12 | Diario del AltoAragón / Viernes, 29 de mayo de 2015 “Podía haber escrito treinta novelas, porque Canfranc es un filón inagotable” La escritora Rosario Raro inaugurará hoy la feria a las 19 horas MYRIAM MARTÍNEZ HUESCA.- Las miradas de los al- toaragoneses se han posado este año con sumo interés en la autora Rosario Raro, que con el libro Volver a Canfranc (Editorial Planeta) está revolucionando las librerías españolas. El título anda ya por la tercera edición y en la segunda quincena de abril llegó a vender mil libros al día. Rosario Raro (Castellón, 1971) empezó a escribir desde que tiene uso de razón, porque la posibilidad de crear otros mundos le divertía. “Yo creo que una de las cosas que mejor tienen los niños es la imaginación y tendríamos que fomentarla, porque luego da lugar a la creatividad”, señala. A los doce años leyó Los escarabajos vuelan al atardecer, de María Gripe, un título que le convenció para dedicarse a la literatura, aunque Crónica sentimental en rojo, del recientemente fallecido Francisco González Ledesma, Premio Planeta, fue para ella un título definitivo, y también confiesa un especial interés por Max Aub, “porque ha sido capaz de escribirlo todo, en todos los géneros y con todos los tonos posibles”. Rosario Raro se doctoró en Filología y estudió Técnicas de Escritura Creativa en la Universidad Mayor de San Marcos y la Pontificia Universidad Católica de Perú. Además, ha realizado estudios de Comunicación Empresarial y de Pedagogía, y dirige desde su fundación el Aula de escritura creativa de la Universitat Jaume I de Castellón. “La escritura ha supuesto una especie de tabla de salvación para mantenerme a flote siempre y obtener muchísima satisfacción, con la doble vertiente de la lectura. Como decía Josefina Aldecoa, una novela es uno de los mejores medios de transporte que puede haber”. Comenzó publicando libros de poesía, algunos de haikus. “Es un desafío porque tienes que contar una escena o un microrrelato, en solo tres versos y con una métrica muy estricta. Me lo había tomado como una especie de pasatiempo, hay quien hace sudokus”, se ríe. Con Carretera de la Boca do Inferno ganó el prestigioso galardón Ciudad de Huelva. “Yo acababa de volver de Perú y no sabía si buscarme criada o ponerme a servir, y este premio fue determinante para mí -explica-. Huelva y Huesca tienen muchísima importancia en mi biografía y paisajísticamente son también impresionantes”. Ese Rosario Raro quedó cautivada por Canfranc. VÍCTOR ARANDA GARCÍA éxito trajo otros muchos y durante los años siguientes volvió a Huelva para formar parte del jurado. “Yo considero que los mejores premios literarios que he conseguido son las personas que he conocido a través de la literatura”, subraya. En su bibliografía aparecen otros títulos como Surmenage, Perder el juicio, Los años debidos, Finlandia, La llave de Medusa, Desarmadas e invencibles y El alma de las máquinas, y su obra ha sido traducida al catalán, al japonés y al francés. Volver a Canfranc es su título más reciente, pero no es su primera conexión con la provincia de Huesca. Sus antepasados proceden del Sobrarbe. “Me dijeron que en Jaca había muchos apellidos ‘Raro’ y que la casa originaria está en Oto. No soy una persona nada esotérica, pero para mí todo esto tiene mucho significado, es como que el Alto Aragón era el lugar al que yo tenía que volver -explica. Yo vivo en Segorbe (Castellón) y allí hay muchas personas que se apellidan como yo, pero dicen que nuestro origen está en Huesca”. Volver a Canfranc es una ficción basada en hechos reales. Laurent Juste, jefe de la aduana de Canfranc, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte se arriesgan para devol- verles la libertad a miles de judíos. “Me interesaba mucho hacer una novela muy respetuosa y que fuera un homenaje a las personas que se jugaron la vida por otras que ni conocían”, relata. El detonante de la novela Rosario Raro se quedó prendada para siempre de la estación de Volver a Canfranc, un homenaje a los héroes Canfranc en cuanto vio su imagen y supo que estaba abandonada. “Empecé a investigar y me llamó la atención que su periodo de máximo esplendor estuvo en la segunda Guerra Mundial. Hace cuatro años, fui unas vacaciones y en la visita con las guías Silvia Franc y Elena Pastor, ahora mis amigas, veía que todos estábamos sobrecogidos y arrebatados con la historia que nos estaban contando. Sorprende que sea tan desconocida, parece que los héroes tengan que ser americanos y no puedan ser tan cercanos como es este caso”. A Rosario Raro le pareció que ahí había muchas historias con una gran potencia, y con mucho interés para los demás. “He escrito una novela, pero podría haber escrito treinta, porque Canfranc es un filón inagotable”, destaca. Se entrevistó con el periodista Ramón J. Campo, el máximo especialista en Canfranc durante ese periodo histórico. “Me ha ayudado muchísimo y en la feria del libro de Zaragoza estaremos los dos juntos”, comenta. También encontró un gran respaldo en los propios habitantes de la zona, con los que se mantenía en contacto sobre todo a través de Facebook. “Yo necesitaba un dato, como saber si el restaurante Universo existía en 1943, y a los diez segundos ya me lo decían. Ha sido una escritura, en ese sentido, llena de ánimo y muy acompañada”, manifiesta. A Planeta le interesó el proyecto y además la editorial le puso en contacto con Luz Gabás, “uno de los regalos de esta experiencia”, de quien ya había leído sus dos libros. “A mí me gusta que las novelas me entretengan, me conmuevan y me aporten algún conocimiento nuevo, y en el caso de las de Luz, eso se cumple. Cuando terminé Regreso a tu piel, me gustó tantísimo que lloré”, recuerda. Las editoras de Rosario Raro le enviaron Volver a Canfranc a Luz Gabás antes de ser publicado. “La frase que aparece en la faja del libro es de ella y me dijo que le había gustado, que lo que ponía lo pensaba de verdad. Que decidiera amadrinarme para mí es algo definitivo”, afirma. Desde que el libro vio la luz, Rosario Raro no ha dejado de recibir el reconocimiento del público y de la crítica. “Dice Juan Pedro Aparicio que en la literatura la escritura es la bella durmiente y el lector el príncipe que la despierta, y yo puedo decir que he recibido más de 15.000 besos. Eso supera el mejor de mis sueños y eso que tengo mucha imaginación”, señala. Ahora, después de recorrer varias ciudades y ferias, va a inaugurar la de Huesca. “Cuando conocí a Ludi, de Másdelibros, y me lo propuso, y luego vi que el año anterior había hecho el pregón Luis García Montero, y que van ochenta autores, algunos como Manuel Vilas, para mí eso tiene un componente sentimental enorme. Espero no echarme a llorar de la emoción”.