791 RESENAS nuestro talento y nuestra voluntad alcanzan para llevar a feliz termino nuestras aspiraciones como gran naci6n. En este libro, Loprete continua una ya larga serie de indagaciones sobre el ser nacional argentino y los problemas basicos del pais, que comienza con el romanticismo (Echeverria, Alberdi, Sarmiento) y se continian en este siglo con Ezequiel Martinez Estrada, Ernesto Sabato, David Vifias, Noe Jitrik, Victor Masuh, entre otros. RICARDO SZMETAN University of Pittsburgh. MARJORIE AGOSIN: Brujas y algo mds/Witches and Something Else. Pittsburgh: La- tin American Review Press, 1984. Que Marjorie es una poeta desenfadada lo sefiala rigurosamente no s6lo el excelente pr6lo0go de Elena Poniatowska, sino tambien la lectura de cualquiera de sus poemas. El uiltimo libro de poemas de Marjorie Agosin, Brujas y algo mds (1984), edici6n bilingiie (Witches and Something Else), trae la traducci6n de Cola Franzen, de vasta experiencia en la traducci6n po6tica del espafiol al ingl6s. La edici6n ha estado a cargo de Latin American Review Press, Pittsburgh, especializada en ediciones bilingiles espafiol-ingles (alli aparecertn fragmentos de la poesia de Rauil Zurita con traducci6n de Jeremy Jacobson). El desenfado de Marjorie no se limita solamente a una jugarreta de nifia bien, sino que se trata de una actitud que la alerta y la libera de todo falso idealismo para desnudarse hasta el desparpajo, desnudez que parece solazar al o a los sujetos liricos de este volumen. La desafiante actitud ir6nica no Ilega nunca al desencanto final de los personajes de la poesia de Nicanor Parra, poeta a quien Marjorie paadvierten algunas resonancias antipo6ticas en rece haber leido bien, como nos sus textos. La autora ataca los mitos e instituciones literarias, para rebajarlos a su categoria real; ello sucede en especial en el poema <Boom>, en el que ironiza el resultado literario de Parra, como tambien la figura y obra de otras figuras (Borges, Cortdzar); se salvan la Bombal y Neruda, el que aparece caracterizado humoristicamente en su afici6n a la comida. El efecto del chiste que desmitifica es la base de las imagenes, algunas con mayor fuerza que otras en el poder de su irreverencia. La stira alcanza a las sefioras burguesas, incapaces de comprender el profundo sentido de personajes que, a travis de la verdad de su obra artistica, han alcanzado en el pueblo real estatura mitica; tal es el caso de Violeta Parra, opuesta en su arte y en su vida a la burguesia, pero que ahora es de buen tono para las sefioras, que todo lo convierten en moda, Ilamar a las hijas con el nombre de la artista: o10 <<Ahora toditos quieren ser la Violeta Parra, y bautizan a las nifias bien con su nombre: Violeta Larrain, Violeta Echefiique, Violeta Cox, pero ellas no son celestes son damas ceremoniosas aprendiendo a tocar mal la guitarra>> (<<Boom>>, p. 62). 792 RESENAS La hablante de estos poemas comienza defini6ndose como una bruja. El termino cobra su sentido completo en diversos textos; tal vez el mas explicito sea el primero, bruja me dicen>. Alli el lexema aparece al principio ligado a lo misterioso, a la soledad, a lo profundo; pero luego el termino se liena de elementos de la fantasia: <<La La bruja / porque rondan / entre las raices / de mi escoba / papeles y fantasmas / sirenas-duendes / y el alfabeto / con el lipiz encendido / en la mano (p. 14). Y, luego, del erotismo o autoerotismo que ella despierta al referirse a su propio cuerpo: Bruja me dicen por mi dorado cabello como un incendio de foresta por los ojos celestes como cristales y adivinanzas. <<bruja Poema que termina en una <orgia benigna>> de la poesia. Esta rubia> se pasea a trav6s de todo el poemario sacindose las caretas y los calzones: Comentan que mis versos son er6ticos-falocraticos-obsceneticos atrivanse no mas digan la verdad: soy una poeta caliente aficionada a las uvas y al tinto (<<Mis versos>, p. 58). tambi6n, en <Auto-sin retratos>>, donde en el titulo ya se niega la posibilidad del autorretrato, la hablante se presenta a si misma mordaz, crudamente, pero go..zando en la autodenigraci6n, que es un modo de le burgeois>, algo ya acostumbrado a este tipo de desenfados: _Asi, <<pater La verdad: yo era una puta rubia de dientes completos habitante del barrio alto y la poca soledad porque asi me condenaban y entreojos me invadian las chuzas miradas que desenredaban los ruedos de la blusa la claridad de la falda de percal Yo era una puta rubia que ensefiaba en una escuela de damas (p. 42). <<de El final de este poema apunta al otro sentido del titulo del poemario: la memoria que me olvida / y niega que tambien / soy mas que una hechicera / mis que una caja de hijos muertos / mas que una puta seductoramente triunfal?> (p. 44). El sujeto lirico de estos poemas quiere romper la imagen femenina instaurada por la sociedad machista, que obliga a la mujer a determinadas normas de conducta, entre ellas el horror a sentirse sujetos sexuales, o a reconocerlo, atemorizada desde la escritura misma. Al contrario, la hablante de estos textos levanta su erotismo como arma contra todo tipo de represiones e imposiciones. Cierta complacencia en 793 RESENAS su rubiedad delata a veces algo de narcisismo y, en el fondo, la aceptaci6n halagada de lo que ser rubia significa no s61o en una sociedad sudamericana, sino ademts en el concierto de la civilizaci6n occidental. Esta hechicera rubia de ojos como bolas de cristal>> satiriza a los hombres y sus instituciones, que tratan a la mujer o bien con el halago del dominador o bien con el insulto: los viejos poetas / hacen suyos mis / decires / mientras me / angel / pez / luz / y / puta / por supuesto / mujeres> (p. 18). La simpatia y lucha por la causa feminista alcanza conmiseraci6n profunda en el poema <Esctichame, Ana Frank>>, dedicado a la trdgica joven judia. Los versos son algunos de los mss logrados del poemario, en su sabio patetismo, sin resultar estridente: <<celestes Hlaman <<Y Ana Frank contestame desde la tumba descompuesta entre los gusanos en verdad crefas en los hombres buenos mientras te desatabas el cabello, descalza pisabas el aire y siempre miraba al cielo? (p. 74). <<La Similar fuerza se encuentra tambien en el poema mesa de billar de New Bedford, Mass.>>, en el que se denuncia un hecho criminal sucedido en esa ciudad poco tiempo atrds, cuando en un bar un grupo de clientes atac6 y viol6 impunemente a una mujer, sin que ninguno de los alli presentes hiciera nada para defenderla. La voz de la hablante se estremece, se alza para denunciar sin temor a escarbar en las imagenes del horror padecido por estas victimas femeninas; imagenes que no se resuelven en puro efectismo, sino que estin recorridas por una conmoci6n lirica y profunda. La denuncia del personaje de Marjorie Agosin no se limita s6lo a la violencia e imposiciones de la sociedad masculina contra la mujer, sino tambien a todo tipo de violencia: la del paisaje por la llegada de la tecnologia extranjera (japonesa, en <<Ralum>), o bien la violencia de un gobierno que no permite regresar a los exiliados a su pais. El anhelo de pisar nuevamente la tierra natal se realiza en imagenes de playas, casas de adobe, besos y gallinas que corretean en paz. danza , que bien puede ser Un poema leno de ritmo y ricas imagenes es una biografia en danza: <<La «Y bail6 cuando el virgo roz6 en el coral titilante de mi y bails cuando la sangre me despert6: nifia ven, nifia lzate mujer no dejes de bailar>> (p. 48). Poema en el que el paso de nifia a mujer esta expresado desde la forma del verso mismo. La poesia de Marjorie Agosin se lee con gusto, de una sentada. Poesia saludablemente irreverente que la mayor parte de las veces se resuelve en risa y desenfado. Lo que no impide que haya otros poemas atravesados por una honda y conmovedora fuerza, con un lenguaje entre conmiserativo, amargo y feroz, como <Ana Frank>, ya comentado. El pr6ximo libro de poemas de Marjorie tendrd el serio desafio de ir abandonando poco a poco la autorreferencialidad que no d6 riqueza expresiva y tal vez 794 RESENAS intentar por los caminos de un lenguaje autorreflexivo que instale al hablante y su lenguaje como figuras del texto mismo. Brujas y algo mds descubre un lenguaje atrevido, irreverente, ir6nico, divertido; y una actitud feminista, desmitificadora, satirica y, a veces, seria y conmovida. El erotismo y autoerotismo que brota de estas paginas y cierta agresividad humoristica, desenfadada y desafiante, que raya en el desparpajo, son elementos bdsicos de la presente colecci6n de nuestra autora. RICARDO YAMAL Rice University. GERARDO MARIO GOLOBOFF: Criador de palomas. Buenos Aires: Bruguera, 1984. El continente americano, espacio de crueldades, ensuefios, magias. En su inmensidad, algunas islas de tregua, de esperanzas, interregnos del terror. En ellas, de ellas emergen fuentes. Matices, formas, voces, textos antes sofocados. Vivencias de 10 absurdo, de sangriento, renovadas en la escritura buscando una comprensi6n de incomprensible, buscando un desahogo de irremediable: textos testimonios. No menos fuertes, profundos, crueles, igualmente rehaciendo lo que fue como si imaginario fuera, los textos ficcionales. De la Argentina es Gerardo Mario Goloboff. Criador de palomas (1984), su novela de ese interregno que vive el pais. Interregno que se desearia muy largo y para siempre para que en 61 pudieran respirar y crecer los criadores y las palomas. Los pensadores, los trabajadores, los artistas y la paz y la ternura. iQu6 latinoamericano no desea la reconstrucci6n del pais y de sus gentes? <Limpi6 los matorrales que habian crecido en el fondo... Puse varias maderas al galp6n desvencijado. Cur6 y reaviv6 la parra y pas6 cal a los muros.> Asi empieza la iltima pagina del Criador de palomas. Un rehacer muy simple, como que natural. Una fe muy amplia y muy buena: temblando, el brazo y la paloma se acerc6 a mi mano.> Hombre de un continente que tiene que hacerse, construirse, vivir, y que aprovecha momentos lo lo lo <<Tendi, de luz para intentarlo. Sea ese hombre Gerardo IMario Goloboff, sea ese nifio narrador que atraviesa distancias y sufrimnientos para creer. Criador de palomas es la historia de un aprendizaje. Aprendizaje del amor, de la ternura, del dolor y de la pdrdida. Pedazos de vida registrados con la aguda precisi6n de un conocedor del alma humana. Pero, sobre todo, alma adolescente deshaciendose en silencios. El contar se apoya en hechos sucedidos en el pasado a un nifio de nueve, mis tarde de doce afios: una fiesta de cumpleafios, un almuerzo de domingo, el incendio en la casa de muebles, un banquete de casamiento, la legada al matadero para comprar camrne, el viaje a French y Cambaceres para vender ropas, la visita al sofiador de Smith. Costumbres y gentes, algo del pais que se define en las sensaciones, «<olor de los aromas, de la tierra mojada, de los sarmientos al fuego>>, el gusto amargo del mate, de la sal en la camrne. Pero lo que realmente importa son las palomas. El placer muy hondo de tocarlas, el gusto muy grande de quererlas. Inmensas presencias femeninas. Clara, Verana, Pampeana, Blanca, Mufieca, Carla, la pequefia paloma enferma. Y, mas que ellas, en medio de un presencia dominante, la muerte. El nifio encuentra a una un tajo profundo en el cuello , las patitas corcharquito de sangre>, a otra tadas, las alas retorcidas, las plumas arrancadas. Todavia una mas, con bala <<con <<tirada <<una