SUMARIO URGENCIAS EN AP Manejo del eritema nodoso en Urgencias J. A. MUÑOZ AVILA*, E. I. GARCÍA CRIADO**, A. BERLANGO JIMÉNEZ*, J. M. CALDERÓN DE LA BARCA GÁZQUEZ*, F. J. MONTERO PÉREZ*, L. M. JIMÉNEZ MURILLO*** *Adjunto del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Máster en Medicina de Urgencias y Emergencias por la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba. **Médico del S.E.U. del Ambulatorio de la Avda. de América. Córdoba. Máster en Medicina de Urgencias y Emergencias por la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba. ***Coordinador del Servicio de Urgencias Hospitalario del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y del S.E.U. de Córdoba. Máster en Medicina de Urgencias y Emergencias por la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba. Semergen 24 (5): 395-398. TABLA I Clasificación de las paniculitis ■ Concepto Paniculitis es el término utilizado para designar una serie de procesos de presentación dermatológica, en los que la inflamación se localiza en el tejido celular subcutáneo. Su presentación clínica típica son nódulos que se localizan de forma preferente en las extremidades inferiores. A. Paniculitis septal racional 1. Eritema nodoso típico. 2. Eritema nodoso migratorio. 3. Eritema nodoso crónico. 4. Paniculitis subaguda migratoria. B. Paniculitis septal asociada 1. Esclerodermia. 2. Fascitis Eosinofílica. ■ Clasificación Se clasifican sobre la base de su estudio clínico e histológico. El diagnóstico puede ser clínico, aunque en la mayoría de los casos es necesario el estudio histológico para su correcta clasificación. La paniculitis septal es aquella en la que la inflamación del panículo se localiza inicialmente en los septos. Se llama paniculitis lobulillar cuando la inflamación se localiza inicialmente en el lobulillo graso. Pueden existir formas mixtas. ■ Eritema nodoso Es una paniculitis septal. Descrita por Willan en 1798. Se trata de un síndrome plurietiológico caracterizado por brotes de nódulos cutáneos inflamatorios y dolorosos que afectan de forma predominante a la superficie pretibial de las extremidades inferiores, con menor frecuencia se localizan en muslos y antebrazos. La remisión de las lesiones ocurre en 1-6 semanas sin dejar cicatrices ni atrofia residual. Se distinguen varias formas clínicas: a) Eritema nodoso típico. b) Eritema nodoso migratorio. c) Eritema nodoso crónico. d) Paniculitis subaguda migratoria. C. Paniculitis lobulillar reaccional 1. Eritema Indurado de Bazin. 2. Vasculitis Nodular. D. Paniculitis mixta asociada a lupus E. Otras paniculitis 1. Asociada enfermedad pancreática. 2. Traumática. 3. Del recién nacido. 4. Facticia. 5. Asociada a déficit de alfa-1-antitripsina. ■ Clínica Los nódulos son de aparición aguda, bilaterales, simétricos y múltiples, sobreelevados, eritematosos y dolorosos, su tamaño oscila entre 0,5 a 5 cm, irregulares, en número variable desde una lesión única hasta 20-30 lesiones. Se localizan con preferencia en áreas pretibiales, pero en ocasiones pueden afectarse el pie, nalgas o muslos (Figura 1), y las superficies de extensión de antebrazos; excepcionalmente aparecen en tronco, región cervical y cara. Es muy característico la escasa movilidad sobre planos profundos, por estar adheridos a dermis e hipodermis. 395 SEMERGEN ción se alcanza en un plazo de 1-3 semanas, pudiendo dejar una discreta hiperpigmentación residual, pero no provocan ulceración ni atrofia, es típico su carácter recidivante, sufriendo el enfermo varios brotes. Suele existir participación articular, con artralgias en el 80%, de localización tobillos y rodillas, siendo infrecuente la artritis. Puede acompañarse de manifestaciones de tipo general, cefalea, malestar general y fiebre poco elevada, al inicio del cuadro; con edema y dolor en extremidades inferiores, de forma espontánea y a la palpación. La edad más frecuente de aparición es entre los 15 y 30 años, con predominio del sexo femenino, aunque en función de la etiología. El inicio de la primavera y final del invierno tienen la incidencia más frecuente (75%) de los casos, y es menos frecuente en verano. ■ Etiopatogenia Figura 1. Nódulos pretibiales, bilaterales y simétricos típicos de eritema nodoso por estreptococo betahemolítico. Las lesiones son de color rojo brillante en su fase inicial, en días sucesivos y de forma muy característica los nódulos evolucionan de modo similar a un hematoma, adquiriendo progresivamente una coloración rojiza oscura, amarillenta, verdosa y azulada, los nódulos continúan apareciendo durante 8-10 días o más. La resolu- Se trata de una respuesta cutánea de hipersensibilidad frente a determinados antígenos, en la que se ve implicada tanto la inmunidad humoral como celular. Las alteraciones histológicas se localizan en los septos, en los vasos de los septos y en las zonas paraseptales del lobulillo. La inflamación vascular afecta a las venas (tromboflebitis), en un 40% de los casos, la pared del vaso está atravesada por polimorfonucleares y hematíes, que puede llegar a su destrucción y trombosis. También puede haber infiltración de linfocitos. La proliferación endotelial y separación de la lámina muscular de las paredes por un infiltrado mixto de linfocitos, histiocitos y polimorfonucleares que suelen evolucionar hacia la formación de un granuloma, con respuesta fibroblástica y aparición de células gigantes; siendo el final del proceso la formación de la fibrosis. Los granulomas de Miescher, histiocitos organizados radialmente que forman un micronódulo, se localizan en los septos y a veces en zona paraseptal. La forma más típica es la infiltración linfocítica que se extiende desde zonas perivasculares y septales, y que invade las venas. La inmunofluorescencia directa muestra depósitos de IgM y de complemento en las paredes de los vasos de las lesiones tempranas. ■ Etiología Figura 2. Nódulo solitario en región pretibial de eritema nodoso por ingesta de anovulatorios. 396 Principales causas conocidas de eritema nodoso a) Enfermedades infecciosas 1. Estreptococo betahemolítico. URGENCIAS 2. Tuberculosis. 3. Yersinia enterocolítica. 4. Difteria. 5. Meningococia. 6. Estafilococia. 7. Salmonelosis. 8. Leptospirosis. 9. Lepra. 10. Enfermedad por arañazo de gato (Bartonella henselae). 11. Micosis superficiales: Trichophyton; y profundas: Blastomicosis, Coccidiomicosis, y Histoplasmosis. 12. Clamidias: Linfogranuloma venéreo y Psitacosis. 13. Virus: Mononucleosis, Citomegalovirus y Hepatitis B. b) Fármacos 1. Sulfamidas. 2. Bromuros. 3. Yoduros. 4. Antibióticos: Penicilinas, ampicilina, cefalosporinas, estreptomicina, tetraciclinas, etc. 5. Anticonceptivos: Etinilestradiol y noretinodrel (Figura 2). 6. Salicilatos. 7. Barbitúricos. 8. Codeína. 9. Fenacetinas. c) Embarazo d) Sarcoidosis. (Síndrome de Löfgren). e) Enfermedad inflamatoria intestinal crónica 1. Colitis Ulcerosa. 2. Enfermedad de Crohn. f) Enfermedad de Behçet g) Lupus eritematoso sistémico h) Panarteritis nodosa i) Linfomas j) Idiopático ■ Pruebas complementarias a) Laboratorio: – Hematimetría, fórmula, recuento y VSG. – Pruebas de función hepática y renal. – Proteinograma. – Calcio y fósforo. b) Radiografía de tórax c) Pruebas serológicas: – ASLO. – Yersinia. – Toxoplasma. d) Cultivos: – Frotis faríngeo (Estreptococo). – Baciloscopias y C. Löwenstein (M. tuberculosis). – Coprocultivo (Yersinia). EN AP – Estudios virológicos. e) Reacción de Mantoux f) Test de embarazo g) Otras pruebas complementarias, se solicitarán en función de la etiología que se sospeche. ■ Diagnóstico diferencial El eritema nodoso tiene una presentación clínica tan característica que suele plantear pocos problemas en su diagnóstico. En primer lugar deberá diferenciarse de las contusiones pretibiales, no siendo difícil si existe el antecedente traumático. Algunas vasculitis sistémicas pueden confundirse, aunque por la forma de presentación, el tipo de lesiones, su localización, la clínica sistémica acompañante y su evolución ayudan a su diagnóstico diferencial. Los gomas luéticos son lesiones crónicas, asimétricas y con tendencia a ulcerarse centralmente. Otras paniculitis, especialmente la paniculitis nodular sistémica, que se asocia a pancreatitis y neoplasia pancreática, en estos casos los nódulos son móviles y pueden sufrir ulceración, que junto a los datos de la enfermedad de base ayuda a su diagnóstico. El eritema indurado de Bazin tiene un curso crónico, con predilección por las pantorrillas y con tendencia a ulcerarse. El término eritema nodoso leproso se ha usado de forma desafortunada para describir la reacción leprosa de la lepra lepromatosa, que no es clínica, ni histológicamente un eritema nodoso, y suele estar inducido por la quimioterapia (sulfonas). ■ Curso y pronóstico El curso evolutivo del E.N. suele ser autolimitado, con una duración de 1-3 semanas en el 65% de los casos. Las recidivas son frecuentes, sobre todo si el paciente reanuda su vida normal demasiado pronto o se pone en contacto de nuevo con el agente etiológico. Sólo el E.N. asociado a la tuberculosis tiene un pronóstico menos favorable. ■ Tratamiento Debe ser etiológico siempre que pueda demostrarse la causa responsable. El pronóstico y tratamiento será en función de la enfermedad de base. 397 SUMARIO SEMERGEN El tratamiento sintomático se basa en: a) Reposo en cama con elevación extremidades inferiores y vendajes. b) AINES: Salicilatos (3 g/día), indometacina (50 mg/8 horas). c) Colchicina. d) Yoduro potásico: (300-900 mg/día, 20 gotas c/8 horas), si no hay respuesta en 48 horas a los AINES. e) Corticoides, no son aconsejables, no acortan la enfermedad, y presentan con frecuencia recurrencias al suprimirlos; sólo se deben utilizar en casos rebeldes a las medidas anteriores, y habiendo descartado previamente las enfermedades infecciosas. Bibliografía 1.- CASTELL E y GÓMEZ A. Revisiones clínicas: Eritema nodoso. Medicina del posgraduado 1982; 4: 135-139. 2.- DOUTRE MS. Erytheme noureux. Orientation diagnostique. Rev Prat 1966; 15, 46 (4): 517-9. 3.- FERRÁNDIZ FORASTIER C y RIBERA PIBERNAT M. Urgencias dermatológicas. Tratado de urgencias 1995; ed. Marin, S.A. Vol. 3, 85: 1129-43. 4.- FORES D y LEÓN M. Eritema nodoso: estudio analítico de 109 casos. Medicina del posgraduado 1982; 4: 140-3. 5.- HYLAND-McGUIRE P, GULY H. Erythema nodosum-diagnostic difficulties in the accident and emergency department. J Accid Emerg Med 1996; 13 (3): 211-2. 6.- IGLESIAS DÍEZ L. Paniculitis. Medicine 1987; 4.º ed. N.º 89: 3790-3803. 7.- MATHIEU E, FAIN O, BON-MARTY M, FETON N, SITBON M, THOMAS M. Erythema nodosum and pregnancy. Rev Med Interne 1997; 18 (2): 172. 8.- MEYERSON MS. Erythema nodosum leprosum. Int J Dermatol 1996; 25 (6): 389-92. 9.- PUAVILAI S, SAKUNTABHAI A, SRIPRACHAYA-ANUNT S, RAJATANAVIN N, CHARUWICHITRATANA S. Etiology of erythema nodosum. J Med Assoc Thai 1995; 78 (2): 72-5, 10.- SANJUAS BENITO C y RUIZ MANZANO J. El clínico ante un eritema nodoso. Rheumatology Reviews Reports 1983; 3: 106-9. Correspondencia: José A. Muñoz Ávila. C/Poeta Juan Ramón Jiménez, n.º 7. 14012 Córdoba. 398