¿Derecho natural vs. positivo?

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Entorno Legal
por
Víctor M. Arjona Barbosa
¿Derecho natural vs. positivo?
D
esde la Antigüedad griega hasta hoy, el tema del
derecho natural y el derecho positivo ha ocupado
la atención y la reflexión de filósofos, juristas
y polítólogos. El debate comprende dos aspectos:
primero, cuál es el concepto del derecho natural y,
segundo, qué derecho es más importante y, por tanto,
cuál de ellos debería prevalecer sobre el otro.
En el caso de los monistas, no hay duda; o aceptan la
hegemonía de uno o aceptan la del otro derecho. Para
aquellos que consideran equivalentes dichos derechos,
el problema surgiría en caso de alguna contradicción
entre sus normas y, de todas maneras, volvería a darse
el criterio monista al tener que decidir qué derecho
debería aplicarse.
Precisiones
El derecho positivo es el derecho del estado que se
elabora a través de los órganos legislativos y que
corresponde a una determinada sociedad y a un tiempo
determinado. La vinculación obligatoria es lo que da a
este derecho su carácter vigente. Para los juspositivistas,
éste es el único derecho que existe, “El Derecho”, ya no
hay más.
La naturaleza del hombre
En filosofía, se considera un principio básico y fundamental
el que las cosas sean lo que son y, por tanto, diferentes
de las otras cosas; identidad y diferencia son el punto
de partida de una correcta ontología y nadie, en su sano
juicio, estaría en contra de esta realidad metafísica.
Así, pues, el ser humano es lo que es, no importa lo que
algunos quieran que sea, o que les interese que sea, o
que, incluso, no sepan lo que es. El ser humano es, desde
el punto de vista de su naturaleza, de su causa formal, el
mismo de siempre, porque precisamente esta causa formal
es lo que hace ser hombre.
Aunque de manera accidental todos los seres humanos
somos diferentes, tanto en el aspecto físico, como en el
psicológico, el histórico y el cultural, todos también nos
identificamos como humanos. Vemos más allá del color de
la piel, de los idiomas, de las religiones, de las tendencias
políticas, de los niveles académicos y económicos,
etcétera. Y, más allá de lo accidental, reconocemos
siempre al ser humano.
El derecho natural, según señalan sus defensores y
promotores, es el derecho que parte de la misma
naturaleza del hombre y, en consecuencia, es siempre
igual, no importando la diversidad de países y culturas
ni el transcurso del tiempo. Sin embargo, no ha habido
coincidencia de conceptos en los autores acerca de lo
que debe entenderse por “naturaleza humana”.
Tenemos una configuración física y biológica básica,
una estructura neurológica común y, sobre todo, una
actividad espiritual cuyas manifestaciones son la libertad
y la capacidad de amar. La síntesis de todas estas
características, presentes en todos los seres humanos, es
lo que llamamos persona, que es un nombre de dignidad.
He aquí lo que iguala a todos los hombres, a pesar de sus
diferencias accidentales. Todo ser humano es persona y,
como tal, tiene dignidad.
El griego Calicles entendía por naturaleza la salud,
fuerza y vigor de unos hombres y la debilidad de otros;
resultaba, pues, totalmente natural que los fuertes y
sanos se impusieran sobre los débiles y así, el derecho
natural debía ser la expresión del más fuerte. Por su
parte, Aristóteles pensaba que la naturaleza del hombre
era racional y este atributo era casi exclusivo del pueblo
griego, por lo que, naturalmente, el derecho debía traducir
esta superioridad del griego sobre el bárbaro y así, el
filósofo “justificaba” la legalización de la esclavitud.
La dignidad nadie nos la da ni mucho menos nos la
puede quitar. Somos dignos porque somos personas y
somos personas porque hemos venido a la existencia
como seres humanos. La dignidad nos acompaña como
personas desde el momento de la concepción hasta
nuestra muerte. El ser persona y, por ende, el ser digno,
se extiende y comprende todo lo que somos: nuestro
cuerpo, nuestras funciones, nuestra racionalidad y, sobre
todo, nuestra libertad y nuestra potencia de amar, que
tiende siempre a volverse acto.
Podríamos seguir enumerando tesis, opiniones y
corrientes de pensamiento y encontraríamos pluralismo
y diversidad. ¿Habrá que renunciar, por consiguiente,
a todo intento de precisar y definir el derecho natural
para quedarnos con el derecho positivo como el único
existente?
El derecho y la persona
30 ENTORNO
De acuerdo con su naturaleza, el hombre tiene una
finalidad. La causa final está basada en la causa formal.
No se puede tener una finalidad que no esté en potencia
en la naturaleza, en la causa formal y porque somos
materia, energía, vitalidad, libertad y capacidad de
amar, nuestra finalidad es la transformación; es decir ser
transformadores. Por eso el ser humano es el único que
tiene historia y hace la historia; por eso recrea el mundo
natural y forma la cultura; por eso avanza y progresa, hace
ciencia y tecnología, crea instituciones sociales, elabora
sistemas económicos y formula normas jurídicas. Estas
últimas, las normas jurídicas, son las pautas que regulan las
interrelaciones del comportamiento humano para lograr
los bienes colectivos que el orden del derecho exige,
como parte del orden social.
Dijimos que la persona humana es transformadora: se
transforma a sí misma y transforma su entorno. Claro que
la transformación puede ser para el bien o para el mal.
Si la transformación persigue que el ser humano crezca
como persona, en salud, educación, convivencia pacífica
y respeto a los demás para que puedan realizarse como
personas, la transformación es buena y correctamente
orientada. En cambio, si destruye, violenta, oprime, abusa y
[
Derecho” y lo apuntaba Rodolfo Stammler: “La justicia es la
estrella polar del Derecho”.
No confrontación, sino síntesis
Pienso que el debate de muchos siglos ya no tiene por
qué continuar. No hay separación entre los dos derechos,
el positivo y el natural. Sólo existe un derecho, el que
da el estado y que procura la justicia, la seguridad y
el bien común, que son fines colectivos que requiere
toda persona humana para poder crecer y realizarse en
comunidad, mediante la actividad transformadora para el
bien, tanto individual como social. Es un solo derecho legal
y justo.
La era de los derechos humanos
“Sólo existe un derecho, el que da el Estado y que procura
la justicia, la seguridad y el bien común, que son fines
colectivos que requiere toda persona humana para poder
crecer y realizarse en comunidad”
hace otras acciones negativas, la transformación es mala.
El derecho es el medio que el hombre crea para poner
orden en la vida social y asegurar la justicia, la seguridad
pública y el bien común, entre otros fines colectivos.
Validez extrínseca e intrínseca del derecho
Foto: Santiago Arvizu
Por lo anterior, toda norma jurídica no sólo ha de tener
validez extrínseca —o formal; esto es, haber sido
elaborada por un órgano legislativo estatal y haber
resultado de un procedimiento en el que se hubieran
cumplido puntualmente todos los requisitos exigidos en la
Constitución del país de que se trate—, sino también ha de
tener validez intrínseca —o teleológica; es decir, cumplir
con los fines colectivos que dan razón al derecho, como
son lograr la justicia, la seguridad y el bien común—. No
sólo legalismo formal, sino justicia real.
Ello explica la evolución de los sistemas normativos con
las reformas y la creación de nuevas leyes. Ya lo decía el
jurista Von Ihering cuando hablaba de “la lucha por el
[
Lo que antes se llamaba derecho natural, en nuestro
tiempo se llama derechos humanos y la Asamblea de
la ONU, en el año de 1948, los consagró en la histórica
y trascendente Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Es universal porque se refiere a todos los
hombres y mujeres de todo el planeta, obligándose los
países miembros a modificar, en su caso, sus legislaciones
para consignar dichos derechos. No se trata de otorgarlos
sino de reconocerlos y respetarlos como derechos innatos
e inalienables, que corresponden a los seres humanos
por el hecho de haber sido concebidos como tales, sin
diferencia alguna por razón de condiciones accidentales
de raza, religión, cultura, etcétera.
Esta ha sido la demostración palmaria de que hay algo
objetivo, común y universal del derecho que expresa la
igualdad de naturaleza de todos los seres humanos y su
condición de personas dignas.E
Víctor M. Arjona Barbosa es Licenciado en Derecho
por parte de la Universidad Autónoma de Yucatán,
con estudios de posgrado en la Facultad de Derecho y
Ciencias Económicas de la Universidad de París.
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