UN NUEVO MODELO PARA DIRIGIR A LAS PERSONAS BASADO EN UNA ESTRATEGIA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA 1. Introducción: importancia de medir el desempeño de las personas De acuerdo con Monserrate (2003), en la actualidad conviven dos modelos de organización laboral dentro de la empresa: Gestión de Recursos y Dirección de Personas. El primero de ellos tiene como señas de identidad la imagen de la empresa como líder del sector, el reto de trabajar para proyectos atractivos y novedosos, la revalorización del trabajador en el mercado y un salario normalmente por encima del mercado. Frente a esto, aunque las personas puedan ser consideradas como un activo estratégico, igualmente pueden ser despedidas en el caso de que sea necesario disminuir costes o al menor síntoma de que no responden a las expectativas creadas. En cambio, la Dirección de Personas está basada en otra serie de pilares como son la claridad en la misión empresarial, en la que el servicio que la empresa presta a la sociedad es un valor especialmente destacado. Existe igualmente, una claridad en el trabajo a efectuar por las personas, lo que beneficia su autonomía y desarrollo como individuos y como profesionales. Se comparten valores y objetivos comunes con otros empleados, y el trabajo es enriquecedor por su contenido y por este entorno social. Por último, las retribuciones pueden ser mejorables y existen amplias posibilidades de ello. 1 Aunque en cuanto a la cotización y a los resultados no se ha demostrado cual de los dos modelos es superior al otro, existen más casos del primero que del segundo. Con este predominio, y según la encuesta Norma Nacional de Satisfacción de los Empleados en España para el 2003, realizada por la consultora ISR entre 43.0000 trabajadores, el índice de satisfacción de los trabajadores españoles ha descendido cinco puntos desde el año 1999, siendo el más bajo junto al de Francia e Italia (Fajardo, 2004). En un entorno tan competitivo como el actual, donde es preciso considerar a las personas como el auténtico elemento diferencial de las organizaciones, este dato obliga a profundizar en el modelo de Dirección de Personas, concepto que puede enlazar directamente con el aspecto social de la Responsabilidad Social Corporativa, entendido este término como la internalización en la gestión y en la toma de decisiones de las empresas de las mejores prácticas en los planos financiero, social y medioambiental superando lo exigido por la legalidad vigente. Ambos conceptos, Responsabilidad Social Corporativa y Dirección de Personas, pueden ser fusionados en un sólo, ya que fundamentalmente pretenden conseguir los mismos objetivos y se encuentran con los mismos problemas para poder avanzar. Entre estos problemas, se encuentra la falta de indicadores que sean capaces de medir el impacto en los resultados de establecer las diferentes políticas sociales. En cuanto a la Responsabilidad Social Corporativa, a nivel internacional se están adoptando múltiples iniciativas que, como afirma Viñuales (2003), algunos gobiernos ya han concretado en la obligatoriedad que tienen las empresas cotizadas de ofrecer información social y ambiental, o de especificar los criterios éticos, sociales y medioambientales 2 utilizados por los gestores de fondos de pensiones y de inversión en sus decisiones. En contraste con esta corriente, la Responsabilidad social Corporativa en España es un enfoque empresarial realmente novedoso, con una cierta confusión en sus propuestas y escasez tanto de modelos a seguir como de desarrollo de la inversión socialmente responsable, lo que hace realmente necesario que se inicien las investigaciones necesarias a fin de localizar los indicadores que deben formar parte de estos modelos, para poner con ello de manifiesto que los recursos destinados al componente social deben ser considerados como una inversión, y en ningún caso, como un gasto. Para el caso concreto de los recursos humanos, esta situación de ausencia de indicadores se puede observar de una forma muy clara en un estudio de innovación en este área, que se ha realizado a partir de las experiencias de la mayoría de las 64 empresas que se presentaron a los premios Expansión & Empleo. Cristina Simón, responsable del citado estudio, concluye que faltan indicadores de resultados específicos para cada programa de recursos humanos, aunque se pueda constatar que más del 70 por 100 de las compañías dispone de sistemas formales de recogida de resultados, si se analiza más profundamente se puede percibir como la información se recopila a través de indicadores indirectos e informales o mediante comparaciones con históricos, siendo raras las compañías que han innovado en la medición y en el seguimiento de los resultados (El MundoExpansión & Empleo, 2003). 3 Ante esta dificultad patente para medir los avances que se pueden conseguir con la puesta en marcha de los distintos programas de recursos humanos, aparecen los beneficios de abordar proyectos estratégicos relacionados con la Responsabilidad Social Corporativa, que en su apartado social puede permitir obtener mejoras en el compromiso, la fidelidad, la comunicación y el clima laboral de los empleados, que se pueden traducir en incrementos de la productividad y de la calidad de servicio prestada. Ha llegado, por tanto, el momento de iniciar la búsqueda de estos indicadores que demuestren que las personas son el centro básico de la organización como fuente de la que emana el conocimiento y el resto de los valores que la empresa aporta a la sociedad. Para ello, desde este trabajo se va a proponer el diseño de un modelo para dirigir a las personas fundamentado en un compromiso socialmente responsable asumido tanto por parte de la empresa como por sus empleados. En este compromiso, la empresa debería facilitar la conciliación entre la vida personal y laboral de sus trabajadores, dar seguridad física y laboral en el empleo, actuando en todo momento en favor de la sociedad con la que interactúa. En justa correspondencia, los empleados aportarían todo el valor y el conocimiento para llevar a cabo el conjunto de proyectos encomendados por su compañía. 2. Programas operativos responsables: deficiencias actuales y mejoras a obtener Este modelo se podría concretar en un Plan Estratégico de Dirección de Personas basado en una serie de programas operativos responsables, 4 en los que habría que tener en cuenta como se hace ntegración , tanto las deficiencias existentes como los beneficios que se pueden conseguir si se implementan en la ntegración . a) Estabilidad en el empleo e ntegración de diversos colectivos desfavorecidos. Compañías como FedEx de transporte urgente, la siderúrgica Nucor, la aseguradora AFLAC o las líneas aéreas Southwest, entre otras, pertenecen a lo que la revista americana Us News ha denominado como el “Club del no despido”. Estas firmas nunca contratan temporalmente a sus trabajadores, llevan a cabo redefiniciones de puestos de trabajo en tiempos difíciles, reducen jornadas y salarios (recuperables cuando la situación se normaliza) o piden a sus empleados que realicen otras actividades hasta que se salga de la situación, cualquier acción antes que despedir a un empleado. Creen en la solución de que todos juntos pueden sacar a flote a la empresa y la aplican para conseguir el compromiso del trabajador a cambio de la seguridad de un contrato fijo (Sánchez, 2003a). En unos momentos como los actuales, de grandes oleadas de expedientes de regulación de empleo y de deslocalización de las grandes multinacionales en busca de mano de obra más económica, una empresa que pretenda distinguirse del resto puede conservar en sus puestos a sus trabajadores, reteniendo su mayor conocimiento y valía para mejorar sus productos, procesos y servicios, diferenciándose estratégicamente de esta forma, por el lado de la calidad y de la excelencia. Según datos del Banco Mundial, el enorme desempleo existente entre la importante fuerza laboral y consumidora que constituyen las personas con discapacidad, supone una pérdida anual global del PIB mundial que 5 puede llegar prácticamente hasta los 2 trillones de dólares. Por otro lado, la experiencia de empleadores que forman parte del Forum “Liberando el potencial” ha demostrado que estas personas son productivas y eficaces, tienen un menor absentismo laboral, una mayor lealtad, un menor número de accidentes laborales, y un hecho que es muy importante resaltar, aumentan el nivel de satisfacción del resto de trabajadores y del desarrollo del trabajo en equipo (Sánchez, 2003b). En el caso español, estos beneficios contrastan con la escasez de trabajo para estas personas, ya que únicamente algo menos del 33 por 100 de ellas disponen de un puesto laboral (Moronatti, 2003b). Por tanto, se está desperdiciando una fuerza trabajadora y consumidora que las organizaciones que crean en ello pueden atraer y diferenciarse igualmente, del resto de entidades. De idéntica manera, el estudio “El Doctorado en las Universidades Españolas: Situación actual y propuestas de mejoras” establece que solamente el 17 por 100 de los doctores trabaja en la empresa privada, con lo cual nuevamente se está desaprovechando a un personal de gran cualificación técnica y que puede aportar una gran capacidad de enfoque, síntesis, organización y análisis (Sánchez, 2002b). b) Conciliación de la vida familiar y laboral. Un estudio realizado por el IESE indica que únicamente un 7 por 100 de las empresas españolas ha programado ayudas para sus empleados de cara a compaginar sus responsabilidades familiares con sus obligaciones profesionales, cuando la empresa IBM ha logrado demostrar como la puesta en marcha de una serie de acciones relacionadas con el cuidado de las personas dependientes de sus trabajadores, que incluyen no sólo a hijos sino también a personas mayores, ha incrementado la productividad en un 6 90 por 100, la motivación en un 84 por 100 y, en general, el hecho de que los empleados sientan un mayor compromiso y satisfacción (Sánchez, 2002a). Concretamente, en este pasado año esta compañía ha duplicado su beneficio situándolo en 6.014 millones de euros (ABC-Nuevo Trabajo, 2004). Aunque pueden existir otro tipo de factores, con esta ausencia de ayudas está en juego algo tan importante como es el nivel de natalidad español. Países como España e Italia, que mostraban a principios de los años ochenta una elevada tasa de natalidad, poseen actualmente un nivel del 1,22 y del 1,25, respectivamente, habiendo sufrido la caída más profunda de toda la Unión Europea (Cambra y otros, 2003). A pesar de los beneficios que se podían obtener del incremento en las ayudas para una mejor conciliación y de la escasa tasa natalidad existente, la opinión de los directores de Recursos Humanos no parece ser tenida muy en cuenta, como pone de manifiesto el estudio Work and Life Balance que Creade y la Asociación de Antiguos Alumnos de ESADE han llevado a cabo a partir de una muestra de 2.216 directivos de Recursos Humanos de 24 países de todo el mundo. Entre las cifras a destacar, se expone que un 95 por 100 de estos directivos creen que un buen equilibrio entre la vida laboral y la personal beneficia tanto a las compañías como a los trabajadores, siendo muy parecido el porcentaje de los que opinan encontrarse con dificultades para establecer una adecuada conciliación (Bueno, 2003). Para compaginar estos aspectos, resulta de vital importancia el compromiso en que se fundamenta el modelo para dirigir personas que se pretende desarrollar, y que deben adoptar de manera conjunta las 7 compañías y sus trabajadores para que éstos puedan compatibilizar su aportación de valor con el cuidado de sus labores familiares. c) Prevención de riesgos laborales. Según datos de la Agencia Eurostat, en el año 2001 nuestro país estaba a la cabeza de la Unión Europea en cuanto a índice de siniestralidad laboral con 82 accidentes por cada 1.000 trabajadores, cantidad que era el doble de la media comunitaria situada en 41 (Moronatti, 2003a). Utilizando la misma fuente, y añadiendo datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Comisiones Obreras denunció que España continua siendo el país con peor evolución de la siniestralidad laboral de la Unión Europea, con 687 personas muertas en su centro de trabajo durante los primeros siete meses de 2003 y con 246 víctimas de accidentes in itínere (camino del puesto de trabajo) en este mismo período. Ante estas cifras, el pasado 27 de junio se aprobó el Proyecto de Ley de Prevención de Riesgos Laborales que contaba con el respaldo de todos los representantes sociales, y entre cuyos objetivos se encuentran los de combatir de manera efectiva la siniestralidad laboral, el fomento de una auténtica cultura en la Prevención de los Riesgos Laborales, la integración de estas acciones preventivas en los sistemas de gestión de las empresas y mejorar el control del cumplimiento de toda la normativa existente al respecto (Mateos, 2003). De entre estos objetivos, como afirma Lanzadera (2003), el Proyecto de Ley debe centrarse en la integración del Plan de Prevención de Riesgos con el resto de sistemas de gestión de la empresa, de lo cual pueden surgir nuevos beneficios, que guardan relación con innovadoras formas de entender la organización en el trabajo, y entre los que se pueden encontrar 8 una disminución de la burocracia, de los costes de implantación de los diversos sistemas de gestión, de una formación integral de los miembros de la organización, de una mejor coordinación, comunicación y control de las distintas acciones correctoras que pueden surgir en cualquier sistema de gestión. Aunque es obligación de las empresas cuidar de la Prevención de sus Riesgos en el trabajo con independencia de cualquier otra consideración de índole económica, parece conveniente incorporar dentro del modelo una serie de indicadores que demuestren que la integración de esta prevención en el resto de sistemas de gestión beneficia a las empresas en su sentido responsable, que incluye también el financiero. d) Programas de colaboración con la sociedad y actividades de voluntariado del propio personal Pobreza, enfermedades, hambrunas, en definitiva, ausencia absoluta de lo más básico para poder mantener una supervivencia digna. Por contra, la historia muestra numerosos ejemplos de que la solidaridad no sólo es necesaria por justicia social, sino que también es rentable. Hay que contribuir a que las regiones más pobres mejoren, por que normalmente son las que disponen de las materias primas, que los países más desarrollados transforman, y vuelven a exportar. Ejemplos como el de Alemania en las dos Guerras Mundiales, y la distinta actuación de los países ganadores como Estados Unidos, en la primera, exigiendo fuertes compensaciones económicas, y en la segunda, apoyando con el Plan Marshall el resurgimiento económico, da muestras de que la solidaridad puede llegar a ser rentable (Laso, 2003). 9 Pero no deben ser únicamente los Estados los que ayuden al mayor bienestar de todas las personas que habitan este planeta, sino que las compañías actuando de una forma inteligente pueden apoyar este movimiento tratando de conciliar la justicia social con su rentabilidad. En el aspecto financiero si las compañías adoptan esta estrategia pueden abrir nuevos mercados, y en el más particular de los recursos humanos, se puede motivar a los empleados para que integren el valor solidario dentro de sus actuaciones, lo que beneficiará el trato al cliente y reducirá su nivel de rotación a otras compañías que no compartan los mismos valores. En este último aspecto, según un informe hecho por la Fundación Empresa y Sociedad, de los 155 millones de euros que dedicaron las compañías españolas en el año 2002 a proyectos de acción social, sólo el 2,84 por 100 se corresponde con programas durante los cuales los empleados ayudaron en algún proyecto social durante el horario laboral (Íribar, 2003), por lo que el margen para que las compañías a través de sus empleados trasladen su eficiencia y su conocimiento, allí donde puede ser la mejor contribución, parece bastante amplio. Para dar este apoyo tan necesario, resulta de vital importancia comprobar a través del modelo que se está proponiendo como la colaboración con la sociedad además de beneficiar entre otras cosas, a la protección del medio ambiente, a la creación de puestos de trabajo de personas desfavorecidas, o a la curación de enfermedades, también beneficia a la propia compañía que emprende este tipo de acciones sociales. 10 3. Desarrollo del modelo y ejemplo de su funcionamiento. Conclusiones Una vez desarrollados los beneficios y deficiencias existentes en cada programa, es necesario localizar los indicadores que se integran en cada uno de ellos. Con este propósito sería aconsejable iniciar una investigación con dos partes bien diferenciadas: - Una primera parte, basada en una investigación básica con el objetivo de diseñar el nuevo modelo de gestión responsable del personal, que partiría de un estudio profundo de toda la bibliografía y fuentes existentes para tratar de obtener la mayor cantidad de información posible, que posteriormente sería estructurada y sistematizada para conseguir unos indicadores con el mayor grado de objetividad. Con este modelo, las empresas pueden comparar las actuaciones que están teniendo para con su personal, encontrar posibles soluciones y, lo que es más importante, medir el impacto sobre sus resultados de la puesta en marcha de los distintos programas sociales. - En la segunda fase se aplicaría este modelo, para lo cual se seguirían una serie de fases como las siguientes: estudio de la situación actual de la empresa en su aspecto social mediante la comparación con los indicadores obtenidos en la fase de investigación básica, planificación de las distintas acciones a emprender una vez observadas las posibles brechas existentes, puesta en marcha de las citadas actuaciones acompañada de su plan de difusión externo e interno, y por último, evaluación de los resultados obtenidos y elaboración de nuevos planes que mejoren el componente social de la organización. 11 Un caso práctico de como podría funcionar este modelo podría observarse con el ejemplo de la instalación de una guardería en un centro de trabajo, que se incluiría dentro del programa operativo de conciliación de la vida familiar y laboral. En primer lugar, dicha instalación implicaría un coste, que la empresa debe comparar con los diferentes indicadores que le ofrece el modelo en este aspecto (regionales, nacionales, europeos y mundiales). Contrastado el coste, es necesario conocer los indicadores de beneficio teórico que la implantación podría traer consigo y exponerlos con la mayor claridad a los empleados. A continuación, vendría la etapa de la puesta en marcha de la guardería y, por último, la fase de evaluación y de nuevas propuestas. Para el caso de la guardería se podría observar la evolución de los siguientes indicadores: - Plano financiero.- Se podría comprobar si la productividad, la eficiencia, la rentabilidad, la fidelización de clientes y la reducción de costes ha mejorado en relación con el período anterior a la instalación de la guardería. - Plano social.- Una observación adecuada podría fijarse si los nacimientos o el número de horas que los padres pasan con sus hijos han aumentado en relación con la situación previa. Ambos aspectos mejorarían cuestiones tan importantes como la tasa de natalidad y el nivel de educación de la población infantil. - Plano medioambiental.- La organización de rutas que llevaría aparejada la instalación de la guardería reduciría los trayectos en vehículo particular que efectúan los trabajadores para dejar a sus hijos al cuidado de 12 otras personas. Entre otras mejoras, esta medida podría beneficiar a una serie de indicadores medioambientales como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el ahorro energético y la amortiguación de ruidos. - Transparencia informativa.- Sería interesante que el empleado se esforzará por demostrar el mayor valor que ha aportado a la empresa desde que se puso en marcha la iniciativa de la guardería. En este sentido, podría poner de manifiesto el número de proyectos concluidos con éxito o el número de clientes captados por la reducción en el nivel de estrés que le supone el hecho de que la compañía le facilite compaginar su vida laboral y familiar. Para finalizar, se podría decir que España esta dejando de ser competitiva en costes laborales, como se puede observar actualmente en la deslocalización de algunas multinacionales, por lo que debe concentrar todos sus esfuerzos en tratar de ofrecer productos y servicios dotados de una mayor calidad, conocimiento y valor para el cliente, lo que debe provocar que empresas y trabajadores se unan para aportar las mejores soluciones para sus compañías, y esta cuestión pasa de manera inequívoca por la implantación de modelos en los que las personas sean el centro de la organización. Ha llegado el momento de investigar en el diseño de este tipo de modelos, que pueden proporcionar a las empresas la capacidad de comparar su manera de dirigir a las personas, de encontrar posibles soluciones y de conocer el verdadero impacto de sus programas sociales. Dada la importancia de estas investigaciones, el Ministerio de Ciencia y Tecnología financia a las organizaciones que se decidan a llevarlas a cabo 13 mediante programas como el Torres Quevedo de contratación directa de Doctores o el PROFIT, los cuales pueden complementarse con importantes desgravaciones fiscales. IV. Bibliografía ABC-NUEVO TRABAJO (2004): “IBM duplicó en 2003 su beneficio neto y lo sitúo en 6.014 millones”. ABC, Nuevo Trabajo 18 de Enero, 12. BUENO M. (2003): “La dimensión persona en la responsabilidad social”. En: Compartir la Dirección en Empresas Responsables. Master en Administración y Dirección de Empresas. Programa Desarrollo Directivo. IADE Universidad Autónoma de Madrid CAMBRA P., ROMERO A., GOIG R. (2003): “¡Vamos a contarnos!”. Expansión, Aula Abierta Noviembre 28. EL MUNDO-EXPANSIÓN & EMPLEO (2003): “Una apuesta por la mejora continua”. El Mundo, Expansión & Empleo 7 de Diciembre, 1 ,15-17. FAJARDO J. (2004): “Los empleados, cada año más insatisfechos”. 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