Discurso con motivo del inicio de Obra del edificio en el campus Sr. Intendente de Pilar, Dr. Humberto Zuccaro Sr. Vicario Regional de la Prelatura del Opus Dei, Monseñor Mariano Fazio Senadora Nacional Liliana Negre de Alonso Miembros de la Asociación Civil de Estudios Superiores Miembros del Consejo Superior de La Universidad Miembros de los consejos de Dirección de las distintas Unidades Académicas y del Hospital Universitario Austral. Profesores, Académicos y amigos de la Universidad Estamos hoy reunidos para dar lugar a una celebración que es diferente de las habituales en la Universidad, se trate de graduaciones, comienzos de Ciclos lectivos o reconocimientos varios a autoridades académicas, porque en esta ocasión, nuestro motivo involucra a la comunidad universitaria toda, pero también a la sociedad, representada por tantos amigos a los que les doy la bienvenida y las gracias por su presencia. En efecto, hoy damos lugar a un nuevo comienzo en la Universidad Austral, con este paso cuya continuidad es fundamental, pero cuya forma no conocemos. Por eso mismo, en estas ocasiones los discursos contienen un mayor número de expresiones de deseos que los habituales que se refieren más al pasado. Estamos colocando una piedra fundamental en nuestra casa, atando uno de esos lazos que nos ligan al mañana. Se trata de un edificio de 2500 metros que albergará a la Facultad de Ingeniería y a los primeros años de las Carreras de Derecho, Comunicación y Ciencias Empresariales. En paralelo con la obra analizaremos el mejor modo de proceder con la Sede Garay para que con los beneficios que se pueden obtener de su venta total o parcial, ya veremos, podamos dar otros pasos de crecimiento en el Campus. Como puede verse, estamos dando inicio a un proceso que puede tener distintas derivaciones o alternativas, y que también depende de la capacidad de iniciativa y creatividad que expresan las Unidades Académicas que comenzarán de un modo progresivo su proceso de traslado al campus. Por eso, creo que se trata de un día para reflexionar sobre el sentido del acto de hoy, que nos permitirá hacer nuestra tarea universitaria de un modo más pleno y genuino, y sentir el privilegio de participar de uno de esos raros momentos que nos llevan a transcender mas allá de lo ordinario en el desarrollo de la Universidad. Pero, si bien lo que predomina en nosotros hoy es la alegría, no debemos perder la perspectiva, el marco, bajo el que estamos encarando esta obra. Precisamente, San Josemaría Escrivá decía, en una homilía pronunciada hace unos años: “comenzar es de muchos; acabar, de pocos, y entre estos pocos hemos de estar los que procuramos comportarnos como hijos de Dios. No lo olvidéis: solo las tareas terminadas con amor, bien acabadas, merecen aquel aplauso del Señor: mejor es el fin de la obra que su principio.” Estamos entonces, dando inicio a un proceso que requerirá de todos nosotros esfuerzo, estrategia, colaboración, inteligencia, entrega, tolerancia y muchas otras virtudes que, a Dios gracias abundan en las personas que forman parte de la Universidad Austral. Solo así, seremos capaces de completar de un modo adecuado nuestra obra. La seguridad de lo que ahora estamos diciendo se afianza con lo que estamos haciendo. Lo que hacemos hoy es posible por el vigor evidente que somos capaces de generar en la Universidad cuando actuamos mancomunadamente en un proyecto que nos une. Pero también cuando sabemos transmitir el valor de nuestros objetivos e involucrar a tantas personas que hay en la sociedad dispuestas a ayudar y colaborar con proyectos que valen la pena y pueden tener una incidencia positiva en el desarrollo de una sociedad, que como la nuestra en Argentina, tanto lo necesita. Por ello, esta obra no hubiera sido posible sin la primer y generosa donación que recibimos del Ingeniero Sergio Gianoli, quién comprendió la importancia del traslado a Pilar y quiso colaborar específicamente con la Facultad de Ingeniería. Es oportuno mencionar que él ha fallecido hace poco tiempo y que seguramente estará siguiendo esta celebración desde el cielo. Este acto de hoy es, de algún modo, también un homenaje a su memoria. Quiero mencionar especialmente el aporte del Ingeniero Paolo Rocca, pero también a varias personas, particularmente a los ingenieros Guillermo Hang y Eduardo Franck de la empresa Techint que entendieron el proyecto y facilitaron la concreción de esa donación. No puedo dejar de mencionar la disposición y generosidad del Ingeniero Mario Rovella, quien antes de que termináramos con nuestra presentación en nuestro primer encuentro nos hizo un generoso aporte. Cabe mencionar muy especialmente a la Dra. Ruth Guevara de Ruda, amiga de la Facultad de Derecho y siempre dispuesta a colaborar. También a los integrantes de la Familia Pescarmona que, además de colaborar con la Universidad en otras oportunidades, se han avenido a participar generosamente con este proyecto. Son muchas las personas cercanas que nos han ayudado en esta etapa y en particular tengo muy presentes al Contador Luis Schvimer, al Ingeniero Arturo Acevedo de Acindar, al Ingeniero Carlos Bacigaluppi y al Lic. Amadeo Derito. Un lugar especial merece el Licenciado Enrique Cristofani que de diferentes maneras ha apoyado a la Universidad a través del Banco Santander Río, tanto para el proyecto especiífico que ahora estamos celebrando, como para el Área de transferencia, donde funcionan los Laboratorios de Metrología y Mecatrónica. Es de justicia hacer una referencia al Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) dependiente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación Productiva de la Nación sin cuyo inestimable apoyo no podríamos encarar como lo estamos haciendo el área de transferencia de nuestro proyecto. Quiero también mencionar a la empresa Stieglitz que han hecho un gran esfuerzo para comprender nuestras estrecheces y dar lugar al inicio de la obra para poder terminarla en tiempo. No puedo dejar de mencionar al Gobierno de Pilar en la persona de su Intendente, el Dr. Humberto Zúccaro en quien siempre hemos encontrado una disposición abierta a explorar posibilidades de interacción. Precisamente, con la Municipalidad de Pilar la Universidad mantiene varios convenios de colaboración que a partir de este paso, podremos seguramente incrementar. Por último, quiero agradecer de un modo destacado a los miembros de la Comisión Fund Raising de la Universidad que semanalmente se reúnen para delinear e impulsar las distintas gestiones que nos permiten encarar proyectos como este. Bernardo Houssay, premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947 y fundador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), tenía una frase que solía repetir de tanto en tanto cuando alguien se le acercaba pidiéndoles fondos para una construcción: “Primero las personas, luego el equipamiento y finalmente los edificios”. Creo que si hoy en la Universidad Austral estamos dando este paso, es porque las Unidades Académicas que se beneficiarán con el mismo, ya han dado suficientes muestras de solidez en la calidad de sus profesores, de la investigación que realizan y de los estudiantes que forman y por ello, con esa experiencia previa y bien ganada sabrán expandir aún más esa calidad para servir mejor a la sociedad. Creo que esa será la mejor recompensa para todas esas personas que nos han ayudado y seguramente todas esas otras y también las mismas, que nos seguirán ayudando. Voy a terminar, y para ello quiero parafrasear aquellas palabras que hace 22 años expresara Don Ismael Sánchez Bella, con motivo del inicio de la Universidad Austral en la Ciudad de Rosario: “Os pediría un poco de fe, fe en la educación. En la educación parece que no se ve el fruto de un modo inmediato, pero es lo más importante que se puede hacer. Vuestros hijos va a tener una gran oportunidad de aprender, primero a estudiar, después a convivir, a ser buenos profesionales pero también, si lo desean, a ser buenos cristianos”. Luego fe en la iniciativa privada y en la iniciativa social. Una obra educativa como la que ahora se inicia exige el esfuerzo de todos, movilizar recursos a la vez que iniciativas innovadoras. Pero la experiencia enseña que cuando hay unidad de ideal, la tarea se realiza con el aliento que alimenta siempre a los grande proyectos”, como es el nuestro en este caso. Muchas Gracias Marcelo J. Villar Pilar, 23 de Abril de 2012