Queridos hermanos y hermanas: A nadie escapa que estamos ante una situación sin precedentes ni referentes en el pasado próximo y que viene rodeada de intereses particulares, de miedo ante lo desconocido, de negociaciones farragosas a altos niveles y de incertidumbre para todos. Este escenario, sin duda confuso, no nos debe apartar de lo que el Evangelio y el Magisterio de la Iglesia nos anuncian con claridad meridiana: La persona, creada a imagen y semejanza del Padre Dios, debe ocupar el centro de las decisiones. No hay refugiados ni inmigrantes, hay hermanos, con la misma dignidad que nosotros, con quienes tenemos que compartir y caminar. Como ejemplo, y sin olvidar otros países, nos detenemos en Siria con 12,2 millones de personas que siguen necesitando ayuda humanitaria, la guerra ha causado 220.000 muertos y más de un millón de heridos, 4 millones se han desplazado a países vecinos y alrededor de 300.000 sirios han llegado a Europa pagando muchos de ellos a las mafias un pasaje de 1.200 €. Los países de tránsito se encuentran colapsados. Cáritas Española está desde el primer momento cerca con la población afectada y de las Cáritas locales; ha enviado ya 80.000 € a Cáritas Grecia y 100.000 € a Cáritas Serbia. ¿Qué podemos hacer nosotros? “En España estamos a la espera de las decisiones de los gobiernos y de la propia Unión Europea. La responsabilidad principal de atender a los migrantes y refugiados con la dignidad que merecen, corresponde al Estado. Cáritas y las organizaciones de iglesia que trabajan con los refugiados y en la acción social, tienen un carácter subsidiario y, por ello, llegarán donde no lo haga el Estado. Y ahí, será generosa. Por eso entendemos que es momento de espera que se aprovecha para reflexionar y preparar una estrategia coordinada de atención a estas personas”. (Nota informativa de Caritas Nacional) A Cáritas diocesana llegan personas preguntando qué pueden hacer o brindando alguno de sus recursos; con toda seguridad que a las parroquias también se habrá acercado alguien con esas inquietudes. Para no confundir a la gente, hasta que se estructure una respuesta clara, invitamos, a las parroquias con sus equipos de Cáritas, a las congregaciones religiosas y a todas las personas de buena voluntad a mantenerse en una espera activa sensibilizando a la población, informándonos y analizando la situación, y orando al Dios de la vida pidiendo luz y espíritu solidario. Después de hablar con el Sr. Obispo, y coordinados con las instituciones que están dando respuesta a nivel nacional (Confer, Jesuitas Social, Migraciones) creemos que se puede elaborar una base de datos que coordinaría Cáritas diocesana, con todos los ofrecimientos que surjan, para llegado el momento y si fuera necesario, en coordinación con quien corresponda, sepamos qué recursos podemos ofrecer en los diversos ámbitos: vivienda, alimentación, educación, acogida, acompañamiento, etc. Para facilitar el trabajo puedes rellenar un formulario que está en la página web de Cáritas Diocesana de Almería: http://caritasalmeria.es/como-ayudar-a-los-refugiados/ Unidos en la caridad, recibid un cordial saludo Fdo. Juan Antonio Plaza Oña Delegado Episcopal para la Acción Caritativa y Social