¿Explicando Qué?: Niveles y mecanismos en filosofía de

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¿Explicando Qué?: Niveles y mecanismos en filosofía de las
neurociencias
Adrian Omar Ramírez1
Mariana Itatí Branca2
Resumen: La noción de nivel es un eje conceptual que atraviesa los modelos mecanicistas de
explicación propuestos en el ámbito de la filosofía de las neurociencias. Si bien distintos
modelos dentro de la perspectiva mecanicista comparten dicha noción de nivel y otros
conceptos relacionados (componente, actividad, organización), al sostener concepciones
distintas respecto al criterio de delimitación de los niveles en sus modelos, no comparten de la
misma manera el sentido adjudicado a algunos de estos términos. En el presente trabajo se
exponen sucintamente las principales nociones de nivel, componente, actividad, organización y
mecanismo en las propuestas explicativas de Carl Craver (2001, 2006a; 2007) y William
Bechtel (2007d; 2008; 2009e; Bechtel & Richardson, 2010g). Se muestra que los autores
comparten un marco conceptual general pero divergen en ciertas definiciones con importantes
implicancias conceptuales relacionadas a su criterio de delimitación de niveles, lo cual deriva
en ideas diferentes respecto a la naturaleza del modelo de explicación propuesto. Se espera
aportar así a una caracterización general del mecanicismo como una propuesta que integra
diferentes modelos en su interior, con características no siempre concordantes, que no se
presentan como una propuesta general unificada.
Palabras clave: Modelos de explicación mecanicistas. Niveles. Neurociencia cognitiva.
Abstract: The notion of level is a conceptual axis that passes through the mechanistic models of
explanation proposed in the field of philosophy of neuroscience. Although the different models
within the mechanistic perspective share this notion of level and other related concepts
(components, activities, organization), them hold different conceptions of the criterion of
demarcation of levels in their models, not share in the same way the sense awarded to some of
these terms. In this paper we succinctly present the main concepts of level, component, activity
and organization in the explanatory proposal of Carl Craver (2001, 2006, 2007) and William
Bechtel (2007d; 2008; 2009e; Bechtel & Richardson, 2010g). We show that the authors share a
general framework but differ in some important definitions related to its conceptual implications
criterion of demarcation of levels, which leads to different ideas about the nature of the
proposed explanatory model. This way, we expect to make a contribution to a general
characterization of the mechanicism as a proposal that integrates different models inside, with
features that aren‟t always consistent, or unified as a general proposition.
Keywords: Mechanistic models of explanation. Levels. Cognitive neuroscience.
INTRODUCCIÓN
Los modelos de explicación mecanicista fueron propuestos recientemente, en el
marco de la filosofía de las neurociencias, como una alternativa a los modelos de
explicación de cobertura legal que habían predominado en filosofía de las ciencias.
1
Graduando en Psicología en la Facultad de Psicología – Universidad Nacional de Córdoba. Orientador:
Dr. José Ahumada. Email: adrianomarramirez@gmail.com.
2
Graduando en Psicología en la Facultad de Psicología – Universidad Nacional de Córdoba.. Orientador:
Dr. José Ahumada. Email: itatibranca@gmail.com.
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A medida que la neurociencia se desarrollaba vertiginosamente, a partir nuevas y
poderosas herramientas para el estudio de la actividad cerebral, algunas concepciones
generales de la filosofía de la ciencia no se mostraron del todo adecuadas para dar
cuenta de lo que ocurría en ese campo, lo cual trajo consigo el abandono progresivo de
los modelos explicativos tradicionales inspirados en la física y la química (modelos de
cobertura legal), que no parecían del todo adecuados a la hora de abordar ciencias como
la biología o las neurociencias (MANDIK & BROOK, 2004).
Es en este contexto que diversos filósofos plantearon que, en neurociencia, los
investigadores no estaban interesados en establecer leyes generales bajo las cuales
pudieran ser subsumidos los fenómenos a explicar, sino que más bien buscaban dar
cuenta de cómo es que los fenómenos se producen, cuál es el mecanismo responsable de
los mismos.
Esta perspectiva - que ya había tenido algún desarrollo en el campo de la
filosofía de la biología y también se extendió recientemente a explicaciones en
psicología- se postuló como modelo de explicación mecanicista, y se apoya en la noción
de que explicar algo es descubrir y describir sus mecanismos subyacentes, esto es,
sostiene una premisa fundamental: que “los mecanismos explican” (WILLIAMSON &
ILLARI, 2011).
Si bien el modelo mecanicista suele presentarse como una propuesta unificada,
los distintos autores han desarrollado de modo diverso sus propuestas acerca del mismo;
el propósito del presente trabajo es demarcar algunas de esas diferencias entre las
propuestas de dos autores que han avanzado en amplios desarrollos de dicha
perspectiva: Carl Craver (2001, 2006, 2007) y William Bechtel (2007d; 2008; 2009e;
Bechtel & Richardson, 2010g). Aquí se pretende mostrar que si bien los autores
comparten un marco conceptual general, divergen en ciertas definiciones con
importantes implicancias conceptuales, relacionadas a su criterio de relevancia
constitutiva y delimitación de niveles, lo cual deriva en ideas diferentes respecto a la
naturaleza de la propuesta de explicación planteada.
Para ello se realizará en primer lugar una reconstrucción de algunos rasgos
generales que los modelos de explicación mecanicista comparten. En un segundo
momento se discutirán las diferencias más relevantes de las propuestas mencionadas, a
partir de lo cual, finalmente, se distinguirán sucintamente algunas nociones centrales de
las mismas, como la noción de componente, actividad, organización y nivel.
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MECANISMOS Y EXPLICACIÓN MECANICISTA
Los mecanismos fueron definidos en el marco de los modelos de explicación
mecanicista como “estructuras que realizan una función en virtud de sus entidades
componentes, las actividades u operaciones de dichas entidades y su organización”
(BECHTEL & ABRAHAMSEN, 2005f: p. 423); “las entidades y actividades
organizadas, que son productoras de cambios regulares desde el comienzo o condiciones
de principio a condiciones finales o de terminación” (MACHAMER, DARDEN, &
CRAVER, 2000, p. 3).
En este sentido, las explicaciones mecanicistas consisten en dar cuenta de los
fenómenos estudiados “identificando los componentes de los mecanismos, describiendo
las actividades realizadas por los componentes, y mostrando cómo estos componentes y
actividades están organizados” (BECHTEL & CRAVER, 2006), “describiéndolos como
resultados de diversos procesos y subprocesos.” (MANDIK & BROOK, 2004).
Este tipo de explicaciones se establecen a partir de fenómenos particulares y su
alcance pretende ser local, no extendiéndose más allá del mismo, es decir que a
diferencia de modelos tradicionales de cobertura legal, no se busca establecer
explicaciones generales, sino que las explicaciones se circunscriben al fenómeno
concreto en estudio. Así las generalizaciones causales obtenidas mediante este tipo de
explicaciones, suelen ser caracterizadas por algunos de los siguientes atributos: son
generalizaciones limitadas en su alcance, mecánicamente frágiles, estocásticas, e
históricamente contingentes. (CRAVER, 2007, p. 66-70).
Si bien existen ciertas diferencias entre las definiciones de mecanismo que
fueron presentadas, pueden reconstruirse algunos puntos en común de las dos
propuestas que se pretenden analizar en el presente trabajo. En primer lugar, la
explicación mecanicista es una "explicación constitutiva, en la que una propiedad o
comportamiento de un sistema se explica por las propiedades y las actividades de sus
partes.” (CRAVER, 2006, p. 355). Se considera a estas propuestas mecanicistas como
pertenecientes a una tendencia que las identifica como “constitutivas” dado que, si bien
son “causales”, plantean la conformación de los mecanismos como organizaciones de
componentes (y sus actividades) distribuidos en niveles, de forma tal que los niveles
más básicos, “bajos”, constituyan los niveles “altos”, siendo ésta una relación distinta a
la relación causal (ver Cummins, 2000 y su propuesta de análisis funcional para
introducirse en la tradición de sistemas y su enfoque de componencialidad de la cual son
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herederos los autores abordados3. Para una apretada síntesis de ciertos puntos
fundamentales sobre Cummins y la tradición de sistemas: Craver, 2007, p. 109-110).
Este modelo de explicaciones mecanicistas constitutivas sostiene que las
totalidades constitutivas, o sea la suma de los mecanismos, están conformadas en cada
nivel
mecanísmico
por
mecanismos
causales-etiológicos
que
se
relacionan
componencialmente con mecanismos de nivel superior. Estas totalidades constitutivas
tienen propiedades que no poseen sus componentes de nivel bajo, por lo cual abogar por
una reducción causal como la propuesta por John Bickle (2003; 2006) no sería posible:
no se trata de determinar si los niveles bajos tienen mayor peso causal sobre niveles
altos, porque los niveles de mecanismos más bajos no causan los más altos, sino que los
componen. La noción de constitutividad aplicada a las explicaciones mecanicistas es
entonces la alternativa que plantea el mecanicismo al problema de la causalidad
reductiva internivel (así, los niveles de mecanismos serían distintos de los niveles de
realización ver Kim, 2000).
Por otro lado, esta propuesta se aleja también de la idea de que los niveles altos
de mecanismos tengan poderes causales sobre los niveles que los componen, ya que así
como los niveles bajos no causan a los altos, lo altos tampoco ejercen causas sobre los
bajos, sino que están compuestos por ellos. Al aspecto causal que tienen las
intervenciones internivel, se les asignará el nombre de “efectos mecanísticamente
mediados” (CRAVER & BECHTEL, 2006), esto es: de aparente causalidad internivel
debida a una relación componencial.
Resumiendo, Craver y Bechtel (2006) coinciden en marcar que la noción de
mecanismo tiene cuatro aspectos a tener en cuenta: (1) La capacidad de explicar un
fenómeno, los mecanismos se determinan en torno a la comprensión de un fenómeno
concreto, por lo cual sólo se consideran "parte(s)” del mismo, aquellas que son
pertinentes a dicha explicación; (2) un aspecto componencial, los mecanismos tienen
componentes o partes en actividad (por lo menos dos de ellas); (3) un aspecto causal,
los componentes de los mecanismos actúan e interactúan unos con otros. Si no, el
fenómeno no se produciría; y finalmente (4) un aspecto organizativo, los componentes
de los mecanismos y sus relaciones causales están organizados espacial y
temporalmente en la producción del fenómeno.
3
Craver reconoce explícitamente su herencia en la tradición de sistemas, y respecto de los desarrollos de
Cummins, en Craver, 2007, p. 108, 128, 130).
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DESCOMPOSICIÓN DE LOS MECANISMOS Y DELIMITACIÓN DE LOS NIVELES
Si bien tanto Craver como Bechtel sostienen que los mecanismos pueden
descomponerse iterativamente, puesto que los mecanismos están “anidados dentro de
mecanismos” (CRAVER & BECHTEL, 2006, p. 472), los autores difieren acerca del
criterio para descomponer tales mecanismos, y para delimitar los niveles en que estos
mecanismos están “anidados”. Respecto a los criterios y herramientas que permiten una
descomposición tal, Craver (2007) ha propuesto un criterio intervencionista,
manipulativo, mientras que Bechtel (2008; BECHTEL & RICHARDSON, 2010) ha
hecho un mayor énfasis en la utilidad de modelos abstractos y la utilidad de
herramientas en neuroimagen en donde la intervención no es un principio absolutamente
determinante.
Craver (2007) ha desarrollado el “criterio de relevancia constitutiva” como un
procedimiento que permite definir qué partes del fenómeno a explicar son componentes
efectivos del mecanismo que conforma el fenómeno. Presenta a estos fines el modelo de
“manipulabilidad mutua” que implica experimentos “top-down” en donde se
introducen modificaciones en niveles superiores, o contextuales y se evalúan las
modificaciones de las partes y sus operaciones, y experimentos “bottom-up”, que en la
dirección inversa intervienen en los niveles más básicos de los mecanismos para
analizar las modificaciones a nivel del sistema. De acuerdo con esta noción, “una parte
es un componente en un mecanismo si uno puede cambiar la conducta del mecanismo
como un todo interviniendo el componente, y si uno puede cambiar la conducta del
componente mediante la intervención en la conducta de un mecanismo como un todo.”
(CRAVER, 2007, p. 141).
Para Craver la intervención y manipulabilidad resultan de principal interés, dado
que la meta de la explicación mecanicista es dar cuenta de cómo son realmente los
fenómenos en el mundo. El mismo plantea que se parte de un esquema inicial “howposible” que intenta esbozar explicaciones posibles acerca de cómo se llevan a cabo los
mecanismos. Estos esquemas iniciales son completados por términos de “relleno”, que
sólo posteriormente podrán llegar a ser especificados y explicados mediante la
investigación. Una buena explicación para Craver debiera dar cuenta de cómo es
realmente el sistema en el mundo (explicaciones “how-actually”).
Bechtel (2008; In press), por otra parte distingue dos formas en las que un
mecanismo puede descomponerse: una forma estructural (en donde se intenta dar cuenta
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de las partes que lo conforman), y una descomposición funcional (para identificar las
operaciones). Es importante en una explicación mecanicista poder vincular en un
segundo momento las operaciones a las partes específicas, para lo cual suele ser
conveniente un criterio intervencionista (estudios a partir de lesiones cerebrales, de
estimulación y registro de células, y tareas) pero de todos modos, a pesar que la
intervención es deseable, como en muchos casos no es posible, sobre todo en cerebros
humanos, se admite la posibilidad de una localización más laxa a partir de
neuroimagenes.
Por otro lado puede observarse cómo, al ser dos los tipos de descomposición a
realizar, mientras que una depende en mayor medida de la posibilidad de intervenir (la
identificación de las partes), el otro tipo de descomposición puede realizarse en gran
grado independientemente de la manipulación. Además, Bechtel desarrolla a partir de la
importancia de la organización de las diferentes partes y operaciones del mecanismo, un
tercer criterio de importancia en las explicaciones mecanicistas y es la posibilidad de la
simulación o complementación de métodos algorítmicos o matemáticos en la
comprensión de dichos aspectos “organizativos”, “dinámicos” del mecanismo; en sus
términos:
Aunque las técnicas experimentales discutidas pueden dar sugerencias
en cuanto a la organización de los componentes, la modelización,
incluyendo modelos matemáticos y computacionales, a menudo son
las mejores herramientas para evaluar las hipótesis acerca de la
organización. (BECHTEL, In press, p. 4).
Por último, Bechtel (2008, p. 23) pone énfasis en que en la explicación de los
mecanismos mentales si bien es importante la implementación física,
El foco no está en los cambios materiales en el mecanismo, sino más
bien en identificar de manera más abstracta los elementos funcionales
y de las operaciones que se organizan de tal manera que el mecanismo
pueda interactuar adecuadamente en su entorno.
Entonces, mientras que Craver considera que para poder descomponer un
mecanismo y en consecuencia, determinar los distintos niveles en los cuales se compone
un mecanismo, deben necesariamente realizarse intervenciones que permitan ver las
relaciones entre las entidades actuantes que conforman el mecanismo, ya sean estas
relaciones de causalidad (relaciones intra-nivel) o componencialidad-constitutividad
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(inter-nivel); para Bechtel (2002c; 2008; 2009; In press) la manipulación no es una
condición a priori. Si bien Bechtel también contempla la utilidad de la manipulación a la
hora de la localización de las operaciones en partes específicas, la misma no es
necesaria para la descomposición inicial que puede consistir en una descomposición
funcional que sólo luego se localizará. Por otra parte admite también como
explicaciones plausibles
aquellas que contemplan
localizaciones
más
laxas,
correlacionales, e incluso incorpora la posibilidad de que para algunos aspectos de las
explicaciones mecanicistas sea más adecuada la utilización de modelos matemáticos o
computacionales.
Por otro lado, aunque relacionado a lo anterior, también puede establecerse una
diferencia importante entre la propuesta de Craver y la de Bechtel en cuanto a su forma
de comprender el alcance de las explicaciones mecanicistas adecuadas. Mientras que
para Bechtel la “explicación es una actividad epistémica que consiste en representar y
razonar acerca de los mecanismos” (BECHTEL & WRIGHT, 2007, p. 34), en donde
los mecanismos son modelos que pretenden dar cuenta de los fenómenos, Craver
considera que:
Las explicaciones objetivas no son textos, son cosas de cuerpo
completo. Son hechos, no representaciones. Son el tipo de cosas que
son descubiertas y descritas. No hay duda de que las explicaciones
objetivas sean „acertadas‟ o „erradas‟, que estén „mal‟ o „bien‟.
Simplemente son. Las explicaciones objetivas, las causas y
mecanismos en el mundo, son el punto de partida correcto para pensar
sobre los criterios para evaluar textos explicativos en neurociencia.”
(CRAVER, 2007, p. 27).
Como es de suponer si seguimos la lógica de lo anteriormente expuesto, a tales
“explicaciones objetivas”, o “causas y mecanismos en el mundo”, solo puede accederse
por medio de la intervención, de la manipulación efectiva, real, en el mundo “físico”.
Estas diferencias subyacentes en las propuestas de los autores, tienen
implicancias a su vez en otras conceptualizaciones propias de sus modelos de
explicación, si bien pareciera que los autores se refieren a las mismas cosas, hay
diferencias en algunos términos utilizados, que se desprenden de manera directa de estas
diferencias más básicas. A continuación, mediante una contrastación de las principales
definiciones que otorgan los autores a ciertos conceptos elementales dentro de la
propuesta de explicación mecanicista constitutiva, se buscará marcar la relación de tales
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diferencias y similitudes en relación a los criterios de delimitación de niveles
mecanísmicos tomados en cuenta por ambos autores.
NOCIONES MECANICISTAS EN LA PROPUESTA DE CRAVER Y BECHTEL
A partir de esta reconstrucción del modelo de explicación mecanicista pudimos
ver que hay algunas nociones centrales a dicho modelo. En primer lugar pudimos ver
que un mecanismo es definido como una estructura que realiza un fenómeno en virtud
de sus entidades componentes, las actividades u operaciones de dichas entidades y su
organización.
Estos términos -entidades/componentes, actividades/operaciones, organizaciónrevisten una importancia capital para el modelo mecanicista. Asimismo, dada la
característica de constitutividad que define a las propuestas abordadas aquí, el término
“nivel” también debe ser tenido en cuenta.
Respecto a los “componentes”, los ha definido como “las partes físicas de un
mecanismo” (CRAVER, 2001, p. 58), en dónde puede notarse la importancia del
aspecto “físico” de los componentes, a los cuales Craver prefiere llamar “entidades”, lo
que excluye la posibilidad de que un modelo “virtual”
(ej. software) tuviese
componentes (entidades) verdaderos: los únicos componentes de un mecanismo tienen
que ser “partes físicas”, ”las partes pueden ser identificadas, por ejemplo, por su
tamaño, forma, locación, composición, y desarrollo, y por sus diversas propiedades y
actividades.” (CRAVER, 2007b, p.72).
Bechtel (2008, p. 14), por otro lado ha definido a los componentes como
“partes” que son “los componentes estructurales del mecanismo”, si bien dichas partes
serían físicas el criterio de demarcación de las mismas no es tan estricto como para
Craver, puesto que se pueden identificar zonas cerebrales completas, en una primera
instancia. Por ello para la identificación de las partes es recomendable la utilización de
múltiples herramientas disponibles,
[…] en la neurociencia cognitiva, donde el objetivo principal es
relacionar las estructuras neurales con las operaciones cognitivas,
ninguna técnica puede revelar por si misma el funcionamiento
cognitivo que se lleva a cabo por un área específica del cerebro dado,
pero la integración de los resultados de múltiples técnicas pueden
proporcionar una comprensión mucho mejor. (BECHTEL, 2002c, p.
4).
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En este sentido Bechtel sostiene una perspectiva en donde se da cuenta,
mediante modelos, de las diferentes partes componentes: la información empírica juega
un rol importante, pero no hay un criterio intervencionista que sea totalmente
determinante respecto a cuales son las partes que conforman un mecanismo, sino que se
debiera intentar formar un modelo a partir de diferente información disponible.
En segundo lugar, en relación a la noción de “actividades/operaciones”, Craver
(2001, p.58) las ha definido como “las cosas que esas entidades hacen”, “algunas
actividades incluyen colisión, difusión, atracción y repulsión electroestáticas,
gravitación, magnetismo, oxidación, y fosforilación.” (CRAVER, 2007, p. 64).
Para Craver, la especificidad de la actividad que una entidad realiza (en relación
al resto de las propiedades) estaría dada por su funcionalidad (su utilidad productiva en
el mecanismo: su rol dentro del mismo). Esto es: una actividad es una propiedad que
cumple un rol necesario, si bien no suficiente (se precisan relaciones sistémicas
coordinadas de múltiples entidades actuantes) para la existencia de ciertos procesos
(explanandum phenomenon).
Bechtel (2008, p.14), por otra parte, si bien ha referido a las operaciones como
“procesos o cambios que involucran a las partes”, en su modelo de descomposición de
los mecanismos expone que puede realizarse una descomposición funcional de las
operaciones, que luego se localicen en diferentes partes; así las operaciones pueden ser
definidas de un modo mucho más abstracto y funcional que las “actividades” propuestas
por Craver que se encuentran en estrecha relación a las entidades. En la propuesta de
Bechtel las operaciones más complejas pueden incluso ser determinadas a partir de la
modelización computacional o matemática, si bien se busca luego localizar las
operaciones en partes determinadas, lo que aumentaría el potencial explicativo en
algunos casos, al aportar nueva información respecto a que modelos de las operaciones
son más adecuados que otros, las operaciones también pueden ser abordadas
abstractamente.
Por otra parte, Bechtel (2008) ha destacado que la selección del término
“operaciones” denota una comprensión más compleja del mecanismo, puesto que las
operaciones tienen un rasgo más relacional que el término “actividades” que podrían ser
aisladas. Sin embargo, esta distinción parece ser meramente terminológica y
encontramos que no hace juicio al abordaje que Craver hace de los mecanismos, puesto
que el mismo también entiende a las actividades de los componentes en relación.
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En tercer término, en cuanto a la noción de “organización” de un mecanismo,
de sus componentes y actividades, para Craver, siempre es una cualidad activa, esto es,
conducente a la producción del fenómeno a explicar: según el autor, la organización es
la “orquestación de las actividades” (CRAVER, 2001, p. 60), “la forma en que un
mecanismo trabaja” (CRAVER, 2001, p. 61), “cómo una actividad lleva a la siguiente
a través de la disposición espacial de los componentes y a través de su participación en
un patrón temporal estereotipado de actividades desde el principio al final”
(CRAVER, 2001).
Ya que en los mecanismos, “las partes tienen relaciones espaciales, temporales
y activas entre ellas, por las cuales trabajan juntas para hacer algo” (CRAVER, 2007,
p. 189), puede decirse entonces que la organización tiene que ver con el tiempo, en tanto
producción y coordinación de actividades, y con cómo los componentes son localizables
en el espacio.
Bechtel también plantea la organización como una noción esencial puesto que el
funcionamiento del mecanismo requiere que las operaciones de las diferentes partes se
vinculen entre sí. Pero el mismo pone énfasis en una concepción de la organización
adecuada de las partes como aquello que permite a los mecanismos adaptarse a un
medio. Sistemas lineales relativamente simples ya requieren organización, pero en los
sistemas biológicos, que son dinámicos e involucran procesos de retroalimentación,
estos modos de organización son aún más complejos. Por otra parte, la necesidad de
considerar la organización no se circunscribe únicamente a límites del mecanismo, el
mecanismo siempre está situado en un contexto específico, y usualmente es alterado por
las condiciones del medio que lo rodea. El modelo mecanicista requiere por tanto, desde
la perspectiva de Bechtel, que la comprensión de las partes y las operaciones de un
mecanismo se complementen con enfoques orientados a la apreciación de propiedades
sistémicas. Es por ello que como pudimos apreciar en el apartado anterior a Bechtel le
parece adecuado, en el caso de la organización, complementar las explicaciones
mecanicistas con modelos computacionales y matemáticos, e incluso ha propuesto la
posible utilidad de modelos dinamicistas (BECHTEL, 1998B; BECHTEL &
ABRAHAMSEN, 2010).
Respecto al concepto de “nivel”, Craver realiza una esmerada taxonomía sobre
la cual no nos detendremos (CRAVER, 2007, cap. 5), pero podemos destacar sin
embargo algunos aspectos esenciales. Según Craver:
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La relación entre niveles mecanísticos más bajos y más altos es una
relación mereológica parte/todo con la restricción adicional de que las
partes de nivel más bajo son componentes de (y por consiguiente
organizadas dentro de) el mecanismo de nivel más alto.” (CRAVER,
2001, p. 63, primer párrafo).
Aquí vemos el típico aspecto constitutivo en la descripción de mecanismos, que
puede hallarse en estas propuestas explicativas 4.
Un objetivo en la descripción de mecanismos jerárquicamente organizados es
integrar esos diferentes niveles en una descripción de un mecanismo (CRAVER, 2001,
p. 63). Para esta “integración internivel de jerarquías mecanísticas” se elaboran y se
alinean, según Craver, las descripciones de la actividad de un componente. Dirá que
estos tipos de descripciones dependen de lo que se considera consensuado como
importante a describir y recortar (CRAVER, 2001, p. 71). Así, los niveles más bajos en
esta jerarquía son los componentes de los mecanismos de los fenómenos de nivel más
alto, y los componentes de niveles más bajos se organizan para realizar los
comportamientos a niveles más altos mientras que los ítems 5 de niveles más bajos y más
altos mantienen relaciones de mutua manipulabilidad (CRAVER, 2007, p. 170). Estas
relaciones de mutua manipulabilidad son aquellas que serán explotadas mediante
intervenciones para dar cuenta de la relación componencial/constitutiva existente entre
esos niveles, es decir: intervenciones que permitan delimitar niveles dentro de un mismo
mecanismo, intervenciones apoyadas en la existencia física de esas entidades,
localizables en el espacio, cuyas actividades transcurren en un tiempo dado que refiere
al fenómeno a explicar.
Puede notarse mediante esta idea de lo que significa “explicar”, cómo se llega,
para Craver, a un modelo completo de mecanismo (recordemos que todo mecanicismo
coincidirá en sostener que un explanans es un modelo de mecanismo, si bien no todo
modelo es un explanans). Así, para Craver, un mecanismo es “una interpretación
física” del fenómeno a explicar (CRAVER, 2007, p. 57; sobre Hodgkin & Huxley y sus
ecuaciones sobre potencial de acción).
Bechtel (2007) respecto a la noción de niveles reconstruye la misma taxonomía
que presenta Craver (2007) -niveles por disciplinas: de productos y unidades; niveles de
la “naturaleza”: de causación; tamaño; composición (de mereología, agregatividad,
4
“Por nivel, en este contexto, me refiero a las relaciones entre un mecanismo como totalidad, y las
entidades, actividades, propiedades, y características organizacionales de los mecanismos tomados
individualmente” (Craver 2007, pag. 145 Nota al pie).
5
Para Craver, “ítems” pueden ser tanto las entidades como sus actividades (2007, p. 93-95).
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mecanismos)- en donde presenta los niveles, como “niveles constitutivos de
mecanismos”, los cuales son una reformulación de la propuesta de niveles mereológicos
de Wimsatt, (1994), la cual establece relaciones jerárquicas parte-todo que pueden
definirse de forma arbitraria. Bechtel plantea que si se liga a este enfoque una
comprensión de “mecanismo”, entonces la división parte/todo deja de ser arbitraria.
Esta concepción de “mecanismo” permite establecerlo en su conjunto como el nivel
superior (el fenómeno explanandum), y a sus partes componentes y actividades de las
partes como un segundo nivel.
Los científicos trazan la distinción de los diferentes niveles por medio de la
descomposición de la actividad del mecanismo en las actividades de sus componentes, y
la descomposición a su vez de las actividades de dichos componentes en las operaciones
de sus propias partes. Este es un proceso iterativo que define los distintos niveles en un
mecanismo. Nótese que en este sentido el modo de delimitar los niveles, se vincula
estrechamente a la forma en que se descompone el mecanismo, por ello especialmente
en torno a esta noción a pesar de que Bechtel y Craver parecieran en términos globales
compartir las mismas nociones, al tener diferencias en los criterios de descomposición
de los mecanismos, el modo en el que se plantea la delimitación de niveles es diferente
en forma substancial. Mientras que para Craver es imperioso contar con un criterio
intervencionista, manipulativo, Bechtel puede hacer uso de otro tipo de herramientas
como es la modelización a partir de alguna información empírica obtenida.
Finalmente, es importante notar que a pesar de que ambos modelos proponen la
integración de diversos niveles en la explicación de un mecanismo, los autores difieren
también en la extensión de sus desarrollos respecto a la importancia de los fenómenos
de nivel alto. Este es uno de los tópicos de principal interés para Bechtel, quien además
pretende abordar “mecanismos mentales” (de hecho así se titula el libro que agrupa sus
principales desarrollos). Craver, por el contrario focaliza su interés en las explicaciones
a un nivel cerebral (“Explicando el cerebro”, tal el título de su obra principal) en donde
las restricciones manipulativas descriptas en su propuesta son más fáciles de satisfacer
que cuando se estudian fenómenos mentales mucho más complejos.
CONCLUSIONES
A lo largo del presente trabajo, se pudo ver cómo toda tarea explicativa dentro
del mecanicismo constitutivo está vinculada a las nociones de componente, actividad,
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organización y nivel. Dichas nociones, como pudimos mostrar, están estrechamente
vinculadas a los criterios de delimitación utilizados para definir la relevancia de un
componente/entidad y su actividad/operación en la explicación de un mecanismo, lo
que equivale a decir también, que toda descripción de un mecanismo está vinculada a
los criterios de delimitación entre los distintos niveles de mecanismo.
Si bien son evidentes las similitudes que ubican a las propuestas de Craver y
Bechtel dentro de lo que podría denominarse la perspectiva de explicación mecanicista
constitutiva, hemos visto cómo el “peso” asignado a los criterios de relevancia, y a los
métodos empleados para llevar a la práctica esos criterios, difieren en ambos autores.
Craver y Bechtel coincidirán en sostener la importancia de los modelos previos
mediante mecanismos tentativos, sketches, como asimismo la relevancia de la
intervención: pero mientras que Craver propone la “manipulación”
como criterio
esencial para definir la relevancia constitutiva, para Bechtel no siempre es así.
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