Valoración de documentos en el procedimiento de fiscalización tributaria Por: Rocío Bances, Socia de Tax & Legal de KPMG en Perú Octubre 2014 Un aspecto fundamental en el rol recaudador y fiscalizador de la SUNAT que observamos con preocupación es el enfoque en la valoración de documentos relacionados a las transacciones que generan el pago de impuestos. Para ejercer su rol fiscalizador la SUNAT tiene la facultad legal de solicitar libros y registros contables; documentos y correspondencia comercial; así como información de terceros, entre otros. Si bien es válida la exigencia en la certeza que estos documentos deben causar respecto a la ejecución y veracidad de las transacciones sujetas a imposición, creemos fundamental atender a criterios razonables y eficaces en tal exigencia. Una labor eficiente en materia de valoración de pruebas en el procedimiento de fiscalización requiere un razonable entendimiento de la actividad económica que es objeto de fiscalización, los usos y costumbres del mercado local e internacional en la ejecución de las operaciones, la rapidez con la que hoy se toman las decisiones y el pragmatismo con que se ejecutan las mismas, entre otros elementos propios de una economía dinámica. Sin embargo, observamos con preocupante frecuencia la facilidad con la que los inspectores de impuestos observan operaciones debido a una valoración inadecuada de pruebas y a una exigencia inflexible de documentos que no corresponden al natural desenvolvimiento de las operaciones comerciales, e incluso al rechazo de documentos válidamente aportados por los privados, circunstancia que conllevan a innecesarios y largos procesos contenciosos e incluso judiciales. Nosotros si creemos en medidas que permitan asegurar al Estado ejercer sus facultades de fiscalización de impuestos; sin embargo, la exigencia de una correcta valoración de las pruebas por parte de los contribuyentes es inherente a su derecho, amparado jurídicamente, al debido procedimiento en todo el curso de una fiscalización. Por el lado privado, es necesario establecer adecuados controles que aseguren el flujo de documentos que sustenten las transacciones y que precisamente constituirán los medios de prueba que producirán certeza en un proceso de inspección tributaria. Los contribuyentes deben pagar los impuestos de ley, ni más ni menos y poner cuidado en mantener sus transacciones debidamente documentadas. A la Administración Tributaria le corresponde fiscalizar y recaudar con eficiencia y con respeto al debido procedimiento en cada una de sus actuaciones, ser neutral en la valoración de las pruebas. Esto nos permitirá una recaudación justa orientando el crecimiento de la base tributaria hacia el sector no formalizado y no limitada a la base de contribuyentes formales con exigencias no acordes con la dinámica de los negocios.