ellos el 17.9 % padece de somniloquio frecuentemente, el 38.9 % lo refiere a veces y el 43.2 % informa no padecerlo todo lo cual nos hace pensar en un posible estrecho vínculo entre ambas patologías. El grupo escolar que mayor incidencia reportó fue el de preuniversitario con un 5.5 % según se aprecia en la Tabla No. 5 y lo continúan los universitarios (4.7%) y los egresados (4.7 %) lo cual está determinado, a nuestro juicio, por ser los grupos con edades promedios inferiores (Ver Tabla No. 3). Sin embargo, las diferencias más significativas entre todos los grupos se encuentran entre los sujetos de primaria que son los más añosos (X = 58.35) y el resto de los grupos como puede observarse en las Tablas No. 3 y 7. Procedimientos más frecuentemente utilizados en ia prevención y el tratamiento del sonambulismo. I. ALGUNAS MEDIDAS PREVENTIVAS QUE DEBEN ADOPTARSE ANTE EL PACIENTE QUE PADECE SONAMBULISMO Aunque estas siempre estarán en función de las características específicas del enfermo en cuestión es recomendable. Tabla Vil. Tabla comparativa de los resultados alcanzados entre los distintos niveles escolares. (Niveles de significación entre las diferencias). Escolaridad Primaria Secund. Preuniv. Univers. Egresados Primaria - Secundaria PreUnivers. 0.01 0.001 0:001 N - 0.001 N N - 0.05 0.001 Universit. N Egresados - • Protegerlo de autolesiones por lo que se aconseja evitar que duerman en literas o camas muy altas. • Eliminar, en lo posible, de su alcance todos aquellos objetos que pudieran constituir algún peligro para él o para las demás personas. - Cerrar las ventanas y las puertas con llaves. - Evitar períodos prolongados de privación de sueño. - Mantener bajo los niveles de stress. - En las condiciones de albergue deben ser informados los compañeros más cercanos y, especialmente, los responsables del cuidado nocturno en el caso de instituciones infantiles. N=No significativa. Asimismo, consideramos relevante analizar la relación del sonambulismo con el somniloquio por cuanto hay autores que plantean que este padecimiento generalmente va precedido de una historia de conversador nocturno. - Aunque no es una medida preventiva se recomienda, para enriquecer la valoración del especialista, que alguna persona cercana al sonámbulo lleve un diario de los episodios, noche por noche, durante un determinado período de tiempo. Anteriormente habíamos indicado que el 1.4 % de la población general estudiada padecía frecuentemente de sonambulismo y ahora queremos destacar que de ellos el 46.0 % padece frecuentemente de somniloquio, el 19.7 % lo manifiesta a veces y sólo ei 34.3 % no reporta conversación nocturna durante el sueño lo cual nos indica que casi 1 de cada dos sonámbulos es también un conversador habitual durante el período de sueño. - Algunos sonámbulos adultos refieren que se atan una cuerda a la cintura que los une a la cama de forma tal que les dificulte el libre movimiento y se despierten cuando intentan desplazarse. Esta medida realmente nogoza de consensus entre los especialistas. 123 - Asimismo, existe la creeencia popular de que el sonámbulo no debe despertarse porque algo malo acontecería, sin embargo, este mito no tiene fundamento (Reimao, 1992). Más bien, sería prudente tomarlo del brazo y conducirlo de regreso a su cama sin necesidad de despertarlo. paciente, elaborar una estrategia de penetración en el mundo psicológico del enfermo más que en la utilización de uno u otro método de inducción. III. Las técnicas de relajación Estos procedimientos de uso muy común en la clínica psicológica constituyen también terapéuticas que contribuyen a la atenuación de los trastornos sonambúlicos y en nuestra experiencia hemos utilizado tanto el Entrenamiento Autógeno de Schultz como la Relajación Progresiva de Jacobson los cuales tienen resultados muy similares de efectividad aunque hay, naturalmente, preferencias por uno u otro entre la comunidad de especialistas. II. La hipnosis En la terapia hipnótica se sabe que se aprovecha la posibilidad de la disminución o estrechamiento de la conciencia la cual va acompañada de cierta inercia y pasividad para desarrollar en el paciente determinada disposición o capacidad para llevar a cabo o ejecutar una acción dada. De esta forma se puede preparar al sujeto, entre otras muchas cosas para eliminar síntomas o elaborar defensas contra los mismos. IV. La farmacoterapia Hurwitz (1986) y Hurwitz et al. 1991 reportan este procedimiento como efectivo. Ellos (1991) utilizaron la misma en 27 pacientes adultos (19 hombres y 8 mujeres en edades comprendidas entre 18 y 51 años) con este padecimiento (sonambulismo y terrores nocturnos) logrando que el 74 % reportara una manifiesta mejoría. Esta técnica milenaria de múltiples usos en la clínica ha sido también muy utilizada para curar los problemas del dormir. Los trabajos efectuados por González Chirino (1989,1990,1991,1992) tanto en la atención de pacientes con diversas patologías como en atletas de alto rendimiento constituyen una experiencia valiosa que ha tenido resultados satisfactorios. Reidetal. (1981) reportan que en su investigación con once sujetos quienes padecían de sonambulismo severo pero libres de otras patologías psiquiátricas respondieron bien al tratamiento de seis breves sesiones de hipnoterapia especializada. Este mismo autor (Reid) había informado en el año 1975 una significativa mejoría en la atención de varios pacientes con sonambulismo mediante la hipnosis e incorporando algunas ideas básicas sugeridas por Dillahunt (1971). Ellas en síntesis eran: V. La farmacoterapia Muchos han sido los medicamentos utilizados como tratamiento del sonambulismo y entre ellos aparecen con mucha frecuencia la imipramina. No obstante, el uso de ¡os fármacos requiere siempre del especialista un seguimiento óptimo pues los efectos secundarios no deseables como los referidos al inicio de este trabajo sugieren una extrema vigilancia. 1. Que el paciente aprendiera a controlar sus síntomas mediante un método de aprendizaje de control y autorealización. Hay autores como Reid et al. (1981) quienes consideran que los enfoques farmacológicos para el tratamiento del sonambulismo se ubican generalmente en dos categorías. Cuando el sonambulismo está relacionado con un fenómeno ictal y otros cuando se tiene en consideración la naturaleza NREM del comportamiento. 2. Que para el fin o propósito del tratamiento el sonambulismo fuera considerado como un "trance" y como tal podría ser exonerado y tratado en la consulta del terapeuta. 3. Que una señal específica aprendida podría establecerse como indicio inconsistente con el desarrollo o continuación del comportamiento sonambúlico. Finalmente, hay autores que afirman que el tratamiento fundamental consiste en la adopción de medidas que prevengan al sujeto de algún daño físico. (Parkes 1986) De esta manera consideramos que las posibilidades de éxitos con la utilización de esta técnica pueden venir dadas en la medida en que se pueda, junto con el En conclusión, y de acuerdo con Hartmann (1983), el enfoque multimodal de abordar la terapia de este 124 padecimiento partiendo de las características propias del sujeto y, entre ellas de su condición de niño o adulto nos ha llevado a pensar que la psicoterapia y el tratamiento farmacológico junto con la disminución de los factores ^pitantes o f a c i H ^ víasasegUrenestepotencWmerrtepeligrosopadedmiento. Así, por todo lo referido, creemos que tanto lo relacionado con las características de estos pacientes que van desde comportamientos muy simples a conductas que revisten, evidentemente, una amplia gama de acciones muy complejas, a las posibles causas tanto biológicas como sociales y a los marcos teóricos o encuadros referencias a veces tan distintos planteados por los diferentes autores hacen lógicamente que propongamos que se encare esta situación con suma prudencia, que se consideren los trastornos del dormir y el sonambulismo, entre ellos, como algo que requiere de una cierta especializaron y se trate de ver en cada paciente estudiado en primer lugar una individualidad que necesita de una minuciosa investigación causal que permita establecer un diagnóstico preciso y multifactorial u n a ^ ¡ a adecuada. Y, por ende, los resultados numóricosqueofrecenuestraencuestaqueseenmarca. , _ * . . . x . _., . por cierto, entre los parámetros medios alcanzados por distintos investigadores en diferentes latitudes, deben ser só, ° " I » ™ * * » ™ cuanto contribuyen a caracterizar, en certa medida a un grupo poblacionai. Finalmente, ^eremos subrayar que los pacientes terapéuticos mencionados así como otros con los cuales hemos traba ado J < P a d r o n * S a n d e z . 1990 y Núñez A l v a r e z 1991 s o n ú t i l e s sók e n l a m e d W a e n > > * » se a u s t a n a ,a ¡ Poemática a resolver en el paciente y carecen d e valor c u a n d o n o s o n los W * * * De ahí <*ue s u * * * * * terapéutica la adquieren en su vínculo c o n el p a c i e n t e y s u P atolo 9 ía - REFERENCIAS ABE, K., M. AMATOMI and N. ODA (1984): "Sleepwalking and recurrent sleeptalking in children of childhood sleepwalkers". Am J Psychiatry 141 (6) P 800-801. ABE, K and P. SHIMAKAWA (1966): "Predisposition to sleepwalking". 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