Suplemento DPI Familias, Bioetica y Derechos Humanos Nº 2 - 01.12.2015 La figura del progenitor afín Por Federico Notrica 1 En el marco de la democratización de las relaciones familiares, el capítulo 7 del Título VII del Libro Segundo del Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación regula lo que en doctrina se conoce como Familias Ensambladas, siendo ésta una “estructura familiar originada en el matrimonio o en las convivencias de pareja, en la cual uno o ambos tienen hijos, nacidos con anterioridad a esta unión. De este modo, se alude a las situaciones de segundas nupcias de viudos/as y divorciados/as, y aquellas otras en las cuales uno de los cónyuges es soltero y el otro viudo o divorciado.” 2 Es por esta incorporación que aparece la figura del progenitor afín, es decir, el cónyuge o conviviente del progenitor del niño, quien convive con ellos. La idea que atraviesa este instituto es la de reconocer en el plano jurídico la ampliación de los lazos socio afectivos que un niño o adolescente puede generar con las nuevas parejas de sus progenitores. Se trata de una figura que busca protección y que, de ningún modo, reemplaza o excluye a sus padres. Conforme a todo lo mencionado, el Código Civil y Comercial de la Nación, en consonancia con la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, reconoce las distintas estructuras familiares otorgándoles una serie de derechos y deberes a la figura del progenitor afín, para fortalecer el nexo que se genera entre quien se encuentra casado o conviviendo con una persona y los hijos de ésta, producto de una unión anterior. La idea es consolidar la posición de los integrantes de la familia ensamblada mediante un sistema donde el rol de la voluntad se conjugue con la noción de responsabilidad. 3 El art. 673 refiere que el progenitor afín tiene determinados derechos-deberes, entre ellos, la cooperación en la crianza, realizar los actos relativos a su formación en el ámbito doméstico y adoptar decisiones ante situaciones de urgencia. Además deja claro que los progenitores del niño o adolescente son los principales responsables de su cuidado, educación y desarrollo, siendo complementaria la función del progenitor afín, que coopera, asiste y acompaña en la crianza de los hijos de su pareja. Asimismo, para evitar conflictos y buscar la maximización de las relaciones familiares, el Código es claro al prescribir que en caso de desacuerdo entre el progenitor de niño y su cónyuge o conviviente, prevalece la decisión del primero siguiendo con la idea de que el segundo cumple una función de asistencia y colaboración y dicha función no afecta los derechos y deberes de los titulares de la responsabilidad parental. Por otra parte, el art. 674 establece la posibilidad de delegar el ejercicio de la responsabilidad parental en el progenitor afín, cuando el progenitor conviviente no puede, por las circunstancias que se mencionan en el artículo o por cualquier otra que se considere necesaria en beneficio de los hijos, seguir haciéndose cargo del cuidado, educación y protección de ellos. Esta norma toma en consideración la especial relevancia del medio familiar en que fue desenvolviéndose la vida del niño o adolescente y los lazos que fueron creándose con las personas de su entorno. 1 Abogado. Maestrando, Maestría en Derecho de Familia, Infancia y Adolescencia, UBA. Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, Infojus, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, 2012, p. 602. 3 Le DroitFrancais FACE aufhénomène des recompositionsfamiliales, en MEULDEURS-KLEIN y THERY (dirs.), Quelsrepèrespour les famillesrecomposées?, LGDJ, París, 1995, p. 121. 2 Cabe señalar que este acuerdo de delegación puede quedar sin efecto por voluntad de las partes o por hechos que puedan lesionar los derechos y garantías de estos niños. Otra de las variantes que otorga el nuevo ordenamiento jurídico –art. 675- es que el progenitor afín ejerza conjuntamente con el progenitor del niño el ejercicio de la responsabilidad parental, en los casos en que el progenitor no conviviente, se encuentre ausente, con una incapacidad que le impide ejercer su rol, o si hubiese fallecido. Siguiendo la misma idea de la figura de la delegación desarrollada anteriormente, el acuerdo de ejercicio conjunto debe ser homologado ante autoridad judicial y en caso de conflicto entre ambos, le decisión del progenitor prima por sobre la del padre o madre afín. Finalmente, el art. 676 determina la posibilidad de solicitar alimentos al progenitor afín de manera subsidiaria, cuando no existan otros parientes consanguíneos o cuando éstos no tengan recursos para hacerlo. Podrá fijarse entonces, una cuota asistencial a su cargo con carácter transitorio, cuya duración debe definir el juez de acuerdo a las condiciones de fortuna del obligado, las necesidades del alimentado y el tiempo de la convivencia. En suma, el Código Civil y Comercial de la Nación, regula con reglas precisas el vacío legal que traía consigo la legislación anterior, permitiendo a los integrantes de las familias ensambladas tener pautas claras acerca de sus derechos y deberes, y visibilizar una realidad que cada día es más común.