Los beneficios de mantener la calma Boletín mensual, septiembre de 2013 Según los expertos, experimentamos aproximadamente 60.000 pensamientos por día¹. Cerca del 90 por ciento son pensamientos repetitivos. Eso implica mucho “ruido mental”. Piense lo bien que se sentiría si pudiera reducir todo ese estrés Lograr la calma mental Cuando aprendemos a calmar nuestros pensamientos, liberamos nuestra creatividad, comprendemos y vemos las cosas más claramente. Es como eliminar la estática de una línea de teléfono. Sin la estática, usted puede escuchar claramente. ¿Cómo puede lograr la calma mental? A continuación tiene algunas sugerencias: 1. Practique el silencio. Apague el teléfono Vaya a un lugar donde la familia o los compañeros de trabajo no lo molesten. Fije una alarma a los 5 o 10 minutos Ahora, siéntese en una silla cómoda o siéntese con las piernas cruzadas en el piso. Cierre los ojos y “escuche” el silencio. Practicar este ejercicio una vez al día lo ayudará a aprender a estar calmado. 2. Tome una ducha rápida. Cierre los ojos y visualícese a usted mismo en su mente. Visualícese sentado en el lugar que se encuentra. Concéntrese en la parte superior de su cabeza Visualice una luz blanca brillante que desciende sobre su cabeza. Vea cómo la luz blanca cubre su cabeza, su rostro, sus dedos, su cuerpo y los dedos de sus pies. 44.22.909.2 B (09/13) Mientras se encuentra cubierto de esta luz, deje ir todos sus pensamientos. Concéntrese en la luz y deje que la luz penetre en cada célula de su cuerpo. Practique esta técnica siempre que se sienta cansado o molesto. 3. Vacíe su cerebro. Esto es especialmente útil cuando siente que su mente está girando con “tareas pendientes” y otras presiones. Vaya a un lugar tranquilo donde no lo molesten. Fije una alarma a los 20 minutos. Tenga a mano un papel y un lápiz. Escriba todos los pensamientos que aparecen en su mente. No le preste atención a la puntuación o la gramática. Simplemente escriba, escriba, escriba. Cuando no tenga más lugar, dé vuelta la hoja y continúe escribiendo. No lea lo que escribe: lo importante es seguir escribiendo durante 20 minutos. Cuando suene la alarma, deje de escribir. Tome el papel en el cual escribió y rómpalo, tírelo o arrójelo en el retrete. Mueva los hombros o haga algunos brincos de mariposa sólo para aflojar el cuerpo de la tensión de la escritura. ¿Se siente mejor? ¹www.forbes.com