- Márgenes 2cm - Letra Arial Narrow 11 ptos. Copiar el siguiente texto: Es una reina valiente, que conquista La India y Egipto, pero no resiste que su hijo conspire para derrocarla, y termina suicidándose. Bajo las arcadas se construyeron amplios aposentos con una rica decoración donde los soberanos podían reposar durante sus visitas a los jardines. Flavio Josefo, escritor judío que vivió en el primer siglo de nuestra era dejó constancia del aspecto histórico: "Nabucodonosor ordenó levantar cerca de su palacio elevaciones de piedra, darles la forma de montaña y plantarlas con toda clase de árboles. Hacia el año 600 a.C., Nabucodonosor II, rey de Caldea, quiso hacer a su esposa Amytis, hija del rey de los medos, un regalo que demostrara su amor por ella y le recordara las montañas de su tierra, tan diferentes de las llanuras de Babilonia. Sobre una superficie de 19.600 metros se construyeron una serie de terrazas de piedra sostenidas por amplios arcos de seis metros de longitud hasta alcanzar una altura total de noventa. Por deseo de su mujer instaló además un jardín como los había en la patria de ella". Según una leyenda, en cambio, los jardines habrían sido construidos en el siglo XI a.C. Por entonces reinaba en Babilonia Shammuramat, llamada Semíramis por los griegos, como regente de su hijo Adadnirari III. Estaban situados junto al palacio del rey, hacia el lado que daba al río para que pudieran contemplarlo los viajeros que tenían prohibido el acceso. Sobre la más alta de las terrazas se situaba un depósito de agua desde el que se nutría un genial sistema de irrigación. Las excavaciones del alemán Robert Koldewey en el sector nororiental de la fortaleza sur de Babilonia revelaron unas bóvedas con un profundo pozo y que él atribuyó a los jardines colgantes. LOS JARDINES COLGANTES DE BABILONIA La desaparición de los Jardines fue paralela a la de la propia Babilonia. La conquista de los persas, el paso del tiempo y el incendio que provoca Evemero al conquistarla en el 125 a.C. reducen la histórica ciudad a simples ruinas antes de que comience nuestra era. Esta constante humedad y el calor característico de la zona hacían que el jardín estuviera permanentemente en flor. Arboles, plantas y flores de todo el mundo constituían un oasis de color. Ordenar el texto anterior y dar el formato que se indica: LOS JARDINES COLGANTES DE BABILONIA Hacia el año 600 a.C., Nabucodonosor II, rey de Caldea, quiso hacer a su esposa Amytis, hija del rey de los medos, un regalo que demostrara su amor por ella y le recordara las montañas de su tierra, tan diferentes de las llanuras de Babilonia. Sobre una superficie de 19.600 metros se construyeron una serie de terrazas de piedra sostenidas por amplios arcos de seis metros de longitud hasta alcanzar una altura total de noventa. Estaban situados junto al palacio del rey, hacia el lado que daba al río para que pudieran contemplarlo los viajeros que tenían prohibido el acceso. Sobre la más alta de las terrazas se situaba un depósito de agua desde el que se nutría un genial sistema de irrigación. Esta constante humedad y el calor característico de la zona hacían que el jardín estuviera permanentemente en flor. Arboles, plantas y flores de todo el mundo constituían un oasis de color. Bajo las arcadas se construyeron amplios aposentos con una rica decoración donde los soberanos podían reposar durante sus visitas a los jardines. Flavio Josefo, escritor judío que vivió en el primer siglo de nuestra era dejó constancia del aspecto histórico: "Nabucodonosor ordenó levantar cerca de su palacio elevaciones de piedra, darles la forma de montaña y plantarlas con toda clase de árboles. Por deseo de su mujer instaló además un jardín como los había en la patria de ella". Según una leyenda, en cambio, los jardines habrían sido construidos en el siglo XI a.C. Por entonces reinaba en Babilonia Shammuramat, llamada Semíramis por los griegos, como regente de su hijo Adadnirari III. Es una reina valiente, que conquista La India y Egipto, pero no resiste que su hijo conspire para derrocarla, y termina suicidándose. La desaparición de los Jardines fue paralela a la de la propia Babilonia. La conquista de los persas, el paso del tiempo y el incendio que provoca Evemero al conquistarla en el 125 a.C. reducen la histórica ciudad a simples ruinas antes de que comience nuestra era. Las excavaciones del alemán Robert Koldewey en el sector nororiental de la fortaleza sur de Babilonia revelaron unas bóvedas con un profundo pozo y que él atribuyó a los jardines colgantes.